28 de octubre de 2022

LA PARTICULAR PROPUESTA DE JAVIER MILEI PARA RECUPERAR LAS ISLAS MALVINAS

 

El diputado libertario y aspirante a ser candidato a presidente en las elecciones del próximo año se metió de lleno en la soberanía de las Islas Malvinas e indicó qué haría él en caso de resultar electo a presidente. 

 

El diputado nacional de La Libertad Avanza y candidato anticipado a las elecciones presidenciales de 2023, Javier Milei, aseguró tener una "propuesta por la vía diplomática" para recuperar la Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, que fueron usurpadas por el Reino Unido y que desde el final de la guerra en 1982 que no existen negociaciones entre las partes involucradas. 

El economista fue entrevistado por Alejandro Fantino este último lunes en Animales Sueltos, donde -al hablar de temas Defensa y Seguridad nacional- Milei esgrimió:  "La Argentina no es un país que esté en condiciones de recibir un ataque. Lo tiene muy descuidado. Hay un problema ideológico: aquellos que deberían defendernos son castigados, estigmatizados y perseguidos. Es un problema grande, salvo que vivas en un mundo de anarquía (...) Afortunadamente tenemos vecinos que no son belicosos con nosotros, entonces eso nos permite mantener esta situación de estar con el país indefenso. Nadie nos va a atacar porque no hay conflicto". 

Ante el planteo de qué hacer en un eventual conflicto bélico, Milei señaló que debe resolverse por la diplomacia y luego se metió de lleno en un tema sensible para la población: la soberanía de las Islas Malvinas. En ese sentido, aseguró que "nadie tiene una propuesta para esto. Yo sí. Hacer como el acuerdo entre Inglaterra y China por Hong Kong. Mi propuesta es por la vía diplomática". 

Al ser consultado por cómo fue el acuerdo realizado entre el Reino Unido y Hong Kong -que ocurrió en 1997 marcó el fin del dominio colonial británico-, el libertario respondió indicó: "Pasó un determinado tiempo, se cumplieron metas y automática se devolvió Hong Kong a China. Acá hay que hacer lo mismo, pero teniendo en cuenta la voluntad de las personas que viven en la isla. Son gente que vive en la línea de un país desarrollado y no en uno miserable como nosotros". 

"Te tenés que sentar con los ingleses porque hubo una guerra que ellos ganaron y les tenés que decir 'mirá, el territorio acorde a las definiciones le corresponde a la Argentina'. Entonces ahí llegar a un acuerdo de largo plazo que implique vuelvan al país, pero sin que sea con violencia y que se contemple la posición de la gente que vive", comentó. 

Luego se refirió a los países con los que mantendría una estrecha relación en caso de llegar a ser presidente de la Nación. "Mis aliados son del mundo occidental y alineados a Israel. Mis socios por definición son Israel y los Estados Unidos (...) Si yo llego a ser presidente mi primer viaje va a ser a Israel y voy a proponer cambiar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén", sostuvo.

 

Fuente: https://www.mdzol.com

¿PODRÍA PROVOCAR INESTABILIDAD EN EL REINO UNIDO LAS NUEVAS DISCUSIONES SOBRE LAS MALVINAS?

 

Un hombre sostiene una bandera argentina con un mensaje que dice ¡Volveremos!, durante el aniversario del conflicto de las Islas Malvinas entre el Reino Unido y Argentina

La publicación de documentos que indican que la Real Fuerza Aérea del Reino Unido (RAF) planeó bombardeos en el sur de la Argentina durante la Guerra de las Malvinas ha reavivado el debate sobre la soberanía de las Islas Malvinas. Expertos comentaron a Sputnik las posibilidades de avanzar en las discusiones sobre este tema. 

El secretario de las Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería argentina, Guillermo Carmona, afirmó que el país reiteró e intensificó su reclamo sobre las Islas Malvinas y ganó un importante apoyo. 

"Los avances que la Argentina logró se dieron gracias al contundente apoyo que la mayoría de los países del mundo dio a favor del cumplimiento de las resoluciones de la ONU. La reticencia del Reino Unido es notoria e implica una flagrante violación del derecho internacional", declaró. 

El diplomático, que considera la situación de las Malvinas como un caso especial de colonialismo, señaló que cuenta con el apoyo de todos los países latinoamericanos y caribeños y de potencias como Rusia, China e India, así como de diferentes foros internacionales como el G77+China, Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). 

Crisis en el Reino Unido 

En cuanto a la situación dentro del Reino Unido, Carmona cree que la inestabilidad británica favorece las reivindicaciones argentinas. En sus palabras, para el país latinoamericano es muy importante tener en cuenta lo que sucede en el contexto internacional para reclamar el pleno ejercicio de la soberanía de las Malvinas. 

"El Reino Unido está viviendo una serie de conmociones políticas que tienen que ver con una inestabilidad política expresada por el fracaso de los sucesivos gobiernos conservadores y también por la muerte de la reina [...] y, sobre todo, (está lidiando con) los aspectos que tienen que ver con las tensiones que el Reino Unido mantiene con la Unión Europea. [...] El Reino Unido no tiene otra alternativa que seguir el derecho internacional", aseguró. 

Por su parte, el historiador Fernando Castro, profesor de historia de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), cree que la crisis del Reino Unido no debería impactar en el avance de la discusión porque no ve a la Argentina con la fuerza suficiente para movilizar a la comunidad internacional para presionar a los británicos, a pesar de contar con importantes apoyos. 

"Aunque existe la cuestión (del apoyo) de China, veo que China piensa mucho más en el ámbito diplomático estratégico. China ha construido en los últimos años un protagonismo estratégico, no solo comercial", afirmó. 

El experto también destaca que los Estados Unidos no apoya el reclamo de los argentinos, a pesar de haberse posicionado a favor de la decisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que pide la reanudación de las conversaciones.

Nuevas revelaciones sobre la guerra de las Malvinas 

Castro cree que la publicación de nuevos documentos sobre la Guerra de las Malvinas suscita el debate, pero no ve "una perspectiva favorable desde el ámbito de la diplomacia para que este tema sea central". Estas publicaciones revelan que los británicos planeaban bombardear bases militares situadas en el sur de la Argentina durante el conflicto de 1982. 

"Para el Reino Unido, no hay discusión. Para ellos, las islas son británicas, pobladas por británicos, puestas allí en el siglo XIX. No es un punto (de discusión) para Inglaterra. No se ve como una cuestión abierta", expresó.

América Latina 

Guillermo Carmona subrayó que todavía hay mucho por descubrir y recordó que a principios de este año los británicos llevaban armas nucleares a la zona de las Malvinas. Sin embargo, Carmona concluyó que el papel central de la diplomacia argentina "es respetar el derecho internacional". 

Mientras, Castro entiende la embestida militar argentina como un "delirio bélico" de la dictadura de la Junta Militar (1976-1983), en un intento de promover la unidad nacional y legitimar el régimen. La Operación Rosario, lanzada por los militares el 2 de abril de 1982, acabó convirtiéndose en una "guerra rápida y fulminante (en la que) la Argentina no estaba en condiciones de enfrentarse a Inglaterra". 

Agregó que la guerra fue el principal factor responsable del fin del régimen, debido a la "desmoralización" interna y externa que generó la derrota relámpago. En el conflicto murieron 649 militares argentinos y 255 británicos. 

Fuente: https://sputniknews.lat

24 de octubre de 2022

EL MAPA INÉDITO DEL PLAN BRITÁNICO PARA ATACAR EL CONTINENTE EN 1982 Y LA “OPERACIÓN PAMPERO” PARA NEUTRALIZARLO

 


A cuarenta años del conflicto por las Malvinas, se conocieron detalles de cómo la británica Royal Air Force planeó el bombardeo con aviones Avro Vulcan sobre bases aéreas argentinas, el escape vía Chile y su contrapartida: la defensa que formuló la Fuerza Aérea Argentina para contrarrestar esta temida amenaza. 

Por Mariano Sciaroni 

Un Vulcan de la Royal Air Force despega durante la guerra de Malvinas

A cuarenta años del conflicto por las Malvinas, se conocieron nuevos detalles de cómo la británica Royal Air Force planeó el bombardeo con aviones Avro Vulcan sobre bases aéreas argentinas (Comodoro Rivadavia, San Julián, Río Gallegos y Río Grande), que confirman lo publicado en Infobae, donde además se contaba su contrapartida: los planes que en aquellos años de 1982 formuló la Fuerza Aérea Argentina para contrarrestar esta temida amenaza. 

Es conocido que los británicos consideraron el escenario de ataque a bases argentinas desde el inicio de la crisis por Malvinas, pero la decisión política de no escalar el conflicto, en base a la posición de los Estados Unidos al respecto y el temor que se activara el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), poniendo a toda Latinoamérica contra Gran Bretaña, hizo que esos planes se dejaran de lado. 

Sin embargo, para mediados de mayo, con grandes pérdidas navales británicas y sin avances significativos en tierra, la Fuerza Aérea Británica decidió reactivar dicho planeamiento. Dicha fuerza, asimismo, ya había ejecutado varias de las misiones de bombardeo de largo alcance “Black Buck” (Ciervo Negro), por lo que las preguntas iniciales acerca de largos vuelos sobre el mar, con múltiples reabastecimientos en vuelo habían sido ya contestadas. 

En ese orden de cosas, es más que interesante el memo preparado en el seno de la Royal Air Force (la Fuerza Aérea Británica) el 25 de mayo de 1982, que da cuenta que el ataque a los aeródromos del sur continental era posible y que, hacerlo, se justificaba porque “reduciría la efectividad de las fuerzas aéreas argentinas en atacar nuestras unidades marítimas y la efectividad del apoyo terrestre y logístico para las fuerzas argentinas en las Malvinas. Asimismo, esos ataques en las bases continentales tendrían impacto en la opinión pública y oficial argentina, así como serían un visible indicador de la determinación permanente del gobierno de Su Majestad”. 

La última revelación sobre el plan inglés para atacar a la Argentina en el continente es este mapa que indica el escape de los bombarderos Vulcan hacia Chile

El ataque sería llevado a cabo mediante un cuatrimotor Avro Vulcan que despegaría desde la Isla Ascensión y requeriría el apoyo de hasta once aviones reabastecedores Handley Page Víctor. Lo cierto es que la carga de bombas a llevar (por la distancia) debería ser reducida, no más de siete bombas de 1.000 libras (el avión podía cargar 21) de caída libre o solamente 3 bombas guiadas por láser (máxima cantidad de estas bombas que admitía este avión). Las bombas guiadas necesitarían, además, un equipo en tierra que las apunte. 

Se volaría a gran altura (también, para ahorrar combustible) y solo en la etapa final del ataque se reduciría la altitud, aun cuando a no menos de 8.000 pies (2.438 metros), ya que las bases argentinas (se conocía) contaban con defensas de artillería antiaérea. 

Las misiones, se consideraba, podrían destruir las pistas y las instalaciones militares cercanas, por lo cual era un riesgo aceptable para correr: un único bombardeo podría destruir varios aviones y equipos y, con ello, aligerar en mucho la presión sobre la Marina Real. Esos ataques serían realmente al límite de las capacidades británicas y, vale decir, requerirían de tripulaciones altamente entrenadas y motivadas. 

Ficha del bombardero Avro Vulcan, según el anexo de Inteligencia de la Operación Pampero

Según información desclasificada la semana pasada y comentada en revistas especializadas como The Aviation Historian y diarios británicos, se consideraban tres opciones para el vuelo de regreso (el limitante que tenían los militares a cargo del planeamiento era que no se creía posible que se consiguiera autorización para sobrevolar Uruguay, Paraguay o Brasil): 

  • La primera de ellas era regresar en vuelo directo hacia donde habían despegado, la Isla Ascensión, teniendo Río de Janeiro como aeropuerto de alternativa, para el caso que existieran problemas en el reabastecimiento.
  • La segunda opción implicaba aterrizar en Chile, siendo los aeropuertos de Concepción o de Santiago los preferidos para ello. Una vez con combustible completo, los británicos despegarían, cruzarían la Argentina a la altura de Mendoza y, una vez en el mar (y previo tomar nuevamente combustible de otro avión), se dirigirían de vuelta hacia Ascensión. Quienes lo planearon pareciera que no tomaron en cuenta que estarían volando en la zona mejor defendida de la Argentina (por su cercanía con bases aéreas como El Plumerillo, Tandil, Mariano Moreno o Punta Indio) y con mejor cobertura de radar. 

Primer borrador del 8 de abril de 1982. “Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión”

  • El último escenario era el más largo, pero el menos complicado desde la logística. El avión Vulcan aterrizaría en Concepción (Chile), se dirigiría hacia la isla de Pascua y, a partir de allí aterrizaría en bases amigas en el Océano Pacífico, luego en los Estados Unidos y volvería a Gran Bretaña cruzando el Atlántico Norte. Prácticamente la vuelta al mundo, pero un mundo que los consideraba aliados. 

Como comentarios, hay que señalar que un bombardero Vulcan aterrizó (por problemas en el reabastecimiento y luego de atacar Puerto Argentino), en el Aeropuerto Internacional de Galeão, en Río de Janeiro, el 3 de junio de 1982. Y que aviones británicos utilizaron, durante el conflicto, las pistas de Concepción, Santiago y de la Isla de Pascua (todas en Chile). 

Si bien todo este planeamiento era, obviamente, secreto, la Fuerza Aérea Argentina no desconocía las capacidades británicas de atacar con bombarderos el continente. Es que no era ajeno al avión Vulcan y su alcance (había estado interesado en adquirirlo antes de la guerra, algo que fue finalmente vetado por Gran Bretaña), así como había experimentado sus bombas sobre la pista de Puerto Argentino. 

Un Mirage III armado en una base área (posiblemente Río Gallegos). En este caso, lleva misiles Matra Magic

La defensa argentina

Con dicha amenaza presente, nació la Operación Pampero el 20 de mayo de 1982 en Merlo (Provincia de Buenos Aires), en el seno del Comando de Defensa Aérea, y tenía como claro propósito el de “Detectar, interceptar y destruir material aéreo de bombardeo, reabastecimiento y/o reconocimiento británico en su ruta hacia o desde territorio continental”. Recién en el año 2022 vio la luz. 

La operación tenía dos fases. 

La primera de ellas implicaba desplegar a la Base Aérea Militar (BAM) Mar del Plata dos aviones Mirage III, armados con cañones y un misil Matra 530; dos aviones Dagger armados con cañones y misiles Shafrir y un avión Learjet de apoyo (con matrícula LV-OAS y de la firma Ledesma S.A.A.I.) 

Los Mirage III, franceses y los Dagger, una copia israelí del Mirage V, eran las únicas aeronaves en el inventario militar argentino con posibilidades ciertas de atacar a un bombardero ágil y veloz como el Vulcan. 

Un avión Dagger despegando durante el conflicto por Malvinas

La segunda fase era la de ejecución. 

Una vez detectado un despegue de la Isla Ascensión (desde donde operaban los aviones de la Royal Air Force que podían llegar al continente), los aviones argentinos saldrían y se dirigirían a un punto de interceptación prefijado (Puntos A, B y C, según cual fuera el objetivo previsto), para esperar a los enemigos y derribarlos. 

La parte más difícil era detectar un despegue de estos aviones y, los documentos de la Operación Pampero solo mencionan que esa información sería dada por una “fuente confidencial”. La Isla Ascensión está, realmente, en medio de la nada y no había casi ojos curiosos que pudieran reportar esa información. 

Los únicos ojos que podrían reportarlo eran los de los marinos soviéticos del Zaporozhye, un buque espía de 4.500 toneladas de desplazamiento, de la clase “Primorye” (Proyecto 394B) que llevaba a 160 hombres a cargo del Capitán de Primera Clase P. Zyryanov. Este buque se encontraba desde el 29 de abril frente al aeródromo de la isla. 

La isla Ascensión desde el buque espía soviético Zaporozhye. Son visibles claramente las instalaciones militares del aeropuerto

Sea o no fuera esta la “fuente confidencial”, los documentos indican que la misma proporcionaría específicamente la hora de despegue y el rumbo al cual se dirigían los bombarderos británicos, con lo cual podría inferirse a que base se atacaría. 

La interceptación y ataque se haría en medio del océano (entre 500 y 770 kilómetros mar adentro) y, llegado el caso que no se pudiera interceptar a los bombarderos antes de atacar las bases, se procuraría hacerlo en su viaje de regreso. La Fuerza Aérea Argentina solo consideró que los Vulcan regresarían por donde vinieron: hacia Ascensión. No se consideró que Chile podría dar apoyo a los bombarderos enemigos. 

Hay que tener en cuenta que sería necesario por lo menos un mínimo de luz solar para poder identificar a las “Chinches” (nombre clave que se deba a los aviones enemigos), en tanto se requería identificación visual para poder disparar (y, a todo evento, solo los Mirage III poseían radar, los demás aviones solo podían detectar otros aviones a través de la visión de sus tripulantes). 

Los indicativos y claves asignados requieren un pequeño aparte. La escuadrilla de interceptación serían los “Halcón” y el LearJet de apoyo sería LIBRA. Los aviones enemigos serían, como se dijo, las “Chinche”, con diversos colores según el tipo de avión (Vulcan: Chinche Azul, Nimrod: Chinche Roja, etc). Para el caso que se destruyera alguna Chinche, se anunciaría que se fue “Al bombo”, si el combustible estaba al mínimo se señalaría que estaba “Desinflado”, la meteorología podría estar “Dulce O Acida”, según buena o mala, entre otros. En algún momento pareciera que se acabó la imaginación, porque si el enemigo logró escabullirse, pasando a los interceptores, solo se anunciaría “Pasaron”. 

Carta aeronáutica que señala el rumbo que debían tomar los aviones para llegar a los puntos de interceptación A, B y C, donde se encontrarían con los bombarderos que quisieran atacar las bases argentinas en el sur del país

Pero los británicos nunca intentaron bombardear las bases continentales, ni los argentinos desplegaron a los aviones interceptores a la BAM Mar del Plata. 

Sin embargo, el día 29 de mayo a las 6:00 horas, se emitió una alerta amarilla por despegue de dos aviones bombarderos Vulcan, con rumbo sur, lo que habría ocurrido a las 3:00 horas desde la Isla Ascensión. 

Esta información pudo bien haber provenido del buque de inteligencia Zaporozhye, que seguía en las cercanías de dicha isla en ese momento. Lo cierto es que los datos llegaron al CAE (Comando Aéreo Estratégico) vía el Brigadier Peña desde los Estados Unidos quien alertó específicamente que los enemigos llevaban misiles anti-radar. En este caso, inteligencia parece haber alertado de la misión “Black Buck 4″, que consistía en un ataque contra radares emplazados en Malvinas, por parte de un Avro Vulcan, ataque que fue abortado por no poder el avión reabastecer en vuelo. 

No había, en ese momento, aviones desplegados en Mar del Plata, pero se pusieron en alerta a los interceptores Mirage argentinos en las bases del sur, por si se acercaban al continente. 

El Learjet matrícula LV-0AS de la firma Ledesma (enmarcado en el Escuadrón Fénix), avión que, se planeó en la Operación Pampero, se desplegaría hacia Mar del Plata para dar apoyo a los Mirage y Dagger

Hay que aclarar, por cierto, que también se consideró defender Buenos Aires y sus alrededores de ataques aéreos británicos, por lo que había en alerta (y desde el 19 de abril) dos Mirage III en la Base Mariano Moreno y dos Dagger en Tandil, complementados con aviones IA-58 Pucará en La Plata y aviones MS-760 Paris en Mar del Plata. 

¿Qué podría haber sucedido si los británicos intentaban bombardear las bases continentales? Nunca lo sabremos, pero es interesante conocer que la Fuerza Aérea Argentina había previsto ese escenario y planeado como contrarrestarlo.

La planificación de la Fuerza Aérea, vale decirlo, fue realista y ajustada a las capacidades británicas. Quizá el único inconveniente del “Plan Pampero” fuera que se requería confirmación visual para que los aviones atacaran: posiblemente los británicos utilizaran la cobertura de la noche para la navegación, para estar solo con las primeras luces sobre los objetivos militares a atacar. 

Pero aún con ello, quizá hubiera todo terminado con el grito de un piloto de Mirage de “Chinche Azul al Bombo”, seguido de un “no hay quien pueda”, el grito de guerra de los pilotos de combate aeronáuticos. 

Fuente: https://www.infobae.com

22 de octubre de 2022

DESDE LAS MISIONES ESPECIALES HASTA EL COMBATE FINAL: ANÉCDOTAS Y HAZAÑAS A 40 AÑOS DE LA GUERRA DE MALVINAS

 

A cuatro décadas de un conflicto que marcó con sangre y fuego a la Argentina, DEF conversó con sus protagonistas con el objetivo de mantener el recuerdo vivo. 

Por Redacción DEF 


Cuarenta años de la guerra de Malvinas. Cuarenta años de un conflicto en el que 649 argentinos dejaron la vida. Cuarenta años de un reclamo que todavía sigue vigente. En todo este tiempo, los hombres y mujeres que le pusieron el cuerpo al único conflicto bélico que atravesó la Argentina en el siglo XX pasaron por diferentes etapas y, hoy, es el reconocimiento a su valor lo que marca su presente. 

Desde la Operación Rosario hasta el último contraataque argentino previo al cese del fuego, pasando por el entrenamiento de los pilotos de caza en Israel cuatro años antes de la guerra, existen centenares de historias sobre aquellos días. Con el objetivo de mantener la memoria viva, y gracias a la gentileza de muchos de sus protagonistas, DEF entrevistó a más de una decena de veteranos y rescató sus anécdotas y vivencias. 

La preparación de los pilotos de caza 

La misión original de los Dagger no eran las Malvinas. El entonces Capitán Horacio Mir González recuerda que, en los años 1977 y 1978, “estaba latente el posible conflicto con Chile”. Debido a eso, el gobierno militar argentino buscó aviones de combate para hacerle frente al posible escenario bélico. “Así apareció, por primera vez en la Argentina, el mercado israelí, y se produjo la venta de 24 aviones M5″, detalla el expiloto de la Fuerza Aérea. 

Al contrato de compra de la aeronave, se le sumó una cláusula para que los pilotos y mecánicos pudieran capacitarse en una base operativa, lo cual constituía una novedad absoluta para la Argentina en este tipo de adquisiciones de equipamiento militar. En aquella rúbrica, se determinó que el entrenamiento se efectuase en una base ubicada en la península del Sinaí. 

“El adiestramiento que tuvimos en Israel fue muy intenso”, reconoce Mir González. “El piloto israelí vivía en guerra y nos enseñó todo lo que sabía respecto de los combates de aire a aire, o sea, combate con otro avión”, agrega (Gentileza H.M.G.)

“El adiestramiento que tuvimos en Israel fue muy intenso”, reconoce Mir González. “El piloto israelí vivía en guerra y nos enseñó todo lo que sabía respecto de los combates de aire a aire, o sea, combate con otro avión”, agrega. Con respecto a las condiciones geográficas, las diferencias entre Israel y nuestro país eran evidentes. “En Israel, si volábamos ocho minutos hacia el norte o el este, podíamos estar en Egipto o en Jordania. Era todo muy complejo”, completa. 

Las capacitaciones recibidas por los pilotos argentinos fueron intensas y con resultados muy positivos. Los conocimientos adquiridos, sumados a su experiencia previa, fueron claves para un buen desempeño en el conflicto de Malvinas. Mir González recuerda que su instructor les habló de la “estrategia del León Viejo”, una táctica que consistía en “no desesperarse ni por un segundo, ni tampoco ponerse alocado al ver un blanco, porque uno podía cometer el error de no ver lo que había atrás y terminar siendo atacado por su objetivo”, señala.

 El Día ‘M’: Operación Rosario 

El 26 de marzo de 1982 fue la jornada clave en la que se tomó la decisión de recuperar las islas Malvinas. Días previos al 2 de abril, tal como reconstruye el informe Rattenbach, un grupo de trabajadores argentinos izó la bandera nacional en las islas Georgias, lo cual generó una reacción furiosa por parte de Gran Bretaña en los medios e, incluso, en el Parlamento. 

Tras eso, y luego de romper la comunicación con las autoridades británicas, la Junta Militar ya había tomado una decisión. La Operación Rosario, tal como se bautizó la recuperación de las islas Malvinas, contó con la participación de una Fuerza de Tareas Anfibia, integrada por una Fuerza de Desembarco con infantes de marina, comandos anfibios, tiradores del Ejército y otro personal especializado. A ellos, se unieron un grupo de tareas especiales, a bordo del submarino ARA Santa Fe, y buques, fragatas y corbetas de la Armada Argentina. El desembarco debía ocurrir el 1.° de abril. Sin embargo, todo se debió posponer 24 horas. 

Los integrantes de la sección Gato, del Regimiento de Infantería 25, protagonizaron varios momentos que los convertirían en leyenda (Foto: Gentileza R.R.)

En una entrevista concedida a DEF, el entonces Teniente de Corbeta Bernardo Schweizer comentó que, junto al Cabo Principal Sequeira, fueron los primeros argentinos en desembarcar en las islas el 2 de abril: “La navegación fue muy demorada, muy dificultosa. Pero, de cualquier manera, llegamos a un punto en el que yo, con el único visor nocturno que teníamos, vi la línea de olas adelante, a unos 100 metros, y decidí pasar al kayak”. 

Mientras Schweizer y los suyos llegaban por mar, la Fuerza Aérea Argentina tenía como misión establecer de inmediato el puente aéreo entre el continente y las islas. Ernesto Osvaldo París, en aquel entonces Teniente de la FAA, tenía 26 años cuando le informaron a él y a otros 28 efectivos que iban a participar de una misión secreta en el sur. Llegaron en el primer vuelo argentino que aterrizó en las islas Malvinas. “Cuando el Hércules comenzó a llegar y a estar muy cerca de las islas Malvinas, el comandante de la aeronave se encontró con una dificultad: la pista estaba obstaculizada por una serie de maquinarias y viales”, recuerda París y comenta que, cuando la aeronave tocó tierra, bajó la rampa de lanzamiento y los 29 comandos del GOE eran los primeros con la misión de descender. 

Ese mismo día, la compañía C del Regimiento de Infantería 25 fue la responsable del desembarco en las islas. BOTE, ROMEO y GATO, esos eran los nombres de las tres secciones que integraban la compañía. Roberto Reyes, por esos días Subteniente del Ejército, estaba a cargo de una de ellas. 

Reyes aclara que aquella demora generó algunos inconvenientes, pero sostiene que no tuvo tiempo para lamentos. “La postergación demandó demasiado trabajo, porque desembarcar en la fecha prevista hubiera sido cumplir con el plan original, a través de una operación aeromóvil. No tengo muchos recuerdos de haber pensado demasiado en ese hecho puntual. No había tiempo”. 

La Operación Rosario, que debió posponerse por cuestiones meteorológicas, tuvo lugar el 2 de abril (Gentileza Roberto Reyes)

El ataque al Invencible

El 1° de mayo de 1982, la Fuerza Aérea Argentina tuvo su bautismo de fuego y, 29 días más tarde, llevó adelante –en conjunto con la Armada– una de las operaciones más recordadas de su historia: el 30 de mayo, un grupo de militares argentinos lanzó bombas de 250 kilos y el último misil Exocet con el que contaban las Fuerzas Armadas al portaaviones británico HMS Invincible. 

La misión fue extremadamente arriesgada: los pilotos de la Armada debían lanzar el misil –sin antes haber sido detectados por los ingleses– y, posteriormente, y con las alarmas de la defensa británica activadas, los pilotos de A4C, sí o sí, debían sobrevolar por encima del blanco para lanzar sus bombas. 

La Armada Argentina participó con dos aviones Súper Etendard; mientras que, por el lado de la Fuerza Aérea, estuvieron involucrados cuatro A4C Skyhawk y, en materia de apoyo, dos Hércules KC 130 que se encargaron de realizar el reabastecimiento de combustible en vuelo. 

El hoy Brigadier Ernesto Rubén Ureta, que en la guerra de Malvinas debió pilotear uno de los A4C Skyhawk que participaron de la misión, cuenta que, una vez lanzado el misil, los dos Súper Etendard de la Armada terminaron su trabajo. Previamente, habían tomado todos los recaudos para evitar ser detectados por los radares británicos. “Solamente pueden haber alertado en el momento en el que ellos hicieron un barrido electrónico. La defensa del portaaviones o de las fragatas que defendían al “Invencible”, podrían haber detectado alguna emisión del radar. Los Súper Etendard barrían y bajaban. En la tercera de estas maniobras, lanzaron el misil”, detalla. 

Así fue como Alejandro Francisco y Luis Collavino, los pilotos a bordo de los Súper Etendard, lanzaron el Exocet, hicieron un viraje por la izquierda y se fueron hacia el oeste, a Río Grande. 

Rubén Ureta y Gerardo Isaac fueron dos de los pilotos de la Fuerza Aérea que participaron de la misión y que pudieron salir con vida, luego del ataque al portaaviones (Gentileza R.U.)

El Alférez Gerardo Guillermo Isaac, por su posición, fue testigo de las maniobras de los tres A4C que volaban con él durante el final del ataque: “Unos minutos después de que dejé de ver la estela del misil, apareció la silueta de un barco muy grande que, claramente, y desde el primer momento en el que lo vi, supe que se trataba de un portaaviones. Lo confirmé a medida que me iba acercando. Supe que lo que estaba viendo y lo que iba a atacar era un portaaviones”.

El último combate

Entre el 11 y el 14 de junio de 1982, se vivieron los últimos combates. Por esos días, los británicos buscaban tomar el control de los montes que rodeaban a Puerto Argentino, mientras los soldados argentinos hacían hasta lo imposible para impedirlo. 

A pesar del frío y el agotamiento, los soldados argentinos pelearon hasta el último minuto. Uno de ellos fue el Subteniente en comisión Esteban Vilgré La Madrid. La noche del 13 de junio, tras la batalla y el repliegue en el monte Dos Hermanas, los soldados del Regimiento VI aguardaban por un combate más, el combate final. 

Horas más tarde, La Madrid recibió la orden de bloquear la penetración británica por parte de su superior. Por la radio, comenta que llegó a escuchar los gritos de un oficial que ya estaba en combate. En esa primera línea, la lucha era cuerpo a cuerpo y pedían refuerzos. Tras ese hecho, cuenta que se llevó consigo a los soldados Horisberger y a Poltronieri junto con sus ametralladoras, listos para enfrentar lo que se venía. 

La noche del 13 de junio, tras la batalla y el repliegue en el monte Dos Hermanas, los soldados del Regimiento VI se prepararon para el combate final en Malvinas (Gentileza V.L.M.)

A la hora de transmitir la misión al resto de sus soldados, cuenta que les dijo a sus Suboficiales que sabía que ellos tenían miedo, porque él también lo tenía y que era consciente de que esa era la noche más cruda que deberían atravesar. “Les expliqué que seguramente muchos de nosotros no íbamos a ver la luz del sol al día siguiente, pero que había soldados que estaban esperándonos en la oscuridad y que confiaban en nosotros para ir en su apoyo”, dice y agrega que les pidió que cuidaran a cada uno de sus compañeros, tanto como él los iba a cuidar a ellos. “Fue conmovedor ver cómo todos me siguieron”, recuerda. 

Estas son solo algunas de las muchas historias que repasamos de la mano de sus protagonistas. Sin embargo, para DEF, esta no es más que la continuidad de un camino que recorre, junto a la Editorial TAEDA, desde hace más de 17 años y que continuará desandando con el único objetivo de mantener viva la memoria de aquellos días. 

Fuente: https://www.infobae.com

18 de octubre de 2022

EL LIBRO QUE REVELA DOCUMENTOS INÉDITOS SOBRE LA AYUDA DE PERÚ A LA ARGENTINA DURANTE LA GUERRA DE MALVINAS

 

El texto relata los esfuerzos del presidente Fernando Belaunde Terry para evitar el conflicto armado en el Atlántico sur. Cómo fueron las intentos diplomáticos y el pedido de una tregua desde Lima. 

Por Adrián Pignatelli

Fernando Belaunde Terry fue presidente del Perú en dos oportunidades. Fue un firme impulsor de la unidad latinoamericana (Foto libro "La intervención del Perú en la controversia de las Islas Malvinas")

Es por todos conocida la postura de Lima en su apoyo a la Argentina durante el conflicto del Atlántico Sur. Sin embargo, en el libro “La intervención del Perú en la controversia de las islas Malvinas”, de Víctor Andrés García Belaunde, se revela el esfuerzo por llegar a una solución pacífica

El libro relata la guerra de Malvinas según la visión peruana. Ya en la frase que abre una lectura apasionante de la trastienda diplomática tanto de los prolegómenos de la guerra como de los enfrentamientos bélicos en sí, se revela la postura del Perú respecto a la Argentina: “En esta hora en la que la nación argentina es víctima del bloqueo bélico y de sanciones económicas injustificables, expreso a vuestra excelencia la decisión del Gobierno y pueblo peruanos de prestar todo el apoyo a nuestro alcance en la defensa de sus legítimos intereses nacionales y de la causa de la unidad latinoamericana”. Firmado por el presidente Fernando Belaunde Terry. Está fechado el 30 de abril de 1982.

El libro constituye un aporte histórico para los estudiosos del conflicto, más aún cuando su autor era un joven de 29 años y sobrino del presidente, cuando se desempeñó como secretario del Consejo de Ministros entre 1980 y 1982, transformándose en un testigo privilegiado de los esfuerzos diplomáticos por no llegar al enfrentamiento en el campo de batalla. 

La mediación peruana era noticia. Hasta el ataque al crucero General Belgrano, Belaunde Terry no había perdido las esperanzas (Diario La Nación del 2 de mayo de 1982)

García Belaunde echa por tierra la opinión mezquina de los que aventuraron que Perú apoyó a la Argentina con la esperanza de obtener un aliado en sus reclamos a Chile por los territorios perdidos durante la guerra del Pacífico. 

Nada más alejado de la realidad de entonces: una encuesta realizada en Perú indicó que en mayo de 1982 85,8% respaldaba a la Argentina y un 71,8% estaba dispuesto a ir a combatir a las islas. 

El libro publica dos fotos de aviones Mirage que Perú envió a nuestro país (Fotografía libro "La intervención del Perú en la controversia de las Islas Malvinas")

A través de la lectura de sus páginas, el libro demuestra que el apoyo de Perú a nuestro país no fue circunstancial, sino que obedecía a raíces muy profundas de hermandad y de solidaridad, con antecedentes históricos. Fue crucial el papel de José de San Martín en el proceso independentista peruano, y hubo otros argentinos que se brindaron a servir al país aún a riesgo de su propia vida. Fue el caso de Roque Sáenz Peña quien se enroló como voluntario en el ejército peruano en la guerra que los enfrentó a Chile entre 1879 y 1884. 

Cuando el 3 de enero de 1833 los británicos se apropiaron de Malvinas -el autor la describe como “invasión”- el Perú le envió al gobierno argentino documentación del siglo XIX, incluyendo un mapa de 1769, que sostenían que las islas pertenecían a la corona española. 

El libro fue presentado en el Palacio San Martín. Contó con la presencia del autor y de diplomáticos de ambos países (TELAM/Raul Ferrari)

“Honestidad, lealtad y solidaridad”, describió el autor como los principales atributos que guiaron a Fernando Belaunde Terry, quien ejerció la primera magistratura en dos oportunidades: entre 1963 y 1968 y entre 1980 y 1985. 

El libro ofrece un valioso aporte, que son los cablegramas generados entre Perú, la Argentina, Gran Bretaña y los Estados Unidos. El primer cablegrama está fechado el 8 de abril de 1982. Hay un nutrido material, que incluyen mensajes entre la cancillería peruana y sus embajadas en la Argentina, el Reino Unido y los Estados Unidos; están los generados en la embajada del Perú en Buenos Aires, en Londres y en Washington y cablegramas recibidos por el ministerio de relaciones exteriores peruanos. Son una fuente de datos y detalles que pintan los esfuerzos, a contrarreloj, de Belaunde Terry por llegar a una solución pacífica. 

En el mismo sentido, queda de manifiesto sus gestiones para encolumnar a las naciones latinoamericanas detrás de la causa Malvinas. Durante su primer mandato, cuando participó de la reunión cumbre de jefes de estado americanos sostuvo una visión integradora de América Latina, idea que puso en práctica durante la guerra. 

Con prólogo del presidente Alberto Fernández, el libro brinda una detallada crónica documentada del apoyo peruano a la Argentina

El 3 de abril de 1982 el gobierno peruano emitió su primer comunicado, en el que apoyaba la reivindicación argentina sobre las islas, en el marco del proceso de descolonización estipulado por resoluciones de Naciones Unidas, e instaba a dirimir el conflicto en forma pacífica. 

El presidente Terry propuso “una honrosa e inmediata tregua”, a fin de llevar adelante negociaciones diplomáticas. El canciller argentino Nicanor Costa Méndez dijo que valoraba la iniciativa y que el país no se proponía iniciar hostilidades. Su par inglés también agradeció y que se estaban esforzando en llegar a una solución pacífica. Solo ponía un requisito por delante: el retiro de las fuerzas argentinas de las islas. 

Apoyado por documentos, García Belaunde describe cómo Gran Bretaña de todas maneras rechazó una tregua de 72 horas que proponía el peruano. 

El 30 de abril le mandó un telegrama al General Leopoldo Galtieri, donde manifestaba el apoyo del gobierno y del pueblo peruanos en la defensa de los legítimos intereses nacionales y de la causa de la unidad iberoamericana. “Argentina ostenta títulos ancestrales e inobjetables”, sostuvo. 

El libro transmite los esfuerzos del primer mandatario por poder cumplir con la misión que se había impuesto, y las demoras de los dos países en conflicto -Gran Bretaña ponía como condición el retiro de las tropas argentinas y Galtieri admitió que las decisiones debía consultarlas con la Junta Militar- fueron dos grandes escollos para llegar a buen puerto a lo que se había propuesto: llegar a “una paz digna, justa y oportuna”. 

El hundimiento del Belgrano significó el fin del acuerdo de paz. Terry justificó su apuro en las respuestas a las propuestas. Dijo que de haber tenido las respuestas a tiempo, no hubiera ocurrido el hundimiento del crucero. A García Belaunde le parece extraño que los documentos ingleses referidos al Belgrano recién serán desclasificados en el año 2072. 

Años después Terry confirmó que sus conversaciones eran grabadas por los servicios secretos ingleses y norteamericanos. 

Asimismo, se detalla el envío de una decena de aviones Mirage en una misión secreta, que llegaron tarde al país y que no pudieron ser empleados. También da cuenta de una misión de observadores a la zona del conflicto, a comienzos de mayo. De la misma forma, se describe la triangulación de compra de armamento de la Argentina a Israel, que se hizo vía Perú. 

Hay un capítulo dedicado a “la ambigua reacción de Chile”, en el que el autor hace “un balance imparcial” del país vecino en su ayuda a Gran Bretaña. 

Víctor Andrés García Belaunde es abogado, político y empresario y su obra se presentó en la Feria Internacional del Libro en Lima. También trajo su libro a Buenos Aires y lo difundió en un acto realizado en el Salón Libertador del Palacio San Martín, que estuvo encabezado por el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona. Además del autor, participaron el embajador argentino en Lima, Enrique Vaca Narvaja; su par de Perú en Buenos Aires, Peter Camino Cannock, y la directora nacional de Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Sandra Pitta. 

García Belaunde habló de la unidad en el pueblo peruano en torno a las Malvinas, que es la misma unidad de la que hablaba José de San Martín cuando contribuyó a la liberación de ese país. La semilla había rendido su fruto. 

Fuente: https://www.infobae.com

5 de octubre de 2022

AMPLIO APOYO EN LA ONU AL RECLAMO ARGENTINO POR LAS ISLAS MALVINAS

 

El tema se trató en la primera sesión del Debate General conjunto sobre temas de descolonización de la Comisión de Política Especial y Descolonización de la Asamblea General. 

El reclamo argentino para que el Reino Unido reanude las negociaciones bilaterales para resolver la disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes obtuvo un amplio apoyo internacional, en la primera sesión del Debate General conjunto sobre temas de descolonización de la Comisión de Política Especial y Descolonización de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), informó el Palacio San Martín. 

El respaldo de los otros Estados miembros en la denominada "Cuarta Comisión" fue en respuesta a la posición presentada en ese ámbito por la Argentina en relación a la disputa por la soberanía en el Atlántico Sur. 

La postura argentina 

Según informó un comunicado de la Cancillería argentina, la Representante Permanente ante las Naciones Unidas, embajadora María del Carmen Squeff, expuso los fundamentos que sustentan los derechos argentinos y reiteró la invitación al Reino Unido a resolver pacíficamente la disputa de conformidad con lo dispuesto por la Asamblea General. 

En su exposición, la embajadora Squeff subrayó que la negativa británica a reanudar las negociaciones "no encuentra fundamento en el derecho internacional", ya que "en la cuestión de las Islas Malvinas nos encontramos con un territorio colonizado por el Reino Unido, sin que haya un pueblo sujeto a las subyugación, dominación o explotación colonial". 

La representante argentina llamó la atención sobre las "acciones unilaterales" desarrolladas por el Reino Unido en el área en disputa, que incluyen la "exploración y explotación ilegal de recursos renovables y no renovables" en el área y una "desproporcionada" presencia militar que resulta completamente injustificada "ya que todos los Gobiernos democráticos de la Argentina han reafirmado su decisión de resolver la controversia exclusivamente por medios pacíficos". 

En ese contexto, reiteró el interés del Gobierno argentino en los "buenos oficios" del secretario General de las Naciones Unidas para asistir a las partes en la disputa de soberanía y reanudar las negociaciones. 

El respaldo internacional 

Por su parte, el embajador de Ecuador, interviniendo en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), recordó el "interés permanente" de los países de la región en que la Argentina y el Reino Unido "reanuden las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa", indica el comunicado oficial. 

En ese sentido, informó sobre el mandato de los jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad a su Presidencia Pro Tempore de que solicitara al secretario General la renovación de sus esfuerzos en el cumplimiento de la misión de buenos oficios sobre el tema y destacó la permanente "actitud constructiva y disposición del Gobierno argentino para alcanzar, por la vía de las negociaciones, una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano". 

El representante de Uruguay, en nombre de Mercosur y países asociados, reiteró el apoyo del bloque a los derechos argentinos y señaló que "la manera de poner fin a la especial y particular situación colonial de las Islas es la solución pacífica y negociada de la controversia entre las dos partes". 

Asimismo, advirtió que resultaba "imprescindible que el Reino Unido pusiera fin a la exploración y explotación de recursos naturales y que se abstuviera de promover ejercicios militares en la zona disputada" y reiteró el reconocimiento al "derecho que le asiste a la República Argentina de emprender acciones legales, con pleno respeto del Derecho Internacional, contra las actividades no autorizadas en dicha área". 

Durante la sesión hubo numerosos pronunciamientos: además de Ecuador y Uruguay, tomaron la palabra Nicaragua, México, Guatemala, Perú, Brasil y Panamá, quienes se manifestaron a favor de los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. 

El comunicado del Palacio San Martín, subraya el "agradecimiento" del Gobierno argentino a "todos los miembros de la comunidad internacional que se han pronunciado y se pronunciarán a lo largo del debate de la Cuarta Comisión en respaldo a la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido como único modo de poner fin a la anacrónica situación colonial de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes". 

El debate sobre descolonización de la Cuarta Comisión continuará la semana próxima y se esperan más intervenciones en relación con la cuestión de las Islas Malvinas en respaldo de los derechos argentinos y de la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido. 

En tanto, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, destacó el apoyo recibido por la Argentina en el tratamiento de la Cuestión Malvinas en la Cuarta Comisión y agradeció el trabajo de la Representación Permanente de la Argentina ante las Naciones Unidas, a cargo de la Embajadora Squeff. 

"La cuestión de las Islas Malvinas fue el centro de atención en la sesión de apertura del debate sobre descolonización de la Cuarta Comisión (Asamblea General de la ONU) donde la Argentina recibió un amplio respaldo a sus derechos de soberanía", escribió Carmona en su cuenta de Twitter. 

En junio de este año, el Comité Especial de Descolonización, órgano subsidiario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó una nueva resolución sobre la cuestión de las Islas Malvinas en la que reiteró el llamado a la Argentina y el Reino Unido a reanudar las negociaciones de soberanía. 

A su vez, el tema estuvo presente en la Asamblea General celebrada en septiembre, oportunidad en la que el presidente Alberto Fernández reafirmó los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y reiteró la disposición para retornar a la mesa de negociaciones con el Reino Unido. 

Fuente: https://www.telam.com.ar