28 de marzo de 2020

UNA MIRADA DESDE LA FE SOBRE EL 2 DE ABRIL, DÍA DEL VETERANO DE GUERRA



Por Vicente Martínez Torrens (*)

Personal militar que solicitó el sacramento de la Confirmación
Personal militar que solicitó el sacramento de la Confirmación "porque necesitaban el Don de la Fortaleza", señala el autor de la columna.

Al aproximarse cada 2 de abril, es recurrente hacer memoria de los hechos vividos en nuestra Patria en 1982 por la recuperación de nuestras Islas Malvinas.

La gesta de 74 días hay que enmarcarla en una lucha más profunda: nuestra soberanía. Por esta razón al referirnos a aquellos acontecimientos se deben rechazar expresiones como “invasión”, “usurpación”, “loca aventura”, etc.

Fuimos a recuperar lo nuestro, dado que nos pertenecen desde antes de su descubrimiento por la Bula “Inter Caetera” de 1493, del Papa Alejandro VI. Las “tierras descubiertas y a descubrir” se las otorgó el Papa al Reino de España. Este documento fue ratificado por el Tratado de Tordesillas al año siguiente.

Cabe destacar que nos encontramos recordando los 500 años, el 1° de abril, de la primera misa en el hoy territorio nacional y 500 años del descubrimiento de nuestras Islas por la nave San Antón.

Conforme el derecho internacional “uti possidentis iuris”, al lograr la Independencia de España en 1816, las Malvinas quedaron como argentinas.

Otro argumento de soberanía, desde la mirada eclesiástica, es la presencia ininterrumpida de más de 100 sacerdotes católicos desde 1767 a 1982 y 14 capellanes durante el conflicto.

Soldados armados hasta los dientes tomando fuerza frente a una imagen de la Virgen cuyo nicho fue dañado por una esquirla de bomba y ella no sufrió ningún daño.
Soldados armados hasta los dientes tomando fuerza frente a una imagen de la Virgen cuyo nicho fue dañado por una esquirla de bomba y ella no sufrió ningún daño.

LA CLAVE DE TODO ÉXITO: CREER EN LA CAUSA A LA QUE SE SIRVE Y APOYARSE EN LA FE EN DIOS.

Para llegar a cualquier meta la primera condición será creer en su verdad y posibilidad. El jefe (líder o conductor) que no tiene fe en la causa que sirve no cumplirá la más elemental de sus funciones: influir y entusiasmar a sus subordinados. Él deberá creer en lo que se emprende y esperar convencido el éxito; amar la causa que defiende por encima de su propia vida y hacer partícipe a sus hombres de su fe y entusiasmo. Al respecto cabe el aforismo “El soldado es el fiel reflejo de su jefe”.

En las situaciones límite el hombre recurre a Dios. La guerra es una de esas situaciones.

Rastreando algunos hechos históricos, antiguos y recientes, podemos ver que en nuestras Fuerzas Armadas siempre se ha vivido la fe en Dios como auxilio de la causa en la que se sirve, porque ésta genera en los hombres sentimientos y virtudes inigualables. Una de las “muletillas” que se repetía en cada homilía de 1982 era: “Tenés un Dios que te ama, una madre (esposa/novia) que te espera y una Patria que te necesita”.

La fe en nuestros próceres. General Manuel del Corazón de Jesús Belgrano. El sólo nombre nos dice que es el paradigmático hombre de armas y de fe. Consideremos tan sólo el nombramiento de la Virgen de la Merced como Generala y la atribución del triunfo de la batalla de Tucumán a Ella.

El capellán Vicente Martínez Torrens celebrando la santa misa frente al personal apostado en Goose Green.
El capellán Vicente Martínez Torrens celebrando la santa misa frente al personal apostado en Goose Green.

José Francisco de San Martín: El Coronel Manuel A. Pueyrredón lo recuerda en sus “Memorias”: “Después de la lista de diana se rezaban las oraciones de la mañana, y el rosario todas las noches en las cuadras, por compañías, dirigido por el sargento de semana.”

La fe en “Malvinas”: Dando un gran salto en los años debido a lo acotado del artículo mencionaremos algunos signos representativos de la fe de los “hombres de Malvinas”.

En primer lugar, destacamos la denominación de la gesta: “Operación Rosario” en alusión a la Virgen del Rosario de la Reconquista y defensa de Buenos Aires. Luego, la consagración del aeropuerto a la Virgen enterrando un Rosario en la cabecera de la pista.

Dato a tener en cuenta: aquella pista de 1200 m. recibió más de 12 toneladas de explosivos y siempre estuvo operable. También influyó en el personal la fe de sus jefes, particularmente el del RI Mec 25. Uno de sus dichos: “Entre una bolsa de arena y la protección de la Virgen prefiero la de la Virgen”. Los cráteres de 12 metros de diámetro y 4 de profundidad, sin provocar víctimas fatales, le dio la razón.

Varios soldados acompañan a dos compañeros extraídos de debajo de 2 metros de turba fruto del cráter de bomba cuya esquirla muestran victoriosos.
Varios soldados acompañan a dos compañeros extraídos de debajo de 2 metros de turba fruto del cráter de bomba cuya esquirla muestran victoriosos.

Celebración de la santa misa en el ex cuartel de los Royal Marines en Moody Brook. Personal comulgando.
Celebración de la santa misa en el ex cuartel de los Royal Marines en Moody Brook. Personal comulgando.

Bunker en las afueras de Puerto Argentino. Soldados rezando el Rosario. Uno de ellos pidió “Para que mis padres comprendan el por qué muero”.
Bunker en las afueras de Puerto Argentino. Soldados rezando el Rosario. Uno de ellos pidió “Para que mis padres comprendan el por qué muero”.

A propósito, últimamente, al retornar al país la imagen de la Virgen de Luján que nos acompañó en Malvinas y que fuera llevada a Gran Bretaña, tuvo mucha difusión el testimonio del soldado Palacios que oró: “Dios, quiero morir de un balazo, pero no así lentamente” y salvó su vida después de haber sido tapado una hora bajo dos metros de turba. Menos conocido, sólo por sus conferencias, es el testimonio del entonces Subteniente Marcelo Llambías. Recibida la orden de repliegue desde monte “Dos Hermanas”, viéndose rodeado por la artillería británica, en un amanecer de cielo límpido, celeste, queriendo salvar a todos sus hombres, invocó a la Virgen rezando un Avemaría. El auxilio no se demoró. Apareció, repentinamente, un banco de niebla que los cubrió y les permitió salir, ilesos, hacia Tumbledown para seguir combatiendo.

Finalizando por el espacio y no por falta de hechos, debemos honrar a mi “gremio”. No puedo yo decirlo por ser parte. Extraigo un párrafo del Informe Oficial del Ejército: “Los capellanes, auxiliares y voluntarios cumplen sus misiones sacerdotales en las Islas Malvinas, brindando asistencia espiritual a las tropas y civiles, y además cumplen otras actividades relacionadas con su función. La labor desarrollada es encomiable, y los resultados obtenidos en el mantenimiento espiritual y moral de las fuerzas destacadas a las Islas Malvinas resulta altamente positivo”.

Todos los que lucharon y luchan por la Patria, civiles, militares o eclesiásticos, lo hacen convencidos de que “Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila el centinela”.

Al celebrar el 2 de abril como DÍA DEL VETERANO DE GUERRA debemos implorar a Dios para que cesen definitivamente las muertes por mano propia por la falta de contención.

Rosario que portaba en el cuello el teniente Jorge Manuel Vizoso. Una cuenta se adhirió al proyectil trazante desviando su trayectoria y salvándole la vida
Rosario que portaba en el cuello el Teniente Jorge Manuel Vizoso. Una cuenta se adhirió al proyectil trazante desviando su trayectoria y salvándole la vida


Gobernantes y gobernados queremos dar el reconocimiento debido a los que regresaron, por ellos, sus familias, por los que luchan por reivindicarlos.

Veterano: Honor y Gloria a vos que no vacilaste en el combate, que no sentiste el temblor del miedo aun sintiendo el silbido agudo de los proyectiles. Gracias a vos porque ni la sed, ni el hambre, ni la fatiga minaron tu espíritu, aunque sí lo sintieron tu carne y tus huesos. Gracias porque no rehuiste, ni con la imaginación siquiera, el primer puesto en el combate, la guardia más dura en la trinchera ni la misión más difícil en el avance, o el orden en el repliegue.

Finalmente, un “mea culpa” porque cada uno de nosotros quiso ser el mejor soldado de su arma y el argentino más amante de su Patria, despreciando al enemigo experto en este tipo de contienda.

Veteranos ¡Que Dios nos bendiga y la Virgen nos siga protegiendo! y otorgue la corona de Gloria a nuestros camaradas que dieron todo de sí sin pedir nada.

Muchos dimos algo, pero ellos lo dieron todo.

Fragmento de la carta del entonces Mayor Juan José Falconier, donde se palpa que
Fragmento de la carta del entonces Mayor Juan José Falconier, donde se palpa que "él siempre priorizó lo espiritual sobre lo material y en consecuencia ofrendó su vida por la Patria", escribe el autor de la columna.


Croquis de los cráteres fruto de bombardeos en la península del aeropuerto. Nunca sacaron de servicio la pista consagrada a la Virgen con un Rosario enterrado en su cabecera.
Croquis de los cráteres fruto de bombardeos en la península del aeropuerto. Nunca sacaron de servicio la pista consagrada a la Virgen con un Rosario enterrado en su cabecera.

NOTAS:

(1) MARTÍNEZ TORRENS, Vicente, Dios en las Trincheras. (Ed. Argentinidad) Anexo
(2) GARCÍA DEL HOYO, FEDERICO, Tesis en el CMN 
(3) BRUNO, CAYETANO, “La Virgen Generala”. Didascalia 1994, p.201 
(4) INFORME OFICIAL DEL EJÉRCITO ARGENTINO. Tomo I, pág. 148 
(5) Salmo 126,1

(*) El padre Vicente Martínez Torrens es sacerdote, docente y asistió a las tropas en el conflicto de Malvinas desempeñándose como Capellán del RI Mec 25 y atendiendo otras unidades. Es autor de varios libros, entre ellos su diario de guerra “Dios en las trincheras”.

Fuente: https://www.infobae.com

26 de marzo de 2020

LA AYUDA A LOS MALVINENSES, UN GESTO PARA CELEBRAR


 Reuters 162

Por Pablo Daniel Blanco (*)

La iniciativa del gobierno argentino de ofrecer ayuda humanitaria a los malvinenses de cara a esta pandemia de coronavirus me parece acertada. Son comprovincianos nuestros, viven en nuestra Argentina y merecen todo el apoyo del estado nacional y provincial. Celebro el gesto de ofrecerles alimentos frescos, medicamentos, test para la detección del virus y vuelos sanitarios con el continente. Ellos son fueguinos y deben ser tratados como cualquier ciudadano argentino, tienen el mismo derecho que nosotros a acceder a nuestro sistema de salud.

Celebro esta iniciativa del canciller Felipe Solá y del secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, porque la solidaridad tiene que estar por encima de cualquier diferencia para enfrentar de forma satisfactoria a esta crisis sanitaria que está poniendo en jaque al mundo.

Ojalá que este gesto se materialice en hechos concretos en caso de que esta enfermedad contagiosa llegue a las islas y la ayuda tome el carácter de urgente y se vuelva necesaria.

Creo que este es un avance, un cambio en la postura de un gobierno que no tiene complejos en tratar a los malvinenses como lo que son: fueguinos y argentinos. Este cambio de mentalidad diplomática debe profundizarse tendiendo lazos de cooperación con los habitantes de las islas que vayan más allá de esta actitud solidaria de cara a la crisis. Tenemos que estar cerca de ellos en las buenas y en las malas. Simplemente porque ellos también son nosotros.

Esta pandemia nos devolverá a un mundo distinto. En muchos aspectos habrá que empezar de nuevo. Se hará sentir tremendamente tanto en la salud como en la economía y sus derivaciones serán muy difíciles de prever. De lo que sí estoy seguro es que esto nos marcará para siempre. ¿Cambiaremos cuando todo se normalice o lo normal habrá cambiado? Es de esperar que en lo individual hayamos aprendido a ser más solidarios y que esto se proyecte hacia lo colectivo. En un mundo global la cooperación y la solidaridad para salir del pozo también tendrán que ser globales. Por eso, puestos a imaginar, podríamos pensar que ciertas políticas internacionales que atrasan deberían, justamente, quedar definitivamente atrás. El colonialismo, en el mundo que viene, no debería tener sentido.

No hay que subestimar a este enemigo invisible que está entre nosotros, ha venido por todo y no sabe de banderas.

Para algunos gobernantes viene siendo muy difícil elegir entre salud y economía. Es lógico intentar que la afectación sea la mínima en ambos campos; pero debe entenderse que sin personas sanas no hay economía y que esta última debe estar al servicio del hombre.

Todo este cataclismo económico social va a repercutir necesariamente sobre la política internacional y la forma de relacionarse entre los países. La solidaridad, el entendimiento y la cooperación tienen que ser el camino. Es de esperar que este ofrecimiento que ha hecho el gobierno argentino sea el puntapié inicial para empezar a transitar por una nueva era de mayor apertura, vocación de diálogo y disposición a la colaboración mutua en aquellas cuestiones delicadas ligadas al futuro mediato de las Malvinas y su gente.

Los malvinenses son argentinos y merecen tener los mismos derechos que cualquier compatriota con o sin coronavirus. Es un lugar común decir que toda crisis es también una oportunidad y nuestro gobierno parece haber entendido bien el sentido del cambio. La oportunidad no debe confundirse con oportunismo: el coronavirus, además de ser la llave de la caja de Pandora, podría dejar abierto el camino hacia una nueva forma de encarar las negociaciones por la soberanía de las islas cuando todo pase. Una negociación que deberá ser paciente, decidida y solidaria. Considerar a los malvinenses como parte de lo nuestro y no como a extraños es, sin dudas, un buen principio.

(*) Senador nacional (UCR)

Fuente: https://www.infobae.com

EL CORONAVIRUS Y MALVINAS: DOS GUERRAS DESDE LA MIRADA DE UN VETERANO QUE SE JUGÓ LA VIDA PARA SALVAR A SU SARGENTO


La lucha contra la pandemia del coronavirus refleja, con la prudente distancia que la analogía impone, similitudes con lo ocurrido con nuestros veteranos en la guerra. En 1982, soldados aislados en sus trincheras frente a un enemigo poderoso. En 2020, gente en cuarentena y el personal de sanidad enfrentando a un enemigo desigual. Las dos batallas, en la voz de Esteban Tries

Por Adrián Pignatelli

Esteban Tries en Malvinas
Esteban Tries en Malvinas

Como ya se hizo costumbre en estas noches de cuarentena, a las 21 puntual, Esteban Tries se suma al aplauso en reconocimiento a médicos, enfermeras y voluntarios que día a día, con temple de héroes, enfrentan la pandemia del coronavirus.

La otra noche, desde su balcón del edificio de Emilio Mitre y Eva Perón, en Parque Chacabuco, al escuchar a un vecino entonar el Himno Nacional, tuvo la idea: ¿Por qué no hacer algo similar el próximo 2 de abril? Como hay que respetar la cuarentena y no es posible hacer actos, ¿por qué no homenajear a los otros héroes, los que quedaron para siempre de guardia en las Islas Malvinas, cantando el Himno y brindarles también a ellos un aplauso?

A la guerra

Para Esteban Tries, clase 61, el domingo de Pascua de 1982 fue inolvidable. Ese día llegó a las islas Malvinas. Era un integrante de la compañía A del Regimiento de Infantería 3, del “glorioso tres de oro”. A fin del año anterior había salido en la primera baja de la colimba como Dragoneante y, como tantos de sus compañeros, cuando se conoció la recuperación del archipiélago corrió al cuartel. “Es que con el tiempo descubrimos que todos los que fuimos a las islas teníamos valores, aún sin saber que los poseíamos”, trata de buscarle una explicación de por qué ese Jueves Santo estaba en el cuartel junto a algunos jóvenes que tenían el telegrama de citación en sus manos y otros muchos solo estaban allí por su voluntad.


Día histórico: los efectivos del Regimiento 3 arriban a Puerto Argentino.
Día histórico: los efectivos del Regimiento 3 arriban a Puerto Argentino.

Cuando llegó, su compañía fue destinada al sur de Puerto Argentino, para hacer frente a un hipotético desembarco británico. Luego, los enviaron a la base del Superhill, en la cara que miraba a la capital de las islas. Y, finalmente, el 13 de junio por la mañana, integró el cordón defensivo en el monte Tumbledown.

Siempre en esos pozos de zorro, que permanentemente se inundaban. O, solo cuando se tenía la certeza de que los británicos no atacarían, tenían la suerte de dormir, “en forma horizontal” y un poco más secos, en las carpas individuales.

Infantes del 3 marchando en la capital de las islas.
Infantes del 3 marchando en la capital de las islas.

La reacción de la gente

Próximo a cumplir los 60 años, Esteban Tries confiesa que demoró dos décadas en hablar de la guerra. Sus hijos sólo sabían que había estado en Malvinas, pero nada más. Y ahora, a días de cumplirse 38 años de la recuperación del archipiélago, ese nuevo aniversario lo encuentra en cuarentena o, por qué no, acuartelado. “Uno se siente muy identificado con lo que está ocurriendo. El pueblo que hoy está encerrado en sus casas es el mismo que en la época de la guerra nos enviaba cartas, nos alentaba, nos mandaba alimentos y ropa. La reacción de la gente siempre es lo más impactante. Como lo que ocurre ahora con la pandemia del coronavirus”.

Hallar a Dios

“En el pozo de zorro uno se siente solo, todo el día mojado, con frío, con hambre, con mucha incertidumbre; se siente impotente”, confiesa a Infobae. “Hasta que te encontrás con el abrazo de un compañero, y de pronto descubrís en los valores del compañerismo, la amistad y la solidaridad que hallaste verdaderamente a Dios”. No era ese Dios que la tradición familiar casi imponía a través del bautismo, la primera comunión o la confirmación, Esteban sintió que allí en la trinchera estaba con Dios, pero cara a cara.

El RI 3 en Malvinas.
El RI 3 en Malvinas.

Tries habla por él, pero parece que lo hace por muchos más. Y cuenta lo que la guerra le enseñó. Como esa lección que comenzó el 1 de mayo cuando los ingleses empezaron a bombardear. “No se veía de dónde venían los proyectiles, todo estallaba alrededor. Fueron momentos terribles”, describió. Hasta que empezaron a aprender, a reconocer el cortante silbido del proyectil, que cuando pasaba a determinada altura significaba que ellos no eran el blanco, y que tal vez esa noche podrían dormir bajo la lona de la carpa, y no parados, con los pies en el agua, dentro de la trinchera. Poco a poco, supo reconocer al enemigo, cómo se comportaba, qué podía esperar en la batalla. Fue una lección que nunca olvidó.

El enemigo que no vemos

Hoy, cuando habla de la guerra, las referencias a la epidemia son recurrentes. "Como las bombas enemigas, no se sabe dónde está el virus, si en mi barrio o en mi edificio. La enfermedad cuenta con la sorpresa y hasta es comparable con los adelantos tecnológicos de los ingleses en 1982. Como cuando ellos atacaban -lo hacían preferentemente de noche- con sus visores nocturnos. Ellos nos veían perfectamente y nosotros ignorábamos dónde estaban. Sabíamos que nos bombardeaban desde sus fragatas, pero estaban demasiado lejos, tampoco las veíamos. Cosa curiosa: al virus que nos ataca tampoco podemos verlo hoy. Tiene esa ventaja”.

Trinchera y cuarentena

Esteban asocia esta cuarentena a los días en su vieja trinchera, a aquella que pudo visitar 30 años después de la guerra cuando regresó a las islas. Tries asegura que allá en Malvinas “no teníamos noción de la muerte inmediata. Luego de las primeras incursiones aéreas, fue como perderle el miedo, lo que nos llevaba a contemplar maravillados los vuelos de los aviones enemigos o los propios. Eran como se mostraban en las películas, pero en vivo y en directo”.

"Muchos pueden sentir que no van a enfermar, como yo quería pensar que no iba a morir. Pero los que violan la cuarentena están cometiendo una irresponsabilidad y, tal vez sin saberlo, cometen un daño a la salud. La guerra también está llena de joda, hasta que se te muere el primer compañero”, resume lapidario.

El Sargento Villegas

¿Y qué decir de su superior, de ese sargento que en el cuartel era implacable, inflexible, severo, pero justo? Manuel Villegas era todo eso, pero aún Esteban ignoraba lo que representaría en su vida. Ese mismo sargento, al que tanto había puteado para sus adentros en los cuerpos a tierra y en esa dura instrucción de hacerse soldado, había pedido que Tries, que se había ido en la primera baja como Dragoneante, estuviera con él en la guerra.

Inseparables. Tries y Villegas, en la única fotografía que se tomaron en las islas.
Inseparables. Tries y Villegas, en la única fotografía que se tomaron en las islas.

“Era un líder, muy exigente, que mantuvo en alto la dignidad del grupo”. Villegas sólo había completado sexto grado y era solamente cuatro años mayor que Tries. Pero con 23 años era el padre de todos. El que aconsejaba guardarse media ración porque no se sabía si al día siguiente habría comida, el que insistía en la limpieza del fusil, al que había que “cuidar como una novia”, el que estaba presto para un consejo o para un consuelo oportuno.

“Pase lo que pase”

En la madrugada del 14 de junio se había desatado el infierno. Al grupo de Tries le habían ordenado un contraataque al monte Wireless Ridge. “Tendría que haber ido yo adelante, pero fue Villegas. “Pase lo que pase, vamos para adelante, nos repetía. Esa frase se nos había hecho un sentimiento”.

Cuando cruzaron un arroyo y encararon la loma escarpada del cerro, los ingleses abrieron fuego. A Villegas lo alcanzó un proyectil en el vientre. Tenía la cadera destrozada. Aun así, ordenaba a sus soldados que continuaran disparando. Pero ellos teniendo miedo de herirlo, ya que estaba en la línea de fuego.

Durante 20 años Esteban Tries no pudo hablar de la guerra
Durante 20 años Esteban Tries no pudo hablar de la guerra

Así como en el desconcierto y confusión que provoca en los gobernantes y ciudadanos que el país pueda sufrir una epidemia, esa madrugada de sangre y fuego, los soldados no sabían qué hacer, si disparar o rescatar a su sargento que, instantes después, volvería a ser herido en una mano al intentar alcanzar su fusil.

Tries y otro soldado, Serrezuela, arrojaron sus fusiles de forma ostensible, para que los británicos los vieran. Y con las manos en alto se acercaron a su sargento, lo levantaron en medio de tremendos gritos de dolor y lo rescataron de una muerte segura. Los ingleses no les dispararon.

En medio de una corrida desesperada porque el sargento se desangraba, Villegas ordenaba que lo matasen ahí mismo. Y entonces Tries, en esos 600 metros que corrieron sin darse cuenta, vio la otra cara de su superior. Sintiéndose morir, le pidió que fuera él quien le cuente a su esposa cómo había muerto, se acordó de su pequeña hija a la que no vería más, y fue Tries quien interrumpió esa letanía con un “¡usted no se muere, mi sargento!”. Lo llevaron, casi moribundo y desmayado, a un puesto sanitario. En el medio, volcó la ambulancia en la que lo trasladaban. Nada podía salir bien. Si hasta los médicos, al verlo, fueron lapidarios: “Este no pasa de hoy”.

Sin embargo, pasó. Y hubo un futuro.

Durante 20 años, Esteban no habló de la guerra. Fue a visitar a su sargento, convaleciente en el Hospital Militar Central. Lo golpeó su estado, demacrado y deprimido, y decidió no volver más. “Tardé 30 años en comprender qué me llevó a rescatarlo”, se sincera.

En casa lo esperaban papá, mamá, una hermana y una novia con la que se casaría dos años después. Con sus hijos Daniela (31) e Ian (25), hace 5 años, recién pudo hablar de aquellos tiempos comprimidos en 74 días. Rieron, lloraron, se reprocharon y se consolaron. “Creía que Malvinas me había hecho mal, y los años me enseñaron a encontrar lo bueno de la vida en la guerra”.

Fue difícil seguir adelante. “No sabía qué hacer. Formé una vida, pero mal, y sentí que no sabía qué hacer con la mochila que cada vez pesaba más. Hasta que todo dio un giro de 180 grados y la vida tuvo sentido”.

Buscó y encontró a su viejo sargento, al que una bala inglesa en Wireless Ridge lo había marginado para siempre del Ejército, y que ahora se las rebuscaba como chofer y remisero. Hoy son amigos inseparables. Ambos alcanzaron a visitar al soldado Serrezuela, que nunca los había olvidado, y que un cáncer terminal solo les permitió una tarde de despedida.

Villegas, Víctor Hugo Rodríguez y Tries, en la actualidad.
Villegas, Víctor Hugo Rodríguez y Tries, en la actualidad.

En la retaguardia

“Estamos en edad de cuidarnos del coronavirus”, aclara. “Hoy es como 1982: hay un comandante que nos dice qué hacer, y siento que hoy soy parte de los que durante la guerra permaneció en el continente”.

Esos aplausos, en las noches de la pandemia, en la esquina de Emilio Mitre y Eva Perón, transmiten mucha energía. Tanta que hasta alguno se animó a un “¡Viva la Patria!” que otros replicaron. “Esto es lo que tenemos que demostrar al mundo, que estamos unidos como en el ’82”.

La compañía A se reúne dos veces por año. Puede faltar cualquiera, aclara Tries, menos Villegas y el teniente primero Víctor Hugo Rodríguez, otro de los líderes tanto en el combate como en la posguerra. Y siempre hay tiempo para recordar a los cinco soldados del 3 que quedaron en las islas: Julio Segura, Julio Cao, Oscar Soria, Andrés Folch y José Reyes Lobos. No para llorarlos, sino para dar las gracias, ya que entre todos compartieron los valores de compromiso, trabajo en equipo y una fe que, sea en una guerra o en una pandemia, nos hace creer que habrá un día después.

Y este 2 de abril bien puede ser oportuno cantar todos juntos el himno. Por aquellos héroes en las islas, por estos héroes en los hospitales. Y demostrar que, sin importar la trinchera dónde nos encontremos, estemos unidos. Ya lo dijo el sargento Villegas: “Pase lo que pase, pero para adelante”.

Fuente: https://www.infobae.com

25 de marzo de 2020

¿CUÁLES FUERON LAS CAUSAS DEL CONFLICTO MALVINAS?


  
Muchas son las preguntas que hoy persisten sobre las causas que lo motivaron. ¿Fue una irresponsable decisión del gobierno argentino? ¿Había intereses internacionales en reforzar la presencia militar británica y necesitaban la excusa?... ¿por qué?

Por Oscar Filippi

Dos Hipótesis:

Todavía, a 38 años de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, los debates y discusiones sobre el génesis del conflicto con la Gran Bretaña siguen vivas. Esa polémica marca dos vertientes fundamentales de opinión. Están quienes sostienen que el mismo fue provocado por causas de irresponsabilidad absoluta surgidas del deterioro político de la Junta Militar del Gobierno argentino que necesitaba de un gran hecho “patriótico” para perpetuarse en el poder y por su cuenta tomó la responsabilidad de recuperar las islas. Hecho simple que acredita la escalada diplomática y el inicio de un conflicto internacional a causas de política doméstica. En la segunda vertiente se encuentran quienes relacionan el conflicto con la compleja y peligrosa situación mundial de la época en la que el mundo todavía bipolar, jugaba su estratégico “ajedrez fatal” sobre el mapa del mundo. Atribuyendo así, con mayor y profundo análisis, a causas externas el inicio del conflicto. En otras palabras, desde afuera nos volvieron a usar en beneficio de sus propios intereses hegemónicos. Hipótesis que queda reforzada si agregamos que el “vector” que les facilitó el camino fue precisamente el “militarismo” del gobierno de facto.

La primera de las hipótesis es siempre atacada por una misma razón, ¿por qué el Reino Unido se prestaría al juego del General Galtieri? La segunda es cuestionada por una falsa percepción, que nace en la escuela y tiene que ver con nuestra austral ubicación geográfica, ¿a quién le importamos, si al fin y al cabo vivimos en el fin del mundo?


Falsa Percepción:

La denominada “Guerra Fría” tuvo para nosotros la falsa y simple interpretación de la confrontación de dos grandes potencias, Estados Unidos vs. la Unión Soviética o, a lo sumo, el capitalismo contra el comunismo. Por lo tanto, como no éramos ni capitalistas ni comunistas, el enfrentamiento era “cosa de ellos”, a nosotros, viviendo acá abajo, no nos afectaba.

En el colegio aprendimos a estudiar a Europa, por un lado, Asia por el otro. Nunca nos dejaron ver que Eurasia es en sí misma una gran unidad geoestratégica y sumado a los programas del estudio de la historia, jamás pudimos aprender la dimensión de interrelacionar sus hechos dentro de los marcos geográficos y en sus líneas de tiempo. Por lo tanto, se aseguraron así que de hacer proyecciones geopolíticas y/o estratégicas los argentinos nunca seríamos capaces.

Lo cierto es que ese enfrentamiento, aparentemente tan lejano, no era otra cosa que el peligrosísimo conflicto entre el mundo continental y el mundo marítimo. Con este pequeño cambio de óptica, vemos que el conflicto lo teníamos enfrente porque, aunque no nos hayamos dado cuenta, la Argentina es un país marítimo y como tal, era parte del conflicto. Al menos para ellos.

Dos Mundos:

La ex URSS lideraba el llamado mundo continental, junto a sus aliados comerciales del denominado COMECOM se hallaban unidos para su defensa en lo que conocimos como el Pacto de Varsovia (PV), ocupaban la estratégica posición de dominio del centro de Eurasia y se autoabastecían de energía y de gran parte de los elementos estratégicos vitales (73%). Hasta 1960 permaneció consolidando esta posición estratégico-continental.


Los Estados Unidos de Norteamérica lideraban el llamado mundo marítimo y junto a sus aliados de Europa Occidental (países ribereños), que entre ellos se agrupaban para sus fines comerciales en la Comunidad Económica Europea (CEE, hoy UE) conformaron a los fines de su defensa la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Junto a la alianza de estos con Japón y Corea del Sur, centraban su actividad comercial (Comisión Trilateral), por la vía marítima y por la misma vía el poder naval de los EEUU y la Gran Bretaña, contenían la posible expansión de influencias del mundo continental hacia el resto del mundo. A su vez, con el dominio del mar, se aseguraban de obtener los elementos estratégicos y la energía para sus industrias, solo se autoabastecían del 37%. Europa depende en un 70% del petróleo de Oriente Medio y este solo es transportable por mar (hasta ahora).

Como los Estados Unidos y la Gran Bretaña construyeron, controlaban y dominaban los estratégicos Canales de Panamá y de Suez, fijaron como límite meridional de defensa para la OTAN al Trópico de Cáncer. Para ellos el Sur había dejado de existir, ambos canales nos habían excluido del tránsito marítimo, de la inclusión económica y de los fines estratégicos y de defensa. Negocio redondo y sin preocupaciones, para ellos, claro está.

Continentales y Marítimos:

A mediados de los años ’50, hubo un hombre decidido a expandir la hegemonía de la URSS, el Almirante de la flota roja, Sergey Gorshkov y su política de mostrar la bandera navegando. Firme partidario del aumento del poder naval y llevar la presencia militar soviética a todo el mundo por la vía marítima.


La llamada “Crisis de los Misiles”, basados en Cuba en 1962, potenciaron su decisión y para 1970 la URSS contaba con cuatro agresivas flotas, la del Mar del Norte, la del Pacífico, la del Mar Negro y la del Mar Báltico. Las tranquilas Líneas de Comunicación Marítima (LCM) del mundo marítimo estaban ya amenazadas.

La Guerra Fría comenzó así a “calentarse” y la principal causa de la expansión del poder naval soviético fue el conflicto de Oriente Medio. El apoyo brindado por los EEUU y la Gran Bretaña a Israel, tras la Guerra del Yom Kippur, le facilitaron a la URSS por parte de los países árabes, puertos, bases aeronavales y apoyo logístico y operativo en Egipto, Somalia y Siria.

Previamente (1969), el acercamiento político a países africanos le habían otorgado facilidades operativas navales en Guinea, empleando la Base Naval de Cornakry. El mayor éxito de la proyección naval soviética en África Occidental ocurrió en 1976, cuando Moscú patrocinó en Angola la rebelión que llevó al poder al Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) a partir de allí contó con los Puertos de Luanda, Lobito y Mocamedes. Desde ese momento, la URSS amenazaba las rutas comerciales de Occidente en el corazón mismo del Atlántico Sur. Los submarinos nucleares soviéticos navegaban la Ruta del Cabo de Buena Esperanza, al Sur de África..., frente a las narices de Argentina.

La Yugular de Occidente:

La Guerra de los Seis Días (1967), entre Israel y los países árabes de la región, había demostrado que, con un solo barco hundido en el Canal de Suez, este dejaba de ser operativo. Además, los superpetroleros de más de 70 mil toneladas, no podían ya transitarlo. En caso de un enfrentamiento y por 1980 era muy factible, entre ambos bloques, las fuerzas aeronavales soviéticas basadas en Cuba y Nicaragua con el apoyo de submarinos nucleares provenientes de puertos africanos, tendrían como prioridad la destrucción de las esclusas del Canal de Panamá. Para colmo de males, ya en 1981 “asesores militares” cubanos y soviéticos construían un aeropuerto en la estratégica isla caribeña de Grenada, amenazando, una vez operativo, el tráfico de las reservas de petróleo norteamericanas que provenientes de Venezuela, se transportan por el Mar caribe. La estrategia naval soviética había vuelto a colocar al Sur en los mapas del Norte.

El petróleo y materiales estratégicos que alimentaban la costa Este de los EEUU y a toda Europa occidental navegarían así, obligadamente, por las rutas del Cabo de Buena Esperanza, frente a Sudáfrica. Con los Canales de Suez y Panamá activos, el tráfico mercante diario en esa zona era de 55 barcos por día, en caso de ser neutralizados, más de 90 al día..., la aviación naval y los submarinos soviéticos podían clavar sus bombas, misiles y torpedos en la yugular de occidente.

Bastión Estratégico:

Como el lector ya se pudo haber dado cuenta, en enero de 1833, con la ocupación de nuestras Islas Malvinas, el Reino Unido de la Gran Bretaña, no solo se aseguró los beneficios de la pesca y la caza de focas, lobos marinos y ballenas para ellos y sus por entonces, casi aliados norteamericanos. Se aseguró de ocupar militarmente el estratégico bastión marítimo que controla una triple comunicación oceánica: a través del Cabo de Hornos; el Pacífico Sur con el Atlántico Sur y; frente a Malvinas; el Atlántico Sur con el Océano Indico. No incluimos, que es la ruta de control vital de la Antártida (hoy tendríamos que incluirla).


Para 1982, ante la expansión naval soviética en el Atlántico Sur, la OTAN estaba obligada a reforzar la defensa de la vital Yugular de Occidente, (si la URSS atacaba con éxito esa vía marítima, en tres meses, Europa Occidental quedaba desabastecida) para ello, imperiosamente tenía que reforzar la presencia militar en Malvinas. Si lo hacía por “motu propio” la reacción negativa de Latinoamérica ante esta unilateral decisión, podría favorecer aún más la influencia de la URSS en la región, por lo tanto, se necesitaba una excusa para tal propósito.

Que mejor excusa que el intento de recuperación de las islas por parte de República Argentina. Total, el Concejo de Seguridad de la ONU, se encargaría de mostrarnos como país agresor y su propósito estratégico quedaría legitimado ante el mundo.


De lo expuesto hay pruebas más que suficientes, quienes nos visitaron, quienes nos alentaron desde afuera, quienes conspiraron desde adentro y fundamentalmente, la historia del empresario Constantino Davidoff y sus “chatarreros”, detonante de una crisis diplomática que habría de escalar a un conflicto bélico controlado..., al menos eso esperaban los británicos.

De esta parte nos ocupamos en la próxima entrega, lo importante fue demostrar y enterarnos que no vivimos en el fin del mundo..., somos parte de él y estratégicamente, como nación marítima ocupamos un lugar destacado. Solo falta que nos demos cuenta de ello y actuemos en consecuencia, con responsabilidad y de ser posible, una vez en nuestra historia, fijemos un curso de acción en una sola dirección, será bueno demostrar que podemos ser una Nación confiable con una política exterior seria.

24 de marzo de 2020

EL GOBIERNO OFRECIÓ COLABORACIÓN A LOS HABITANTES DE MALVINAS FRENTE AL AVANCE DEL CORONAVIRUS


Así se lo manifestó Daniel Filmus a Mark Kent, embajador del Reino Unido Unido en la Argentina

Imagen de la entrada a Puerto Argentino en las Islas Malvinas (Reuters)
Imagen de la entrada a Puerto Argentino en las Islas Malvinas (Reuters)

El Gobierno se puso a disposición de los habitantes de las Islas Malvinas frente al avance del coronavirus que tiene en vilo al planeta y que en nuestro país está a punto de arrojar sus peores índices.

Así se lo hizo saber Daniel Filmus, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a Mark Kent, embajador del Reino Unido en la Argentina. “Le transmití al embajador el mensaje del canciller Felipe Solá de que, en momentos tan difíciles, la solidaridad debe ser el camino para superar la situación provocada por el coronavirus”, resaltó el funcionario, según la información oficial.

En ese sentido, el Gobierno se refirió a la posibilidad de “colaborar con los habitantes a través del envío de alimentos frescos, insumos médicos o test para detectar el virus causante del Covid-19, así como a disponer de los medios para realizar vuelos humanitarios que sean necesarios y lugares de atención en centros médicos del territorio continental argentino”.

Daniel Filmus (Maximiliano Luna)
Daniel Filmus (Maximiliano Luna)

Según los medios locales, por ahora no hubo ningún caso de coronavirus en las islas, aunque sí se trabaja en una fuerte hipótesis de que la pandemia ya hubiera llegado al archipiélago.

“En una hipótesis de contagio, los temas más preocupantes que manifiestan son la tardanza en confirmar casos positivos a través de pruebas de laboratorio desde Reino Unido, a lo que se suman las interrupciones del enlace aéreo, también las evacuaciones y la capacidad para dar tratamientos adecuados. Puede presentarse también una situación en que por la falta de conexión escaseen los alimentos frescos”, subrayó Filmus.

El embajador Mark Kent (Gustavo Govotti)
El embajador Mark Kent (Gustavo Govotti)

“Nuestro gobierno ha manifestado su total disposición para ayudar a los isleños en el caso de que ellos así lo soliciten. Las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur son parte del territorio nacional y en ese sentido es nuestra responsabilidad también expresar nuestra solidaridad respecto de sus habitantes”, agregó el funcionario de Cancillería.

Hasta el momento, en el país se registraron 301 infectados, según las cifras que oficializó este lunes el Ministerio de Salud de la Nación. Fueron 36 los nuevos casos detectados hoy, aunque se espera que el número se engrose en las próximas semanas.

Fue lo que motivó al presidente Alberto Fernández a suspender las clases, cerrar las fronteras y dar licencia a empleados públicos y ciudadanos con mayores riesgos frente a la pandemia, primero. Y a decreta el aislamiento obligatorio y preventivo después, el jueves pasado. En principio, hasta las 24 del 31 de marzo. Aunque altas fuentes oficiales dan cuenta de que la decisión que analiza el jefe de Estado sería extenderlo por más tiempo.

Fuente: https://www.infobae.com