18 de febrero de 2021

MALVINAS, CRÓNICA DE UNA OBSESIÓN DISTORSIONADA

 

El periodista y docente santiagueño, ganador de la última Beca Michael Jacobs de Crónica Viajera entregada por la Fundación Gabo, fue en busca de los fantasmas y los rostros que se esconden detrás de la guerra. 

Por Diego Fernández Romeral 

El libro de Picco funciona como una pesquisa en territorio minado 

“Mirar a las islas con mis propios ojos ha sido como mirar a la Medusa: las Malvinas que me habían enseñado a querer, las que me imaginaba y creía que conocía, se han convertido en piedra”. En el tramo final de su flamante libro, Soñar con las islas. Una crónica de Malvinas más allá de la guerra, el periodista y docente santiagueño Ernesto Picco, ganador de la última Beca Michael Jacobs de Crónica Viajera –entregada por la Fundación Gabo–, acusa el golpe en clave mitológica. La parafernalia bélica, los Gurkas, las trincheras y los heridos, la añoranza de esa tierra inhóspita y sacudida por los vientos atlánticos, todo se ha desvanecido. En este punto, la primera persona –usada en cuentagotas al interior del libro– funciona como la parábola de una nación entera: para los argentinos, parece decir el autor, las Malvinas son una obsesión distorsionada que se refleja sobre el estanque. 

“Fue una inquietud puramente periodística. De advertir que había una cara de un asunto tan presente, tan denso como es Malvinas, al que no estábamos prestando atención”, dice Ernesto Picco en videollamada con Página 12, acerca del origen de Soñar con las islas. Bordeando el filo de los aniversarios, desembarcó por primera vez en Malvinas pocos días después del 2 de abril de 2018. Llevaba más de ocho años merodeando el asunto: entrevistas a isleños vía mail, llamadas telefónicas a las autoridades y un inmenso archivo digital que engrosaba el misterio. “Me llamaba la atención por qué no conocíamos sus nombres, sus rostros, sus historias. Ese viaje lo hice un poco desprevenido, abierto para ver qué había. Lo que encontré fue un pueblo perdido al lado de una base militar monstruosa, con muchos fantasmas atrás”. 

Durante los siguientes dos años y con el impulso de la beca, Picco recaló otra vez en Malvinas y se embarcó en un periplo que lo llevó por los andariveles del abismo: desde Tierra del Fuego, Córdoba y la Patagonia hasta Londres, Portsmouth y Newcastle. En el centro, esas islas que se le presentaban como un fantasma y un deseo, le revelaron una trama hecha de piratas de ultramar, disputas coloniales, una empresa mastodóntica, la esclavitud al interior de los barcos pesqueros, una ola de abusos sexuales, enfrentamientos diplomáticos, el estallido económico en un territorio desolado. Y la guerra que lo cambió todo. 

“Las Islas Malvinas, como tema, ha sido absolutamente superado por la guerra. Y tiene siglos de historia para atrás y medio siglo de historia para adelante. Hay una dificultad en mirar Malvinas críticamente, que en nuestro país es uno de los pocos temas donde hay consenso, donde aparentemente no hay grieta. Entonces buscar los detalles de la foto es algo incómodo” dice Picco sobre el foco de su investigación. “Se prefiere contar el mismo cuento que conocemos, el del sufrimiento, que mirar más allá y encontrar cosas que no nos gusten”. 

Editado por Prohistoria y con prólogo de Jon Lee Anderson, Soñar con las islas es una pesquisa en territorio minado. Apenas comenzado el libro, entre las ráfagas etílicas de un bar escondido en Puerto Stanley –porque allí nadie considera que haya existido Puerto Argentino–, Picco debe camuflarse como turista chileno para salvar su pellejo. “Definitivamente en las islas nadie quiere ser parte del territorio argentino”, asegura el autor. “La sensación que tenía era la de ser el enemigo, alguien que representaba una amenaza”. 

Con ese recelo avanza en busca de los fantasmas y los rostros que se esconden detrás de la guerra. Encuentra jóvenes que recorrieron el mundo para darle una identidad política a las islas, funcionarios que le abren cada puerta que le interesa, maestras que le revelan con soltura lo que sucede en las aulas: “La guerra fue un punto de inflexión. Pero eso no se enseña aquí. Ya estamos en otra cosa”. Esa otra cosa aparece en datos inesperados que se van hilando con las historias de ex combatientes –a ambos lados del océano– que se definen como víctimas y no como héroes. Por ejemplo, que las Malvinas registraron en 2017 el PBI per cápita más alto del planeta. O que el empresario argentino Eduardo Elsztain estuvo a punto de quedarse con la firma que regula el pulso económico de las Malvinas, esa suerte de Gran Hermano isleño: la Falkland Island Company. 

“La historia de Malvinas y de las Falkland Island Company están despersonalizadas por completo. Conocemos apenas alguna figurita. Pero no tenemos nombres, nada. Esta empresa que es una presencia casi fantasmal, inexplicable, es también un símbolo que resume todo lo que ocurre en las islas”, asegura Picco. “En este libro hay un intento de ponerle nombre, cuerpo, a toda esa historia”. 

-En un punto de Soñar con las islas recuperás una noticia de The Guardian donde se señala: “En 1982, las Malvinas estaban económicamente quebradas, políticamente marginadas de toda consideración en el viejo centro del imperio y prontas a ser transferidas de alguna forma a la República Argentina. La guerra logró que esto no sucediera”. ¿Cómo se explica esta afirmación? 

-Poco antes del ochenta y dos, los británicos no querían saber nada de Malvinas. Para ellos representaban un lastre y lo que se estaba dando a través de la diplomacia era un acercamiento a Argentina. Los isleños, en las marchas que hacían, le apuntaban sus pancartas a Gran Bretaña. Keep the Falklands British, reclamaban. Exigían que mantuvieran las islas dentro del imperio. Después de la guerra a ellos les otorgan un reconocimiento inesperado, obtienen la ciudadanía, llegan inversiones gigantescas, se vuelve una revolución política. Los isleños ven la guerra como una bisagra que les cambió la vida para bien. Lo que sucede hoy es que, a la par de esa certeza que ellos tienen, hay una generación de jóvenes de la posguerra que acceden a los puestos de liderazgo en el gobierno, las empresas, la diplomacia, y tienen otra relación con Argentina y con el mundo, mucho más abierta. No llevan las cicatrices ni las heridas que tienen sus padres y abuelos. 

-¿Qué prejuicios desarmaste y confirmaste sobre Malvinas durante el proceso de escribir este libro? 

-Lo que se me ha confirmado es que sí hay un sentimiento muy "antiargentino". Pero me sorprendió la buena onda con la que me recibieron. He hablado con todas las autoridades sin ningún problema, paseé por la casa de gobierno solo, recorrí los salones. Si bien con sus sombras, sus dilemas, sus oscuridades, incluso pude hablar con las autoridades de la Falkland Island Company. Expresado en términos de series, que hoy tienen el dominio como género narrativo, la sensación que me quedó es que las Malvinas son un cruce entre Fargo y Lost. Una isla extraña, alejada, donde hay una base militar inexplicable, impenetrable. Donde los civiles pueden ir al cine, pero nadie sabe cuántos militares hay, cuánto armamento hay. Todo marcado por una guerra que parte el relato hacia atrás y hacia adelante. Y al mismo tiempo un pueblito chico con sus crímenes, su historia, sus familias que crecieron económicamente de una forma que nadie hubiese esperado. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar

14 de febrero de 2021

LA INCREÍBLE HISTORIA DEL CERRAJERO QUE EN 1982 FUE A MALVINAS PARA ABRIR LAS CAJAS FUERTES DEL GOBERNADOR INGLÉS

 

Un cuarto blindado, una trampa cazabobos, un sello de la Reina… En la residencia del representante de la Corona, los militares encontraron una bóveda, una habitación sellada en cuyo interior había varios armarios cerrados. El relato jamás contado de Alberto Iazurlo, uno de los técnicos que viajó para abrirlos. 

Por Claudia Peiró 

“Yo estaba en mi local, eran las seis y media, siete de la tarde, después de las dos me iba para la cerrajería, todos los días. Veo entrar a tres compañeros y pensé en algo de rutina, que venían a encargarme un trabajo o a retirar algo. Me miran y me dicen: “Prepará el bolso, cerrá y vení”. “¿Adónde?” “Vos prepará el bolso”. Pregunto: “¿Qué herramientas llevo?” “El bolso con todo lo que tengas”, me dicen. “Tenés que viajar al Sur”. Le digo: “Vos me estás cargando”. “No -me dice-, vamos a la dependencia que te están esperando”. Cerré y me fui con ellos al Departamento Central, en la calle Moreno”. Así empieza su relato Alberto Iazurlo. 

El cerrajero, hoy jubilado, recibió a Infobae en su casa para contar esta historia a la prensa por primera vez. Un episodio que hasta ahora había mantenido como anécdota familiar, de esas que se evocan una y otra vez en los almuerzos domingueros, y de la que conserva algunos recuerdos en el salón del dúplex de Villa Luro donde vive. Las paredes están llenas de testimonios de ese viaje y del oficio de cerrajero que dejó hace 15 años: entre otras cosas, una colección de llaves y candados, el diploma que le dio el Senado y una foto tomada en la gobernación de Malvinas junto al General Mario Benjamín Menéndez, que fue el gobernador de las islas desde el desembarco hasta el final de la guerra.  

Alberto Iazurlo y los recuerdos de su oficio y de su viaje a Malvinas 

Aquel 10 de abril de 1982, cuando llegaron a Moreno, estaba toda la cúpula de la Policía Federal. “El jefe de policía, que entonces era un General del Ejército (Luis Santiago Martella), y los superiores que le seguían. Y ahí me informan que tenía que viajar a Malvinas”. 

En ese momento conoció al que sería su compañero de viaje, también cerrajero en la Policía, pero que revistaba en otro sector: Julio José Derito. 

¿Qué tenemos que hacer?, ¿qué hay que llevar?, ¿qué vamos a tener que abrir?, preguntaban los cerrajeros. Pero fue poco lo que les pudieron informar. “De allá no sabían qué decir, porque ellos no veían nada. Todo lo que había estaba adentro de una bóveda. Nos dijeron: “No podemos ver porque no podemos entrar”. La bóveda que querían abrir estaba en la casa del gobernador que era también la sede de la gobernación de la isla”. 

La Casa de Gobierno de Malvinas y residencia de la autoridad colonial 

Al día siguiente tenían que presentarse en Aeroparque. Cargaron dos o tres bolsos con todas las herramientas que podían llegar a necesitar. 

Así empezó un viaje discreto cuyo destino y objeto no pudieron comunicar ni siquiera a sus familias. “Me voy a Bahía Blanca”, le dijo Alberto Iazurlo a su esposa. Sin embargo, ella se enteró de dónde estaba él realmente, de un modo casual, por una infidencia involuntaria. 

Enfrente de la casa de los Iazurlo vivía un matrimonio cuyo hijo estudiaba en el Colegio Militar. “En una clase -cuenta Alberto- uno de los profesores anuncia que dos cerrajeros de la Policía habían viajado a la isla, que los estaban esperando porque nadie había podido abrir las cajas de seguridad de la gobernación. Dos cerrajeros de la Policía Federal están comprometidos para ir, contó el profesor. Ahí se entera mi señora por la vecina de que yo había viajado a la isla, no a Bahía Blanca”. 

Alberto Iazurlo 

Era fácil deducirlo: Alberto Iazurlo era auxiliar superior de 4a de la Superintendencia de Interior de la Policía Federal; allí desempeñaba su oficio de cerrajero. Su inesperado viaje al sur no podía tener otro objeto más que ese. 

Las comunicaciones con la isla se hacían mayormente por radio de modo que, durante su estadía en Malvinas, la familia casi no tuvo noticias. Eran otros tiempos, de llamadas mucho más esporádicas, cuando todavía los celulares no habían creado la costumbre -o la manía- de contactarse todo el tiempo. 

Desde Aeroparque partieron en un avión de la Policía Federal hacia Bahía Blanca, donde hicieron una escala técnica de tres horas. “Ahí estaban todos los Pucará, que después vi allá en la isla, estaban todos ahí estacionados. Salimos de vuelta, volando sobre el océano, a lo largo de la costa hasta Comodoro Rivadavia. Allí fuimos a la delegación de la Federal a pasar la noche para salir hacia Malvinas al día siguiente”, recuerda Iazurlo. 

Un bocallave de bronce que Alberto Iazurlo conservó como recuerdo de su viaje a Malvinas 

El viaje de tres horas hasta la isla se hizo en un Fokker F-28 y de noche; un vuelo rasante para evitar ser detectados. El avión llevaba armas y otros pertrechos hacia las islas. Y también dos pasajeros insólitos considerando el contexto: una mujer de Malvinas que regresaba a la isla con su hijo, al que había traído para una consulta y asistencia médica. “Eran de la isla, pero se iban a curar a Comodoro”, dice Iazurlo. 

Una cooperación hasta aquel momento frecuente del continente con Malvinas que la guerra dejó atrás y que lamentablemente no se ha podido reconstruir aún. 

“De la base se comunican con el gobernador. “Llegó la gente que estaban esperando”. Nos vinieron a buscar con un jeep y nos llevaron a la gobernación. Ahí estaba Menéndez, charlamos con él a solas. Nos dio la instrucción de que solo debíamos reportarnos a él, exclusivamente. A nadie más. Nos llevaron al hotel. A la mañana siguiente, ocho y media, ya estábamos en la gobernación”. 

Alberto Iazurlo 

Allí vieron finalmente lo que había que traspasar: un cuarto sellado, con paredes de concreto y puerta blindada como las de los tesoros de los bancos. “Era como si fuera esto -dice Iazurlo, abarcando con las manos el salón-, todo de cemento armado. Un cuarto blindado digamos. Empezamos a ver por dónde podríamos entrar porque la puerta no la podíamos abrir. Vimos que había una ventanita cerca del techo, como una ventilación, con rejas”. 

Ni soplete había a disposición. A los kelpers no podían pedirles nada. Evidentemente los militares no habían previsto antes que iban a encontrarse con esa bóveda, reflexiona Iazurlo, “porque nos tuvieron que llamar después del desembarco, cuando ya toda la isla estaba controlada”. 

El hotel Upland Goose donde se alojaron los cerrajeros durante su estadía en Puerto Argentino 

“Me sorprendí, claro, cuando me vienen a buscar y me dicen “tenés que ir a abrir cerraduras”. “¿Cerraduras hasta la isla?”, les decía yo. “Y sí, te están esperando”. Palabra eh…”, comenta risueño. 

“Nosotros habíamos llevado una sierra, una sierra común. Tras varias horas de trabajo, logramos limar tres o cuatro barrotes. Y ahí entra mi compañero, que era más delgado que yo. Sube, se tira y cae en un canasto que estaba lleno de papeles….” Eran los documentos sensibles que los ingleses alcanzaron a triturar en ese cuarto que albergaba varias cajas fuertes y armarios bajo llave, además de las máquinas teletipo y sus decodificadores. 

Rex Hunt era el gobernador delegado de la Corona británica en Malvinas en abril de 1982 (Shutterstock) 

Una vez adentro, Derito pudo abrir la puerta del cuarto que en su interior contenía otra bóveda. “Las cerraduras eran numéricas, como las que llevan las cajas fuertes, ese tipo de cerraduras. Y las puertas eran así (hace un gesto para ilustrar el grosor, de entre 20 y 30 centímetros). Y al abrir esa había otra bóveda, pero ya estábamos adentro. Había una caja ahí, otra allá, otra acá, armarios, cajas, armarios, cajas, todo había que abrir”. 

Durante los siguientes cinco a seis días, Iarzulo y Derito se dedicaron a abrir cada caja y cada armario y entregar el contenido al General Menéndez que ocupaba el despacho frente a la habitación secreta, separado apenas por un pasillo, y desde donde podía incluso supervisar el trabajo de los cerrajeros.

Alberto Iazurlo: “Me sorprendí, claro, cuando me vienen a buscar y me dicen “tenés que ir a abrir cerraduras”. “¿Cerraduras hasta la isla?”. “Y sí, te están esperando”..." 

La trampa cazabobos 

“Un armario se nos complicó porque cuando mi compañero puso una tarjeta plástica entre la puerta y el marco, que se acostumbra a hacer eso, se dio cuenta de que había algo, era el hilo de una de esas trampas cazabobos… Se pone por dentro de la puerta un hilo o cable tensor que la atraviesa en diagonal y del que cuelga una granada. Cuando abrís la puerta, estalla”, explica Iarzulo. 

De inmediato dieron aviso al gobernador que hizo venir a personal del equipo antiexplosivos del Ejército. “Ellos lo desactivan, mientras nosotros esperábamos afuera; efectivamente era un cazabobos. El único que encontramos”, agrega. 

Algunas cajas estaban vacías, otras contenían casi exclusivamente documentación. Debía tratarse del archivo administrativo de la gobernación. 

Recuerdos de su misión a Malvinas: llaves, monedas, billetes. Abajo a la derecha, un bocallave de bronce 

Durante el operativo, hubo un “acoso” de oficiales superiores que querían indagar sobre el contenido de las cajas abiertas. 

“Había papeles, pero nosotros no los poníamos a mirar -dice Iarzulo-. Todo lo que encontrábamos, al gobernador. Al gobernador. Exclusivamente a él”. Pero no faltaron los que quisieron hacer valer su influencia o sus jinetas para obtener información. “Venían, nos preguntaban… “Mire que soy el teniente tal”, “el coronel tal”. “Discúlpeme, pero nosotros sólo podemos informar al gobernador”...”, era el diálogo. 

Finalmente, quedaba una última caja de dos puertas. De un metro y medio de ancho aproximadamente y dos de altura. “Con esa empezamos a las ocho de la mañana y terminamos de abrirla a las doce y media, una del mediodía. Todo con máquina de agujerear. Ya las mechas no daban más. No teníamos con qué afilarlas. No teníamos nada. Sólo las herramientas que habíamos llevado nosotros. Ahí encontramos un paquete envuelto en papel madera, atado. Vino el gobernador, lo abre en la oficina de él, nos lleva con él. Un almohadón de pana roja todo bordado con hilos de oro y el sello de la reina, por un aniversario que se cumplía ese año…” 

El diploma que le otorgó la Policía 

“Un lunes nos volvimos para Comodoro. Ahí nos estaba esperando el Cessna que nos había llevado. Los tres pilotos que nos llevaron hasta ahí, que eran del Escuadrón Aéreo de Policía, querían viajar con nosotros, nos querían llevar con el Cessna, pero les dijeron que no, porque no iban a tener autonomía de vuelo. Porque el viento en contra arriba del océano era tremendo”. 

El domingo previo al regreso, Alberto y su colega pudieron pasear un poco. “Nos pasamos el día recorriendo la base militar y otros lugares. El viento, sopla y sopla. En un sólo día se pueden tener las cuatro estaciones del año: amanece con lluvia, frío, levanta un poco de temperatura, vuelve a llover a la noche; al día siguiente es al revés. Y el frío se siente”. 

Paisaje de Malvinas (Foto de archivo) 

El día del regreso, mientras esperaban para abordar el avión, empezaron a sonar las sirenas. Se apagaron las luces. “Los soldados corrían de un lado a otro. Carrera mar, cuerpo a tierra, todo. Yo digo “la guerra”. Le digo a mi amigo “agarrá la máquina de agujerear” -recuerda sonriendo- Era todo lo que teníamos. En eso veo que un oficial que estaba sentado enfrente escribiendo ni se movía. Seguía escribiendo, nos miraba a nosotros y se sonreía… Era un simulacro de combate… Y el oficial estaba escribiendo a su esposa. Me pidió el favor de llevarle en mano la carta, cosa que hice apenas volví”. 

Mayo de 1982- Soldados de la compañía 601 se disponen a abordar un helicóptero para una misión de vigilancia en el estrecho de San Carlos (FOTO ARCHIVO: EDUARDO FARRÉ) 

A Iazurlo le quedó la pena de no saber qué habrá sido de la vida de los cinco soldados que los asistían mientras trabajaban en la Gobernación. Se ocupaban también del correo que llegaba en forma incesante a la isla: pilas y pilas de cartas de aliento que los argentinos enviaban a los combatientes en Malvinas… Eran tantas, que en un momento decidieron que no podían procesarlas más, recuerda Alberto. 

La emotiva despedida de un soldado que partía hacia las islas (Foto: Juan Sandoval) 

Mundo policial y una tumba profanada 

Les pidieron discreción sobre lo que habían hecho. De hecho, ni él ni Derito supieron qué contenían esos archivos. Disciplinadamente, remitían todo al Gobernador. 

Pero años después, ya en democracia, la propia Policía rescató la historia. “Yo llego una mañana a la oficina, allá en Moreno, y me llaman los chicos de arriba, de la administración, y me dicen Beto, Beto, subí que saliste en la revista. Yo digo ¿qué revista?. Y resulta que era ésta, Mundo policial - recuerda entre risas- Y ahí publicaron la foto que nos habíamos sacado con Menéndez en la gobernación”. 

Según el artículo, titulado “El rebelde tesoro colonial”, “algunos papeles que no habían llegado a ser destruidos” les revelaron a los militares argentinos que “los británicos tenían detectado perfectamente el potencial de nuestra flota y la ubicación de objetivos estratégicos”. 

El artículo de Mundo Policial ilustrado con la fotografía tomada en el despacho del gobernador. De izq a der: Mayor A. Buitrago, Alberto Iazurlo, Julio Derito y el General Mario Menéndez 

Tiempo después, a Julio José Derito lo volvió a cruzar la historia. Le tocó actuar como perito cerrajero en el caso de la profanación de la tumba y robo de las manos del General Juan Domingo Perón. Fue en 1987. En concreto, Derito tuvo que certificar la violación de uno de los portones del cementerio de la Chacarita, el que da a la calle Garmendia, por donde se presume escapó un vehículo sospechoso en la tarde del domingo 21 de junio. 

El artículo en la revista policial sobre el viaje de los cerrajeros a las islas venía además con una sorpresiva reivindicación, algo que Iazurlo no se esperaba. De regreso de Malvinas, hizo el parte a sus superiores, y volvió a su trabajo de siempre, olvidándose del tema. “Ahí terminó todo”, dice. Pero no, faltaba un capítulo.

 

Señalando la fotocopia de la nota, enmarcada en la pared del comedor, explica: “Ahí hay un recuadro chiquito, donde dice que nosotros estábamos encuadrados como combatientes. La hija del Comisario General, que es abogada, nos había hecho el trámite para certificar que estábamos encuadrados en esa ley (N° 23848), por haber estado trabajando dentro del teatro de operaciones”. 

Se los consideró veteranos de guerra. En los años 90, el Senado de la Nación les otorgó dio un diploma y una medalla. Además de corresponderles la pensión como veteranos. 

Detalle del diploma que le dio el Senado, y la correspondiente medalla 

Cuando Derito y Iazurlo estuvieron en Malvinas, todavía no habían estallado las hostilidades. Fue el destino. 

“Si en aquel momento, qué sé yo, se armaba revuelo - señala Alberto- me decían: dejá la máquina de agujerear, tomá el rifle…. " 

Fuente: https://www.infobae.com

11 de febrero de 2021

MALVINAS: LA ONU VOLVIÓ A PEDIR LA REANUDACIÓN DE LAS NEGOCIACIONES ENTRE ARGENTINA Y EL REINO UNIDO POR LA SOBERANÍA

 

Lo hizo a través de la Mesa Directiva del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C24). La finalidad es “encontrar una solución pacífica a la controversia” en torno a las islas

Por Eduardo Menegazzi

Nuevo apoyo de la ONU a los reclamos argentinos por las Islas Malvinas (REUTERS/Marcos Brindicci)

La Mesa Directiva del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C24) ratificó unánimemente su “apoyo a la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía sobre las Islas Malvinas”, según se informó oficialmente desde el Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce el canciller argentino, Felipe Solá. 

Esa resolución se adoptó tras una reunión virtual con Daniel Filmus, Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería argentina. En agosto de 2020 el C24, que es el principal órgano de las Naciones Unidas por la descolonización, ya se había pronunciado al respecto en el mismo sentido. Esa Mesa Directiva la componen los representantes de Granada (que ejerce la presidencia), Cuba, Indonesia y Sierra Leona (en las tres vicepresidencias) y Siria (como relator). 

Tras una exposición de Filmus, los miembros de la Mesa del Comité de Descolonización “reafirmaron su respaldo a la misión de Buenos Oficios encomendada al Secretario General de Naciones Unidas a través de la resolución 37/9 de 1982, en pos de la reanudación de las negociaciones con el Reino Unido como medio para poner fin a la disputa”. Así lo expresó Cancillería. 

Filmus, quien compartió la noticia en su cuenta de Twitter, donde también incluyó un video, reafirmó “los legítimos derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes” y llamó al Reino Unido “a reanudar las negociaciones para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía”. 

El funcionario luego sostuvo que “la Argentina considera inadmisible la persistencia del Reino Unido en desconocer el llamamiento a las negociaciones bilaterales que la Asamblea General (de la ONU) había realizado hace más de 55 años a través de la resolución 2065 y que fuera reafirmado por otras 9 resoluciones de ese órgano y por 37 resoluciones del Comité de Descolonización”. 

La resolución 2065 fue aprobada en la ONU el 16 de diciembre de 1965 por 94 votos a favor, 14 abstenciones, ningún voto en contra y 9 países ausentes y reconoce que entre Reino Unido y la Argentina existe una disputa de soberanía en torno a las Malvinas. 

La presidenta del Comité, la embajadora de Granada Keisha McGuire, recordó “la resolución adoptada por el Comité de los 24 en agosto de 2020″ y expresó que el órgano “continuará apoyando todos los esfuerzos tendientes a la reanudación de las negociaciones”. En tanto, Cuba “reiteró su apoyo a los derechos de soberanía argentinos en la Cuestión Malvinas y destacó la posición constructiva puesta de manifiesto de manera permanente por la Argentina, que contrastaba con la falta de respuestas británicas”. 

Registro general de la base militar británica de Mount Pleasant, en el sur de la mayor de las Islas Malvinas. EFE/Felipe Trueba/Archivo 

Según consignó Cancillería en un comunicado ”la delegación de Siria sumó su apoyo a la plena restauración de la soberanía argentina sobre todos los territorios y espacios marítimos usurpados por el Reino Unido y a la necesidad de poner fin a la situación colonial en el Atlántico Sur”. Y los representantes de Sierra Leona e Indonesia “resaltaron la importancia del llamamiento a las negociaciones argentino-británicas para resolver la disputa de soberanía y expresaron su apoyo a los esfuerzos que el Comité de Descolonización desarrollaba en tal sentido y a la gestión de buenos oficios del Secretario General de ONU”. 

Filmus remarcó ante los miembros de la Mesa Directiva “la importancia de los pronunciamientos del Comité Especial de Descolonización y de la misión de Buenos Oficios encomendada al Secretario General de la ONU (el portugués Antonio Guterres)”. 

En ese sentido, “destacó la sanción por unanimidad de una ley que creó el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, liderado por el Presidente de la Nación e integrado por representantes de las principales fuerzas políticas, del ámbito académico y científico y ex combatientes”, indicó la Cancillería. 

El funcionario también informó sobre el esfuerzo que había hecho la Argentina en el último año a nivel bilateral, regional y multilateral para reanudar las negociaciones y cumplir el mandato de la comunidad internacional, mientras el Reino Unido mantenía su negativa a negociar. 

Desde sus comienzos, el Gobierno de Alberto Fernández planteó la causa Malvinas como prioritaria (EFE/Sergio Quinteros/Télam/Archivo) 

Desde sus comienzos, el Gobierno de Alberto Fernández planteó la causa Malvinas como prioritaria. En agosto de 2020 había obtenido un importante respaldo a sus intenciones de volver a negociar con los británicos. Esa resolución, que se adoptó por consenso, fue copatrocinada por todos los países latinoamericanos integrantes del Comité Especial: Chile, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. 

El Comité Especial de Descolonización que fuera creado en 1961 como órgano subsidiario de la Asamblea General de Naciones Unidas, tiene como función velar por la aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de Naciones Unidas y examina anualmente las 17 situaciones que aún se encuentran pendientes de descolonización, adoptando resoluciones que tienen como propósito el fin del colonialismo. 

Este llamado de las Naciones Unidas para que se reanuden las negociaciones entre ambas naciones lo comparten diversos foros multilaterales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), el Mercosur, el Grupo de los 77 más China, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y las Cumbres Iberoamericanas, entre otros, destacó la Cancillería. De las 17 situaciones que están pendientes de descolonización,10 involucran a Reino Unido. 

El 26 de diciembre pasado, sobre el filo de los plazos establecidos, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo comercial para implementar el Brexit y ese arreglo trajo una buena noticia para el reclamo argentino. Las nuevas reglas de juego acordadas con el bloque regional dejaron afuera a los territorios británicos de ultramar, entre ellos, las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur que están bajo disputa territorial y de esa manera el archipiélago perdió los beneficios comerciales, impositivos y aduaneros en el intercambio de los isleños con los países que integran el bloque comunitario. 

Más recientemente, el 6 de enero, la Argentina repudió movimientos militares que fuerzas del Reino Unido (soldados del Grenadiers Guards y del Scots Guards en conjunto con fuerzas de la Royal Navy de la Royal Air Force) realizaban en las Malvinas. 

Fuente: https://www.infobae.com

2 de febrero de 2021

¿SE PIERDE LA PUERTA DE ENTRADA A LA ANTÁRTIDA?

 

El brexit no fue un impedimento para que otro país europeo de el primer paso para convertir a Malvinas como puerta de entrada a la Antártida. 

Por Mariano A. Memolli 

En varios artículos periodísticos se informa como mejora su posicionamiento de puerta de entrada a la Antártida el gobierno ilegítimo e ilegal de las Islas Malvinas. En parte por las mejoras en el puerto para embarcaciones de gran porte, por la cercanía con el aeropuerto, menores trabas aduaneras y las ventajas operativas que facilitó la Argentina en 2016. 

El Alfred Wegener Institute (AWI) dio luz verde, bajo la excusa de la pandemia por el COVID 19, a su rompehielos Polar Stern para hacer el recambio logístico en el aeropuerto de Monte Agradable para la campaña antártica. Punta Arenas fue elegida como alternativa, pero luego se cambió a la ciudad de Ushuaia. Será, según el artículo abajo citado, el aeropuerto alternativo en caso de no poder operar en Puerto Argentino. 

Las ciudades denominadas puerta de entrada a la Antártida ahora incluyen a Puerto Argentino bajo un gobierno ilegítimo e ilegal de las Islas Malvinas, algo impensado antes del acuerdo Foradori – Duncan firmado el martes 13 de septiembre de 2016. La apertura de la ruta aérea a Malvinas desde Sudamérica permitió dar esta ventaja. El mapa con la ruta aérea deja en claro que el vuelo utilizará el espacio aéreo de países latinoamericanos y sobre todo de la Argentina. 

Durante años he advertido este riesgo, pero no hubo el menor impacto en la dirigencia política argentina y los gestores del acuerdo gozan de sus altos sueldos sin que haya el mínimo remordimiento por el daño causado al país. 

El brexit no fue un impedimento para que otro país europeo de el primer paso para convertir a Malvinas como puerta de entrada a la Antártida. 

¿Continuará esta historia como si nada pasara?

 

CITA: https://www.airlineratings.com/news/lufthansa-operate-antarctica-supply-charters-science/ - Airline Rating, 29 de enero de 2021.

 

Fuente:  http://www.p23.com.ar

LLEGA EL VUELO DE LUFTHANSA A MALVINAS - INGLATERRA DESAFÍA A USHUAIA COMO PUERTA DE ENTRADA A LA ANTÁRTIDA

 

El Airbus A 350 “Braunschweig” lleva a científicos y tripulación de “Polarstern” a las Islas Malvinas, llega este lunes a las 8:37 hora argentina. (Foto: DLH) 

A las 8:37 de este lunes 1 de febrero está previsto el aterrizaje del vuelo LH2574 de Lufthansa a Malvinas trayendo a la tripulación y científicos alemanes del rompehielos Polarstern que viajará a la Antártida. De este modo, Inglaterra desplaza el interés de las potencias occidentales que usaban el puerto de Ushuaia como puerta de entrada al continente blanco que ahora eligen Puerto Argentino, algo ya advertido por Alejandro Bertotto en su libro del 2001 “La ciudad de Ushuaia y su ubicación geoestratégica como puerta de entrada a la Antártida”. 

Río Grande.- Por FM Argentina de Ushuaia Alejandro Bertotto fue consultado sobre la operación logística alemana con base en las Islas Malvinas a través de un charter de la aerolínea Lufthansa. 

“Alemania es un país espectacularmente serio, no es ni kirchnerista ni gorila y como todo país serio, hace lo que necesita hacer, tiene los arreglos internacionales que les conviene en función de sus intereses, no de sus ideologías y en este caso lo que hace es utilizar el camino más directo, seguro y confiable para poder hacer llegar una dotación de científicos, a su base en la Antártida”, entendió Bertotto. 

¿Por qué los alemanes usan por primera vez Puerto Argentino? 

Para Bertotto es “porque es lo que les asegura el éxito, porque es la operación logística -para el criterio alemán- más conveniente y la que la protege de varias cosas. Ellos dicen, como muchos hoy, que utilizan el virus chino (COVID-19) para cubrirse de eventuales reacciones políticas”. 

Observó que “acá no se trata de política, hay logística y en logística lo que vale es lo que sirve, lo que satisface el requerimiento, por eso es que Alemania utiliza una empresa privada, como lo hace en todas sus acciones antárticas y su propio buque oficial, que es el rompehielos Polarstern -el más prestigioso sin dudas en el mundo- está administrado por una empresa civil, no está administrado por el Estado Mayor Conjunto ni por el Ministerio de Defensa y ellos tienen esa forma de moverse”. 

“Los alemanes lo que dicen es: necesitamos llevar esta gente porque se nos complica por Sudáfrica, porque están reducidos muchos viajes, etcétera. Y qué es lo que nos queda más cerca, Ushuaia, pero ir a ahí es un lío porque nos tienen que mandar a Buenos Aires de ahí a Ushuaia y mientras tanto contagiaron a todo el mundo y nos sale más caro; tenemos que pagar la Aduana, tenemos que pedir favores que no sabemos si nos lo van a hacer y por fin, en una de esas, nos dejan entrar al Polarstern al puerto de Ushuaia y de ahí llegar a Newmayer III”, dijo Bertotto. 

Agregó: “los alemanes entonces barajan otras posibilidades y se preguntan qué alternativas pueden tener y observan que están los ingleses en Malvinas. ¿Y tienen pista para un Airbus 350? ¡Sí! ¿Y puede operar el Polarstern en su puerto? ¡Sí! ¿Y qué nos van a cobrar?, nos van a cobrar lo que sale. ¿Entonces es mucho más barato? Sí, y van a estar predispuestos a hacer la operación. ¡Bueno, vamos! Es decir, los germanos hacen lo que les conviene hacer y está muy bien que así lo hagan”. 

Alejandro Bertotto recalcó que “es un vuelo comercial, tienen una empresa de aeronavegación comercial, como Lufthansa, súper conocida y una de las mejores empresas del mundo, charteado para esta operación, con capacidad para 300 plazas y viene con menos de cien personas. Obviamente todo esto es una gran fórmula de costo y esa fórmula les convino y lo pueden hacer por ese lugar y no les convino hacerlo por otro lugar, como Punta Arenas, Ushuaia o Ciudad del Cabo”. 

Explicó que “el sistema antártico alemán, no es un sistema exclusivamente antártico, sino que es un sistema científico polar. El rompehielos Polarstern navega todo el año, no es como el rompehielos nuestro (Almirante Irízar) que sale a fines de noviembre y vuelve a principios de marzo y que hasta el otro noviembre no se vuelve a mover. El Polarstern no para nunca, está todo el tiempo navegando y tiene su derrota –su caminito- dibujada por dos años adelantados. Son alemanes y su tripulación va rotando, todos son parte del mismo engranaje, como una máquina”. 

“Cuando terminan su trabajo acá en la Antártida, van hacia el sector norte, haciendo trabajos científicos en diversos puntos del hemisferio y llegan hasta el Polo Norte, el Ártico y Groenlandia, por ejemplo, están permanentemente en movimiento”, explicó. 

“Hoy tenemos aviones Hércules atados con alambre, un rompehielos que está reciclado y es lo único que funciona. El otro día vimos por los medios que uno de los buques afectados a la campaña antártica se incendió en el puerto de Buenos Aires, antes de zarpar para la Antártida. No hay confiabilidad en nuestro sistema antártico porque está todo atado con alambre y, además, les interesa bastante poco a los que tienen que manejar el tema y hacerlo pujante”, cuestionó. 

Alemania trabajó con la Argentina 

Sin embargo, Bertotto reconoció que Alemania trabajó en muchísimos proyectos con la Argentina, a través del Instituto Alfred Wegener (Alfred Wegener Institute - AWI) y del Instituto Antártico Argentino (IAA). “Muchos geólogos argentinos del IAA fueron muy reconocidos en universidades alemanas durante mucho tiempo y con muy buenos resultados, por ejemplo, Claudio Párica, quien hoy es presidente de la Academia de la Antártida, un profesional de muchísimo talento y de muchísima preparación”, elogió. 

“De hecho, el laboratorio de la Base Jubany es un laboratorio que lo hizo Alemania junto con la Argentina y eso hizo crecer mucho la ciencia de nuestro país en la Antártida como también creció la ciencia alemana por estar ahí”, completó. 

En ese sentido recalcó que “Alemania ha sido siempre un amigo nuestro y hoy no es un enemigo nuestro, es simplemente un “cliente” que dice: “a mí me conviene hacer esta operación logística (por Puerto Argentino) y la puedo hacer por este lado”. 

Reconocimiento de la soberanía, fulbito para la tribuna 

Por otra parte, calificó como “una paparruchada, una macana y fulbito para la tribuna” el supuesto reconocimiento de soberanía argentina sobre Malvinas por parte del Estado germano al pedir autorización para volar cielo argentino. “Es una formalidad de estilo que se utiliza normalmente en todos los vuelos internacionales al cruzar el cielo de un país y sirve además a la seguridad aérea ya que puede tener como alternativa algún aeropuerto de determinado país. En el caso de este vuelo de Lufthansa, por ejemplo, tiene como alternativas el aeropuerto de Río Gallegos o Ushuaia. Si hubiera hecho el vuelo a Punta Arenas y no a Malvinas, hubiera hecho lo mismo y nadie diría que Alemania reconoce la soberanía argentina sobre la Argentina, es un disparate”. 

“Lo que nos perjudica no es el vuelo alemán, es la inacción argentina” 

En el 2001 Alejandro Bertotto publicó su libro “La ciudad de Ushuaia y su ubicación geoestratégica como puerta de entrada a la Antártida” donde desarrolla en su primera parte un trabajo anterior de un proyecto con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para desarrollar el Polo Logístico Internacional Antártico en la capital fueguina. 

En el cuadrante sudamericano había tres puertos con proyección antártica: Ushuaia, Punta Arenas y Malvinas. “En ese momento, Malvinas no era considerado un puerto, más bien un pequeño muelle, con una población muy pequeña, sin demasiada capacidad logística, sin actividad de ultramar importante, como Ushuaia hace unos 80 años y cuando evaluamos eso dijimos con toda claridad: el día que Inglaterra se decida a invertir dinero en ese puerto, será el más peligroso competidor de Ushuaia, a menos que Ushuaia consolide su posición de puerta de entrada a la Antártida”, recordó. 

Explicó que “consolidar esa posición era, por ejemplo, el transporte marítimo; fortalecer la capacidad de bodega, tanto marítima como aérea, en Ushuaia como en la Antártida, como para hacer una suerte de supermercado del fin del mundo para todo el sistema antártico y, además, sí atacar el tema de residuos. Haciendo esas cosas, y algunas más, que no significaba gran gasto de dinero sino un aggiornamiento de la política antártica argentina”. 

Recordó que esto mismo ordenaba el Decreto 2316/90 de la Presidencia de la Nación “que ordenaba que Ushuaia sea la puerta de entrada a la Antártida, lamentablemente después quedó todo en aguas de borraja porque no interesó, porque no fue un negocio para los que estaban en el poder, porque hubo intereses sectoriales, no patrióticos, impidieron que se materialice. De hecho, el Sistema Logístico Antártico que quedó esbozado, quedó aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo que quedó presupuestado no objetado, es decir, con un presupuesto que se iba a dar, quedó sin ejecutar simplemente porque a alguien no le convino ejecutarlo”. 

Aseguró que “la situación de la logística antártica en Ushuaia, es peor que en el 2000, porque lo mismo que hicimos nosotros en el 96 y en el 98, lo hizo Chile en el 98 con la diferencia que lo hicieron y además en el 2000, trasladó el Instituto Antártico Chileno a la capital de Magallanes, Punta Arenas, donde tiene su reluciente sede frente a la Plaza Muñoz Gamero, la principal de esa ciudad. Nosotros seguimos teniendo nuestro rompehielos en Puerto Madero. Obviamente que las condiciones de Ushuaia son iguales o peores que en el 2000”, calificó. 

“Lo de Mémolli es poco serio” 

Por otra parte, Alejandro Bertotto cuestionó una columna de opinión del Dr. Mariano Mémolli titulada “¿Se pierde la puerta de entrada a la antártida?” manifestando que “es poco serio lo de Memolli, habla ahora desde su casa, pero fue Director Nacional del Antártico con Néstor Kirchner y las dos presidencias de Cristina Fernández de Kirchner. No movió un pelo para consolidar a Ushuaia logísticamente. Por el contrario, aferró todo el sistema antártico a locaciones en el AMBA que ahora no pueden pagar”. 

“Ahora se sorprende de la utilización de Malvinas favoreciendo a los ingleses y yo se los advertí por escrito en el año 2001”, reprochó. 

Fuente:  http://www.p23.com.ar

LUFTHANSA REALIZÓ SU PRIMER VUELO A LAS ISLAS MALVINAS

 

 

La aerolínea alemana Lufthansa realizó este lunes el vuelo con pasajeros y sin escalas más largo de su historia que unió Hamburgo con las Islas Malvinas. La compañía, que había pedido autorización a la Argentina para sobrevolar y aterrizar en el archipiélago, utilizó un Airbus A350-900 que demoró 15 horas y 35 minutos en llegar a destino. 

Según informó el portavoz de Lufthansa el viaje de 13.600 kilómetros fue realizado por un grupo de investigadores del Instituto Alfred Wegener (AWI), con sede en la ciudad alemana de Bremerhaven, y la nueva tripulación del rompehielos de investigación "Polarstern". 

Los 92 pasajeros se trasladarán al barco que está amarrado en las Malvinas para pasar dos meses en el mar antártico de Weddell recogiendo datos a largo plazo que serán utilizados para realizar previsiones climáticas. 

La semana pasada, la aerolínea alemana presentó una solicitud de sobrevuelo y aterrizaje para viajar al archipiélago ante Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la provincia de Tierra del Fuego, lo que marca un reconocimiento de la soberanía argentina sobre las islas del Atlántico Sur. 

"Se destaca la relevancia de la presentación de la solicitud de Lufthansa ante autoridades argentinas, en tanto implica el reconocimiento de las Islas Malvinas como parte del territorio argentino", celebró la Cancillería argentina.  

Fuente:  https://www.pagina12.com.ar