26 de junio de 2019

MALVINAS: EL SECRETARIO GENERAL DE LA ONU SE COMPROMETIÓ A INSTAR A GRAN BRETAÑA A QUE NEGOCIE LA SOBERANÍA DE LAS ISLAS CON LA ARGENTINA


El canciller Faurie se reunió con Guterres que se mostró dispuesto a avalar el reclamo argentino para instar a Londres a negociar; detalles de la reunión en el Comité de Descolonización

Por Martín Dinatale

El canciller argentino Jorge Faurie y el presidente de la ONU António Guterres
El canciller argentino Jorge Faurie y el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres

La reciente reunión del Comité de Descolonización de Naciones Unidas donde la Argentina volvió a reclamar por la soberanía de las Islas Malvinas dejó al menos tres datos significativos: el acto fallido de los isleños, la promesa del titular de la ONU Antonio Guterres para instrumentar sus "buenos oficios" tendientes a sentar a Gran Bretaña a la mesa de negociaciones y la imagen uniforme de legisladores opositores y oficialistas reunidos por la misma causa.

El dato de color más relevante de la reunión en Nueva York fue la confusión que mostraron los legisladores isleños Roger Spink y Roger Edwards cuando al hablar de la cooperación que hubo hace dos años de la Royal Marine británica a las Fuerzas Armadas argentinas por la búsqueda del submarino ARA San Juan confundieron esa embarcación con el ARA Santa Fe que se encuentra en reparaciones en los astilleros de Tandanor.

Durante su exposición ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas, tanto Spink como Edwards reiteraron un duro discurso contra la postura argentina de reclamar la soberanía en las islas Malvinas y deslizaron, como describieron después el senador Federico Pinedo y la diputada Cornelia Schmidt Liermann, que como hubo ingleses en Tierra del Fuego ellos podían hacer un reclamo. También los isleños citaron los viajes de Fitz Roy y Darwin como "precedentes" de derechos británicos en Malvinas donde fueron recibidos en su momento por el entonces gobernador argentino Vernet.

Los legisladores isleños Edwards y Spink, ayer en Nueva York
Los legisladores isleños Edwards y Spink, ayer en Nueva York

Sin embargo, el dato más llamativo fue que en varias oportunidades de sus mensajes en la ONU los isleños enfatizaron la ayuda de Gran Bretaña en la búsqueda del "ARA Santa Fe". Reiteraron varias veces el nombre de este submarino que está varado desde hace más de cinco años y nunca repararon en ese error. Tampoco la comitiva argentina intentó corregir a los isleños, aunque hubo un trato cordial con ellos e incluso el canciller Jorge Faurie se acercó al inicio de la sesión a saludarlos.

Por otra parte, Faurie mantuvo una reunión aparte con el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, donde le solicitó que pudiera ejercer su relevante rol de "buenos oficios" que le encomendara la Resolución 37/9 de 1982 de la ONU para aproximar a ambas partes a un diálogo donde se encare la resolución de la disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas.

"Hubo muy buena predisposición y un compromiso concreto de Guterres de llamar a Gran Bretaña a dialogar de una vez con la Argentina", remarcó ante Infobae uno de los legisladores que participaron de la reunión. Además de Pinedo y Liermann estaban Julio Cobos y el diputado kirchnerista Daniel Filmus. También formó parte de la comitiva que se reunió con Guterres el Representante Permanente Argentino ante la ONU, Martín García Moritán.

Al parecer, la única objeción que esbozó Guterres ante el pedido argentino fue la "oportunidad" del reclamo en función de que actualmente Gran Bretaña se encuentra en una crisis política tras la salida de la primera ministra Theresa May y no hay una conducción clara. Faurie remarcó que justamente esa podía ser una "buena oportunidad" para abrir un camino de diálogo ya que los postulantes a ocupar el lugar de May como Boris Johnson se han mostrado dispuestos a dialogar con la Argentina por la causa de Malvinas.

El Secretario General de la ONU avaló el reclamo de la Argentina de instar de una vez a Gran Bretaña a dialogar por la soberanía de Malvinas tal como lo ordenó el Comité de Descolonización, aunque no se fijó una fecha o un formato concreto para avanzar con este pedido formal que hizo el canciller Faurie.

"La Argentina no tiene dudas de su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, por ello nuestro reclamo para reanudar negociaciones es irrenunciable", dijo Faurie en el Comité de Descolonización, donde también enfatizó: "Creemos firmemente en el valor de sentarse alrededor de una mesa para analizar y debatir, constructivamente, todas las diferencias".

El canciller Faurie durante su exposición en la ONU (Télam)
El canciller Faurie durante su exposición en la ONU (Télam)

También Faurie expuso como antecedente en favor del país la decisión de la Corte Internacional de Justicia, máxima autoridad judicial de la ONU, que instó al Reino Unido a poner fin a la colonización del archipiélago de Chagos, un histórico reclamo de las Islas Mauricio.

Ese fallo es un golpe al colonialismo en general y refuerza la posición jurídica de la Argentina en el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas. Para el Gobierno este sería un "antecedente valioso" en el reclamo por las Malvinas que se dio en mayo pasado y que ahora será incluido en el reclamo ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas.

Fuente: https://www.infobae.com

MALVINAS: EL HÉROE ARGENTINO JUSTO FALCÓN Y LA TUMBA QUE SU FAMILIA NUNCA PUDO ENCONTRAR


 

Por Alicia Panero

Una historia de abandono, desinformación y exclusión

Justo Silveiro Falcón, soldado infante de Marina, clase 1962, murió en la mañana del 12 de junio de 1982. Cargador de la pieza Base, Batería Bravo, del Batallón de Artillería de la Compañía 1. Se encontraba recargando, cuando un misil enemigo impactó a escasos metros de donde se desempeñaba.















La Compañía 1 estaba apostada como apoyo, protegiendo posiciones de Pony Pass y Tumbledow, en cercanías de Felton Stream. Había nacido en Pampa del Indio, a unos 250 kilómetros de Resistencia, Chaco. Hijo de Ángela, tuvo trece hermanos más de sangre y dos de crianza. Sus camaradas lo describen como “un referente entre sus compañeros por compromiso, sacrificio, valentía y franqueza”.

El cuerpo del soldado fue llevado, como tantos otros, cuando terminó la guerra, al cementerio civil de Puerto Argentino, donde estuvo hasta a construcción de Darwin.

Luego de su muerte en combate, para su familia todo fueron dudas, incertidumbre, falta de información oficial. Sus familiares señalan “todos los años, para el 2 de abril vienen de la escuela a buscar información, y no sabemos qué pasó, no podemos reconstruir la historia”. A pesar de que Justo es un héroe evocado y homenajeado por su ciudad, hoy, recién 37 años después, los Falcón comienzan a reconstruir el silencio de pos guerra. Y no de la mano del estado.

La documentación prueba que fue identificado y enterrado en el cementerio militar argentino de Darwin en la tumba A 1 18, según indica el informe británico, reconocido por su número de identificación militar y procedente del cementerio civil de Puerto Argentino.

A principios de 2018 y en pleno proceso de identificación del Plan Proyecto Humanitario, su familia comenzó a preguntar. Ángela, la mamá de Justo, había viajado antes de la puesta en valor del cementerio y no encontró su tumba, los nombres en las cruces eran pequeños, las inscripciones en inglés y es probable que solo estuviera entonces su número de identificación militar en la cruz. Ángela murió en 2001 esperando a su hijo que ella creía vivo, o prisionero. Un Estado siempre ausente, una Comisión de Familiares que no contiene a todos los familiares de caídos, dejó a esta madre con la incertidumbre hasta su muerte. Nunca quiso homenajes ni placas ni nombres de su hijo en el pueblo, porque ella lo esperaba.

En 2010 viaja a Darwin su hermana, Antonia, y otra vez no pudieron encontrar su tumba, se tuvo que conformar con prender una vela en el cenotafio donde están los nombres de todos los caídos. Alguien intentó ayudarla a encontrar la tumba, pero no fue posible. ¿Cómo no dudar entonces?

Hace unos años apareció un hombre en Pampa del Indio, diciendo que Justo estaba vivo en otra ciudad del Chaco, sus hermanos casi enloquecen, estuvieron a punto de vender lo poco que tenían para ir a buscarlo.

Un posteo de Facebook, escrito por un veterano y compañero de él, les trajo la noticia de que Justo Silveiro descansaba en paz en Darwin. Habían pasado 36 años de la guerra. Quien escribe esta nota, les envió una foto de la tumba y le entregó a la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a cargo de Claudio Bernardo Avruj, toda la documentación que prueba la identificación en 1982 del soldado Falcón, ellos no la tenían, con el especial pedido de que se pongan en contacto con la familia, les expliquen lo qué pasó, cómo fue, los contengan, los tranquilicen y los consuelen, si es que después de 36 años eso era posible. Nunca los llamaron.

Por estos días, han vuelto a pedir la foto de la tumba, nunca la vieron, se la hemos enviado junto a toda la documentación que acredita la identificación. Cosa que debió hacer, hace más de un año ya, el estado. Una vez más, son los particulares que suplen a esa secretaría indolente, con funcionarios más interesados en anunciar el próximo identificado que en reparar el daño anterior, porque el derecho a la verdad, aunque esa verdad exista, si no es informada a los deudos como corresponde, es como si no existiera.


Tuvieron la posibilidad de reparar y no lo hicieron, de contener, de dar certezas y no lo hicieron. Debe ser que le corresponde a alguien que desconocemos, porque si no es la Secretaría de Derechos Humanos, o la Comisión de Familiares de Caídos, a quien también se le informó de esta situación, ¿quién es? Que nos lo informen.

Justo Falcón aparece en el listado donde se piden las cruces viejas del cementerio construido por los británicos, su nombre esta, además, en el libro de actas de la comisión de Familiares de Caídos en el folio número 121. Estos folios corresponden al cambio de cruces de la puesta en valor del cementerio en 2004, entre los soldados identificados, está el nombre de Justo Falcón.  Es inexplicable que no pudieran encontrar su tumba en 2010. Es inexplicable que no les informaran formalmente cómo fue el proceso de su identificación en 2017 o 2018.

En todos los procesos que tienen que ver con Malvinas, hay excluidos, marginados, casi siempre son gente del interior profundo del país, en quienes nadie piensa, a quienes nadie atiende a pesar de las alertas dadas por los que tenemos herramientas para hacerlo y debemos ser un mero nexo entre familias, comisión y secretaría. No quienes tenemos que dar explicaciones.

Es imperioso, urgente, salvar estas omisiones, imperdonables, con los Falcón y también averiguar si quedan otros esperando la verdad.

Los hermanos del soldado deben poder viajar de nuevo al cementerio y alguien los tiene que acompañar hasta la tumba A 1 18, donde nunca fue visitado por su familia, donde el soldado estuvo solo estos 37 años.

El daño es irreparable y fue generado por la improvisación, la falta de interés, la carencia de empatía, con una familia llena de dudas y deudos dolientes. Lo que sufrió la mama de Justo ya no se puede remediar. La información que necesitaba su familia ha sido provista por alguien que no es el estado, lo que sí puede hacer ese estado y la comisión de Familiares de Caídos es que los hermanos se encuentren de una vez por todas con la tumba de Justo Silveiro Falcón, en honor a la memoria de él y de su madre.

El Plan Proyecto Humanitario, para la identificación de los soldados argentinos, ha sido un éxito gracias al trabajo británico. Los argentinos solo tienen una comisión deficiente, una Secretaría de Derechos Humanos que discrimina y fuerzas armadas que en otras épocas se apropiaron de tumbas.

El mensaje marketinero de la Secretaría no alcanza. Hay que trabajar en profundidad con equipos interdisciplinarios, centralizar la información. La Comisión de Familiares de Caídos debe trabajar para todos, no discriminar, debe poder dar respuestas, porque si no, solo es una agencia de viajes, muchas veces donde quedan excluidos.

Los pocos y únicos muertos que tenemos en el cementerio de guerra administrado por el país vencedor, deben ser honrados con la verdad completa, y sus familias no pueden tener más dudas.

Fuente: https://realpolitik.com.ar

PADRES QUE DAN TODO POR SUS HIJOS


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El Vicecomodoro (PM) Juan José Ramón Falconier, entrerriano, nacido en Crespo, cayó en combate el 8 de junio de 1982 en el glorioso Lear Jet T-24, "Nardo I", junto a sus compañeros de misión, Vicecomodoro Rodolfo de la Colina, Capitán Marcelo Pedro Lotufo, Suboficial Ayudante Francisco Tomás Luna y Suboficial Ayudante Guido Antonino Marizza, entrerriano, nacido en San Benito.

Falconier era padre de cinco hijos, María Alejandra de 7 años; Juan José de 6; Eduardo César de 2; María de los Ángeles de 1 y María Belén que nació después de la muerte de su padre.

Dejó una conmovedora carta a sus hijos María Alejandra, "Mononi", y Juan José, "Ñequi":

“A Ñequi y Mononi:

Su padre no los abandona, “simplemente” dio su vida por los demás, por ustedes y vuestros hijos…y los que hereden mi PATRIA.

Les va a faltar mi compañía y mis consejos, pero les dejo la mejor compañía y el más sabio consejero, a Dios; aférrense a él, sientan que lo aman hasta que les estalle el pecho de alegría, y amen limpiamente; que es la única forma de vivir la “buena vida”, y cada vez que luchen, para no dejarse tentar, para no alejarse de “Él”, para no aflojar, yo estaré junto a ustedes, codo con codo, aferrando el amor.

Sean una “familia” respetando y amando a Mamá, aunque le vean errores, sean siempre sólo “uno”, siempre unidos.

Les dejó un apellido “FALCONIER”, para que lo lleven con orgullo y lo dignifiquen, no con dinero ni bienes materiales, sino con cultura, con amor, con la belleza de las almas limpias, siendo cada vez más hombres y menos animal, y por sobre todo enfrentando la vida con la VERDAD, asumiendo responsabilidades, aunque les “cueste” sufrir sinsabores o la vida misma.

Les dejo:
- Muy poco en el orden material
- Un apellido “FALCONIER”
- A Dios (ante quien todo lo demás no importa)

PAPÁ

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Para que mis hijos lo lean desde jóvenes y hasta que sean viejos, porque a medida que pasen los años, adquieran experiencia, o tengan hijos, le irán encontrando nuevo y más significado a estas palabras que escribí con amor de padre".

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Dijo Pablo Marcos Rafael Carballo, el legendario "Capitán Cruz"...

"-Hay padres que viven toda una vida al lado de los hijos y no les dejan nada. Son egoístas, avaros, piensan solo en sí mismos, los abandonan, los tratan mal. Pero hay padres que con un solo gesto muestran el camino.
Conozco hijos de muchos caídos y ellos lo único que sienten es orgullo. Son hijos de Héroes de la Patria.

En una parte del libro que preparo digo que es preferible que haya hombres capaces de morir por la Argentina que la Argentina se muera porque le faltan hombres.

Eso los hijos lo saben. Además, uno debe ser feliz con lo que Dios le dio, no tiene que pensar si yo tuviera o pudiera tener.

Ellos tienen el dolor y el orgullo de ser hijos de un Palaver, de un Falconier, de un Bernhardt, de un Bean, de un Bolzán, y con eso deben ser felices, y con eso tienen que dejar su huella en la tierra y con eso tienen que morir y con eso tienen que salvarse.

Fuente: https://www.facebook.com

25 de junio de 2019

MALVINAS: LA ARGENTINA REITERÓ SU RECLAMO DE SOBERANÍA EN LA ONU Y SUMÓ UN CASO INÉDITO DE PUJA INTERNACIONAL POR UNAS ISLAS


 

El canciller Jorge Faurie expuso en el Comité de Descolonización de la ONU junto a legisladores de la oposición y rescató el caso de Chagos por un fallo de la Corte Internacional

Por Martín Dinatale

La Argentina ratificó su reclamo de soberanía en las Islas Malvinas ante la ONU, instó a Gran Bretaña a retomar el diálogo para dar con esas negociaciones y planteó que el antecedente reciente de la Corte Internacional sobre el caso de la isla de Chagos sería "muy valioso" para terminar con la ocupación británica en los archipiélagos del Atlántico Sur.

Durante una exposición en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas realizado en Nueva York, el canciller Jorge Faurie reiteró el reclamo "irrenunciable" de la Argentina a la soberanía de las islas Malvinas a la vez que exigió a Gran Bretaña que se siente a dialogar sobre el espinoso tema.

Antes que fuera aprobada la resolución presentada por Chile y copatrocipada por Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua, el Canciller argentino aseguró que "es irrenunciable el objetivo de la recuperación plena de nuestra soberanía de conformidad con el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes", al tiempo que destacó que "nuestro país mantiene una actitud constructiva respecto de los habitantes de Malvinas, teniendo en cuenta sus intereses, de conformidad con nuestra Constitución Nacional y la Resolución 2065".

Faurie puntualizó que la permanencia del reclamo de soberanía "no significa que no podamos, mientras perseguimos ese objetivo, cooperar en áreas de interés mutuo para los dos países" y que el Presidente Macri ha impulsado desde su llegada al gobierno "una renovada relación" con "enfoque constructivo".

En ese sentido, destacó que recientemente se impulsaron iniciativas en materia de cooperación científica, cultural y se coordinaron posiciones en el ámbito multilateral en materia de derechos humanos, lucha contra el terrorismo, medio ambiente, y que, de igual modo, se reanudó el trabajo científico en materia de pesca, alentados por la vocación de preservar los recursos naturales en el Atlántico Sur.

El Canciller resaltó el entendimiento alcanzado para establecer un vuelo semanal adicional al ya existente, que partirá de la ciudad de San Pablo, Brasil, y hará dos escalas mensuales en la ciudad de Córdoba. "Confiamos en que este sea el punto de partida para futuras conexiones y un mayor acercamiento entre los habitantes de las Islas y la Argentina continental" expresó.

También Faurie expuso como antecedente en favor del país la decisión de la Corte Internacional de Justicia, máxima autoridad judicial de la ONU, que instó al Reino Unido a poner fin a la colonización del archipiélago de Chagos, un histórico reclamo de las islas Mauricio.

Ese fallo es un golpe al colonialismo en general y refuerza la posición jurídica de la Argentina en el reclamo por la soberanía de las islas Malvinas. Para el Gobierno este sería un "antecedente valioso" en el reclamo por Malvinas que se dio en mayo pasado y que ahora será incluido en el reclamo ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas.

El canciller Jorge Faurie (Maximiliano Luna)
El canciller Jorge Faurie (Maximiliano Luna)

En la opinión consultiva de la Corte Internacional que se dio a conocer, el tribunal le exige al Reino Unido poner fin a la colonización del archipiélago de Chagos de manera inmediata y sin condiciones. Además, deslegitima el argumento de la autodeterminación de los pueblos.

Faurie planteó que descolonizacion y libre determinacion de los pueblos "no son sinónimos" en una respuesta al esquema de defensa que hicieron los isleños británicos ante la ocupación de Malvinas y remarcó que "las conclusiones Chagos son plenamente relevantes para la causa Malvinas".

Durante su exposición en el Comité de Descolonización el canciller argentino destacó que la administración de Mauricio Macri tiene una "excelente" relación con el Reino Unido en materia de cooperación internacional en muchas áreas, aunque pidió a Londres la necesidad de cumplir con los mandamientos de la ONU respecto a dialogar sobre el reclamo de la Argentina sobre las islas.

Faurie estuvo acompañado por el diputado del Frente para la Victoria Daniel Filmus y el secretario por el tema Malvinas del gobierno de Tierra del Fuego, el peronista Jorge Argüello. También viajaron los senadores macristas Julio Cobos y Federico Pinedo y la diputada Cornelia Scmidt Lierman.

Theresa May y Mauricio Macri (Presidencia)
Theresa May y Mauricio Macri (Presidencia)

"Más allá de las diferencias que podemos tener entre nosotros y la postura que plantea el Gobierno de acercamiento a los isleños que no comparto, creo que es importante que el Gobierno lleve referentes opositores que tengan una voz unánime de reclamo por la soberanía de las islas Malvinas", explicó Argüello a Infobae.

De esta manera, el representante de la provincia de Tierra del Fuego y titular de la ONG Embajada Abierta coincidió con el reclamo del canciller Faurie y fue una de las primeras veces que el Gobierno lleva referentes opositores al Comité de Descolonización de la ONU.

También el canciller Faurie destacó el trabajo en conjunto que hicieron con Gran Bretaña por la identificación con la Cruz Roja Internacional de los soldados argentinos que estaban en tumbas sin nombre en el cementerio. Según explicaron a este medio fuentes de la Cancillería, el gobierno argentino volverá a reclamar a Gran Bretaña que se siente a dialogar por el caso Malvinas.

Por otra parte, la diputada Lierman confirmo que en julio próximo la comisión de relaciones exteriores que preside citó al embajador argentino en Londres, Carlos Cersale, para que explique en el Congreso los detalles de toda la política exterior que desarrolla el gobierno de Macri en Gran Bretaña.

Fuente: https://www.infobae.com

LA ÚLTIMA ENTREVISTA DE MENÉNDEZ A PERFIL: "EL MAYOR ERROR FUE ACEPTAR LA GUERRA"



El exgobernador de las Islas contó las intimidades de la cúpula militar durante el conflicto bélico por las Malvinas. 

El fallecido represor, Mario Benjamín Menéndez, fue uno de los cabecillas dentro del andamiaje de la dictadura militar y desempeñó un rol protagónico en la Guerra de Malvinas como gobernador de las islas entre el 7 de abril de 1982 y el día de la rendición, el 14 de junio.

Retirado de la política desde la caída de la dictadura, el exrepresor mantuvo un perfil bajo, que quebró en contadas oportunidades. Una de ellas fue la entrevista que brindó a PERFIL en 2012, donde reconoció que el país no estaba en condiciones de sostener un conflicto bélico como el de 1982.

—¿Qué declaró a la comisión? —Me preguntaron sobre los problemas en la defensa de las islas y les contesté: sé bien lo que es una defensa móvil, pero para tenerla hay que contar con movilidad y cobertura aérea. En las Malvinas, no había porque el terreno no daba para mover vehículos, y a pie se morían. La logística no la podía trasladar y, encima, los ingleses tenían aviones todo el tiempo en la zona. La cantidad de helicópteros que teníamos daba para mover una compañía, no más. Entonces, no se puede oponer a una fuerza de tres, cuatro o cinco regimientos.

En todo caso, se pudo haber intentado algo parecido a una guerra de guerrillas. Se trató de hacer tres operaciones de relativa importancia con comandos, pero fracasaron. Propuse adoptar un dispositivo inicial diferente, pero me dijeron que no porque había razones superiores que aconsejaban que había que poner las tropas de determinada manera.

—¿Por qué el Ejército ocultó todo lo que pasó en Malvinas? —Había un grupo de generales que estaba sacando partido de eso y otros, que estaban en el Estado Mayor, que si reconocían eso por ahí les iban a decir que se fueran. Eso les servía a los que habían quedado acá para decir: nosotros no tenemos responsabilidades, los inútiles fueron los otros. El Informe Oficial del Ejército pone en letra grande todo lo que se mandó al sur para apoyar el combate en Malvinas y, después, en letra muy chiquita abajo, al estilo de la de los contratos, como para que no se lea, dice: “De esto, por distintas razones, solamente el 10% o el 20% llegó a las islas”.

—¿Le prohibieron hablar cuando regresó? —Sí, y me sancionaron varias veces cuando lo hice al poco tiempo de terminada la guerra. Para ese momento, estaba preparando junto con Carlos Turolo un libro con mis declaraciones, que lo iba a lanzar en función de cómo evolucionara la situación. Cuando La Voz del Interior publicó un informe preliminar del General Rattenbach sobre Malvinas, se me terminó de subir la espumita. Entonces, le dije que lo editara. Me pusieron sesenta días de arresto en el penal de Magdalena por hacer declaraciones a un periodista que habían servido para la publicación de un libro sin la autorización del Ejército. 

—¿Para no asumir la culpa de los errores? —No sé si la culpa o la responsabilidad. Incluso, el General Rattenbach firmó en desacuerdo y en disidencia el informe realizado de la famosa Comisión de Análisis y Evaluación, llamada Comisión Rattenbach. Por eso es un contrasentido que se llame así. Sin embargo, él en su momento tampoco se animó a decirlo, por el clima político que se vivía. Pero públicamente él asumió que era parte del informe. Años después, escribió un documento donde lo criticó, no totalmente, pero en muchos aspectos.

—En el informe no lo dejaban muy bien parado. —A mí, además del Informe Rattenbach me enjuiciaron dos veces y fui absuelto de todos los cargos. Cuando he hecho tribunales de honor, los he ganado todos. Soy un ciudadano que puede salir a la calle como usted, debo hacerlo porque tengo una responsabilidad que es la de dar un testimonio. 

—Martín Balza también ha criticado su actuación. —Es un mentiroso y lo pensé mucho antes de hacerle un tribunal de honor. No le gustan porque se ha tenido que chupar varios. Sabe que no tiene razón, pero es muy hábil y ha inventado la historia de que no participó de la guerra contra el terrorismo y que él fue el tipo que más hizo en Malvinas y que los otros fueron unos nabos, o unos pusilánimes. Políticamente él es aceptable porque nunca va a decir que no es cierto lo de los 30 mil desaparecidos. No digo que no los haya, pero creo es una cifra inventada. Él no integraba el Estado Mayor, era un jefe de grupo de artillería al que se le dio la misión de integrar los fuegos de la artillería terrestre.

—¿Cuál fue el mayor error que se cometió en Malvinas? —Aceptar la guerra, porque no la propusimos nosotros. Para ese entonces, teníamos una plaza llena que condicionó al gobierno. ¿Alguien tendría que haberlo previsto? No lo sé. Entonces la alternativa fue: vamos a reforzar las Malvinas para defenderlas, de manera que los ingleses pierdan tiempo, que les cueste y que eso los pueda llevar a hacer lo que nosotros queríamos: la negociación. Eso está plasmado en lo que nos dijo el General Galtieri el 22 de abril: “Las fuerzas de tareas inglesas cada vez están más al sur. En la medida en que sigan, no van a poder volver sin hacer algo. Ahora, si ese algo es atacar Malvinas y ustedes aguantan yo creo que después nos vamos a sentar a la mesa”. Le pregunté: ¿Aguantamos o no? Desde el 1 de mayo, aguantamos 44 días, más los anteriores. 

—¿Por eso existió tanta improvisación? —El primer plan, que hizo el Teniente coronel Mohamed Alí Seineldín, incluía a quinientos hombres del Ejército, más un par de aviones, un par de barquitos, que después no estuvieron como para controlar las costas o la pesca y recorrer el territorio insular. El segundo lo armó el General Américo Daher cuando dijeron: vamos a mandar tropas para defender las Malvinas, pero para eso no había logística en las islas. El tercero comenzó cuando se envió a la Brigada X, tan de apuro que ni yo estaba enterado de que iba a venir. Luego, Galtieri resolvió mandar a la Brigada III, después de discutir conmigo y con el General Oscar Jofre, porque le parecía que las fuerzas eran escasas y que había que poner más. Lo hizo sin reconocer lo que se le había dicho claramente y en voz alta: Si no hay movilidad y logística, más tropas no sirven, es más problema. Las mandó igual y desembarcaron con lo puesto para ocupar la isla Gran Malvina, porque “los ingleses no tenían que encontrar ni un centímetro libre”. 

—¿Por qué no renunció si no estaba de acuerdo? —Debería haberme enojado y vuelto al continente porque no se hacía caso al asesoramiento del hombre que estaba en el terreno. Resolví aceptar una solución a medias, que no son las mejores. En la Comisión Rattenbach lo definí en dos palabras: imprevisión e improvisación. 

Fuente: https://www.perfil.com

24 de junio de 2019

MI ENCUENTRO CON EL GENERAL BRITÁNICO QUE ENFRENTÉ EN MALVINAS


Catorce años después de la finalización del conflicto en las islas, mi reunión en Londres con Sir Jeremy Moore me recordó que tu adversario en la guerra puede ser luego un camarada por el cual sentir respeto

Por Martín Balza (*)

Jeremy Moore y Martín Balza en Londres en 1996
Jeremy Moore y Martín Balza en Londres en 1996

Al término de una visita oficial, el 2 de noviembre de 1996 tuve la oportunidad y la satisfacción de recibir en el hotel Berkeley de Londres al General victorioso del conflicto del Atlántico sur, sir Jeremy Moore. Antes de ese encuentro, habíamos mantenido un intercambio epistolar.

El día citado, en horas de la mañana, lo esperé en la puerta del hotel y me acerqué mientras el General descendía de un típico taxi londinense. Hasta ese momento tenía la imagen fotográfica y televisiva de un General despeinado, con huellas de la fatiga del combate, con su uniforme mimetizado y embarrado, en contraste con el atildado General Mario Benjamín Menéndez, que el 14 de junio de 1982, firmando la rendición, lucía impecable, aparentemente descansado, usando algunas prendas civiles en su uniforme y su bastón, símbolo de un mando que nunca ejerció. La escena era elocuente.

En esta oportunidad, Moore vestía un traje negro a rayas blancas, camisa a rayas blancas y azules, portaba el clásico paraguas y lucía en el ojal de su saco la Poppy, el pin de una especial amapola, emblema de la Legión Británica, que constituye la mayor organización de caridad del Reino Unido para veteranos y apoya a ex militares y veteranos de todas las guerras. Era la primera vez que lo veía en persona. En Malvinas, con el grado de General, él fue el comandante de las fuerzas terrestres británicas y había sido convocado desde su retiro. En ese entonces yo era un ignoto Teniente Coronel jefe del Grupo de Artillería 3.

Catorce años después de la guerra, en Londres, me impactó por su modestia, su franqueza y su serenidad. Bebimos té y charlamos distendidamente durante casi una hora, recordando acciones vividas en las islas. Sus conceptos eran los de un camarada con el que la política y la guerra nos llevaron a enfrentarnos. Nuestra conversación giró en torno a decisiones tomadas por ambos adversarios, errores cometidos, valor de los soldados, la humanidad que se ve afectada en la guerra y algunas anécdotas graciosas. Trataré de sintetizar lo expresado y conservar el tono de prudencia con que fueron considerados.

Como excelente profesional, es un estudioso de la historia militar, conoce y aborrece la guerra. Coincidimos en ello. Le sorprendió que hubiéramos combatido hasta el final en una situación desfavorable, convencidos de la legitimidad de hacerlo por un sentimiento. Le recordé que, con referencia al comportamiento de nuestros soldados, dos autores británicos, M. Hasting y S. Jenkins, expresaron: "Los cuentos sobre un ejército fascista (sic) argentino cometiendo monstruosidades no tenían fundamento".

Reconoció que ambos bandos cometieron errores. Los británicos pudieron cerrar el cerco terrestre sobre Puerto Argentino sin atacar Darwin-Pradera del Ganso, y sin realizar el desembarco en Bahía Agradable, donde tuvieron importantes pérdidas. Los errores nuestros, para él, que compartí, fueron no haber disputado y cedido el control del mar; optar por atacar durante el desembarco a naves escoltas y fragatas en lugar de los transportes y las naves anfibias; creer que no vendrían o que tendrían limitaciones en sus abastecimientos; ir al combate con un importante número de soldados con mínimo adiestramiento a enfrentar a un ejército profesional. No hizo hincapié en la edad, pues ellos tenían soldados más jóvenes que los nuestros. Reconoció que en el ataque final enfrentó a una excelente unidad de infantería (BIM 5) y a una dura artillería.

Risueñamente contó que en uno de sus desplazamientos su Sección de Seguridad se dispersaba en una zona mayor a la normal y, cuando interrogó al jefe de esta sobre ese extraño comportamiento, recibió como respuesta: "Sorry, sir, but you must be a jinx", “Disculpe, señor, pero usted debe ser un yetatore”, aduciendo que su presencia en el frente de combate atraía los proyectiles de la artillería argentina. Le respondí que me alegraba que no se hubiera concretado, y ahora poder conversar con él en Londres.

No obvió relatarme, también risueñamente, que antes del desembarco su oficial de inteligencia le había proporcionado un informe detallado de la personalidad del comandante enemigo en las islas: "un tal Menéndez", pero después del desembarco el mismo oficial le dijo: "Señor, le di un informe equivocado que responde a otro Menéndez, que está retirado y pesan sobre él acusaciones de delitos contra los derechos humanos", se refería a Luciano B. Menéndez, primo de Mario B. Menéndez, el de Malvinas.

Jeremy Moore (izquierda) aceptando la rendición del jefe militar argentino en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez
Jeremy Moore (izquierda) aceptando la rendición del jefe militar argentino en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez

Confirmó que los nepaleses, los famosos gurkhas, nunca entraron en combate, que el objetivo de ellos era el Monte William, pero cuando llegaron los efectivos del BIM 5 que lo ocupaban, ellos ya se habían replegado; sin embargo, sufrieron bajas por el fuego de nuestra artillería.

Elogió, con sinceridad, la capacidad de los oficiales y los suboficiales del Ejército, lo que aprecié como un gesto hacia mí, pero también resaltó el valor y la profesionalidad de la aviación, de los infantes de marina y de los soldados que, en algunos casos, llegaron a combatir cuerpo a cuerpo.

Por mi parte, expresé que pudimos apreciar la calidad humana y el alto nivel profesional de los soldados británicos. En ningún momento abordamos, ni siquiera tangencialmente, temas relacionados con la política ni con la soberanía. Enfatizó que, si lo hacíamos, seguramente no nos pondríamos de acuerdo. Pero sí coincidimos en que el diferendo debe solucionarse por medios diplomáticos. Destacamos como materialización de la superación del conflicto el intercambio de oficiales y suboficiales entre nuestras fuerzas, las reuniones bilaterales de Estado Mayor y, fundamentalmente, el hecho de que desde 1993 estábamos participando juntos en una misión de mantenimiento de la paz en Chipre, en el marco de las Naciones Unidas.

Finalmente, le agradecí su esquela, manuscrita y en inglés, que me había enviado el 11 de junio de 1992 por la muerte de dos suboficiales en una Misión de Mantenimiento de Paz en Croacia. Entre otros términos, expresaba: "Estimado general Balza (…) deseo expresarle a usted y a su Ejército mis condolencias por las pérdidas sufridas por ustedes durante las operaciones de apoyo a las Naciones Unidas en Yugoeslavia (…) Es uno de los penosos riesgos de ser soldado, a menudo me ha parecido que estas tragedias tan frecuentemente parecen cernirse sobre nuestros esfuerzos (…) Junto con mis condolencias, deseo ofrecerle una vez más mis mejores deseos. Lo saludo atentamente. Jeremy Moore". No recibí una muestra similar de mis compatriotas.

Nuestra charla finalizó con un cordial apretón de manos. Previamente, yo le había obsequiado como recuerdo de nuestro encuentro un puñal de los que usan las tropas de montaña. El General subió a un taxi y se alejó por las calles londinenses.

Durante la guerra ningún alto mando de las Fuerzas Armadas argentinas pisó las islas. A su término, el incompetente Nicolaides, que convalidó disparatadas decisiones de Galtieri, ascendió al máximo grado, asumió el mando del Ejército y hasta nombró un presidente de la república, Reynaldo B. Bignone. Ambos fueron los responsables del ignoto y humillante recibimiento de los combatientes de Malvinas. Por su desempeño en el conflicto, Galtieri fue condenado por la Justicia Federal a "12 años de reclusión, más la accesoria de destitución y baja"; también fue imputado en diez causas por delito de lesa humanidad. Posteriormente fue indultado por el Poder Ejecutivo Nacional. Falleció el 12 de enero de 2003, a los 77 años; se le rindieron los máximos honores militares con la mención de "un soldado ejemplar".

Mi recuerdo del General Jeremy Moore es el de un digno, valiente y excelente profesional. A fines del conflicto de Malvinas, se reintegró a un austero y merecido retiro. Falleció el 15 de septiembre de 2007, a los 79 años. Acorde con el protocolo del ejército británico, no se le rindieron honores militares.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fundado en Ginebra en 1863, ha reconocido la observancia de los usos y las leyes de la guerra en el conflicto de 1982 por parte de ambos adversarios.

(*) El autor es ex jefe del Ejército argentino, veterano de la guerra de Malvinas y ex embajador en Colombia y Costa Rica.

Fuente: https://www.infobae.com

UN "TUPPERWARE" Y MISTERIOSOS EMISARIOS: NUEVOS DETALLES DE LAS CENIZAS DEL GENERAL MENÉNDEZ ESPARCIDAS EN SECRETO EN MALVINAS

Como adelantó Infobae días atrás, los restos de quien fuera el último gobernador en las Islas durante la guerra fueron llevados al archipiélago tras su muerte; ahora una publicación inglesa dio a conocer otros datos sobre el hecho que provocó furia en los isleños y malestar en Londres

El General Mario Benjamín Menéndez (Télam)
El General Mario Benjamín Menéndez (Télam)

Una publicación inglesa afirmó hoy que las cenizas del General Mario Benjamín Menéndez, quien fuera gobernador de las Islas Malvinas durante la guerra de 1982, fueron esparcidas en el archipiélago en forma secreta.

El diario local Daily Mail se hizo eco de una nota publicada por Infobae días atrás, en la que el periodista Adrián Pignatelli relató cómo fue el "Operativo Buzón" para frenar el avance inglés que Galtieri rechazó, junto a la trama secreta de la rendición y el dato exclusivo sobre el traslado de los restos de Menéndez tras su muerte en 2015 junto a los de su hijo, que se llamaba igual y que combatió en Malvinas como Subteniente del Regimiento 5.

"En viajes que veteranos de guerra hicieron a Malvinas, en forma reservada llevaron las cenizas de ambos a las islas. De esta manera el entonces gobernador, a quien los ingleses no le permitieron acompañar a sus tropas hasta que abandonasen las islas, está de regreso con ellos, ocupando el lugar que deseó en aquel trágico y lejano 1982", publicó este medio el 14 de junio pasado.

El ex militar murió el 18 de septiembre de 2015 a los 85 años
El ex militar murió el 18 de septiembre de 2015 a los 85 años

Ayer, el diario inglés dio a conocer nuevos detalles de cómo fue la trama para llevar los restos del militar, y cómo la noticia habría provocado la furia de los kelpers.

De acuerdo a lo publicado por el Daily Mail, las cenizas de Menéndez fueron trasladas en un "tupperware" por una mujer, de la cual no revelan la identidad para evitar "represalias". Lo mismo sucedió con los restos de su hijo Benjamín, que también peleó en las Islas y falleció en 2017 a los 59 años, y habrían sido llevadas por un hombre.

"Mi padre siempre habló de los 649 argentinos que perdieron la vida en las islas. Por eso decidí que era correcto esparcir algunas de sus cenizas allí, de vuelta con sus tropas. Le pedí a un par de amigos que llevaran sus cenizas a las islas, un hombre y una mujer", afirmó la María José, la hija de Menéndez según cita el diario inglés.

Así, tras el traslado, los restos del ex militar habrían sido esparcidos en distintos puntos del archipiélago: en la Casa de gobierno de Malvinas, en el cementerio de Darwin, donde descansan los soldados argentinos, y en el Monte Longdon, donde tuvo lugar una de las más feroces y cruentas batallas, en los días finales del conflicto. Este último lugar, en el que murieron 42 soldados argentinos y 23 británicos, generó la furia de los isleños, que según destacan, "odiaban" al ex gobernador.

eremy Moore aceptando la rendición del jefe militar argentino en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez
Jeremy Moore aceptando la rendición del jefe militar argentino en Malvinas, Mario Benjamín Menéndez

Según el diario, la misteriosa emisaria apuntó que Menéndez "siempre se sintió muy dolido por lo que sucedió en las islas y dijo que le gustaría que le llevaran algunas de sus cenizas allí". Y fue a partir de este "deseo" que ella llevó a cabo la "misión". "Fue un acto humanitario. Quería que lo echaran a descansar con sus tropas", añadió.

También el medio inglés informa que se contactaron con ex combatientes que "repudiaron" el hecho y manifestaron su temor a que los isleños tomen represalias. En tanto, recogen testimonios de dos isleños que no escondieron su malestar.

"Es angustiante. Si hubieran dicho que querían hacerlo, podrían haber obtenido un permiso, pero el hecho de que se haya colado de esta manera es muy decepcionante", dijo Mike Rendell, ex marine y residente del archipiélago.

En la misma forma se expresó Patrick Watts, que mantuvo en funcionamiento la estación de radio local durante la ocupación. "Sienten que han logrado algo al dispersar los restos de un soldado de fuerzas derrotadas. Si hubieran pedido permiso para esparcir las cenizas en el cementerio argentino, no creo que hubiera habido ningún problema", sostuvo Watts, y añadió: "Tratamos a los cuerpos argentinos con respeto. No es bueno que sientan que tienen que hacer esto en lugar de pedir permiso".

Finalmente, una portavoz de la Casa de Gobierno aseguró a la publicación británica que si bien escucharon "rumores" sobre el hecho "no hay evidencia de que sea cierto".

Fuente: https://www.infobae.com

MALVINAS: LA DRAMÁTICA HISTORIA DEL REGIMIENTO QUE RESISTIÓ UN BRUTAL AISLAMIENTO Y LA PELIGROSA MISIÓN PARA ENVIARLES AYUDA


Estaban en Puerto Howard, en la isla Gran Malvina. Abastecerlos era una tarea casi imposible. Los hombres del Regimiento de Infantería 5 escribieron una durísima página de la historia de la guerra. Infobae Docs reunió a tres protagonistas que revelan su feroz y desigual lucha contra un enemigo implacable, el aislamiento

Por Adrián Pignatelli

Ubicado en la isla Gran Malvina, Howard era en 1982 un puerto pequeño, sobre el estrecho de San Carlos. Una caleta lo protegía y a la vez permitía que los buques pudieran atracar. Poseía una pequeña población, dedicada a la cría de ovejas y al esquilado, cuyo producto final se enviaba a Gran Bretaña. Los isleños que allí residían tenían escasas posibilidades de desarrollo, en una economía donde a los casados se les asignaban un número determinado de ovejas y un funcionario hacía las veces de intendente local y de gerente de la compañía dedicada a la comercialización de la lana.

Era un lugar muy alejado, en el que sus habitantes solo se mantenían informados a través de repetidoras de radios británicas. La televisión no existía, así como escuela primaria o secundaria.

Ese fue el punto elegido para el Regimiento de Infantería 5 (RI5), para contrarrestar una eventual ocupación enemiga. Este regimiento pasaría a la historia de la guerra de Malvinas como la unidad que más resistió el aislamiento.

El 25 de abril el RI5, una vez arribado a Puerto Argentino, fue llevado en helicóptero en tres tandas, con excepción de 108 hombres de la Compañía B, que irían en barco transportando víveres, municiones y minas antipersonales.

A Howard se lo rebautizó como Puerto Yapeyú ya que en tiempos de paz la Compañía C de ese regimiento tenía su asiento en el pueblo donde había nacido José de San Martín.

Los soldados del RI5 embarcando en Comodoro Rivadavia en el puente aéreo hacia Malvinas
Los soldados del RI5 embarcando en Comodoro Rivadavia en el puente aéreo hacia Malvinas

Los soldados llevaban una ración de comida. Resultaba imperativo entonces acercarles los víveres necesarios, además de armamento pesado y municiones para poder hacer frente a duras semanas de aislamiento que tendrían por delante.

Aún ignoraban que la ayuda nunca llegaría.

El Monsunen

Al día siguiente, mientras en Howard se compraron dos corderos y medio a los pobladores para complementar las raciones de los soldados, de Puerto Argentino zarpó por la noche el Monsunen, un barco de 30 metros de eslora, confiscado a la Compañía Falkland. Lo cargaron con víveres para diez días, armamento y municiones.

La idea era bordear la isla hacia el norte e ingresar al estrecho de San Carlos. Sin embargo, los fuertes vientos y la marea impidieron que pudiera ingresar al estrecho. Se tomó, entonces, la ruta más larga y peligrosa: bordear la isla por el sur, debiendo cuidarse de las minas colocadas por la Armada y sabiendo que, a plena luz del día, quedarían a merced de los aviones enemigos. La travesía debía cumplirse, ya que el día 27 en Puerto Yapeyú había comenzado la racionalización de la comida.

En la noche de ese día, el Monsunen debió guarecerse en una pequeña bahía ya que el radar marcaba la presencia, posiblemente, de un submarino. La única defensa del buque eran dos ametralladoras MAG y dos lanzacohetes. A la mañana siguiente al mediodía, el buque pudo atracar finalmente en el muelle de Puerto Yapeyú.

Alberto Miñones Carrión fue herido gravemente en Malvinas y perdió una pierna: “Es un orgullo muy especial haber participado de esta gesta” (Santiago Saferstein)
Alberto Miñones Carrión fue herido gravemente en Malvinas y perdió una pierna: “Es un orgullo muy especial haber participado de esta gesta” (Santiago Saferstein)

Alberto Miñones Carrión era por entonces un joven Subteniente. Estaba a cargo de la sección Apoyo de la Compañía A del RI5 y a su fracción le agregaron dos ametralladoras 12,7 Colt. Recordó que "desde el primer día que llegamos, supimos que la provisión sería difícil, a tal punto que la que esperábamos un día más tarde no llegó nunca. Con el correr de los días se complicó más, y con la llegada de más gente fue realmente crítico".

Es que la ocupación del lugar fue progresiva. Primero se estableció una compañía de 130 luego se sumarían las otras dos compañías de infantería del regimiento, dos secciones de ingenieros y elementos de sanidad, que sumarían cerca de 800 hombres.

El buque Isla de los Estados: fue atacado cuando llevaba provisiones para los soldados, de sus 25 tripulante solo dos sobrevivieron
El buque Isla de los Estados: fue atacado cuando llevaba provisiones para los soldados, de sus 25 tripulante solo dos sobrevivieron

La noche del 10 de mayo la fragata Alacrity había atacado al buque Isla de los Estados en pleno Estrecho de San Carlos, en momentos en que se dirigía a Puerto Yapeyú con provisiones y armamentos.

De los 25 tripulantes, solo dos habían logrado sobrevivir.

Con el correr de las horas, los argentinos descubrieron zapallos que flotaban muy cerca de la costa, que eran parte del cargamento del buque. Esos zapallos, convertidos en puré, se incorporaron a la escasa dieta del regimiento.

Hugo Gargano, subteniente de Intendencia durante la guerra, recordó: “Solo disponíamos de dos cocinas de campaña para 150 hombres” (Santiago Saferstein)
Hugo Gargano, subteniente de Intendencia durante la guerra, recordó: “Solo disponíamos de dos cocinas de campaña para 150 hombres” (Santiago Saferstein)

"Cocinar un cordero era complejo, ya que el fuego se hacía con la turba, que tiene un escaso poder calórico; y solo disponíamos de dos cocinas de campaña para 150 hombres. Pero la astucia y la pericia del personal de intendencia hicieron que se lavaran tambores de 200 litros de petróleo y así comíamos guiso de cordero con sabor a combustible. Calentar esos tambores era muy difícil. Y el fuego debía estar apagado la mayor parte del día", explicó Hugo Gargano, Subteniente de Intendencia del Regimiento 5, el único oficial de esa especialidad de la unidad.

Paro cuando los problemas de abastecimientos comenzaron a agravarse, Hugo Gargano estaba en Puerto Argentino buscando los medios para llegar a la Gran Malvina. El jefe del RI5, Coronel Juan Ramón Mabragaña reclamaba insistentemente al comandante de la Brigada de Infantería III por un oficial de Intendencia. "Yo pedía todos los días ir a Howard, contó Gargano a Infobae. El día 21 me encontré con un Mayor que me dice “no sabe cómo lo está reclamando su jefe de regimiento”, y no lo podíamos ubicar".

Hoy, Juan Ramón Magrabaña rodeado por sus soldados que reconocen “un jefe que se preocupaba por sus hombres”
Hoy, Juan Ramón Magrabaña rodeado por sus soldados que reconocen “un jefe que se preocupaba por sus hombres”

"Al día siguiente, fueron a buscarme con un vehículo. “Tiene 15 minutos para estar en Moody Brook y subirse a un helicóptero que está por partir hacia Howard con víveres, armamento y municiones”, me indicaron". Gargano se presentó con el Mayor Roberto Yanzi, de Aviación de Ejército.

Aún desconocía que emprendería un viaje que nunca olvidaría.

Volar a Howard

El Mayor Roberto Yanzi era el segundo jefe del Batallón de Aviación de Combate 601. Había llegado el 7 de abril a las islas. Explicó que "teníamos que aprovechar el viaje. Cargamos munición, morteros y medicamentos. Y además llevamos a dos soldados del Regimiento 5. Volarían tres helicópteros Puma y en la cola, a modo de custodia, un Augusta, que iba artillado".

Antes de partir, Yanzi reunió a las tripulaciones y les explicó la misión. "Yo los escuchaba, estábamos por emprender un viaje arriesgado, ya que el día anterior los ingleses habían desembarcado en San Carlos. Los 7 u 8 minutos que nos demandaría cruzar el estrecho serían cruciales". Partieron el 22 de mayo.

Siempre se hacía una escala en Goose Green, donde estaba la guarnición de la Fuerza de Tareas Mercedes. Las naves debieron quedarse en ese lugar porque los aviones Sea Harrier sobrevolaban permanentemente. Yanzi pensó que volar en esas condiciones era arriesgar demasiado.

Roberto Yanzo, de aviación de Ejército: “Cuando llegamos a Howard festejamos porque estábams todos vivos” (Santiago Saferstein)
Roberto Yanzo, de aviación de Ejército: “Cuando llegamos a Howard festejamos porque estábams todos vivos” (Santiago Saferstein)

"Estaba aún fresco el recuerdo del derribo del AE 505, el 9 de mayo, donde habían perdido la vida los Tenientes Primero Roberto Fiorito y Juan Carlos Buschiazzo y el Sargento Raúl Dimotta. Además, la Aviación de Ejército tenía una gran limitación, que era la escasez de combustible", recordó Yanzi.

Además, las condiciones meteorológicas eran malas. La bruma y niebla era permanente. "A las 10:30 del 23 salimos. Volábamos a un metro del piso para no ser detectados por los radares enemigos y en silencio de radio. Cuando llegamos al estrecho vemos humeando el Río Carcarañá", inutilizado por dos Sea Harrier el 16 de mayo.

"Es un honor morir con ustedes"

Cuando estaban por terminar de cruzar el estrecho, el helicóptero artillado dio la voz de alarma.

-¡Aviones! ¡Aviones! ¡Al piso!

Se acercaban dos Sea Harrier. El primer helicóptero era piloteado por el Teniente Primero Hugo Pérez Cometto, el segundo por el también Teniente Primero Enrique Magnaghi y el tercero por Yanzi, quien recordó frente a Infobae:

La llegada de los tripulantes del Río Carcarañá
La llegada de los tripulantes del Río Carcarañá

"Pérez Cometto, en una maniobra sobresaliente, logra esconderse de los aviones enemigos, mientras que Magnaghi y yo llegamos a cruzar el canal y pudimos aterrizar. Inmediatamente, vi una bola de fuego q salía de la nave de Magnaghi, que se había volcado. No había podido dominar el aparato que giraba sobre su eje. Casi al mismo tiempo, los Sea Harrier me disparan con sus cañones de 30 mm, que impactaron en la cola del aparato, que aún tenían sus rotores girando. Y ahí le ordeno a Gargano bajar lo más rápido posible".

"Fue un momento de mucha exaltación. Abro la compuerta, salto primero… corrimos y nos tiramos cuerpo a tierra porque los Sea Harrier venían ametrallando", recordó Gargano.

Los tres estaban cuerpo tierra, entre las balas enemigas que pegaban cerca.  Yanzi entonces dijo: "Denme la mano no miren para atrás, es un honor morir en la guerra con ustedes".

Soldados del RI5 en una trinchera en Puerto Howard
Soldados del RI5 en una trinchera en Puerto Howard

"En ese momento caí en la situación en la que estábamos. Cuando terminaron de pasar los aviones, salimos corriendo y nos alejamos del helicóptero", rememoró el militar.

Yanzi no sabía qué había pasado con el resto de las tripulaciones. Hasta que se escuchó el silbido característico del soldado Elvio Nis, un baqueano de Paso de los Libres, que fue lo que ayudó a reunir a las tripulaciones.

"Se imagina nuestra alegría al saber que ningún tripulante había muerto. Magnaghi tenía una fractura de clavícula y Godino, uno de los mecánicos, un fuerte golpe en la cabeza", explicó Yanzi.

"Estábamos todos vivos"

Todos coincidieron en terminar con la misión. Luego de que Yanzi quemara su Puma AE 500 para que no pudiera ser usado por los ingleses. Rescató la ametralladora, y en el único helicóptero en uso, el de Pérez Cometto, se acomodaron las demás tripulaciones y algo de la carga.

Despegaron con la esperanza de no ser alcanzados por naves enemigas cuando llegaran a Howard, ya que Radio Colonia informaba que Harrier habían derribado tres helicópteros. Yanzi recordó: "Cuando llegamos fue una alegría muy grande. Nos abrazamos, estábamos todos vivos".

En la mañana del 26, los helicopteristas emprendieron el arriesgado vuelo de regreso a Puerto Argentino. Salieron a las 05:00 de la mañana. Llevaban a la Compañía Comando a un Capitán de un avión que se había eyectado.

"Fue a suerte y verdad", admitió Yanzi. "Íbamos apretados. Volamos a muy baja altura y pudimos aterrizar. Sin saberlo, habíamos hecho el último vuelo a la Gran Malvina".

Pasaron los años y Gargano se comunicó, por redes sociales, con uno de los pilotos del Sea Harrier. "Se llamaba David Morgan, a quien siempre le había quedado la duda sobre la suerte corrida por la tripulación de los Puma. Sintió gran alivio al saber que habíamos sobrevivido".

Luchar en Howard

El hoy Teniente Coronel retirado Miñones detalló que el regimiento estaba en una situación de riesgo en caso de un ataque inglés.

"El material pesado no se pudo cruzar. Nos faltaban piezas de artillería. Cuando cruzamos logré llevar morteros de 81 de corto alcance y mucho tiempo el arma pesada fueron esos morteros. Por eso se pedían los de 120. La batería de artillería del 4 no llegó nunca".

El Sea Harrier abatido con una ametralladora fabricada en 1936. El piloto capturado no podía creer que lo hubiesen derribado con ese armamento
El Sea Harrier abatido con una ametralladora fabricada en 1936. El piloto capturado no podía creer que lo hubiesen derribado con ese armamento

Hubo que luchar con lo que se tenía.

Con ametralladoras Colt 12,7 fabricadas en 1936 se abatió un Sea Harrier y se evitó un ataque de un helicóptero Sea King. Miñones comentó que "cuando capturamos al piloto del avión, nos contó que sintió una lluvia de proyectiles sobre el fuselaje; no podía creer que lo hubiésemos derribado con esa ametralladora".

Herido gravemente

La noche del 27 de mayo, Miñones fue gravemente herido. Sobrevivió para contarlo.

"El proyectil de una fragata que hacía un fuego de exploración me alcanzó estando en el fondo de una trinchera. Estaba entre el Teniente Primero Daniel Stella y el soldado de órdenes Felipe Fernández. El impacto me expulsó 20 metros, di una vuelta en el aire y caí de espaldas, con los brazos sobre el pecho. Me encomendé a la Virgen y recé un Ave María, pensando que me moría. En la oscuridad me toqué la pierna derecha, y la tenía, y cuando hice lo propio con la izquierda palpé un hueso. No tuve ningún dolor. Me di cuenta que estaba vivo y que tenía una chance más".

En ese ataque, también habían sido heridos los soldados Fernando Damián Francolino, Francisco Manuel Machado y Ricardo Manuel Herrera.

El rescate del teniente inglés Jeff Glover que se había eyectado
El rescate del teniente inglés Jeff Glover que se había eyectado

"Me evacuaron a un hospital de campaña muy rústico, que estaba a cargo del Mayor médico Reale, un brillante traumatólogo. Además de la herida de la pierna, tenía una perforación en la cadera y otra en el pecho. Con los pocos elementos que disponía me intervino y suturó la femoral".

Cuando lo normal hubiese sido una rápida evacuación, por la gravedad de sus heridas, Miñones relató que "durante 10 días estuve acostado sobre una puerta, apoyada sobre dos cajones de manzanas. No había calmantes ni yeso; aun así, los médicos se las arreglaron".

Jeff Glover cuando llegó a Puerto Howard
Jeff Glover cuando llegó a Puerto Howard

El 29 de mayo nevó por primera vez en Puerto Yapeyú. La temperatura fue de 18 grados bajo cero. El estado general de la tropa era alarmante.

"Pero esos días fueron terribles. Los heridos estábamos en una casilla de madera que se sacudía ante los bombardeos. Me sentía muy expuesto ya que no podía moverme. Como las esquirlas perforaban las paredes de madera, en una ocasión dos de ellas pasaron al costado de mi cabeza, le pedí a mi compañero Eduardo Gassino un casco."

Los problemas de Miñones no terminaron ahí. "La comida era muy escasa y por mi estado no podía comer cordero, fue Eduardo Gassino que todos los días me traía, en una lata de gaseosa, una suerte de caldo con carne de avutarda, un ave de la zona".

Al fin, el 6 de junio pudo ser evacuado al Bahía Paraíso, que había sido transformado en buque hospital. También lo fueron los soldados Exequiel Vargas, Eduardo Rubiolo, Mariano Leiva y Fernando Francolino.

El buque Hospital Bahía Paraíso
El buque Hospital Bahía Paraíso

"Cuando llegué al continente pesaba 42 kilos cuando mi peso normal era de 68. No me di cuenta que había bajado tanto. Tenía que recuperar peso para prepararme a una operación grande. Estuve dos meses con un pronóstico malo por una infección en la pierna; sin embargo, tuve otra posibilidad y sobreviví".

Gargano y Miñones guardan un cálido recuerdo del jefe del regimiento, Juan Ramón Mabragaña. "Brillaba por su modestia y prudencia, por la precisión de sus decisiones, y más allá de la guerra fue un modelo de militar y persona, se tomó en serio asistir a los veteranos, consiguiendo trabajo, medicamentos y evacuaciones, muchas veces de su propio bolsillo. Cosechó lo que sembró".

Los tres entrevistados también recordaron a los 23 tripulantes del Isla de los Estados, que murieron en la misión de llevarle ayuda.

¿Qué es Malvinas?

Para Yanzi: "Un sentimiento y un orgullo el haber participado".

Para Gargano: "Sigue siendo un combate diario en el reconocimiento de los veteranos que allí pelearon".

Para Miñones: "Es un orgullo muy especial haber participado de esta gesta y haber perdido una pierna. Me sirve mucho anímicamente. Lo que uno lleva muy adentro y espera transmitir a sus hijos, es algo que cambió mi vida para bien".

Fuente: https://www.infobae.com