25 de junio de 2021

LA ARGENTINA DA LA BATALLA POR MALVINAS EN LA ONU

 


El ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Solá, exige, ante el Comité de Descolonización, que se cumplan sus resoluciones y el Gobierno británico se siente a negociar 

Por Carmen de Carlos 

Los secretos de la Guerra de las Malvinas 

La Argentina no se rinde. Un año más el Gobierno, todos lo hicieron, insiste en sus demandas al Reino Unido sobre la soberanía del archipiélago del Atlántico Sur. El ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Solá, exige, ante el Comité de Descolonización de la ONU, que se cumplan sus resoluciones y el Gobierno británico se siente a negociar el futuro de los territorios que están bajo su administración y comprenden islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del sur. 

Las Malvinas son el eterno caballo de batalla de la Argentina. Quizás éste problema sea de los pocos, por no decir el único, que une a los argentinos. Solá se reunió con Antonio Guterres, secretario general del principal organismo multilateral del mundo, para que interceda ante Boris Johnson con el fin de que "consienta en reanudar las conversaciones sobre la soberanía de las islas". 

“El reclamo es hoy más firme que nunca”, declaró el titular de la Cartera de Exteriores, a su llegada a Nueva York. Antes de pronunciar su discurso en la sesión del Comité de Descolonización, que depende la ONU, el Canciller, acompañado de Daniel Filmus, secretario de Estado, con funciones exclusivas sobre este contencioso, mantuvo diferentes reuniones para lograr el mayor respaldo internacional posible. Pero si Malvinas es una cuestión de Estado para la Argentina, también para los británicos, victoriosos de una guerra que supuso el principio del fin de la última dictadura militar argentina. 

El asunto, de máxima sensibilidad a un lado y otro del Atlántico, adquiere mayor temperatura con la creciente militarización británica de las islas. Filmus, por su parte, censuró que el archipiélago se esté convirtiendo en un emplazamiento militar británico. “¿Para qué invertiría tanto el Reino Unido en una base desproporcionada (por la base aérea de Mount Pleasant), si no es controlar geopolíticamente una región tan importante”, reflexionó antes de su viaje? Dicho esto, pronosticó: “La Argentina tiene un solo camino para recuperar Malvinas que es el diálogo, la paz y la diplomacia”. 

Bajo bandera británica 

En el año 2013 las autoridades de las Falkland (como se conocen en el Reino Unido), convocaron un referéndum para que sus habitantes se pronunciaran bajo qué soberanía querían estar. El resultado fue aplastante. El 99 por ciento votó por seguir bajo bandera británica. Dicho de otro modo, únicamente se registraron tres votos en contra. La Argentina consideró inválida la consulta y reprochó que se hacía en una población implantada desde Londres, tras la ocupación de las islas en 1833. David Cameron, por entonces primer ministro, dio por buenos los resultados. Con anterioridad había anunciado que los “defendería y respetaría”, fueren los que fueren. 

Malvinas, según datos del 2020, tiene una población de apenas 3.200 habitantes. En abril de 1982, bajo el Gobierno de facto del General Leopoldo Fortunato Galtieri, la Argentina protagonizó un desembarco en las islas desatando una guerra que duró poco más de dos meses. La derrota trató de minimizarse en el continente donde los soldados, que habían sido destacados mal pertrechados y con escasa formación, fueron ocultados y marginados a su regreso. La 'premier' británica Margaret Thatcher, advirtió entonces que mandaría a la flota británica, una decisión que en la Argentina veían poco verosímil pero Thatcher no dudó. Aquella guerra le supuso un balón de oxígeno a 'la dama de hierro' y a su Gobierno cuando atravesaba una severa crisis. “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, la frase desafiante de Galtieri se recuerda hasta la fecha. 

La guerra dejó un saldo de 650 muertos argentinos y 255 británicos. 

El comité de descolonización, también conocido como C-24, se creó en 1961 para dirimir conflictos relativos a la descolonización de territorios. Integrado por 29 países, el pasado mes de febrero, volvió a ratificar “en forma unánime” su “apoyo a la reanudación de las negociaciones” entre ambos países, “para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía” de las islas. Gran Bretaña sigue sin acatar sus decisiones. 

Fuente: https://www.abc.es

POLÉMICO GESTO DE LA UNIÓN EUROPEA A MALVINAS

 

Tras haber sido excluidas del Brexit y sin contar con los beneficios concretos de un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE, las Islas lograron una primera excepción arancelaria a la producción pesquera. 

Por Roberto García Moritán

 

 

La Unión Europea (UE) ha decidido no aplicar aranceles al calamar Loligo procedente de Malvinas. Un privilegio de libre acceso al mercado europeo polémico, al exceptuar del arancel del 6% de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a las capturas de esta especie de calamar en las aguas circundantes al archipiélago y que retrotrae para la colonia británica condiciones tarifarias casi similares a las anteriores al Brexit. El único condicionante sería un límite máximo de 75 mil toneladas anuales que, por otra parte, no tiene mayor incidencia comercial al ser la cantidad promedio que se venía capturando por año en la última década (en el 2020 fue de 78.913 toneladas). El 94% de la pesca del calamar Loligo, ingresa históricamente a la UE, mayormente para España y a Francia. 

Las autoridades ilegítimas de las islas venían realizando gestiones directas en Bruselas para obtener un trato diferenciado y preferencial desde la desconexión británica a la Unión Europea. La responsable del manejo pesquero en Malvinas, Teslyn Barkman, había señalado que era una cuestión de grandes implicancias para la economía isleña. Conceptos similares fueron expresados por la Cámara pesquera española con intereses en Malvinas. También realizaban, en virtud de esa vinculación societaria, acciones conjuntas ante la UE para obtener un régimen progresivo de excepción a la pesca de Malvinas. Loligo parece ser la primera especie en lograrlo. 

La flota española, con bandera propia o con el pabellón ilegal de las islas, son las que capturan mayormente el calamar Loligo. De la primera zafra 2021, ingresó al puerto de Vigo 58 mil toneladas. Esa pesca intensiva pone en evidencia también una sobrepesca con efectos negativos en los ecosistemas, tal como ha sido reconocido en un informe de consultoría británico. Macalister Elliot califica la política pesquera de la colonia como desastrosa por haber otorgado un exceso de licencias pesqueras poniendo en riesgo la sustentabilidad del caladero. 

Es notable que Malvinas, tras haber sido excluida del Brexit y sin contar con los beneficios concretos de un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE, haya logrado una primera excepción arancelaria a la producción pesquera. La decisión de la UE, promovida por España con apoyo de Francia, es un golpe sensible para los intereses argentinos en la disputa con el Reino Unido al tener un efecto diplomático mayor que el comercial pesquero propiamente dicho. Es decepcionante que haya contado con la anuencia diplomática del gobierno español. 

El proceso de negociación encarado por Malvinas, con epicentro en Bruselas, muestras falencias de la Cancillería. También de la diplomacia presidencial. No es entendible que el Presidente de la Nación no haya expresado disconformidad al Presidente de España en la reciente visita a Buenos Aires o al Presidente de Francia en su gira europea, por la cuestión del calamar Loligo. Ningún comunicado del gobierno argentino refleja que se haya tocado el tema en alguno de los encuentros. 

Estas omisiones diplomáticas son preocupantes y muestran un cierto desdén de gestión en defensa del interés nacional que debe ser corregido. La Argentina debe tratar con mayor responsabilidad todo lo atinente al Atlántico Sur. Es hora que la política declarativa respecto de Malvinas se convierta en una de acción diplomática menos enunciativa y más efectiva. 

Fuente: https://www.infobae.com

23 de junio de 2021

EN MEDIO DE LA TENSIÓN CON GRAN BRETAÑA POR LAS MALVINAS, EL GOBIERNO LES DARÁ BECAS A ESTUDIANTES DE LAS ISLAS


Según pudo saber TN.com.ar, ofrecerá cursos de pregrado, grado y posgrado junto con seis universidades nacionales. La iniciativa se produce tras la condena del ministro Rossi a los ejercicios militares ingleses en el Sur y el malestar que generó una frase del embajador británico. 

En plena tensión por las últimas declaraciones del embajador británico en la Argentina Mark Kent, que habló de la “autodeterminación” de los isleños, el Gobierno de Alberto Fernández lanzará un programa de becas para estudiantes de las islas Malvinas. 

Según pudo saber TN.com.ar, el Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería argentina Daniel Filmus dará a conocer este miércoles a las 15.30 los detalles de la iniciativa que buscará garantizar el acceso al sistema educativo argentino de los estudiantes del archipiélago del sur. El proyecto se lanza solo días después de que el ministro de Defensa de la Nación Agustín Rossi criticara la política “colonial y ofensiva” del Reino Unido al homenajear a los combatientes de la guerra de las Malvinas. 

Del anuncio también participará el Secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación Jaime Perczyk, junto con los rectores de seis universidades nacionales de la Patagonia, en donde se dictarán las clases.

Lo cierto es que en los últimos días la tensión entre el gobierno argentino y Gran Bretaña se acrecentó. En una entrevista con Clarín, Kent habló de la autodeterminación de los isleños, lo que despertó un fuerte malestar en Filmus.

“Como bien sabe el Reino Unido la resolución 2065 de la ONU y las subsiguientes es muy clara cuando dice que la forma de resolver la situación colonial en Malvinas es la negociación bilateral entre Reino Unido y Argentina. Nunca ha incluido la libre determinación porque este principio se aplica solo en los casos de un pueblo dominado o colonizado. No es el caso de quienes viven en Malvinas”, le dijo a ese mismo medio. 

En paralelo, Rossi criticó con fuerza a Gran Bretaña por sus ejercicios militares en las Islas Malvinas. “Lo hace como si la guerra no hubiera terminado”, señaló en un acto en homenaje a los combatientes de la guerra de 1982. El funcionario pidió una “condena permanente” para estas actividades y sostuvo que en el archipiélago “hay tantos isleños como soldados”. 

Filmus y Rossi cuestionaron a Gran Bretaña por su postura respecto a las Islas Malvinas. Créditos: Twitter – Daniel Filmus.

Desde su llegada al poder, el gobierno de Alberto Fernández encaró una política más agresiva que la administración de Mauricio Macri respecto a la postura de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas. Pocos días atrás, el Presidente afirmó que durante los cuatro años de gestión del PRO hubo “cierta laxitud” en el reclamo de la Argentina por la recuperación de la soberanía del archipiélago austral. 

“Lamentablemente en los 4 años que nos precedieron, la Argentina tuvo una actitud distinta, cierta laxitud que permitió que muchos esfuerzos que habíamos hecho en procura de garantizar derechos en la tierra de Malvinas queden de algún modo opacados”, sostuvo. 

En este marco de tensión el Ejecutivo vuelve a lanzar el programa de becas “Thomas Bridges”, que se encuadra en lo establecido por la resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y en el compromiso asumido por la Argentina de respetar los intereses de los habitantes de las Islas Malvinas, así como por la voluntad del Gobierno Nacional y de las instituciones educativas nacionales de entablar mejores lazos de interrelación con los habitantes de las Islas.

Un excombatiente de la guerra de las Islas Malvinas. (Foto: NA)

La propuesta abarca carreras de pregrado, grado y posgrado dictados por la Universidad Nacional de La Pampa, la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Nacional del Comahue, también la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, A. e I.A.S.

Hasta la guerra de 1982, la Argentina ofrecía a los residentes de las islas la posibilidad de estudiar en el país el primario y el secundario. Se les otorgaba la residencia de manera gratuita, seguro médico y dental, vuelos de ida y vuelta junto a un acompañante y el material educativo. El programa se vio abruptamente interrumpido por el conflicto bélico. 

Fuente: http://www.diariodeloeste.com.ar 

22 de junio de 2021

EL GOBIERNO LLEVARÁ NUEVAMENTE A LA ONU EL RECLAMO ARGENTINO DE SOBERANÍA SOBRE LAS ISLAS MALVINAS

 

Felipe Solá expondrá este jueves en Nueva York, a donde también viajó Daniel Filmus, secretario de Malvinas de la Cancillería. Hasta ahora el Reino Unido siempre rechazó las resoluciones del organismo que proponen un diálogo entre ambos países 

Por Eduardo Menegazzi 

En la imagen, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Felipe Solá. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo 

En la que será su primera exposición en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el canciller Felipe Solá intentará obtener el jueves que viene un respaldo contundente de los 29 integrantes del Comité de Descolonización de ese organismo acerca del reclamo de la Argentina sobre la soberanía en las Islas Malvinas. 

Solá viajó este lunes a Nueva York y ayer ya estaba esperándolo en esa ciudad otro funcionario de la Cancillería argentina, el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus. “Esperamos que numerosos países intervengan en la sesión expresando su apoyo a nuestra posición. Hablarán representantes de organismos internacionales como la CELAC, el Mercosur y el Grupo de los 77 y otros a título individual”, le contó Filmus a Infobae en una conversación telefónica. También a la ciudad neoyorquina se trasladó el jefe de Gabinete de Cancillería, Guillermo Justo Chaves. 

El 11 de febrero de este mismo año la Mesa Directiva del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C24) ratificó unánimemente su “apoyo a la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía sobre las Islas Malvinas”, según se informó oficialmente desde el Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce Solá. 

Registro general de la base militar británica de Mount Pleasant, en el sur de la mayor de las Islas Malvinas. EFE/Felipe Trueba/Archivo

Ahora nuevamente ese Comité debatirá una resolución en la que convoca a la Argentina y al Reino Unido a resolver de modo pacífico el reclamo argentino sobre la soberanía de las islas. Generalmente esta posición cuenta con un aval mayoritario pero los británicos no lo aceptan y plantean su propio pedido basándose en la “autodeterminación” con la que cuentan los isleños.  

El lunes pasado, 14 de junio, el secretario Filmus le respondió al embajador británico en nuestro país, Mark Kent, por las declaraciones que el diplomático había efectuado en un reportaje en el diario Clarín amparándose en la autodeterminación de los habitantes de Malvinas. “Como el Reino Unido sabe, la libre determinación solo se aplica en los casos de los pueblos bajo dominación colonial, pero la población actual de las Islas Malvinas ha sido implantada por el gobierno británico”, consignó en una publicación en la red social Twitter. Y amplió en otro tuit: “La resolución 2065 de la ONU y las subsiguientes son claras al respecto: la única vía para resolver la disputa de soberanía sobre Malvinas y poner fin al colonialismo es retomar las negociaciones bilaterales entre la Argentina y el Reino Unido”. 

Ese mismo día, en un acto donde se homenajeó a veteranos de guerra al cumplirse 39 años del fin de la contienda bélica y de la rendición argentina, el ministro de Defensa Agustín Rossi también se pronunció en el mismo sentido. Recordó que la Argentina reclama por la soberanía en todos los foros internacionales y resaltó: “Nos permitimos analizar la importancia geopolítica. No es la autodeterminación de los isleños, no es la pesca, no es la potencialidad hidrocarburífera. Todos sabemos la importancia de ese enclave militar en el Atlántico Sur, su mirada de la Antártica, sobre el Estrecho de Magallanes”.

 

En agosto del año pasado, el C24, que es el principal órgano de las Naciones Unidas por la descolonización, ya se había pronunciado favorablemente sobre la postura de nuestro país. Esa Mesa Directiva la componen los representantes de Granada (que ejerce la presidencia), Cuba, Indonesia y Sierra Leona (en las tres vicepresidencias) y Siria (como relator). 

Tras una exposición de Filmus, los miembros de la Mesa del Comité de Descolonización el 11 de febrero de 2021 “reafirmaron su respaldo a la misión de Buenos Oficios encomendada al Secretario General de Naciones Unidas a través de la resolución 37/9 de 1982, en pos de la reanudación de las negociaciones con el Reino Unido como medio para poner fin a la disputa”. 

El funcionario sostuvo aquella vez también en Twitter que “la Argentina considera inadmisible la persistencia del Reino Unido en desconocer el llamamiento a las negociaciones bilaterales que la Asamblea General (de la ONU) había realizado hace más de 55 años a través de la resolución 2065 y que fuera reafirmado por otras 9 resoluciones de ese órgano y por 37 resoluciones del Comité de Descolonización”. 

La resolución 2065 fue aprobada en la ONU el 16 de diciembre de 1965 por 94 votos a favor, 14 abstenciones, ningún voto en contra y 9 países ausentes y reconoce que entre el Reino Unido y la Argentina existe una disputa de soberanía en torno a las Malvinas. 

Daniel Filmus (Fernando Calzada)

La presidenta del Comité, la embajadora de Granada Keisha McGuire, recordó en la misma sesión “la resolución adoptada por el Comité de los 24 en agosto de 2020″ y expresó que el órgano “continuará apoyando todos los esfuerzos tendientes a la reanudación de las negociaciones”. En tanto, Cuba “reiteró su apoyo a los derechos de soberanía argentinos en la Cuestión Malvinas y destacó la posición constructiva puesta de manifiesto de manera permanente por la Argentina, que contrastaba con la falta de respuestas británicas”. 

Según consignó Cancillería en un comunicado “la delegación de Siria sumó su apoyo a la plena restauración de la soberanía argentina sobre todos los territorios y espacios marítimos usurpados por el Reino Unido y a la necesidad de poner fin a la situación colonial en el Atlántico Sur”. Y los representantes de Sierra Leona e Indonesia “resaltaron la importancia del llamamiento a las negociaciones argentino-británicas para resolver la disputa de soberanía y expresaron su apoyo a los esfuerzos que el Comité de Descolonización desarrollaba en tal sentido y a la gestión de buenos oficios del Secretario General de ONU”. 

Filmus remarcó ante los miembros de la Mesa Directiva “la importancia de los pronunciamientos del Comité Especial de Descolonización y de la misión de Buenos Oficios encomendada al Secretario General de la ONU (el portugués Antonio Guterres)”. 

En ese sentido, “destacó la sanción por unanimidad de una ley que creó el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, liderado por el Presidente de la Nación e integrado por representantes de las principales fuerzas políticas, del ámbito académico y científico y ex combatientes”, indicó la Cancillería.

 

 

El funcionario también informó sobre el esfuerzo que había hecho la Argentina en el último año a nivel bilateral, regional y multilateral para reanudar las negociaciones y cumplir el mandato de la comunidad internacional, mientras el Reino Unido mantenía su negativa a negociar. 

Desde sus comienzos, el Gobierno de Alberto Fernández planteó la causa Malvinas como prioritaria. En agosto de 2020 había obtenido un importante respaldo a sus intenciones de volver a negociar con los británicos. Esa resolución, que se adoptó por consenso, fue copatrocinada por todos los países latinoamericanos integrantes del Comité Especial: Chile, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. 

El Comité Especial de Descolonización, que fuera creado en 1961 como órgano subsidiario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, tiene como función velar por la aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas y examina anualmente las 17 situaciones que aún se encuentran pendientes de descolonización, adoptando resoluciones que tienen como propósito el fin del colonialismo. 

Este llamado de las Naciones Unidas para que se reanuden las negociaciones entre ambas naciones lo comparten diversos foros multilaterales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), el Mercosur, el Grupo de los 77 más China, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y las Cumbres Iberoamericanas, entre otros, destacó la Cancillería. De las 17 situaciones que están pendientes de descolonización, 10 involucran al Reino Unido. 

El 26 de diciembre pasado, sobre el filo de los plazos establecidos, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo comercial para implementar el Brexit y ese arreglo trajo una buena noticia para el reclamo argentino. Las nuevas reglas de juego acordadas con el bloque regional dejaron afuera a los territorios británicos de ultramar, entre ellos, las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur que están bajo disputa territorial y de esa manera el archipiélago perdió los beneficios comerciales, impositivos y aduaneros en el intercambio de los isleños con los países que integran el bloque comunitario. 

Más recientemente, el 6 de enero, la Argentina repudió movimientos militares que fuerzas del Reino Unido (soldados del Grenadiers Guards y del Scots Guards en conjunto con fuerzas de la Royal Navy de la Royal Air Force) realizaban en las Malvinas. 

Fuente: https://www.infobae.com

14 de junio de 2021

FUE EL PILOTO INGLÉS QUE MÁS AERONAVES ARGENTINAS DERRIBÓ EN MALVINAS, SUFRIÓ ESTRÉS POST TRAUMÁTICO Y SE RECONCILIÓ CON UN VIEJO ADVERSARIO

 

David Morgan piloteó aviones Sea Harrier durante el conflicto de 1982. Derribó dos aviones y dos helicópteros. El 8 de junio se enfrentó en los cielos con Héctor Sánchez. Años después, se conocieron, reconstruyeron la batalla -en la que David mató a dos pilotos- y se hicieron amigos. Este año publicó Cielos Hostiles, que en su versión en español editó un argentino 

Por Joaquín Sánchez Mariño

Un Sea Harrier FRS.1 en la cubierta del portaviones HMS Hermes

La cara de David Morgan aparece al otro lado de la pantalla. “Good morning”, dice. Tiene los cachetes colorados, el pelo corto. Usa anteojos y lleva camisa celeste y blanca, pero no es un gesto demagogo sino más bien un uso y costumbre inglés: camisa a rayas y modales perfectos. 

Es moderado y agradable ahora, pero conoce también la ira, el arrepentimiento, el deseo de matar y lo que es despertar en el infierno. Este hombre que hoy conversa desde Inglaterra acerca de su libro, Cielos Hostiles, es el mismo que en 1982 -a bordo de un Sea Harrier de la RAF (Royal Air Force)- realizó más derribos de aviones argentinos en toda la guerra de Malvinas. Fueron cuatro: dos aviones Skyhawk, un helicóptero Puma y un Augusta. 

Las circunstancias en que logró su récord -triste no solo para nosotros sino, dirá, también para él mismo- las relata en el ya mencionado libro, que este año fue publicado en la Argentina (y en español) por la editorial El Cazador. Cualquiera que quiera leer “Cielos Hostiles- El conflicto de Malvinas a través de los ojos de un piloto de Sea Harrier” no tiene más que buscarlo en la librería, pero asombra ver ahora -de vuelta, al otro lado de la pantalla, vestido de celeste y blanco- la calma y la precisión con que Morgan recupera los hechos en su cabeza. 

Un argentino es clave en su propia historia. Se trata del piloto Héctor Sánchez, quien volaba un Skyhawk y se enfrentó frente a frente con Morgan en los cielos. Fue el 8 de junio. Morgan vio que cuatro aviones argentinos atacaban un bote de desembarco inglés (lo hundieron, y en el ataque murieron todos los soldados ingleses a bordo), y se llenó de ira. Pronto se lanzó sobre ellos, pensando “ese piloto debe morir”, en relación al que había logrado hundir y matar a sus camaradas. A Héctor Sánchez en cambio no logra derribarlo, y cada uno seguirá caminos separados después de eso, hasta que un día se encontraron y, juntos, reconstruyeron lo que había pasado 


David Morgan con los restos del Puma AE-503 que derribó

Pero eso fue mucho después. Antes, Morgan volvió a su país con estrés postraumático, pasó años desesperando en medio de la noche con pesadillas (una, recurrente, lo situaba a él en medio de un ataque, lo derribaban y caía en un lodazal, del que no podía salir). Su derrotero fue oscuro hasta que decidió hacer algo y contar su historia. De allí nació el libro, y de allí nació también el comienzo de su sanación. 

-Le dedica el libro a su familia, que lo apoyó “en los momentos más oscuros”, según escribe. ¿Cuáles fueron esos momentos? 

-Creo que el peor momento fue después de que la guerra terminó y yo sufrí algunos severos problemas mentales. Estrés postraumático, como muchas otras personas que también lo sufrieron. 

-¿Lo sufrió por mucho tiempo? 

-Lo pude tapar al comienzo, y después hubo buenos días y malos días. Y más o menos diez años después decidí que tenía que hacer algo al respecto. Después encontré a una gran terapeuta y ella hizo que las cosas fueran mucho mejor. Y también conocer a Héctor Sánchez fue de gran ayuda. 

-Comienza el libro contando una pesadilla que tuvo, y dice que vivió mucho tiempo con ellas. ¿Fue así? 

-Sí, a veces venían. Y esa que cuento fue una particularmente mala. Yo nunca me tuve que eyectar afortunadamente, pero estuve cerca un par de veces. El primero de mayo, cuando fui alcanzado por disparos mientras hacía un ataque al aeropuerto en Puerto Stanley, pensé que me iba a tener que eyectar. Pero por suerte no fue necesario, mi avión resistió. Y después, en otra ocasión también pensé que me iba a tener que eyectar porque perdí el control de mi aeronave, pero a último momento pude evitarlo. 

La pista de despegue del portaaviones inglés Hermes, desde el cual salía a sus misiones David Morgan.

-¿Cuáles eran sus sentimientos hacia la Argentina o hacia los argentinos cuando venía hacia Malvinas? Uno imagina que si va a pelear una guerra debe inventarse sentimientos de odio hacia el oponente, cuanto más no sea para sobrevivir. ¿Tenía algo de esto? 

-Bueno, ciertamente estábamos muy enojados, pero no había sentimientos de odio en lo absoluto. Creo que sabíamos que si nos hubiéramos encontrado con cualquier piloto argentino en un bar en cualquier otro momento o lugar del mundo hubiéramos sido grandes amigos. Pero como se dio la política, estábamos en lados opuestos. Así que estábamos enojados de que las islas hubieran sido invadidas. Pero no había odio. 

-¿En su cabeza iban a “recuperar” las islas? 

-Sí, exactamente. 

-Su padre fue piloto de la RAF en la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué le dijo cuándo fue usted quien tuvo que ir a la guerra? 

-Bueno, no tuve tiempo de despedirme, porque tuve que irme muy rápido. Pero nos mandamos muchas cartas durante el tiempo que estuvimos allá. Creo que él estaba nervioso, para empezar, y un poco envidioso también de que yo pudiera estar involucrado en una guerra, que hacía muchos años que él no podía estar en una. Él voló Seafire en la Armada (que eran el equivalente a los Spitfire). 

-¿Le dio algún consejo antes de la guerra o en las cartas? 

-Hablamos mucho. Yo había incluso volado con él en la Armada cuando entré, y después volamos juntos en algunas otras ocasiones. Así que habíamos hablado de volar. 

David Morgan junto a su avión en la guerra de Malvinas.

-Cuenta en el libro que había sido entrenado para atacar, para pilotear, para llevar adelante misiones, pero no había sido entrenado para matar a alguien o para que alguien quisiera matarlo. ¿Cómo fue ese aprendizaje? 

-Fue muy interesante porque nadie allá de quienes fuimos había visto acción en lo absoluto. Nadie había estado en combate, con la excepción del Capitán del Hermes, que había volado Seahawk en otro conflicto. Así que era algo muy nuevo para todos, y estábamos muy nerviosos al principio. Y después de nuestra primera misión, todos estaban muy exaltados. Y tras eso se fue haciendo más fácil cada vez por un par de días, hasta que nos acostumbramos. Psicológicamente hablando, todos lo vivimos y lidiamos con ello de diferentes maneras. Yo en lo personal iba a mi camarote y escribía poesía. 

-Usted fue el piloto inglés con más derribos en Malvinas, ¿cierto? 

-Sí. Derribé dos Skyhawk en la tarde del 8 de junio, un helicóptero Puma y un Augusta 109 en el 23 de mayo creo. 

-¿Cómo se siente al respecto? ¿Orgulloso? ¿Culposo? ¿Las dos? 

-Orgullo profesional por haber sido capaz de hacerlo, pero muy mezclado con remordimiento. Especialmente con los helicópteros, porque yo había sido piloto de helicóptero y sabía cómo era. Pero me puse muy muy feliz cuando me enteré, tiempo después, de que toda la tripulación del Augusta había sobrevivido. Con los Skyhawk el 8 de junio fue diferente porque los encontré atacando una de nuestras lanchas de desembarco y estaba muy enojado. Eran cuatro aviones. Cuando derribé al primer avión con un misil, yo estaba extremadamente feliz, y después derribé al segundo y estaba aún más feliz. Y después, cuando el piloto del segundo avión se eyectó y vi su paracaídas pasando por arriba de mi cabeza, tuve un enorme sentimiento de empatía, y estaba muy feliz de que se las había arreglado para eyectarse, aunque supe después que no sobrevivió (NdR: se trataba del piloto Danilo Rubén Bolzán). Y después estaba enojado otra vez cuando peleaba con el tercer avión. Así que las emociones iban cambiando hacia adelante y hacia atrás, y creo que eso causó mis problemas psicológicos después, el enorme cambio de las emociones. 

Los restos del buque inglés de transporte Atlantic Conveyor luego del ataque argentino con misiles Exocet. Llevaba helicópteros, aviones y equipo bélico. Una de las mayores pérdidas de la Task Force (Ministerio de Defensa (MoD) británico)

-¿Se sintió comprendido de regreso en Inglaterra? Porque imagino que su gente lo trataba como a un héroe pero no sé si eran conscientes de estos dos lados que vivían dentro suyo. 

-Tuvimos mucha suerte porque todo Inglaterra estuvo detrás nuestro y nos trató extremadamente bien cuando volvimos a casa. A diferencia de los argentinos que pelearon en las islas, que no fueron bien tratados en lo absoluto, lo cual me produce una enorme pena. Con nosotros todos eran muy complacientes, y cuando empecé a tener problemas psicológicos, una vez que lo admití, fui muy bien ayudado. 

-¿Cómo fue que un día decidió conocer algunos ex combatientes argentinos? 

-Una vez volé con un argentino llamado Maxi Gainza, que vivía en Londres y era un periodista de aviación. El vino a mi base y voló conmigo en un Harrier. Y me dijo que él había volado con Héctor Sánchez en Argentina. Me preguntó si quería conocerlo. Yo no estaba seguro en ese momento, habían pasado pocos años de la guerra y no estaba seguro. Pero después, en 1993, Héctor estaba en el Medio Oriente como parte de las fuerzas de paz, y él iba a estar en Inglaterra con su mujer por una semana en su camino de regreso a la Argentina. Y Maxi Gainza me preguntó otra vez si quería conocerlo, habían pasado más de diez años de la guerra así que acepté y nos encontramos en Londres. Y después vino a quedarse conmigo en Somerset. Y nos emborrachamos mucho, y a eso de la 1 de la madrugada agarramos un mapa y dos lapiceras de colores y dibujamos nuestro enfrentamiento del 8 de junio, para reconstruirlo. 

-¿Hoy lo considera su amigo? 

-Sí, mucho. De hecho, hace dos años nos encontramos en las islas y pasamos unos días juntos allá. 

David Morgan junto al piloto argentino Héctor Sánchez (izquierda), y amigos.

-¿Hubo en algún momento, tal vez al comienzo, alguna tensión, algún sentimiento negativo? 

-Para nada. Sus primeras palabras fueron: “no te preocupes David, los dos estábamos haciendo nuestro trabajo”. Y nunca hubo ninguna tensión entre nosotros. 

-Habla en el libro del ataque al buque argentino Narwal, y critica algunas de las acciones cometidas por sus compañeros. Específicamente el ataque a dos balsas salvavidas en las que la tripulación intentaba sobrevivir luego del hundimiento, y a las que unos pilotos ingleses dispararon. Usted estuvo en el ataque al Narwal pero critica esta acción. ¿Cómo fue? 

-Yo estaba muy molesto porque ya nos habíamos asegurado de que el buque no pudiera ir a ningún lugar, y estos dos pilotos -sin ninguna autorización- atacaron otra vez. Para ser justos, era muy difícil ver que habían puestos los botes salvavidas en el agua, y atacaron igual y algunos de los botes fueron alcanzados y dañados. Ellos no tenían idea de que los botes estaban ahí, pero igual hubo una investigación muy veloz y fueron llevados a un costado al regresar al portaaviones y se los castigó y explicó que eso no puede pasar. 

-¿Qué puede decir de los pilotos argentinos que enfrentó? 

-Los pilotos argentinos realmente piloteaban sus aeronaves muy bien. Ciertamente atacaron con gran valentía. Nuestras tácticas probablemente eran más conocidas que las del ejército argentino, porque nuestra fuerza ya había volado en otros conflictos y habíamos revelado bastante nuestra táctica. Pero los pilotos argentinos eran más desconocidos, e hicieron un trabajo de mucho coraje. 

David Morgan en su casa en Inglaterra con la edición argentina de Cielos Hostiles (editorial El Cazador)

-¿Cómo fue la decisión de publicar este libro en la Argentina? ¿Tenía miedo de que fuera mal tomado? 

-Me lo propuso el editor, que quería saber si podría traducirlo. No estaba seguro al principio porque no quería que fuera visto como una declaración política. Está escrito puramente como mi historia personal y traté de mantenerlo tan verdadero como fuera posible. No quería que la gente en la Argentina pensara que yo estaba tratando de hacernos quedar como grandiosos a nosotros y mal a ellos. No fue escrito para eso. 

-¿Cambió algo para la edición argentina? 

-No, hice un nuevo prólogo y eso fue todo. Todo lo demás es exactamente igual. No quería cambiar nada porque me tomó mucho trabajo escribirlo, y fui muy riguroso, y tal vez alguno de los hechos o datos puede estar errado, pero realmente hice mi mejor esfuerzo para contar la absoluta verdad. Por eso no quería cambiar nada. Escribí el libro hace 25 años, y mis sentimientos desde entonces han cambiado muy poco. 

Fuente: https://www.infobae.com