25 de diciembre de 2018

¿INTENTÓ JUAN MANUEL DE ROSAS CANCELAR LA DEUDA EXTERNA A CAMBIO DE LAS ISLAS MALVINAS?



De acuerdo a documentación que se guarda en archivos locales como de Gran Bretaña, Rosas puso en la mesa de negociaciones la cuestión Malvinas y la posibilidad de cancelar la deuda con los tenedores a cambio de entregarles las islas a los ingleses ¿Fue estrategia política para forzar el reconocimiento de la soberanía o existió la voluntad de hacer un canje?

Por Adrián PIGNATELLI

 Bono de la Baring Brothers
Bono de la Baring Brothers

La magnitud del proyecto justificaba solicitar el préstamo. Era fines de 1822 y el gobierno de Martín Rodríguez con su poderoso ministro Bernardino Rivadavia tenía pensado construir un nuevo puerto, instalar un sistema de aguas corrientes y promover la colonización de la campaña a través de la fundación de pueblos, tanto en el interior como en la costa que va de Buenos Aires a Patagones, donde se proyectaban tres nuevas ciudades.

Para ello, en noviembre de ese año la Sala de Representantes aprobó una ley autorizando al gobernador de la provincia de Buenos Aires a contratar un empréstito al exterior. Las tratativas tuvieron lugar en 1824 y se eligió a la Baring Brothers, una casa de banqueros ingleses a los que se les solicitó la suma de 5.000.000 pesos fuertes que equivalían a 1.000.000 de libras esterlinas. Se presentaron tierras públicas como garantía.

El empréstito se colocó al 85% y se recibió el 70%. La diferencia quedó en los bolsillos de los intermediarios. Y además la Baring retuvo una garantía adicional de 120 mil libras correspondiente a dos años de intereses y 10 mil libras por gastos y comisiones. Del millón de libras acordados, sólo llegarían 560 mil. Y como era dificultoso el envío de dinero, se hizo a través de letras de cambio girada contra casas comerciales en Buenos Aires, algunas de las cuales pertenecían a la propia Baring Brothers.

El capital recibido fue gastado en la guerra con el Brasil. La dificultad para hacer frente a los intereses llevó al ministro de Hacienda, en 1828, a vender las fragatas Asia y Congreso para cubrir los dividendos vencidos. El proyecto del puerto y los pueblos ya eran un viejo recuerdo.

"El gobierno nunca olvida el pago de la deuda" 

El 3 de enero de 1833 los ingleses usurparon las Malvinas con el ataque de la corbeta de la marina británica HS Clio al mando del capitán Onslow.

Le cupo a Manuel Moreno, ministro plenipotenciario, elaborar lo que sería el primer alegato en defensa de la soberanía argentina. Moreno era el hermano menor de Mariano, el secretario de la Primera Junta. Era político, médico graduado en la Universidad de Maryland y docente de Química en la Universidad de Buenos Aires. En 1828 fue nombrado embajador en Gran Bretaña; en 1835 cumplió idénticas funciones en Estados Unidos y volvió como embajador en las islas británicas de 1838 hasta la caída de Rosas.

Él fue el responsable de la primera protesta argentina contra la usurpación. Fue elaborada el 17 de junio de ese mismo año y su destinatario fue el vizconde Palmerston, Secretario Principal de Estado para los Asuntos Extranjeros.

Juan Manuel de Rosas 
Juan Manuel de Rosas

En 1835 Juan Manuel de Rosas asumió su segundo período como gobernador y responsable de las relaciones exteriores del país. Era apoyado por el sector terrateniente y estanciero al que pertenecía, poseía un gran predicamento en las clases populares y gobernó con mano dura y orden en un sistema sin Constitución.

A través de la Ley de Aduanas, que comenzó a aplicar en 1836, protegía tantos las manufacturas locales y la materia prima y gravaba aquellos que venían del exterior. Esto permitió engrosar las arcas de la aduana, manejada por Buenos Aires y también girar fondos a las provincias.

Al comienzo de su segundo mandato, Rosas debió enfrentar la presión de los tenedores de bonos por cobrar sus dividendos. En el mensaje a la Sala de Representantes de 1835 aclaró que "el gobierno nunca olvida el pago de la deuda extranjera, pero es bien manifiesto que al presente nada se puede hacer por ella".

Decreto por el pago de la deuda 
Decreto por el pago de la deuda

Rosas dejó pasar dos años para volver a explicar, con igual tenor, que "tantas y tan múltiples atenciones pesa sobre el gobierno la dificultad de sus compromisos en el empréstito de Inglaterra… el gobierno desea con vehemencia arribar a una transacción, que en si misma presente la posibilidad de su exacto cumplimiento. Para conseguirlo no omitirá ninguno de los medios que se le sugieran su razón y prudencia".

El pago de 5 mil pesos metálicos mensuales por la deuda con Londres 
El pago de 5 mil pesos metálicos mensuales por la deuda con Londres

En 1838 Rosas, con la excusa de las arcas públicas vacías, había aumentado los derechos de importación de productos que hubieran sido transbordados en Montevideo. Esta medida perjudicaba a Francia, que tenía al puerto oriental como un punto central de su comercio en esta región. El gobierno francés protestó. El vicecónsul francés Aimé Roger buscó el pretexto para presionar con las armas. Aduciendo que Rosas se negaba a exceptuar a los súbditos franceses del servicio militar y del encarcelamiento de ciudadanos de ese país acusados de espías, una flota francesa al mando del almirante Luis Francisco Le Blanc bloqueó el Río de la Plata.

Nuevamente, Rosas fundamentó que no tenía medios para pagar porque el bloqueo perjudicaba económicamente a la Confederación y propuso el arbitraje de Inglaterra para solucionar el conflicto. Dividir para reinar.

Explorar con sagacidad

Y en este punto los historiadores no se ponen de acuerdo. De acuerdo a documentación que se guarda en archivos locales como de Gran Bretaña, Rosas puso en la mesa de negociaciones la cuestión Malvinas y la posibilidad de cancelar la deuda con los tenedores a cambio de entregarles las islas a los ingleses.

El 21 de noviembre de 1838, el embajador Manuel Moreno recibió la siguiente instrucción del todopoderoso gobernador bonaerense. "Insistir así que se le presente la ocasión en el reclamo respecto de la ocupación de las Islas Malvinas, y entonces explotará con sagacidad sin que se pueda trascender ser idea de este gobierno, si habría disposición en el de S.M.B.A hacer lugar a una transacción pecuniaria, que sería cancelar la deuda pendiente del empréstito argentino". Y que les aclare a los tenedores de bonos que hasta que no se levante el bloqueo francés, no iba a poder pagarles.

Manuel Moreno, embajador y figura clave en las negociaciones 
Manuel Moreno, embajador y figura clave en las negociaciones

¿Qué buscaba en realidad Rosas? Nunca lo aclaró. Si los ingleses aceptaban esta suerte de canje, estarían reconociendo tácitamente la soberanía argentina sobre el archipiélago. Y el gobernador tendría los argumentos para fundamentar aún más el reclamo. O posiblemente sus intenciones eran las de dejarlas como parte de pago. Eran épocas donde algunas posesiones territoriales se definían con dinero y no por la boca de los cañones: Estados Unidos había comprado Louisiana en 1803, una parte de La Florida en 1819 y Oregón, en 1846.

Pero los ingleses no dieron el brazo a torcer. En marzo de 1842 el secretario para asuntos exteriores inglés, Lord Aberdeen, negó al gobierno argentino derecho a indemnización alguna. "…como definitiva la declaración con que el infrascripto concluyó su nota al señor Moreno de 15 del próximo anterior, repitiendo la determinación del gobierno de S. M. De no permitir que sean infringidos los indultados derechos de la Gran Bretaña sobre las islas".

Falconnet, el enviado

Paralelamente a estas negociaciones, llegó a Buenos Aires un súbdito inglés, napolitano de nacimiento, Francisco de Palacieu Falconnet, enviado por la Baring. Sus instrucciones eran indagar cual era la voluntad, la capacidad y los recursos del actual gobierno para hacer frente a la deuda y cuáles serían los modos de asegurar su cobro. Tamaña tarea le aguardaba. "Buenos Aires tiene la vergonzosa distinción de no haber hecho nada y no haber propuesto nada en los últimos catorce años, conducente al pago de los dividendos y a la restauración de su crédito", escribió.

En los dos años que Falconnet permaneció en Buenos Aires, estuvo en contacto directo con Manuel Insiarte, ministro de Hacienda a fin de encontrar una forma que el gobierno argentino se pusiese al día con la deuda.

Fue a comienzos de 1843 cuando Felipe Arana, ministro de Relaciones Exteriores de Rosas, instruyó a Moreno y al cónsul argentino en Londres, Jorge Federico Dickson a "demandar al gobierno de S.M.B. una indemnización por el derecho de las Islas Malvinas, y que entre en esta el empréstito y sus rentas vencidas y por vencer bajo el concepto de que en tales arreglos debe intervenir el acomodamiento de los interesados, y que cuanto convenirse y estipularse sobre esto será aquí ratificado con previa autorización de la Sala de Representantes…"

Moreno y Dickson ya venían padeciendo hace tiempo este tipo de negociaciones que no encontraban ningún eco en el gobierno inglés. Terminaron respondiendo que "hallamos tantas dificultades que en verdad nos hacen pensar que, aunque la idea de esta transacción es absolutamente justa y razonable en su fondo, no hay al presente ninguna probabilidad de hacerla practicable…".

En esa misma comunicación, Moreno explicaba que el gobierno inglés negaba el reconocimiento argentino de la soberanía y que el volumen de la deuda, con intereses, ascendía a 1.900.000 libras esterlinas. En caso de llegar a un acuerdo, no se haría por esa cifra.

Felipe Arana, ministros de Relaciones Exteriores de Rosas 
Felipe Arana, ministros de Relaciones Exteriores de Rosas

Moreno no se sentía cómodo representando al gobierno de Rosas. En 1841 le escribía a su sobrino: "Los que empezaron la Revolución creyendo generosamente en los destinos de la Patria, nunca se pudieron imaginar, entre los grandes riesgos que tan heroicamente arrostraron, que habían de llegar tiempos de esta especie".

En el mismo sentido Dickson, en una carta a Felipe Arana del 5 de abril de 1843 confirmaba que "no son el tiempo y la circunstancia oportunas para entretener este asunto. En todo caso se verá ser muy difícil convencer a este gobierno del derecho que tiene la República a reclamar indemnización alguna para la cesión de la propiedad que alega en nuestro territorio de las Islas Malvinas…"

Claro que no todos los ingleses eran de la misma opinión. En la Cámara de los Comunes, el diputado Malesworth, a la hora de discutir el presupuesto para las colonias, había dicho: "Vuelven estas miserables islas Falklands donde no se da trigo, donde no crecen árboles, islas batidas por los vientos polares que desde 1841 nos han costado sin beneficio alguno nada menos que 45 mil libras; decididamente soy del parecer que esta inútil posesión se devuelva al gobierno de Buenos Aires".

A comienzos de 1844 Insiarte reiteró ante Falconnet el ofrecimiento de las Islas Malvinas como moneda de canje. Recalcó la soberanía argentina y advertía que su cesión a los prestamistas ingleses era el medio más seguro para cobrar lo adeudado.

Al fin, un cansado Falconnet halló una forma de salir del atolladero. Como la Confederación Argentina le estaba abonando a Francia un monto mensual en concepto de reparaciones de guerra, pidió lo mismo. En carta del 14 de febrero de 1844 se lo propuso al ministro Insiarte: "Para mí será imposible permanecer por más tiempo en esta expectación que nada justifica a los ojos de los que me han honrado con su confianza…", comenzaba la carta; así le fue aprobado el pago de una suma mensual de 5000 pesos fuertes a cuenta de la deuda. Algunos interpretan que así Rosas disminuiría la presión británica.

El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las de ambos países cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina 
El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las de ambos países cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina

Los pagos comenzaron en mayo de 1845 pero se suspendieron cuando Gran Bretaña comenzó con el bloqueo, junto con los franceses, del Río de la Plata. Vendría el combate de la Vuelta de Obligado y el pragmatismo inglés de resolver el pleito en la mesa de negociaciones. Los pagos se reanudarían en 1849.

En el mensaje a la Sala de Representantes de 1849, Rosas ofreció a la Baring y accionistas del empréstito "a comprar de este gobierno por quince años, como privilegio exclusivo, el derecho de disponer del guano, y explotarlo de todas las islas y costas patagónicas; también el salitre, otras sales, barbilla, yeso, metales y la pesca de anfibios; debiendo entregarse la cantidad que abonasen al Gobierno, en cuanta de pago del empréstito de Inglaterra, y siendo obligación de los empresarios a hacer respetar a nombre del gobierno de la Confederación, el usufructo que por el término que se estipulase les concediera. Debía extenderse la extensión del territorio para ese objeto desde la Bahía Nueva, en los cuarenta y tres grados, hasta el Estrecho de Magallanes, en los cincuenta y tres".

Los ingleses no se hicieron eco de esta propuesta.

A fines de 1849, se firmó el tratado Southern-Arana, que ponía fin a la disputa entre nuestro país y Gran Bretaña. Se llamó "Convención para restablecer las perfectas relaciones de amistad entre la Confederación Argentina y su Majestad Británica". Los ingleses reconocieron la soberanía argentina de los ríos interiores; instaba a nuestro país a solucionar pacíficamente nuestros diferendos con Uruguay y se nos devolvía la flota capturada. Lo curioso es que ese tratado también consignaba la devolución de la isla Martín García, pero ni una palabra sobre las Malvinas. Aunque algunos sospechan de una cláusula secreta, por la que Rosas desistía de continuar reclamando la soberanía.

¿Qué pasó con el famoso empréstito? Se cancelaría 80 años después, en 1904. Haciendo cuentas, el país había pagado 23.700.000 de pesos fuertes de los cinco millones originales.

Fuente: https://www.infobae.com

23 de diciembre de 2018

FELICIDADES


CUANDO LOS SATÉLITES DE LA URSS AYUDARON A LA ARGENTINA A HUNDIR BARCOS INGLESES EN MALVINAS


Por Jaime NOGUERA

 Resultado de imagen para Think Defence / Flickr (CC BY-NC 2.0)

Los satélites soviéticos entregaron información a Argentina que sirvió para que sus pilotos mandasen al fondo del mar algunos de los buques británicos enviados a las islas Malvinas.

Poca simpatía podía tener los líderes soviéticos con la Junta Militar Argentina de Leopoldo Galtieri, pero en el conflicto en el sur del Atlántico, los señores del Kremlin optaron por el pragmatismo: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Así, desde Moscú se optó por pasar información sobre la Task Force británica a los militares argentinos. Esta, según un investigador ruso, podría haber sido aprovechada por los pilotos del país austral.

Por otro lado, no hay que olvidar que sólo dos países no participaban entonces del embargo de alimentos decretado contra la URSS después de la invasión soviética a Afganistán, en 1979: Argentina y Uruguay.

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Las Islas Malvinas.

Un satélite ruso al servicio de Argentina

A pesar de que gran parte de los archivos soviéticos sobre la Guerra de las Malvinas se encuentran todavía bajo el sello de "Información clasificada”, el presentador y analista político, Serguéi Briliov publicó en su momento información extraída de entrevistas con militares de la URSS en su libro Fidel, Fútbol y Malvinas.

En declaraciones a La Nación, Briliov comentó algunas de las declaraciones de algunos líderes militares de comienzos de los 80.

"Al primero que acudí fue al General Nikolái Leónov, primer vice del servicio analítico de la KGB durante la guerra. Y él me confirmó que desde el comienzo del conflicto hubo varios envíos de información satelital a los militares argentinos. Lo mismo me dijo luego el General Valentín Varénnikov, que entonces era primer vicejefe del Cuartel General de las FFAA soviética".

¿Información satelital? El 15 de mayo de 1982, un mes y medio después de la reconquista argentina del archipiélago sudamericano, los soviéticos ponían en órbita el satélite Kosmos-1365 con un claro objetivo según las investigaciones de Briliov: posicionarlo en una órbita desde la cual pudiera proveer información estratégica a las fuerzas argentinas en el Atlántico Sur.

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Avión Súper Etendart, modelo empleado por la Fuerza Aérea Argentina en Malvinas.

Información fotográfica para los pilotos argentinos

Según el periodista ruso, los datos aportados por este nieto del Sputnik ayudaron que el 25 de mayo de 1982 los A-4 Skyhawk de los valerosos pilotos argentinos hundiesen con sus bombas el destructor HMS Coventry junto a 19 de sus tripulantes y 37 millones de libras de los contribuyentes británicos.

Briliov, que en su libro hace un cruce cronológico de datos entre los hechos más relevantes del conflicto de Malvinas y las actividades de la inteligencia de su país, sostiene que el Atlantic Conveyor, un mercante empleado como portaviones y carguero fue otra de las víctimas de la cooperación soviético-argentina. Según él, la información fotográfica aportada por el Kosmos-1365 contribuyó de forma destacada a que dos misiles AM39 Exocet disparados por un Súper Étendard de la escuadrilla aeronaval de la Armada Argentina enviasen este buque al fondo del Atlántico. Con él se perdían doce hombres, seis helicópteros Westland Wessex, tres Boeing Chinooks y un Westland Lynx. Debido a la falta de estos aparatos, las tropas invasoras británicas se vieron obligadas a cruzar las Malvinas a pie para retomar Puerto Argentino, Port Stanley según los británicos.

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El Atlantic Conveyor, tras ser impactado por misiles.

Otros satélites implicados

Según comenta Mario Pablo Sciaroni, abogado, escritor y Master en Estrategia y Geopolítica en su blog El Snorkel el satélite Kosmos-1368 de reconocimiento fotográfico sobrevoló las Malvinas a las 11:00 de la mañana todos los días de mayo y junio, a 240 km de altura. Por otro lado, el, Kosmos-1455, de inteligencia electrónica y el Kosmos 1372, de reconocimiento radar, aportaron información muy importante acerca de lo que estaba sucediendo en las islas y sus alrededores durante el conflicto.

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Piloto argentino posa junto a aparatos A-4 Skyhawk.

Esperamos más noticias

Otro tipo de apoyo fue prestado por la URSS a las Fuerzas Armadas Argentinas, como apoyo logístico mediante la creación de un puente aéreo vía Brasil mediante el que se entregó armamento y piezas de recambio al país sudamericano. También se desarrollaron misiones de vuelo de reconocimiento por parte de aviones soviéticos de larga distancia desde bases en Angola, al mismo tiempo que buques de espionaje participaban en el seguimiento a la Flota Británica. Uno de ellos incluso colaboró en las labores de rescate de los supervivientes del Belgrano.

Sin embargo, queda mucho por saberse, pero para descubrir los entresijos de guerra entre las sombras desatada entre la URSS y los aliados occidentales a raíz del conflicto en las Malvinas, tendremos que esperar unos años hasta la desclasificación de la información secreta que sigue acumulando polvo en los archivos oficiales.

Fuente: https://es.rbth.com

21 de diciembre de 2018

UN HÉROE DE MALVINAS CRITICÓ LA CITACIÓN AL CONGRESO DEL EMBAJADOR ARGENTINO EN LONDRES: "ES OPORTUNISMO POLÍTICO"



Roberto Curilovic destacó el trabajo de Carlos Sersale en el proceso de reconocimiento de los caídos en Malvinas y advirtió que la actitud de los legisladores argentinos "puede repercutir en la posibilidad de nuevas visitas" al cementerio Darwin. "La guerra no sirvió para nada, no mancillemos ahora la paz", pidió

Por Luis Novaresio

Roberto Curilovic, ex combatiente en la Guerra de Malvinas como piloto de la aviación naval, visitó los estudios de InfobaeTV y fue muy duro con la decisión del Congreso Nacional de citar al embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, por un tuit que el funcionario publicó con una nota de este medio haciendo referencia a las "máximas autoridades de las islas" en referencia al gobierno actual.

Elisa Carrió, acompañada por bloques como el peronismo de los gobernadores y el Frente para la Victoria, pidieron citar a Sersale para que aclare qué quiso decir con su publicación, ya que, según los diputados, podría significar un reconocimiento a la soberanía de Gran Bretaña sobre Malvinas en medio de la disputa abierta entre el país europeo y la Argentina. Carrió hasta pidió interpelar al canciller Jorge Faurie.

"Lo conozco al embajador y sé de los esfuerzos que hizo por llevar adelante el proyecto humanitario de identificación de los caídos, por dar paz a los familiares. El esfuerzo por acercar y relacionar. Si no tiendes puentes no se va a llegar a nada. No me sentí agraviado, sino agradecido", comenzó Curilovic su defensa sobre Sersale.

Roberto Curilovic en Malvinas 
Roberto Curilovic en Malvinas

Y sentenció: "No se puede estar tratando de desmerecer todo el esfuerzo y todo lo que se logró simplemente porque se puso un término u otro. No afecta la soberanía. Es mi posición, no desde Cancillería o desde la política. Lo tomo como oportunismo político estos cuestionamientos y es lo que más me duele. Se está lastimando esa relación y va repercutir lamentablemente sobre la posibilidad de nuevas visitas, familiares y demás. La guerra no sirvió para nada, no mancillemos ahora la paz".

Asimismo, el héroe de guerra destacó el trabajo que se realizó gracias a la intervención del empresario Eduardo Eurnekian, artífice del histórico viaje de los familiares de los soldados identificados al Cementerio de Darwin: "Haber colaborado con los familiares para que puedan tener un lugar donde honrar a sus caídos es producto de colaboración. Una colaboración de embajadores británicos, de la comisión de familiares y naturalmente del peso de alguien que se puso al hombro esta misión, que es Eduardo Eurnekian".

 

Sobre este punto, puntualizó: "El hecho de que haya sido por iniciativa privada es único en el mundo. Siempre es a través de gobiernos y acá no fue así. Por eso creo que se logró, sino tenés muchos tiempos y esperas. Son 36 años lo que esperaron esas madres y es demasiado".

A pesar de la actitud que tomó el Congreso argentino sobre Sersale, para Curilovic "no está en peligro" el avance en las tareas de colaboración con el Reino Unido, pero es una postura que "incomoda".

"Eduardo llevó al primer embajador que lo contactó para hacer el proyecto, el británico Christopher. Él no había visto el cementerio terminado. Vino Mark Kent. Realmente se revivieron muchas sensaciones cuando veías ese día que hicimos un vuelo con dos aviones y 250 familiares. Cuando veías esos ojos húmedos por el dolor de esas madres que te agarraban las manos y te decían “gracias”. Fijate la ironía. Todos nosotros, incluidos periodistas y políticos, deberíamos decirles gracias a ellas, que han entregado lo más que tenían", resaltó el ex piloto, dejando en claro que el trabajo realizado trasciende fronteras.

El ex combatiente estuvo en los estudios de InfobaeTV (Joaquín Pedroso) 
El ex combatiente estuvo en los estudios de InfobaeTV 

Para remarcar esto, brindó un dato insoslayable, que es la cantidad de caídos reconocidos: "Sé del esfuerzo que se hizo por tratar de hacer las cosas bien. Un punto importante es que en las primeras visitas teníamos 121 placas donde decía “soldado argentino sólo conocido por Dios”. Con estos trabajos ya hay 106 reconocidos que pudieron poner una flor en un lugar real donde tenían la tumba de su ser querido. Las caras terminan siendo de satisfacción".

En el final, Curilovic ratificó su posición y sumó a todos los que colaboraron con el proyecto: "Es oportunismo. No lo acepto yo ni los veteranos ni la comisión de familiares. Les cuesta a todos hablar, capaz no tienen los espacios que merecen, pero serían coincidentes con lo que digo. Pido que no se destruya lo que se está tratando de avanzar y construir. Fueron años de esfuerzo".

Fuente: https://www.infobae.com

ISLAS MALVINAS: REACCIONAR SOBRE LA BASE DE UN TUIT PARECE UNA SOBREACTUACIÓN



Por Fernando Petrella

Un importante empresario argentino, Eduardo Eurnekian, visitó nuestras Islas Malvinas para hacerse presente fugazmente en el Cementerio Argentino donde descansan los militares fallecidos durante la guerra de 1982. Su participación en ese delicado proceso fue de extrema utilidad, entre otros motivos, porque demostró el compromiso de un alto exponente de la sociedad civil con la inquebrantable voluntad de recuperar las Islas Malvinas mediante negociaciones dejando de lado, definitivamente, la estéril confrontación, sea esta política, diplomática o militar.

El rol de la Cancillería fue también central. Desde Buenos Aires y desde Londres. Es allí donde la tarea del Embajador Carlos Sersale di Cerisano fue particularmente delicada y profesional, generando el clima de confianza recíproca que hizo posible concluir las negociaciones para identificar los cuerpos y devolver al Cementerio el carácter de Monumento Argentino en las Islas.

Ahora bien, que el viaje de un destacado empresario, su encuentro con el Embajador Mark Kent acreditado ante nuestro Gobierno, junto con un funcionario de la disputada administración británica de las Islas, haya generado una agitada reacción en sectores significativos, al punto de citar al Embajador y al Canciller al Congreso, sugeriría que no tenemos las cosas en claro y que el tuit del Embajador, prontamente aclarado, es una excusa para enturbiar, inexplicablemente, el momento especial por el que transitan las relaciones argentino/británicas. En efecto, pocas coyunturas históricas parecen más favorables. Carta de la Primer Ministro May al Presidente Macri, comunicado Foradori/Duncan, visita del Canciller Ben Johnson, el canciller Jorge Faurie en Londres, el vuelo a Córdoba, Provincia emblemática por su cultura, historia e industria, la presencia de May en ocasión del G20 en Buenos Aires y su encuentro con Mauricio Macri son todas señales que no deben ser desaprovechadas. Pero, además, la Argentina cuenta con el apoyo de cuatro de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de una cautelosa rendija abierta por el Reino Unido para retomar negociaciones en el marco de la Resolución 2065/65 de la Asamblea General, reafirmada año tras año por el Comité de Descolonización.

Ahora bien, negociar significa, en primer lugar, crear el clima de confianza imprescindible a cualquier ejercicio de esa naturaleza, presentar los argumentos de manera que sean aceptables y estar dispuestos a un eventual compromiso inicial que no cierre puertas a objetivos más ambiciosos. Pero todos esos apoyos mayoritarios de países amigos se condicionan con una conducta madura y comprensible por parte argentina. Recurrir a argumentos o generar actitudes que no resistirían ser presentados o comprendidas en los foros internacionales es contraproducente y frustrante.

Tengamos siempre presente a la Resolución 2065 a su letra y a su espíritu, en el marco de las reglas de la descolonización y su evolución. Esos son los mejores elementos que otorgan legitimidad a nuestro reclamo. Dejarlos al costado, apartarnos de esas conductas, aun en nuestro propio medio, también resulta frustrante, sobre todo para los jóvenes que no entienden que les sigamos transfiriendo un problema cuya solución no es lejana ni imposible. Reaccionar sobre la base de un tuit, cuyo ámbito de influencia es Londres, parece una sobreactuación. Asignar a ese instrumento informal potencial de generar "efectos" en la disputa es claramente un error que, en todo caso, sirve para alimentar a los sectores minoritarios de las Islas que son los más reluctantes a acercamientos con la Argentina.


La política exterior debe seguir reglas que puedan ser entendidas y compartidas por quienes nos apoyan. No hay recetas "caseras" por bien intencionadas que parezcan. El mundo es como es y no como queremos que sea. No se acomoda caprichosamente a nuestros intereses. Hay que actuar con diplomacia y tratar de no condicionarla con posturas que podrían ser interpretadas como oportunistas.

El autor es el director del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN). Fue embajador, vicecanciller de la Nación y representante permanente de la Argentina ante la ONU.
Fuente: https://www.infobae.com

6 de diciembre de 2018

LA INTIMIDAD DE UN VIAJE HISTÓRICO: EL EMOCIONANTE REGRESO A CASA DE UN HÉROE CAÍDO EN MALVINAS


Infobae compartió con la familia del Capitán post mortem Luis Castagnari un largo tramo del vuelo que llevó de las islas a Río Cuarto al comando que cayó mientras intentaba proteger a sus hombres durante un feroz bombardeo británico

Por Gaby COCIFFI

El féretro, cubierto por la bandera argentina, estaba justo frente al altar de la pequeña capilla en Mount Pleasant. Los militares, en sus uniformes de servicio, lo rodeaban en un respetuoso y rígido silencio. María Cristina Scavarda caminó por el pasillo central hacia él. Apoyó con delicadeza su mano sobre el ataúd de su esposo y entre lágrimas le dijo: "Vamos a casa".

Ocurrió el miércoles 5 de diciembre, a las once y cinco de la mañana, en las islas Malvinas. Cuando la viuda del Capitán post mortem Luis Darío José Castagnari se reencontró, luego de 36 años de espera y lucha, con su único amor, el padre de sus cinco hijos, el comando que antes de partir hacia la guerra le pidió:

“Si no regreso, quiero que traigas mi cuerpo y me entierres junto a Gustavito”.

Y ella se lo prometió. Porque juntos habían vivido el mayor dolor de sus vidas cuando un cáncer les quitó a su primer hijo, "Pirinchito", de solo tres años. El hombre, que dejó la casa de El Palomar luego de besar a sus cuatro niños y a su esposa, sabía que iba a entregar la vida por la Patria. Y necesitaba tener la certeza de que su mujer iba a cumplir con su más íntimo anhelo.

El 29 de mayo de 1982, a las once y veinte de la noche, durante un feroz bombardeo inglés sobre las posiciones de los hombres del GOE, Grupo de Operaciones Especiales, en el aeropuerto de Puerto Argentino, el Primer Teniente Castagnari murió mientras corría con su radio en la mano, buscando un refugio para sus hombres. Los integrantes del escuadrón Pucará lograron ponerse a salvo. "El Furia", no: fue alcanzado por las esquirlas de un misil.

La bandera, el sable y la gorra para honrar al héroe (Fotos: Thomas Khazki)
La bandera, el sable y la gorra para honrar al héroe 

Desde ese instante, María Cristina buscó cumplir con el deseo de su esposo. En las islas, en un día sin viento y sin frío, le agradeció a Dios el milagro del reencuentro. "Luis está acá conmigo, puedo sentirlo", se dijo frente a la cruz.

Entonces el padre John, junto a un religioso anglicano, leyó en un frágil español el Salmo 23 de la Biblia.

El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.

La viuda y sus hijos en Mount Pleasant con la bandera que cubrió el féretro del capitán Castagnari
La viuda y sus hijos en Mount Pleasant con la bandera que cubrió el féretro del capitán Castagnari

La emoción abrazó a cada uno de los presentes. "Sentí el respeto y el cariño con que despedían a mi esposo", le diría Luego María Cristina a Infobae. Conmovida lloró frente al féretro mientras acariciaba la madera clara.

"Ya está mamá, ya está", le dijeron sus tres hijos varones Martín Adolfo, Guillermo Oscar y Walter Rodolfo, su hija Roxana Patricia prefirió quedarse en Río Cuarto para esperarlos, y la rodearon como para proteger a esa mujer que siempre habían visto luchar y que por primera vez se permitía llorar en público.

Tenían razón. Ya estaba. Había cumplido.

Fue un largo y difícil camino. Durante años muchas puertas se cerraron. La ayuda del embajador británico Mark Kent, quien llevó el pedido a las autoridades de las islas, y el compromiso con la causa Malvinas del empresario Eduardo Eurnekian, CEO de Corporación América, quien se hizo cargo de la exhumación y el traslado de la familia de Río Cuarto a Córdoba, de allí a Comodoro Rivadavia y luego a la Isla Soledad, encargándole a su gerente de logística y ex piloto de Súper Étendart durante el conflicto armado, Roberto Curilovic, la organización de cada detalle del viaje, hicieron que ayer, finalmente, el histórico traslado al continente pudiera realizarse.

El emocionado abrazo de despedida en las islas con la asesora de las Fuerzas Británicas
El emocionado abrazo de despedida en las islas con la asesora de las Fuerzas Británicas

Envuelto en una bandera argentina, luego de recibir honores militares, y un oficio religioso, el comando regresó a la ciudad que amaba.

Infobae compartió con María Cristina el vuelo de American Jet que llevó a Castagnari a Río Cuarto. En esas tres horas de intimidad y emoción, ya no hizo falta decir nada más. Habló el corazón de una mujer que finalmente pudo cumplir con el último deseo del hombre de su vida.

Escuchémosla.

"Yo hoy me reuní con Luis, me reencontré con él. Y saber que podía llevarlo conmigo, que ya no me iría sola de las islas, como pasó en los otros dos viajes, me reconfortó espiritualmente".

"Estaba en otro mundo, como si estuviésemos los dos solos. Ni siquiera vi qué hicieron mis hijos, ni cuántos eran los oficiales uniformados que le rendían honores. Luis estaba en el medio de la capilla, frente al altar, los militares estaban todos sentados, el sacerdote habló en español y pidió disculpas porque no lo hacía muy bien. Pero yo estaba sola con mi marido, el resto no existía".

"Tocar el cajón, sentirlo cerca, volver a verlo después de 36 años fue una emoción enorme. Por eso lloré. Pero también me sentí en paz. Porque Luis ahora está conmigo en este vuelo y ya no me siento sola".

El avión tocó suelo en el Área Material de Río Cuarto a las seis y media de la tarde
El avión tocó suelo en el Área Material de Río Cuarto a las seis y media de la tarde

"Mis hijos eran muy chiquitos cuando su padre partió hacia la guerra, pero tienen muchos recuerdos. Los crie sin odios hacia los ingleses, solo con el amor se construye. Les dije que, así como ellos habían perdido a su papá, hubo niños ingleses que también perdieron a los suyos, que todos habíamos sufrido".

"Luis siempre había querido conocer las islas y quería morir por la Patria, así me lo había dicho: 'Si pudiera elegir cómo terminar mi vida, le pediría a Dios morir defendiendo la Patria'. Solo faltaba esto, que él regresara para estar con nuestro hijito".

El cordón de honor de los hombres del Grupo de Operaciones Especiales
El cordón de honor de los hombres del Grupo de Operaciones Especiales

"Nos dieron la placa de granito con su nombre, la que estuvo en Darwin desde enero de 1983 cuando llevaron su cuerpo al camposanto argentino. La llevaremos a General Cabrera, el lugar donde nació y donde hay un monumento a Malvinas y una agrupación que lleva su nombre".

"Ahora sabemos que él está cerquita y esto es sanador para mí, para mis hijos, los nietos, para toda la familia".

"Vamos a cremar sus restos, y llevaremos sus cenizas a la Parroquia del Sagrado Corazón, donde nos casamos hace casi 45 años, porque es un lugar santo. Allí están las cenizas de Gustavito, y van a volver a estar juntos".

Con respeto, seis miembros del GOE llevaron el féretro envuelto en la bandera argentina sobre sus hombros
Con respeto, seis miembros del GOE llevaron el féretro envuelto en la bandera argentina sobre sus hombros

"Fue larga la espera, pero lo puse en manos de Dios. También le pedí a Luis que me iluminara: “Haceme saber si querés volver a casa o quedarte donde dejaste tu vida”. Porque cuando se cerraban tantas puertas, me hacían pensar que quizás debía quedar en las islas. Pero una señal que recibí me hizo ver que él tenía que volver a casa".

“Márcame el camino”, le pedía. Y entonces un domingo vi en Infobae el video del entierro de los soldados argentinos en Darwin en 1983. Sentí mucha paz: el sacerdote leía el Salmo 23, que es el que siempre me gustó, el que rezo, y el mismo que leyeron hoy. El religioso después decía en el video que oraba por el descanso de las almas y por los familiares que tenían a sus seres queridos tan lejos, para que encontraran paz y resignación. Y esa fue la señal. Supe que debía traer a Luis".

"Busqué en Google la dirección de la embajada británica y quién era el embajador. Y escribí una carta para Mark Kent contándole mi historia y pidiéndole ayuda. Era el 23 de abril de 2017, un domingo antes de Pascuas".

María Cristina Scavarda saludó a los oficiales de la fuerza que la esperaban para rendir honores a su esposo
María Cristina Scavarda saludó a los oficiales de la fuerza que la esperaban para rendir honores a su esposo

"Quise que un sacerdote bendijera la carta. Me fui, entonces, a dos iglesias. Le pedí a San José por esta misiva, porque el día de San José nació Luis, le rogué a la Virgen del Rosario de San Nicolás que siempre me acompaña. Y fui a San Bernardino, donde él hizo su primaria y secundaria. No encontré a ningún sacerdote, pero hice una cruz con agua bendita sobre el papel y envié la carta. Una semana después el embajador me respondió".

"Guardé una copia de la carta dentro de mi Biblia. Está en la página del Salmo 23. El día que la envié, el 23 de abril, es el de la Divina Misericordia a quien todos los días a las tres de la tarde yo le rezo porque me da mucha paz. Y hay más: la última carta que él me envió desde las islas fue el 23 de mayo. Yo sentí todas estas señales".

"Luis amaba ser comando, nunca le reclamé nada. Sabía de su vocación y siempre lo apoyé en todo. No pensé nunca “por qué fue de voluntario, por qué no volvió cuando le ofrecieron, por qué quiso quedarse con sus hombres”. Yo tenía la fortaleza mental y espiritual para poder acompañarlo en esa pasión que sentía por su trabajo".

La viuda, sus hijos y sus nietos, en la emotiva ceremonia
La viuda, sus hijos y sus nietos, en la emotiva ceremonia

"Sí, alguna vez, al principio cuando él murió, le pregunté a Dios '¿por qué no me lo devolviste, aunque sea en una silla de ruedas si yo lo hubiese cuidado toda la vida?'. Luego, hablando con un sacerdote, me dijo que eso era normal, pero que yo nunca había dejado de creer y de rezar. Con el tiempo entendí que él era paracaidista y comando, que hubiese sido como morir en vida si regresaba imposibilitado. Y yo quería que fuera feliz".

"Repetiría toda mi vida con él tal cual fue, es la historia más bonita que Dios me regaló. Dejaría todo igual, porque fuimos muy felices durante los ocho años que pudimos estar juntos. ¿Si cambiaría que él haya ido a la guerra? No, porque Luis deseaba morir por la Patria".

"¿Si cambiaría lo de Gustavito? Recién ahora entiendo por qué nuestro hijo tuvo que irse tan pequeño y sufrir. Un sacerdote me había dicho que cuando eso sucede vienen a salvar a la familia de cosas graves. Yo me preguntaba qué sería. Y hoy entendí que la misión de Gustavito en esta vida fue que su padre volviera a casa. Lo que él pasó es lo que me impulsó a traerlo. Es esta historia de Luis queriendo estar junto a su hijo, es este amor eterno entre ellos. Gustavito es el nexo que nos permitió tenerlo de regreso. Cuarenta años tuvieron que pasar desde su partida para que yo entendiera por qué pasamos todos por tanto dolor".

María Cristina, sus tres hijos varones, algunos de sus ocho nietos, conmovidos frente al féretro de su ser querido
María Cristina, sus tres hijos varones, algunos de sus ocho nietos, conmovidos frente al féretro de su ser querido

"Ahora voy a poder empezar a vivir un poco más pensando en mí. Soltaré a mis hijos, disfrutaré a mis nietos, ya no tengo esa mochila en la espalda que me dolía enormemente. Tanto siento que algo cambió que ya me saqué mis primeras vacaciones sola. Voy a ir al Calafate, donde viajamos juntos con Luis y los niños antes de que se fuera a la guerra. Quiero volver para recorrer con alegría aquellos lugares donde fuimos felices".

"Hoy siento que nuestras almas están unidas, es como si Luis hubiera cobrado vida. Desde que me dieron la fecha del traslado, la foto suya que tengo en mi dormitorio cambió, es como si él me mirara de una manera diferente y me dijera: 'lo lograste'".

La gente en Río Cuarto esperó a Castagnari con banderas y aplausos
La gente en Río Cuarto esperó a Castagnari con banderas y aplausos

Eran las seis y media de la tarde cuando el avión tocó suelo en el área Material de Río Cuarto. Los hombres del GOE esperaban a su capitán haciendo un cordón de honor. De pronto, un grito: "¡Luis Darío Castagnari!", bramó un brigadier. "¡Presente!", se escucharon las voces de la enorme cantidad de gente que colmó el hangar en el aeropuerto. Sonó una banda militar. Sobre los hombros, seis oficiales bajaron del avión el féretro envuelto en la bandera argentina. Llegó la hora de rendir honores. El héroe regresó a casa.

Fuente: https://www.infobae.com