26 de diciembre de 2021

“IMPERIO DECADENTE”: DURA RESPUESTA A BORIS JOHNSON POR SU CHICANA SOBRE LAS ISLAS MALVINAS

 

El gobernador fueguino Gustavo Melella y el secretario de las Islas Malvinas, Guillermo Carmona, cruzaron al primer ministro británico por un comentario irónico sobre el reclamo soberano 

Por Juan Piscetta 

El gobernador fueguino, Gustavo Melella, junto al secretario Guillermo Carmona en un homenaje a combatientes de las Islas Malvinas (Crédito: @WalterVuotoTDF)

“Retórica militarista”, “Imperio decadente”, “Desesperación británica”. Fueron algunos de los calificativos usados por estos funcionarios para que la relación bilateral entre la Argentina y el Reino Unido cierre el año con pirotecnia diplomática. Nuevamente, la fisura se originó por la soberanía de las Islas Malvinas, aunque esta vez el disparador del fuego cruzado tuvo como desencadenante un convidado inusual: el ping-pong. 

Todo comenzó cuando el Primer Ministro británico, Boris Johnson, envió el 23 de diciembre su mensaje tradicional de fin de año por las fiestas a todos los territorios de ultratramar del Commonwealth. El énfasis de las declaraciones estuvo dirigido hacia los habitantes de las Islas Malvinas, a quienes les ratificó que el gobierno británico defenderá la voluntad de los isleños. 

“Una cosa que permanece absolutamente inalterada es el compromiso del Reino Unido con las Islas Falklands (Malvinas) y su pueblo. Es un compromiso tan firme como lo fue cuando el general de división Moore aceptó la rendición del general Menéndez. Y les puedo prometer ahora que eso no va a cambiar”, señaló Boris Johnson al recordar la guerra de 1982. El dirigente también felicitó a los isleños por lograr que el 97% de la población esté vacunada contra el coronavirus. 

El mensaje político no representaba novedad a ese punto, hasta que Johnson apeló a su verborragia característica y sorprendió con un comentario irónico. Destacó, como si fuera una victoria diplomática, que el gobierno isleño británico obtenga el reconocimiento de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF) en calidad de miembros independientes para participar de las competencias. 

“Después de todo, 2021 fue el año en el que incluso la Federación Internacional de Tenis de Mesa reconoció, ante las ruidosas protestas de algunos, la soberanía inviolable de los jugadores de tenis de mesa de las Falkland”, expresó Johnson su discurso difundido por las redes sociales. Por las “ruidosas protestas de algunos”, la alusión es clara: el reclamo soberano de Argentina, que recientemente revalidó el apoyo del Mercosur. 

“Mientras ustedes y sus compañeros isleños deseen mantenerse bajo el paraguas de los Territorios Británicos de Ultramar, ahí es exactamente donde se quedarán”, concluyó Boris. 

El mensaje navideño de Boris Johnson

El gobierno de Alberto Fernández respondió a través del secretario de Malvinas, Antártida y del Atlántico Sur, Guillermo Carmona. “Cuando faltan las razones, aparecen las chicanas”, señaló el funcionario de Cancillería. “En los organismos internacionales el colonialismo británico siempre pierde por goleada (ONU, OEA, TJI)”, dijo, manteniendo la escalada en clave deportiva. Minimizó el hecho al señalar que ITTF es una organización civil sin fines de lucro, dependiente del Código Civil suizo, y que está integrada que 226 asociaciones, un número mayor “a los Estados reconocidos en el mundo”. 

“¿Vale el festejo por la admisión en un ente de derecho privado?”, se preguntó Carmona en su cuenta de Twitter. Y continuó: “Cuando faltan las razonas aparece la retórica militarista: jactarse de una victoria militar que el derecho internacional no reconoce como título de soberanía (véase Res 37/9 ONU) solo reabre las heridas de la guerra y desconoce 38 años de democracia argentina”. 

“Esto es prueba -en contra de lo que frecuentemente se intenta instalar- de que los discursos belicistas y la retórica hostil no proviene del Estado que padece la ocupación en Malvinas sino de la potencia ocupante”, desafió el secretario. 

Con un mensaje similar, el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, repudió el mensaje de Boris Johnson y quiso introducir una cuña entre la “metrópoli”, ubicada en Londres, y los habitantes de Malvinas, quienes “fueron usados como moneda de cambio” y que fueron tratados como “ciudadanos de segunda” en las negociaciones por el Brexit. También recordó la negativa a recibir ayuda humanitaria por la pandemia desde el continente y la exposición de los malvinenses a un “riesgo nuclear”, a raíz la introducción en el Atlántico sur de tecnología militar dual. 

“Esta comunicación se enmarca claramente en la desesperación británica por apuntalar su decadente imperio, irrespetuoso del derecho internacional y negacionista de decenas de Resoluciones de la ONU que bregan por poner fin al colonialismo en el mundo”, fustigó el mandatario de Tierra del Fuego, Antártida e Islas de Atlántico Sur. 

Guillermo Carmona y Gustavo Melella, en el centro de la imagen (Crédito: Twitter @grcarmonac)

Los vuelos continentales y el 40° aniversario 

La escalada verbal se produce en un contexto particular. El 2 de abril del próximo año se conmemora el cuarenta aniversario del inicio del conflicto bélico que enfrentó a argentinos y británicos, y que dejó 650 combatientes nacionales y 255 soldados ingleses muertos. Otros cientos de ambos bandos fallecieron a causa de suicidios como trauma psicológico de la guerra. 

En la víspera de ese aniversario, el Gobierno argentino tiene decidido profundizar su política de carácter simbólico y de reclamo de soberanía ante los foros internacionales. En ese plano, el canciller Santiago Cafiero ofreció reanudar al gobierno británico la implementación de dos vuelos humanitarios a través de Aerolíneas Argentinas desde el territorio continental argentino para los residentes en las islas Malvinas. La oferta implicaba realizar los viajes en diciembre y enero. 

La propuesta había sido oficializada el 8 de diciembre. El gobierno de Boris Johnson agradeció la iniciativa y recordaron que la administración de las rutas aéreas con las islas son de exclusiva responsabilidad del gobierno local del archipiélago. Como contrapropuesta, la diplomacia inglesa pidió a la Argentina que le permita fletar un vuelo chárter desde el archipiélago a Chile. Los gastos correrían por parte del “Falkland Islands Government” (FIG), la administración británica en las islas. Desde entonces, la Argentina modificó su propuesta, pero no hubo grandes avances. 

¿Puede la reciente escalada verbal influir en las tratativas por los vuelos hacia las islas? “No tiene ninguna relación ni modifica el ofrecimiento hecho por la Argentina”, respondió a Infobae el secretario Carmona. 

La fecha conmemorativa de 2022 incentiva a distanciar más a las partes que propiciar novedosos acercamientos. En el juego diplomático, la pólvora verbal permite revalidar la identidad nacional y cerrar filas en el frente interno. Son gestos de autonomía que no suelen dinamitar otros intereses estratégicos para la relación bilateral, como el caso de las inversiones extranjeras en litio. Esta semana, la empresa británica Rio Tinto anunció una exitosa compra del proyecto Rincón en Salta, una salmuera no explotada adquirida por 825 millones de dólares. El hito fue destacado por la embajada británica en Buenos Aires. 

Fuente: https://www.infobae.com

MALVINAS: BORIS JOHNSON SALUDÓ A LOS ISLEÑOS POR LAS FIESTAS Y CELEBRÓ UNA VICTORIA DIPLOMÁTICA DE SU EQUIPO DE TENIS DE MESA

 

El premier británico aseguró que el compromiso de su gobierno con sus ciudadanos “no va a cambiar”. También ironizó sobre el reconocimiento de las Islas Falklands como miembro independiente de la Federación Internacional de Ping Pong 

 

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, envió un mensaje a los habitantes de las Islas Malvinas en el que recordó “la invasión, ocupación y liberación” de las Fuerzas Armadas argentinas y aseguró que el compromiso británico con los isleños “no va a cambiar”. 

Todos los años, la máxima autoridad del gobierno británico transmite un tradicional saludo por las Fiestas a todos los territorios de ultramar. Es decir, a las antiguas colonias que todavía siguen siendo parte del Commonwealth. Este jueves, Johnson difundió a través de las redes sociales el mensaje para los ciudadanos británicos que viven en las Malvinas. 

“Durante esas cuatro décadas, muchas cosas en el mundo han cambiado más allá de todo reconocimiento. Pero una cosa que permanece absolutamente inalterada es el compromiso del Reino Unido con las Islas Falklands (Malvinas) y su pueblo. Es un compromiso tan firme como lo fue cuando el General de División Moore aceptó la rendición del General Menéndez. Y les puedo prometer ahora que eso no va a cambiar”, señaló Johnson, en referencia a la guerra de 1982. 

El Primer Ministro, que también felicitó a los isleños por tener al 97% de la población vacunada -una de las tasas más altas del mundo-, ironizó sobre la victoria diplomática que logró el equipo de Tenis de Mesa (conocido popularmente como Ping Pong). Hace algunos meses, los isleños lograron que la Federación Internacional de Tenis de Mesa los reconozca como miembros plenos independientes. Lo que en la práctica implica un desconocimiento del reclamo de soberanía argentino. 

“Después de todo, 2021 fue el año en el que incluso la Federación Internacional de Tenis de Mesa reconoció, ante las ruidosas protestas de algunos, la soberanía inviolable de los jugadores de tenis de mesa de las Falkland”, destacó. 

Al referirse a las “ruidosas protestas de algunos”, Johnson no hizo más que aludir a los reclamos presentados por la Cancillería y la Federación Argentina de Tenis de Mesa. 

“Mientras ustedes y sus compañeros isleños deseen mantenerse bajo el paraguas de los Territorios Británicos de Ultramar, ahí es exactamente donde se quedarán”, concluyó el Primer Ministro. 

Esta semana, Johnson volvió a ser el centro de críticas en su país al salir a la luz una foto en la que aparece con su mujer, Carrie Johnson, y varios miembros de su personal en los jardines de la residencia oficial de Downing Street bebiendo vino en mayo de 2020 durante un confinamiento por el COVID.

 

Islas Malvinas

El diario The Guardian publicó en portada la imagen en la que se ve al jefe del Gobierno sentado junto a su mujer y otras dos personas alrededor de una mesa donde hay copas y una botella de vino, así como una tabla de quesos. 

Johnson lleva varias semanas acumulando crisis, como la polémica sobre una fiesta de navidad realizada durante el confinamiento o su intento de alterar las reglas parlamentarias para evitar que el ex diputado Owen Paterson pudiera ser sancionado por haber utilizado su posición para hacer gestiones con ministerios a favor de una empresa para la que trabajaba. 

Otro duro para Johnson tuvo lugar el martes en la Cámara de los Comunes, cuando casi 100 diputados conservadores desafiaran su autoridad al votar en contra de la introducción de los pases Covid para entrar en grandes eventos en Inglaterra.

 

Fuente: https://www.infobae.com

4 de diciembre de 2021

VIDEO: LAS HISTORIAS Y HAZAÑAS DE LA MÍTICA SECCIÓN GATO DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS


Durante el conflicto del Atlántico Sur, existió un grupo de hombres que protagonizó muchos de los momentos más relevantes de aquel tiempo 

 

En la guerra de Malvinas, el Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino tuvo una relevancia singular: sus efectivos protagonizaron la recuperación de las islas, fueron testigos del desembarco británico, combatieron en San Carlos y defendieron la soberanía argentina en las islas hasta el último día. En ese contexto, los integrantes de la sección Gato del 25, protagonizaron varios momentos que los convertirían en leyenda. 

El RI 25 partió hacia las islas desde de Sarmiento, una ciudad ubicada en la provincia de Chubut, a aproximadamente 150 kilómetros de Comodoro Rivadavia. Allí, un domingo de marzo del año 1982, algunos de los efectivos fueron convocados a la casa del jefe y, al llegar, debieron jurar preservar el secreto de la operación militar que tendría por objetivo recuperar las Malvinas y terminar con la usurpación británica: a esta operación se la conocería, tiempo más tarde, como Operación Rosario.  

Dentro de la organización del regimiento se encontraba la “Compañía C”, liderada por el Teniente Primero Carlos Daniel Esteban y compuesta por tres secciones: Bote, Romeo y Gato; a cargo de esta última, se encontraba el Subteniente Roberto Reyes. 

Los detalles de una operación clave 

En diálogo con DEF, el hoy General retirado y veterano de la guerra de Malvinas Roberto Reyes detalla que la sección lleva ese nombre en honor a uno de sus encargados: el “Gato” Colque. “Era un referente para todos. Fue un soldado comprometido con la patria que hacía todo con excelencia”, confiesa. 

Reyes, quien al regresar de la guerra fue reconocido con la medalla “Al valor en combate”, cuenta que las tareas de desembarco comenzaron el día 2 de abril cerca de las cuatro de la mañana: “Formábamos parte de la cabeza de vanguardia que iba a establecer la cabeza de playa de esa operación. Recuerdo haber estado orbitando en el agua con el vehículo anfibio y con parte de mi sección. Una vez que se ordenaron en dirección a Playa Roja, que era nuestro objetivo, recuerdo ver en la retaguardia a las compañías anfibias y, en el fondo, al ARA San Antonio. Fue una operación soñada por cualquier soldado: en minutos más, íbamos a recuperar nuestras islas”.

Los integrantes de la sección Gato, del Regimiento de Infantería 25, protagonizaron varios momentos que los convertirían en leyenda (Foto: Gentileza Roberto Reyes)

Dispuestos a todo en defensa de nuestra soberanía 

El tiempo fue transcurriendo y, con el correr de los días, la guerra iba recrudeciendo. Hacia mediados de mayo, y bajo las órdenes del Teniente Primero Esteban, un equipo de combate se ubicó en San Carlos: la sección Gato estaba entre ellos. 

“Esto comienza con una orden preparatoria, el 12 o 13 de mayo, para desplazarnos a una isla que no conocíamos y que, luego, se confirmó que era el establecimiento de San Carlos, a la altura 234″, detalla el oficial de Infantería, quien luego recuerda: “El 21 de mayo, a aproximadamente las dos de la mañana, un puesto de observación y escucha, que estaba hacia la boca del canal del estrecho de San Carlos, me trajo la información: se escuchaban ruidos en el canal. No se veía absolutamente nada, era una noche cerrada y fría”. 

Por entonces, Reyes integraba un grupo compuesto por 21 hombres. Él estaba a cargo de un grupo de seguridad y otro de piezas (de armas de apoyo, con morteros y cañones de 105 mm). “Nos encontramos con la misión de alertar y demorar, a través de las armas que teníamos, el posible desembarco que, finalmente, se concretó a las dos de la mañana”, añade. 

Pero, para los británicos, esta operación no fue simple pues, ante aquel aviso, Reyes se adelantó para confirmar los ruidos que sus camaradas habían oído. Eran voces y, a lo lejos, se divisaban algunas luces que marcaban la presencia de embarcaciones en el canal. “Eso originó que alertáramos a todo el personal y que los grupos que estaban en descanso pasaran a las posiciones de ataque. Aproximadamente, a la media hora de haber escuchado los primeros disparos, pudimos confirmar que estaban entrando por ese lugar, no solamente uno o dos buques, sino la flota. A partir de allí, las órdenes ya estaban dadas, y los procedimientos estaban repasados. Con la orden de fuego libre comenzamos con ese combate, a través de los morteros, hacia la flota”, cuenta. 

Aquel instante marcaría un antes y un después en la guerra. “Recuerdo ver al Sargento Colque tirando con los morteros, ya habiéndole ordenado empezar el repliegue. Tiraba hasta el último proyectil. Recuerdo la boca de los dos morteros 81, enterrados en la turba, y a él con sus piezas, batiendo la derrota del canal. Le tuve que repetir, en dos o tres oportunidades, que iniciábamos el repliegue. La misión ya estaba cumplida y la fuerza ya estaba alertada sobre el ingreso de la flota británica al canal”, confiesa Reyes. 

Reyes y varios de sus compañeros formaron parte de la Operación Rosario el 2 de abril de 1982 (Foto: Gentileza Roberto Reyes)

La llegada de las tropas británicas a las islas no fue nada sencilla. Los ingleses se encontraron con hombres dispuestos a todo para defender nuestra soberanía sobre las islas. Los bravos del 25, como se los conoce por su coraje, hicieron todo lo que estaba a su alcance para demorar el desembarco británico y hasta llegaron a avisar a Puerto Argentino. 

Incluso la bravura que los caracterizó se hizo sentir en aquel momento en el que un helicóptero británico intentó aterrizar en la isla: ellos dispararon contra la nave y evitaron la maniobra. 

“Malvinas, para mí, es la gloria de querer volver” 

Pese al valor puesto en el combate, San Carlos quedó en manos británicas. El equipo se reunió para replegar: faltaba la sección Gato. 

“El mismo 21 de mayo, luego de ese combate con el SAS, en el que fue tomada prisionera la base de fuego de la fracción, yo logré evadirme. Habiendo comprobado que mis soldados habían sido tomados prisioneros junto con algunos Suboficiales, comenzó un recorrido que duró hasta el 11 de junio”, explica el General. 

Entonces, comenzó la evasión y escape que tenían como objetivo el poder tomar contacto con la propia fuerza: “Es decir, no podíamos ser tomados prisioneros porque la guerra continuaba y estábamos en condiciones de seguir combatiendo”. 

2 de abril: el Regimiento de Infantería 25 llega a Malvinas al comienzo de la guerra (Foto: Gentileza Roberto Reyes)

Fue una odisea: sin alimentos, sin abrigo, y por la retaguardia del dispositivo enemigo, buscaron llegar a Puerto Argentino. “Sabía que tenía que hacer un envolvimiento por un cerro denominado Bombilla y, de ahí, llegar a Puerto Argentino. Teníamos que recorrer cerca de 80 o 90 kilómetros. Debíamos hacerlo en la turba, donde hay mucha humedad y el frío reina. Eso nos fue desgastando. Pudimos salir de la zona de San Carlos y, aproximadamente al tercer o cuarto día, caminando de noche, nos desplazábamos con cierta libertad”, relata Reyes. 

Esta situación provocó que algunos de ellos adquirieran afecciones como la del “pie de trinchera”. “Fue duro por todo lo que se vivió. Fuimos tomados prisioneros en una localidad llamada New House. Por entonces, después de tantos días sin comer y de movernos para intentar llegar a nuestras posiciones, la aptitud combativa había sido realmente perdida. Además, la munición se había perdido en el combate. Ahí terminó nuestra guerra, un 11 de junio, sin saber que ya había caído Darwin, sin apreciar que la fuerza inglesa estaba a las puertas de Puerto Argentino y que, en horas, caería”, recuerda. 

Por sus hazañas, los legendarios hombres del 25 fueron reconocidos en varias oportunidades. Sus historias de bravura y el desempeño de los efectivos son relatos que recobran sentido camino a los 40 años de Malvinas. Sus historias mantienen viva la causa y la memoria de nuestros héroes. 

“Malvinas, para mí, es la gloria de querer volver y la esperanza de recuperarlas. Malvinas sigue siendo la misma, es una hija de nuestra Patria. Las vamos a recuperar, Dios y la Virgen quieran que no sea a través de la fuerza, sino por medios diplomáticos. Malvinas, para mí, es parte de nuestra patria”, reflexiona el integrante de la reconocida sección Gato. 

Fuente: https://www.infobae.com

23 de noviembre de 2021

DOLORES: HOMENAJEARON A GUSTAVO GARCÍA CUERVA Y LOS 55 CAÍDOS DE LA FUERZA AÉREA EN MALVINAS

 

Se descubrió una placa que recuerda García Cuerva.

El acto tuvo lugar en la intersección de la ruta 63 y calle Belgrano, donde se encuentra una réplica del avión Mirage III. 

Con un emotivo acto, personal de la ex VIII Brigada Aérea rindió homenaje a uno de sus integrantes, el Mayor (PM) Gustavo Argentino García Cuerva, caído en la Guerra de Malvinas. 

El acto se desarrolló en la intersección de la ruta 63 y calle Belgrano, donde se encuentra una réplica del avión Mirage III que utilizaba el piloto dolorense. 

Estuvieron presentes el intendente, Camilo Etchevarren, Oficiales, Suboficiales y Personal Civil de la VIII Brigada Área, familiares de Gustavo Argentino García Cuerva, ex Combatientes de Malvinas, integrantes del gabinete municipal y vecinos. 

Los Veteranos de la Guerra de Malvinas Vicecomodoro (R), Carlos Miguel Selles; el Suboficial Mayor (R), Eduardo Tedesco; y el Suboficial Mayor (R) Hugo Carlos Hernández, descubrieron una placa que recuerda García Cuerva, la que fue bendecida por el Cura Párroco de la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores, Alejandro Mengucci. 

Posteriormente hizo uso de la palabra el Capitán (R) Veterano de la Guerra de Malvinas, Guillermo Ballesteros, quien señaló que compartió la vida militar con García Cuerva desde 1968, en la Escuela de Aviación Militar, en la V Brigada Aérea de Mendoza y en la VIII Brigada Aérea. 

El Capitán hizo una reseña en la que destacó el profesionalismo del piloto dolorense, señalando “el destino le planteó la alternativa de eyectarse, priorizando su supervivencia o arriesgarse y aterrizar el avión en Puerto Argentino, durante una alerta roja. Optó por salvar el avión, pensando que era la manera de mantener la capacidad de seguir combatiendo y cumplir con su deber sin mediar las consecuencias”. 

Ballesteros agradeció a la ciudad de Dolores, que permitió realizar el homenaje. “Hoy podemos decir con la más absoluta convicción, que puede descansar en paz, habiendo cumplido con Dios y con la Patria”, terminó expresando el Capitán. 

En el lugar la Municipalidad de Dolores colocó 55 thujas occidentales por los 55 héroes de la Fuerza Aérea caídos en Malvinas.

 

Fuente: https://www.entrelineas.info

14 de noviembre de 2021

COMBATIÓ EN MALVINAS Y SE RETIRA EN AEROLÍNEAS ARGENTINAS DESPUÉS DE VOLAR 47 AÑOS: “EL CIELO ES UNA OFICINA DE LUJO”

 

Roberto Cimbaro, chaqueño, hijo de un maestro mayor de obras y una enfermera, cumple 65 años y se jubila. En la guerra, al mando de un Pucará, averió un helicóptero inglés y cumplió arriesgadas misiones. Cuando se retiró de la Fuerza Aérea, comenzó a trabajar en la aviación comercial. Hoy, sus compañeros no paran de homenajearlo 

Por Hugo Martin

 

El Comodoro (R) Roberto Cimbaro, después de 9 mil horas de vuelo entre la aviación militar y la comercial, se jubila con honores

Tiene cuatro mil horas de vuelo en 36 años de servicio en la Fuerza Aérea. Y cinco mil en los 11 que pasó en Aerolíneas. En la guerra y en la paz, cada avión que piloteó Roberto Cimbaro durante sus 47 años de carrera tuvo pintada, en su fuselaje, la bandera argentina. 

Esa brillante trayectoria llegará a su fin el próximo 23 de noviembre. Se sabe que la regulación es estricta: el límite para los pilotos de aviación comercial es de 65 años. Y al día siguiente, el 24, Cimbaro alcanzará esa edad. 

El último vuelo será muy especial. Primero, porque su hija Valeria -que es comisario de a bordo de la línea de bandera- será parte de la tripulación. Y también por la ruta elegida: volará a Resistencia, su ciudad natal y allí subirá su hermana melliza, Norma. El último aterrizaje será en el Aeroparque Jorge Newbery.

 

El homenaje a Roberto Cimbaro en la cabina del Embraer 190 que comanda
 

Nada hacía suponer, cuando era niño en el Chaco, que el Chino -como lo apodan- iba a terminar subido a la carlinga de un avión. Pero a los 12 años, el hijo de Roberto y Ofelia -un maestro mayor de obras chaqueño y una enfermera correntina, ambos ya fallecidos, hermano de Norma y Eduardo, le puso alas a su destino. 

A esa edad se marchó de su casa para estudiar en el Liceo Militar General Belgrano de Santa Fe. Pero, cuenta, “enseguida descubrí que la tierra era aburrida, que no era para mí (ríe). Así que me pasé a la Fuerza Aérea. Fui a probar suerte a Córdoba, y en 1978 me recibí de aviador militar”. Los cursos que siguió, y su deseo de ser piloto de combate, hicieron que muy pronto se encontrara dentro de un Pucará.

 

El joven Teniente Cimbaro, junto a un Pucará

Soltero y destinado en la Base Aérea III de Reconquista -a dos horas en auto de la casa familiar chaqueña-, abril de 1982 lo esperaba para demostrar su valor. Un día antes de la recuperación de las islas Malvinas, Cimbaro y tres camaradas, a bordo de cuatro Pucará, fueron derivados a Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz. “No sabíamos a qué misión íbamos. Llegamos a las 2 de la madrugada y vimos un despliegue de tropas importante. Nos dimos cuenta que algo raro pasaba. Como habíamos volado toda la noche, nos fuimos a descansar. El 2 a la mañana, cuando nos levantamos, nos enteramos de la recuperación de las Malvinas. Y nos ordenaron prepararnos para cruzar al día siguiente a las islas…” 

El 3 de abril, Cimbaro aterrizó en la Base Aérea Militar (BAM) Malvinas, la pista de Puerto Argentino. Tenía, entonces, 25 años. “Hasta ese momento no le había podido avisar a mis padres. Normalmente, cuando salía en una misión, llegaba, compraba cospeles y los llamaba: ‘hola mami, estoy en Mar del Plata…’, ponele. Pero en Río Gallegos no tuve tiempo de nada. Así que recién los pude llamar desde Puerto Argentino tres días más tarde. Había una oficina de Entel y sacábamos turno: primero los soldados, después los suboficiales y por último los oficiales. Nos daban tres o cuatro minutos para hablar. Mis padres ya habían telefoneado a la base después del 2 de abril, algo sospechaban. La otra forma de comunicarnos era por carta. Conservo algunas de chicos de escuelas chaqueñas y cada tanto las leo… Eso nos daba fuerzas”. 

En la sala de pilotos del Escuadrón Pucará en Malvinas durante abril de 1982. Arriba: Tenientes Daniel Jukic y Miguel Giménez (ambos fallecidos en la guerra), los entonces Tenientes Roberto Cimbaro y Hernán Calderón. Abajo: el Capitán Roberto Vila y el Teniente Héctor Furios

El 15 de abril, previendo un ataque al principal aeropuerto, se estableció el BAM Cóndor en Darwin. Allí ubicaron al Escuadrón Pucará. “Fue un mes tranquilo, pero la mente trabajaba a mil por hora. Especulábamos sobre si los ingleses iban a atacar o no. Algunos eran más optimistas, otros menos. La mayoría pensábamos que no llegaría el bautismo de fuego. Que habría un bloqueo, una presión diplomática y nos íbamos a retirar. Otros decían que si Inglaterra había movido todos esos recursos era para atacar. Al final, esa minoría tuvo razón. En ese tiempo nos dedicamos a reconocer el terreno y preparar los lugares dónde podríamos aterrizar en caso de emergencia”, relata Cimbaro. 

El 1° de mayo llegó el bautismo de fuego para el Escuadrón. “Fue traumático”, recuerda. La base fue atacada a las 8.31 de la mañana por una escuadrilla de aviones Harrier que despegaron del portaaviones Hermes. En esa acción murió un piloto, el Primer Teniente Daniel Jukic y quienes lo asistían: los Cabo Principal Rodríguez Juan y Juan Duarte; y los Cabo Primero José Maldonado, Agustín Montaño, Andrés Brasich, Miguel Carrizo y José Luis Peralta. 

Un avión Pucará en Malvinas durante un patrullaje aéreo en mayo de 1982 Telam Foto: Carlos García Malod

“Fue un baldazo de agua fría -lamenta Cimbaro-. Yo fui el segundo y último Pucará que despegó antes que llegara el ataque. Me fui a la isla Borbón (Nota: donde había una pista de la aviación de la Marina) y ahí, por radio, me enteré de mis compañeros muertos. Después del shock inicial, uno se levanta y dice ‘bueno, hay que seguir peleando, por lo menos en memoria de ellos’”. 

Cuando los ingleses desembarcaron en el estrecho de San Carlos el 21 de mayo, la misión del Escuadrón Pucará fue frenar el avance de las tropas. “Ellos marchaban hacia Darwin y Puerto Argentino. En esos ataques volví con impactos en el fuselaje y varios compañeros se tuvieron que eyectar. Gracias a Dios nunca tuve que hacerlo, aunque estaba preparado porque volábamos muy bajo”. 

En 1987 con "El Tucu" Cervera, su instructor, en el día del primer vuelo que Cimbaro hizo solo en un Mirage

Cimbaro tiene hacia el Pucará un afecto muy especial. Y explica por qué: “El aspecto aéreo de Malvinas hay que dividirlo. Por una parte, la lucha era sobre el mar, contra los buques, y por el otro, la que nos tocó a nosotros, en tierra. El Pucará fue diseñado en la década del ‘70 para la lucha contra la guerrilla. Era una muy buena arma para el ataque aire-tierra con cohetes, bombas, ametralladoras y proyectiles desde cañones a blancos poco defendidos como camiones, tropas o helicópteros, no para el ataque aéreo. Podía descender en terrenos poco preparados, como tierra o pasto, y en corta distancia. La pista de Darwin tenía 500 metros de longitud. Nunca fuimos enviados a atacar barcos, por ejemplo. En ese aspecto estaríamos perdidos porque era un avión lento, que va a 500 kilómetros por hora. La desventaja es que no teníamos defensa electrónica como para desviar misiles. Pero absorbió el tema de los impactos, por ejemplo. Fue un avión fabricado en la Argentina, que se portó maravillosamente bien contra la mejor tecnología de Inglaterra. Gracias a Dios pude hacer un último vuelo en Reconquista en 2019, cuando dejó de volar”. 

Sus últimas dos misiones fueron el 28 de mayo. “La primera, a las 9 de la mañana, salí a tratar de identificar el avance inglés y detenerlos con cohetes, porque estaban muy cerca de la BAM Cóndor en Darwin. Y la segunda, la más impactante, fue cuando atacamos con mi compañero (el Teniente Miguel Ángel) ‘El Sombra’ Giménez, a dos helicópteros Scout. Entramos en combate a muy baja altura, recuerdo que lloviznaba. Él derribó a uno. Me di cuenta por los gritos que escuché por la radio. Al que combatió conmigo lo averié y lo obligué a aterrizar. Quedó de costado, caído en la turba”. 

El Comodoro Roberto Cimbaro en la despedida del Mirage en 2019

Su compañero, pensó Cimbaro, lo seguía en el regreso. “Aterricé y le dije a mi jefe que venía detrás mío. Había establecido comunicación con él”. Pero no fue así: ingresó en un banco de nubes muy bajas y se estrelló contra una ladera del Cerro Azul. “Su cuerpo fue hallado, aún dentro de su avión, cuatro años después de la guerra. Fue muy duro…”, recuerda sobre su compañero de armas. En Malvinas ofrendaron la vida 35 pilotos argentinos. 

El 30 de mayo, después de casi dos meses de permanecer en las islas, Cimbaro fue relevado, embarcado en un Hércules y destinado a Río Gallegos como piloto de reserva: “uno de los últimos días de la guerra estuve por salir con bombas para atacar los alrededores de Puerto Argentino y regresar al continente, pero la misión se suspendió a último momento”. 

Desde entonces, nunca volvió a Malvinas. “No me haría bien por una razón: no me gusta tener que pedir autorización para ir a mi casa”, señala. 

El Comodoro Roberto Cimbaro en la Base Aérea Reconquista, donde volaban los Pucará

Después de la guerra fue destinado como instructor de vuelo en Córdoba. Más adelante, por su desempeño, pudo escoger qué avión volar, y eligió el Mirage. Estuvo en las bases de Moreno y Tandil, donde permaneció cinco años. Completó la Licenciatura en Sistemas en la Escuela de Guerra y viajó como observador militar a Israel. 

Ya estaba casado con una catamarqueña, Silvia Vega, con quien tiene tres hijos: Verónica. la mencionada Valeria -ambas tripulantes de cabina- y Federico, que nació en Tandil cuando volaba Mirage y sigue sus pasos como piloto: es Teniente de la Fuerza Aérea, destinado en la base de Morón. “Con Valeria ya volé varias veces. Verónica trabajaba en Lan, pero lamentablemente desde que esa línea aérea dejó el país está desempleada…”. 

El "arco de agua" en uno de los homenajes que recibió Roberto Cimbaro

A Israel viajó con su familia. Se instaló en el norte, en Nahariya, la ciudad más cercana a la frontera con Líbano. Y señala que “allí pasé peligros más grandes que en Malvinas. Me enviaron un año a una misión de paz, un convenio que se hizo cuando estaba Menem. Me tocó en las Alturas del Golán medio año y medio en la franja de seguridad entre Israel y el Líbano. Ahí no volé, patrullaba en tierra. Y en más de una oportunidad me cayeron muy cerca disparos de mortero y misiles Katiuska cerca de una base israelí. Me tenía que ir a la banquina, ponerme el casco y el chaleco antibalas. Me salvé en Malvinas y ahí estuve más cerca. Pero fue una buena experiencia…”

 

Junto a su hija Valeria, comisario de a bordo de Aerolíneas, que lo acompañará el 23 en su último vuelo

En 2010 se retiró de la Fuerza Aérea con el grado de Comodoro. Por su jerarquía en el escalafón, no volaba más aeronaves de guerra. Y le llegó la oportunidad de entrar en Aerolíneas Argentinas, donde siempre tuvo a cargo uno de los Embraer 190 de la compañía, un avión de 96 pasajeros que hace vuelos regionales. “Ingresar de grande a la aviación comercial fue un bonus track -explica-. Estos 11 años pude seguir haciendo lo que amé desde chiquito, volar. Fueron años hermosos, conocí mucha gente. Y otra clase de vuelo, porque nada que ver con el de combate, donde uno va solo, con máscara, con oxígeno, con casco, atado a un asiento eyectable. Aquí es otro mundo, que también exige una preparación muy profesional, se piensa en los pasajeros. Me adapté, porque tenía 50 y pico de años y mis jefes, los comandantes, quizás 20 menos que yo. Aprendí de ellos sobre el avión, y ellos de mí sobre mi experiencia de vuelo. Pero sé que estoy cerrando un ciclo, mi etapa activa como piloto”.

Por estos días, el primer oficial Cimbaro recibe muchos homenajes cada vez que vuela o llega a un aeropuerto. Lo honran desde sus compañeros de cabina hasta los que trabajan en la pista y le hacen el “arco de agua” con los camiones hidrantes. Para el piloto, es toda una revelación: “Estoy asombrado, medio en shock. Por mi forma de ser, ni mis vecinos sabían que soy veterano de Malvinas. Soy de muy bajo perfil, provinciano, chaqueño. Y ahora se están enterando todos. Me llena de felicidad, no pensé que la gente me quería tanto. Me sorprendió…”. 

Roberto Cimbaro se retira después de 47 años volando

Se va, como dice, “feliz y volando”. Aunque también, confiesa: “No sé si podré estar mucho tiempo en tierra. Yo no tengo avión, pero si mi hijo sale a volar solo, me va a invitar seguro”. 

En los últimos 47 años, Roberto Cimbaro tuvo en sus manos la vida y la muerte en medio de una guerra, y transportó miles de sueños en tiempos de paz. Queda sólo preguntarle qué es volar: “Pilotar un avión es mirar para abajo y decir ‘que grandioso es nuestro país’. Y por supuesto, estar en el cielo, que es algo único. Hasta el show de los rayos dentro de las nubes es una maravilla… ¿La verdad? Los que trabajamos en esto tenemos una oficina de lujo allá arriba”. 

Fuente: https://www.infobae.com

EL GOBIERNO LES ENTREGÓ A FAMILIARES DE CINCO SOLDADOS CAÍDOS EN MALVINAS LOS INFORMES DE IDENTIFICACIÓN DE SUS TUMBAS

 

 

A partir del trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Equipo de Argentino de Antropología Forense, se confirmó el lugar donde están sepultados dentro del Cementerio Argentino de Darwin 

Los familiares de los fallecidos junto a las autoridades nacionales

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos les entregó a los familiares de cinco soldados caídos durante la Guerra de Malvinas, el informe final sobre la identificación de sus restos en el Cementerio Argentino de Darwin, que se realizó en el marco del segundo Plan Proyecto Humanitario (PPH2). 

Se trata de ex combatientes que estaban sepultados sin nombre en la tumba C.1.10, pero que fueron reconocidos a partir del trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y del Equipo de Argentino de Antropología Forense (EAAF). 

Durante un acto que se realizó el viernes pasado en la sede de la cartera de Justicia, el Gobierno recibió a las familias del Subalférez Guillermo Nasif; del Cabo Primero Carlos Misael Pereyra, y del Gendarme Juan Carlos Treppo, a quienes les otorgaron una copia del trabajo de exhumación realizado por los organismos. 

Además, del encuentro también participó la hija del Cabo Primero Víctor Samuel Guerrero, quien fue informada sobre la reasociación de los restos óseos de su padre, quien ya estaba identificado desde 1982, poco después de que finalizara el conflicto bélico. 

Asimismo, el Ministerio también comunicó la reconfirmación de identidad a los allegados del Primer Alférez Ricardo Julio Sánchez, y anunció que próximamente entregará el informe sobre un sexto soldado cuyos restos también fueron identificados, según se comunicó oficialmente. 

Por su parte, Carolina Guerrero, hija del Cabo Primero de Gendarmería Víctor Samuel Guerrero, caído en Malvinas en un helicóptero abatido el 30 de mayo de 1982, manifestó estar “muy agradecida con el trabajo que se hizo” y destacó que “es muy importante para los familiares que no tenían la identificación total”. 

“Mi hermano y yo dimos muestras de sangre para que pudieran cotejar con los restos que encontraron en tumbas colectivas, donde estaba el Alférez Sánchez, que también estaba en el helicóptero en el que estaba mi papá”, explicó la mujer tras la reunión en el Ministerio. 

La placa de la tumba C.1:10 que fue exhumada

A su vez, Elsa Beatriz Cremona, esposa de Carlos Misael Pereyra, señaló que con esta noticia “casi” puede “cerrar el círculo” por la pérdida de su marido, pero aclaró que ahora le falta “poder viajar a las islas a visitarlo”, dado que tras 39 años de incertidumbre ya tiene “un lugar para ir a llorarlo”. 

Los cinco ex combatientes muertos en Malvinas fueron identificados a mediados de septiembre pasado, luego de casi cuatro décadas de haber estado sepultados en la fosa C.1.10 del Cementerio de Darwin bajo la placa “Cuatro soldados argentinos solo conocidos por Dios, incluyendo al 1er Alférez Ricardo Sánchez”. 

La Comisión de Familiares de Malvinas reformó el lugar e instauró un nuevo epitafio: “Héctor Walter Aguirre-Mario Ramón Luna-Julio Ricardo Sánchez-Luis Guillermo Sevilla”. Pero el Plan Proyecto Humanitario 1 descubrió que tres de esos combatientes estaban enterrados en otras tumbas. 

Con el objetivo de identificar quiénes estaban en esa sepultura, la Argentina y el Reino Unido firmaron el PPH2, que incluía revisar una zona en Caleta Trullo, a casi 60 kilómetros de puerto argentino y un poco más de 80 de Darwin, donde la denuncia de un veterano inglés señalaba que podía existir una “tumba de guerra” de soldados argentinos. La inspección en el lugar descartó que existieran fosas en la zona señalada. 

Fue entonces que un equipo viajó a las islas y exhumó la tumba C.1.10, donde se presumía que podían estar los gendarmes que viajaban en un helicóptero Puma derribado: Luis Fondebrider, titular de la Dirección de la Unidad Forense de la Cruz Roja Internacional, fue el encargado de volar directamente desde Mount Pleasant al Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella, en Córdoba, con las muestras que luego permitieron identificar a los 5 gendarmes. 

En el acto de entrega de informes participaron el secretario de Justicia de la Nación, Juan Martín Mena; el responsable del equipo interdisciplinario que tuvo a cargo la implementación del PPH del ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Mariano Flores y el jefe de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, Alexandre Formisano. 

También estuvieron el representante para la Argentina del CICR, Gabriel Valladares; el jefe de la Unidad Forense del CICR, Luis Fondebrider; los investigadores del Equipo Argentino de Antropología Forense, Carlos Somigliana y Virginia Urquizu; y la escribana adscripta de la Escribanía General de Gobierno, Vanina Capurro. 

Fuente: https://www.infobae.com

7 de noviembre de 2021

HOMENAJES A NUESTROS HÉROES DE MALVINAS

 

 

Continuamos con la campaña Rumbo a los 40 años de Malvinas, rindiendo homenaje a nuestros Veteranos de Guerra de Malvinas en todo el país 

En Misiones, el General de Brigada (R) VGM Sergio Fernández dio una charla al personal de la XIIda Brigada de Monte durante las maniobras finales de la Gran Unidad de Combate en Oberá y Apóstoles.

 

Aprovechando su estadía en la provincia el General Fernández, quien integrara la Compañía de Comandos 601 durante la Guerra, se reunió con la familia del Teniente Estévez, dio charlas en el Colegio Nª 1 Martín de Moussy (al que asistió el héroe misionero), en Liceo Naval Militar Almirante Storni y fue entrevistado por la televisión y radios locales 

 

El Liceo Militar General Aráoz de Lamadrid participó del homenaje que se realizó a nuestros Héroes de Malvinas en la localidad de Yerba Buena (Tucumán). 

En el monumento a la Gesta se depositó una ofrenda floral y la Banda Militar "Pedro Bustamante" ejecutó las estrofas del Himno Nacional Argentino, Silencio Militar -en honor a quienes quedaron en guardia permanente en las Islas- y la Marcha de Malvinas

 

Mientras tanto, en la pérgola de la peatonal Sarmiento y en la Plaza Independencia de la ciudad de Mendoza, la Banda Militar Talcahuano, del Regimiento de Infantería de Montaña 11, realizó un concierto para homenajear a los Veteranos de la Guerra de Malvinas y honrar a quienes quedaron como custodios permanentes de nuestra soberanía en las Islas.


 

En Chubut, La Banda Militar del Regimiento de Infantería Mecanizado 25 participó de la ceremonia que se celebró en el gimnasio municipal de Sarmiento. Allí, nuestros músicos militares ejecutaron marchas y canciones ilustrada con imágenes y videos de la gesta de Malvinas y el ex soldado VGM Ernesto Curapil hizo uso de la palabra. Más tarde, en la sala histórica de la unidad se entregaron los premios a los ganadores del concurso escolar.


 

En Villaguay (Entre Ríos) la Banda Militar “Trompa de ordenes Cosme Chirú”, del Regimiento de Caballería de Tanques 1 llevó a cabo una retreta en la plazoleta “Antártida Argentina”, allí ejecutó obras musicales alusivas a Malvinas, con la presencia de veteranos de guerra locales, autoridades municipales y alumnos de escuelas cercanas. 

También en Mar del Plata se homenajeó a nuestros Héroes de Malvinas. Para ello, la Banda Militar de la Agrupación de Artillería Antiaérea de Ejército 601 - Escuela, dio un concierto en el monumento que se encuentra en el barrio 2 de Abril.


 

El 2 de noviembre, Día de los Muertos por la Patria, se celebró una misa en la capilla del Destacamento de Vigilancia del Cuartel Corrientes a donde fueron especialmente invitados los Veteranos de Guerra de la ciudad y sus familiares.

 

Fuente: https://www.argentina.gob.ar

UNA INVESTIGACIÓN ASEGURA QUE LAS ISLAS MALVINAS FUERON HABITADAS PRIMERO POR LA COMUNIDAD YAGÁN

 

El estudio, publicado en la revista Science, apunta a que el pueblo indígena de Tierra del Fuego llegó al archipiélago antes que británicos o argentinos

 

Imagen tomada desde la Estación Espacial Internacional el 27 de mayo de 2014 Crédito: Oleg Artemyev

En la larga y compleja disputa que mantienen la Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas siempre ha habido un hueco en la historia: ¿Quién estuvo allí primero? Cuando los navegantes europeos llegaron a este archipiélago del Atlántico sur hace más de 300 años, encontraron islas pobladas con animales marinos, pero sin presencia indígena. En esa tierra fría eran reyes, sobre todo, los pingüinos. 

Una nueva investigación publicada en la revista Science en octubre, sin embargo, desvela evidencias paleontológicas que apuntan a una dirección distinta. Muchos siglos antes de que llegaran británicos o argentinos, de acuerdo al artículo, por esas islas posiblemente pasaron otros habitantes: los indígenas Yagán.  

“Reportamos varias líneas de evidencia que indican que los humanos estuvieron en las Islas Falkland [Islas Malvinas] siglos antes que los europeos”, dice el artículo hecho por un grupo de científicos y liderado desde la Universidad de Maine en los Estados Unidos. “Los hallazgos de nuestro estudio coinciden con la cultura del pueblo Yagán de la Tierra del Fuego”.  

La reacción política en la Argentina fue inmediata. “Este importante hallazgo es una muestra más del vínculo indisoluble entre las Islas Malvinas y la Isla Grande de Tierra del Fuego”, dijo Andrés Dachary, secretario del Gobierno argentino para las Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales. “Este vínculo no es sólo jurídico y geográfico, sino que estos resultados demostrarían, una vez más, los históricos lazos de pertenencia natural a la República Argentina”.  

Los dos Gobiernos en disputa se enfrentan regularmente en el comité de descolonización de Naciones Unidas, donde la Argentina acusa al Gobierno británico de mantener las islas como una de sus muchas colonias. Pero los herederos de los británicos en las Malvinas han exigido su derecho a la autodeterminación diciendo, entre otras cosas, que ningún otro pueblo ha estado tantas generaciones allí. La revista Science, sin embargo, parece haber encontrado evidencia de que eso no ha sido así.  

Tras las pistas de un misterioso zorro 

El análisis en Science, curiosamente, arranca con Charles Darwin. Cuando visitó las Islas Malvinas en 1833, Darwin documentó un solo mamífero terrestre, un zorro, conocido hoy como Dusicyon australis. La pregunta desde entonces ha sido: ¿Cómo llegó ese animal allí? ¿Lo llevó alguien desde la Patagonia? No sería ilógico, porque este zorro es familiar de otro patagónico, conocido como Dusicyon avus. ¿Entonces por qué no se encontraron ruinas arqueológicas en las islas u otras pruebas de la presencia de ese pueblo migrante? ¿Encontró el animal otra vía para hacer un viaje transoceánico? El encantador zorro que Darwin registró parecía domesticado –no les tenía miedo a los humanos– y fue cazado por europeos hasta extinguirse en 1876. De él solo quedan algunos huesos.  

Sospechando que el zorro fue importado por seres humanos, el grupo de la Universidad de Maine buscó respuestas en la tierra. Enfocaron sus excavaciones en dos puntos donde había sospechas de un pasado indígena: un lugar donde Darwin había identificado unas viejas canoas; otro donde un habitante encontró en 1979 una punta de flecha hecha en piedra.  

Los científicos excavaron viejos depósitos de carbón fosilizado, restos de fuegos que, de ser humanos, pueden señalar los siglos en los que estuvieron encendidos. “Cuando los humanos llegan a un sistema, como estas islas, la frecuencia e intensidad de fuegos típicamente aumenta considerablemente”, explica Catherine Hamley, paleontóloga que lideró la investigación. “Eso puede ser por distintas razones: las personas buscan el fuego para calentarse, para despejar terrenos, para cazar o muchas otras razones”.  

Una gran parte del carbón fosilizado que encontraron les permitió identificar más o menos en qué años pudo haber habido fogatas parecidas a las que años después hicieron los europeos. “Y lo que encontramos, sobre todo en la zona que se llama New Island, es un aumento considerable de la frecuencia hace 550 años”, explica Hamley. Es decir, alrededor de 1472, antes de que se establecieran allí los europeos en el siglo XVIII (incluso antes de la llegada de Colón a América en 1492).  

Los investigadores también encontraron apilados viejos huesos de leones marinos y pingüinos. “Encontramos pilas con docenas de huesos de leones marinos, y más de 100 esqueletos de pingüinos”, dice la investigadora. “Estaban lejos de la playa, así que no se hubieran podido acumular allí naturalmente, y normalmente los pingüinos son devorados por los leones marinos, así que es poco probable que estuvieran juntos abrazados en una zona de la isla”, explica. Análisis químicos dicen que estas pilas de huesos podrían haberse acumulado allí entre los años 1275 y 1420, también mucho antes de los europeos. “Lo que sugerían estas pilas es que son el resultado de una actividad humana. Por estar lejos de la playa podrían haber sido cazados”, dice Hamley. 

De los pocos restos del famoso zorro encontraron que vivieron en la isla al menos hace 1.000 años. Un diente indicó incluso hasta 3.000 años. Pero, sobre todo, al mirar la dieta del zorro, vieron que comía animales que le hubiese costado cazar sin ayuda: pingüinos, leones marinos o focas. “Su nivel de nitrógeno nos indica esto”, explica la investigadora. “No creemos que hubieran podido cazar solos leones marinos, y aunque estos datos son preliminares, no podemos descartar que hayan sido personas las que les hayan dado estos animales”.  

¿Pero qué humanos hubieran podido prender fuego allí, comer pingüinos y alimentar a unos zorros? Basándose en fuentes secundarias arqueológicas, los investigadores llegaron a los Yagán. “De los varios grupos que estuvieron en la Tierra del Fuego durante el Holoceno, la evidencia en New Island es consistente con la cultura Yagán, quienes eran marinos que subsistían de una dieta compuesta por leones marinos, pingüinos y mariscos”, dice el estudio. “Antes de la colonización europea, los yaganes eran un pueblo que se movía mucho sin tener asentamientos permanentes, y las familias viajaban juntas por canoas incluso hasta las islas Diego Ramírez, ubicadas a 105 kilómetros al suroeste del Cabo de Hornos en el Pasaje de Drake. El fuego era parte integral de la cultura Yagán, y de allí el nombre de Tierra del Fuego”.  

Aunque no hay evidencia de que domesticaron a este zorro en particular, los Yagán llevaban en sus canoas “a varios caninos” que no formaban parte de su dieta, sino que domesticaban. Los investigadores dicen que, si los Yagán efectivamente llegaron a las Malvinas, seguramente no tuvieron una presencia sostenida allí, sino que fueron visitas temporales o accidentales. Eso explicaría por qué no dejaron una extensa presencia cultural (como ruinas), pero al menos sí la “huella antropogénica” que leen en el carbón o los huesos. El estudio termina diciendo que es necesaria más investigación en “colaboración con comunidades indígenas, cuyas historias orales y conocimiento tradicional ecológico representan saberes milenarios sobre la prehistoria de la Tierra del Fuego y el Sur del Atlántico”.  

El impacto en la tierra del fuego 

Más allá de la pelea entre la Argentina y el Reino Unido, el estudio fue un impulso para visibilizar a un pueblo indígena que ha sido discriminado (e incluso masacrado) tanto por gobiernos chilenos, argentinos y británicos. El estudio recordó a varios la historia de un conocido miembro del pueblo Yagán, O’rundel’lico, también conocido como Jemmy Button: un hombre indígena Yagán que fue canjeado como mercancía, a cambio de un par de botones, por el inglés Fitz Roy. Además de él, cientos de personas del pueblo Yagán fueron secuestrados y llevados a las Malvinas para ser esclavizados por misionarios británicos durante el siglo XIX.  

“Me sorprendió [el estudio de Science], y me da alegría saber un poco más de mi pueblo, que es un pueblo canoero”, dice Lidia González, miembro del pueblo Yagán y representante de este en la actual Convención Constitucional de Chile. “Obviamente la comunidad Yagán está interesada en saber más de nuestro pueblo. Nosotros vivimos en el extremo sur de Chile, hemos sido muy invisibilizados por el país, se sabe muy poco de nuestra cultura. Y fuimos reducidos de ser un pueblo que habitaba toda la Patagonia a hoy, que solo somos unos cuantos”. Aunque no hay un censo exacto, se estima que actualmente en los dos países hay al menos unas 500 personas que pertenecen al pueblo Yagán.  

“No elegimos ser pocos, nos tocó muy duro a nosotros la historia”, añade González. Su madre, cuenta, es la última persona viva en Chile cuya lengua materna sigue siendo el Yagán. “Trabajamos haciendo cursos [por cuidar la lengua], pero acá no hay apoyo de nadie, ni del Gobierno, ni del Estado”, añade. 

 

Aunque llevan siglos en el sur del continente, solo hasta este año la Argentina reconoció su personalidad jurídica como pueblo originario, según explicó a El PAÍS Vanina Ojeda, miembro del pueblo selk’nam en la Patagonia argentina y secretaria provincial de Pueblos Originarios. “Nos sorprendió el estudio, pero no tanto”, dice Ojeda sobre lo publicado en Science. “No creemos imposible que la presencia del pueblo Yagán como resistente haya habitado el pueblo malvinense, así como el pueblo kawashkar”.  

Pero algunos investigadores en la Patagonia son más escépticos frente al artículo de Science y llaman a la calma, como Atilio Francisco Zangrando, arqueólogo y paleontólogo del Centro Austral de Investigaciones Científicas en la Argentina. “Es verdad que en muchas partes del mundo se toma el carbón como forma indirecta de presencia humana, pero no en contextos tan aislados [como las Malvinas]”, dice Zangrando. “No podemos probar presencia humana solo con carbón, con depósitos. Normalmente esos niveles de carbón que se encuentran están ligados a un sitio arqueológico”.  

En cambio, en las Malvinas no hay “ningún registro cultural asociado a la presencia humana”, como artefactos de caza u otros tipos de ruinas, aparte de la punta de flecha en piedra que pudo llegar allí cuando los británicos llevaron a los Yagán a las Malvinas en el siglo XIX. “Grupos yaganes fueron trasladados allí por misiones anglicanas, y cuando iban mantuvieron algunas tradiciones como fabricar puntas de armas con piedra”, dice Zangrando.  

La falta de más restos de artefactos para cazar pingüinos y leones marinos, además, le genera dudas. “Yo trabajo en conjuntos arqueológicos de acá, en Tierra del Fuego, y es muy común encontrar huellas o marcas en los huesos de lobos marinos”, dice sobre marcas que dejarían las herramientas de caza. “En los depósitos que hemos excavado donde estuvieron los yaganes acá, es muy común encontrar esas marcas. Entonces llama atención que en tantos miles de huesos no aparece ninguna marca clara, y no aparecen instrumentos de piedra asociados a esos huesos”.  

Pero si los yaganes no estuvieron allí, ¿quién llevó al zorro domesticado hasta las islas? Zangrando –que también dice que el pueblo navegante de los yaganes difícilmente hubiera podido viajar en sus canoas tan lejos como a las Malvinas– dice que hay otra hipótesis: quizás el zorro llegó solo.  

“Se ha manejado el argumento de que, cuando el nivel del mar fue muy inferior al actual, hasta 120 metros por debajo del actual, en un periodo que se llamó Último Máximo Glacial hace 20.000 años, la Patagonia tenía el doble de superficie”, explica Zangrando. “Eso hacía que la distancia entre la costa entre la Patagonia y las Malvinas fuese más chica. La hipótesis que se planteó es que esta especie [el zorro] pudo viajar en plataforma de hielo, algo que ocurrió en el hemisferio norte. No estuvieron conectadas las Malvinas y la Patagonia por tierra firme, pero pudieron estar conectadas por hielo”.

 

Fuente: https://www.ellitoral.com