Mucho se ha dicho y escrito sobre el ataque al HMS
"Invincible". Gran Bretaña ha negado el hecho. Sin embargo,
diferentes sucesos demuestran lo contrario. Yo creo en lo que Ureta e Isaac
atestiguan a su regreso, y lo que la ausencia de Vázquez y Castillo,
certifican.
Fotografía histórica tomada apenas bajaron del
vuelo tras el ataque al HMS Invincible. El Primer Teniente Ureta abrazado a un
compañero. A la derecha, con la mano en el cuello, el Alférez Isaac.
Actualmente, son los dos únicos sobrevivientes de la Fuerza Aérea que
participaron de la misión.
Por Daniel Roca Centurión
La pantalla de radar de Puerto Argentino muestra
los "ecos" de las patrullas aéreas de combate británico (PAC), conformado
por parejas de aviones Sea Harrier y Harrier, que aparecen desde el este y
desaparecen nuevamente, haciendo el camino inverso, aproximadamente en la misma
zona. El agua de mar permite que el radar, con una mejor propagación, pueda
captar las imágenes de los navíos entre 110 y 130 Millas (entre 200 y 240 km)
de Puerto Argentino.
Los interceptores británicos se posicionan en el
aire, esperando detectar a nuestros cazabombarderos que, desde el continente,
se lanzan sobre la flota en el estrecho de San Carlos y, de ser posible, sobre
todo buque que auxilie al desarrollo del avance inglés. Pero nuestros cazas en
esta oportunidad, no los encuentran, ya que luego de establecer la cabecera de
playa y dejada a la infantería en el terreno, se han retirado hacia el este,
fuera del alcance de nuestros cazabombarderos.
Solo nuestros bombarderos "Canberra"
atacan de manera nocturna, las posiciones inglesas, cerca del establecimiento
San Carlos. Los Harrier tratarán de cazar a nuestros aviones de combate antes de
que lleguen a sus objetivos, pero vuelan tan bajo que, generalmente, los
detectan después de que han alcanzado sus blancos. Con poco combustible, y en
la mayoría de los casos, cubiertos de impactos de fusilería, tratan de escapar
como pueden con rumbo oeste averiados y perdiendo combustible.
Es ahí cuando los dos únicos KC-130
reabastecedores, se acercan a toda su velocidad disponible, a las posiciones de
los cazabombarderos, intentando salvar a esos halcones heridos y llevarlos
hasta el hogar, con el peligro también de ser derribados.
AGUDIZAR EL INGENIO
Para encontrar la posición del portaaviones
"Invincible", la Armada ya no cuenta con los viejos, pero efectivos,
"Neptune" que supieron dar la posición final del HMS Sheffield en el
ataque de los Súper Etendard del 4 de mayo.
Hay que agudizar el ingenio, piensan los operadores
del radar de Puerto Argentino, mientras trazan proyecciones con lápiz graso en
un mapa, según las trayectorias de las PAC británicas que describen desde y
hacia sus lugares de patrulla. Hacen un dibujo sobre la carta con posibles
posiciones y así determinan una zona probable a unos 300 km al este de las
islas.
Darwin había caído el 29 de mayo. Innecesaria
batalla, que se dio para que la administración Thatcher pudiera tener alguna
victoria que mostrar. Podría haberse aislado a las tropas y dedicar el máximo
esfuerzo contra Puerto Argentino, pero no fue así. Bastante golpeada estaba la
flota por el accionar de los elementos aéreos y se debía fortalecer el frente
interno de la opinión pública británica.
Tanto el Comando de la FAS (Fuerza Aérea Sur) como
el Comando de Aviación Naval han coincidido, dejando de lado toda diferencia,
que hay que neutralizar, al menos, a alguno de los dos portaaviones que alojan
a los interceptores ingleses que, a pesar del arrojo y la valentía de los
aviadores argentinos, están diezmando a nuestras fuerzas de ataque aéreo.
Queda para su empleo efectivo, un solo misil anti
buque Exocet AM39. El cálculo de esfuerzo con ese armamento convencional indica
que, para neutralizar un buque de gran porte, se deben emplear al menos dos
misiles.
Esa falta la suplirán los cazabombarderos A4C, con
sus bombas convencionales que deben lanzar al alcance de la vista y de un fusil
de infantería. Ni que hablar de la plétora de sistemas misilísticos efectivos
desde distancias cercanas a las 20 millas (aproximadamente unos 36 km) y
cañones de tiro rápido de los buques ingleses, que hacen de esta misión, algo
prácticamente irrealizable.
MISIÓN ARRIESGADA
El Brigadier Crespo, comandante de la FAS, solicita
voluntarios entre las tripulaciones de A4C. Dado lo arriesgado de la misión,
entiende que es lo más lógico de hacer. Se presentan dos jefes de sección, el Primer
Teniente José Vázquez y el Primer Teniente Ernesto Ureta, los que a su vez se
les permite elegir a sus numerales, el Primer Teniente Omar Castillo y el
Alférez Gerardo Isaac, es decir, los pilotos que en formación cerrada los
acompañaran en el ataque a la inmensa mole de metal, de más de 18000 toneladas.
Cuatro aviones, con tres bombas BRP, frenadas por paracaídas, de 250 kg cada
uno. Indicativo de esta misión, ZONDA.
A su vez, los pilotos de Súper Etendard serían el
Capitán de Corbeta Alejandro Francisco y el Teniente de Navío Luis Collavino.
Dos Súper Etendard, un solo misil. Indicativo de esta misión, ALA.
En la mañana del 30 de mayo, despegan los
reabastecedores desde Río Gallegos, indicativos CACHO y GALLO, con rumbo
sudeste, con el fin de posicionarse en los sectores de reaprovisionamiento en
vuelo. Se efectuarán dos operaciones de este tipo, con la idea de que los cazas
después del ataque, puedan regresar a máxima velocidad al continente.
Luego del hecho, un reabastecimiento en vuelo sería
muy peligroso dada la baja velocidad de la operación y del tamaño fácilmente
visible, tanto en radar como en visual, de los KC-130. Igualmente, esperaran el
regreso de los cazas por si son necesarios.
ÁNGELES EN EL CIELO
La Fuerza Aérea y la Armada !por primera vez en su
historia juntas al combate!. Luego del último reaprovisionamiento en vuelo
forman, a ambos lados de cada Súper Etendard, una pareja de A4C. Unos son
azules, los otros camuflados, unos tienen el color del mar, los otros el color
de la tierra, pero todos desde el cielo, van juntos por un mismo fin.
Unos 260 km antes del objetivo, esa heterogénea
formación, desciende a vuelo rasante y según los cálculos de los aviadores
navales, a unos 90 km, 55 km y 37 km antes de la zona donde debería estar el
objetivo, los ALA ascienden, encienden sus radares, captan las señales de
identificación del blanco y ambos sistemas "enganchan" al objetivo de
manera precisa. Una vez cargada esa información, en el sistema de navegación
del misil permite ser lanzado con efectividad.
Isaac ve al misil desprenderse del "Súper",
parece que va a impactar contra el agua, pero se enciende el motor cohete y se
estabiliza en un vuelo rasante con rumbo aproximadamente norte. Ureta pregunta
a uno de los ALA: "¿Cuánto?", y le contesta: "20 millas en la
proa". Son las 14:24 hs. Los "Súper" ponen viraje por izquierda.
Ya no tienen más misiles para lanzar, vuelven al continente. Para la formación
de A4C, ese punto es el punto inicial de ataque, colocan potencia a pleno y
siguen la estela del Exocet, que les sirve de guía precisa hacia el blanco.
Los sentidos se agudizan, la mirada va saltando del
tablero al plexiglás, hacia un lado y al otro, también al parabrisas oval
frontal. Colocan un mínimo de compensador de vuelo arriba, de tal manera que,
si llegan a soltar la palanca por alguna razón, el jet naturalmente intentara
ir hacia arriba y no contra las olas, que perfuman de sal el vientre de los
aviones de combate.
EL MIEDO NO APARECE
No tienen miedo. No hay tiempo para tenerlo. Hay
que estar atento a tantas cosas, que el miedo, al menos ahora no aparece. Se
mueven entre 450 y 420 nudos (830 y 770 km/h) y aun así el misil llega primero
e impacta en algo que ya se individualiza en el horizonte.
El Exocet ha tardado unos 109 segundos en recorrer
la distancia desde el lanzamiento al impacto, por diferencia de velocidad, los
A4C tardaran 153 segundos. Esos 44 segundos de diferencia le darán una terrible
ventaja a la flota británica.
Una vez activada la alerta, todos los sistemas de
defensa estarán apuntados desde donde vino el primer golpe, desde el sur. No
pueden entender desde donde salieron estos aviones. Hacia el sur solo están las
Georgias y la Antártida.
Unas 7 millas náuticas (13 km) antes de alcanzar el
blanco, el avión de Vázquez es impactado, se estima, por un misil Sea Dart.
Pierde parte de su ala izquierda, estallando su motor, cayendo al mar y
explotando al contacto con el agua a 800 km/h.
Isaac ve esto y comienza a realizar maniobras
evasivas, intentando evitar la línea de fuego que proviene de los buques
británicos que, aunque no se ven, se siente el efecto de sus armas. A tan solo
10 segundos del objetivo, Isaac en una posición que le permite ver a todos los
aviones, también ve como explota el avión de Castillo y, a pesar de esto, sigue
firme contra el portaaviones liviano HMS "Invincible".
Ureta, que no ha visto la explosión de Castillo,
tal es la concentración en darle al enorme buque, dispara sus cañones, pero
salen un par de proyectiles y se traban. Lo ha identificado certeramente, es el
portaaviones. Su superestructura alargada de pista de aterrizaje y con el
puente en una torre, del lado derecho, lo hacen inconfundible.
La mira de puntería ahora, le marca que es momento
de soltar bombas. Lo hace casi automáticamente, pasando al navío ingles en un
ángulo de 30 grados desde atrás. Pone rumbo de escape hacia el oeste.
TURNO DE ISAAC
Ahora es el turno de Isaac, que enfrenta al
portaaviones por el medio, descarga toda la munición de sus cañones, luego
estima el punto a apuntar de sus bombas entre las nubes de humo que rodean a la
superestructura y la prolongación de la cubierta. Suelta sus bombas. Cierra el
viraje, firme hacia la derecha, continua rasante unos segundos y a unos 7 km
pone viraje por izquierda y ve al buque rodeado de humo negro.
Luego de un tiempo Ureta comienza a llamar a los
otros miembros de la escuadrilla. Nadie le contesta, cree que vuelve solo. Pero
de pronto ve por su espejo retrovisor, que otro Skyhawk se coloca a su lado en
formación. Isaac, al formarle reconoce a Ureta por los guantes. Tan cerca
volaban.
Cuando Ureta reconoce y verifica que lo que tiene a
la vista son los reabastecedores, coloca en la radio la frecuencia de
reabastecimiento en vuelo, comprueba que el que regresa con él, es Isaac.
Les piden un informe preliminar en vuelo y lo dan,
certificando, con todo el dolor del alma, que aquellos dos A4C que salieron con
ellos en esta misión han sido derribados y sus pilotos no se han podido eyectar.
Certifican también que han atacado al portaaviones. No quieren hablar más. Pesa
volver de esta manera. Entran en la final de aterrizaje de Río Grande a las 16:20.
Habían cumplido con su deber.
Dicen que el honor, es el regalo más grande que
puede darse un hombre a sí mismo. Es la conjunción de actitudes, acciones y
conducta que día a día marcan el prestigio de una persona. Han regresado con
honor, como marca el lema en el escudo de armas al costado de sus aviones.
EPILOGO PARA ARGENTINOS
Mucho se ha dicho y escrito sobre el ataque al HMS
"Invincible". La prensa anglosajona, acompañando los criterios del
gobierno británico, han llegado a esgrimir tres escenarios diferentes, por
supuesto, en todos los casos negando el hecho.
No es el fin enumerar, ni citar estos escenarios ya
que, oficialmente, las acciones tanto diplomáticas como bélicas, están bajo
secreto de estado, por un período de 90 años, es decir hasta el 14 de junio de
2072.
Por ejemplo, es de destacar que las bitácoras de
más de 30 buques, y dentro de ellos se incluyen las de cinco submarinos de
ataque de propulsión nuclear de la Fuerza de Tareas inglesa, fueron
desclasificados en el 2011, es decir casi 30 años después de la guerra. No así
con el diario del HMS "Conqueror", submarino nuclear que el 2 de mayo
de 1982 hundió al crucero ARA General Belgrano fuera de la zona total de
exclusión implantada por la administración británica. Lo mismo ocurre con el
HMS "Invincible". Por todo esto, y por lo siguiente, es necesario
desarrollar este epilogo.
Contamos con dos testigos con vida, de probada
experiencia en combates previos al del 30 de mayo, que reconocen haber atacado
al portaaeronaves liviano.
Por otra parte, el seguimiento de la flota que se
hacía con el radar de Malvinas, registró estadísticamente, un brusco descenso
de la actividad aérea del portaaviones en la zona.
Asimismo, unos días más tarde del alto el fuego el
"Invincible" tuvo que efectuar el cambio de dos de sus turbinas de
propulsión en el mar, cosa que no era necesario hacerlo en tan precarias
condiciones. Podría haber sido más fácil haberlo remolcado a algún puerto
propio o aliado, para tal fin.
Fuentes diplomáticas dan cuenta que, apenas
finalizado el conflicto, fue reparado en muelles norteamericanos, regresando al
Reino Unido el 17 de septiembre de 1982. En cambio, el resto de la flota ya lo
había hecho entre junio y agosto, contrastando su pintura gris impecable con
las de los otros navíos, como el "Hermes", que habían regresado con
pronunciadas marcas de óxido.
Australia, nación que era el natural comprador del
"Invincible", rechazo el trato después de la guerra.
Por último, y no menos importante, en una nota del
2011, del diario inglés The Telegraph, que trataba sobre un documental de la
BBC de Londres conocido como "Antiques Roadshow", el Príncipe Andrés,
que en el conflicto se había desempeñado como piloto de helicóptero en dicho
portaaviones, recordó que al estar armando el famoso cubo rubik experimentó el
impacto de un misil contra su buque. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Por último, como dice el as de la II Guerra Mundial,
Pierre Clostermann, sobre los pilotos argentinos: "¡Ay!: la verdad vale
únicamente por la sangre derramada y el mundo cree solamente en las causas
cuyos testigos se hacen matar por ella".
Por ello creo en lo que Ureta e Isaac atestiguan a
su regreso, y lo que la ausencia de Vázquez y Castillo, certifican. Espero que
ustedes también.
"¡Ay!: la verdad vale únicamente por la sangre
derramada y el mundo cree solamente en las causas cuyos testigos se hacen matar
por ella". (Pierre Clostermann).
Fuente: http://www.laprensa.com.ar
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