"El lunes 31 de mayo el Mayor Pose reunió a
las tripulaciones de Bell 212, a continuación, pidió voluntarios para cumplir
una arriesgada misión. Miré al Teniente Saturnino Sánchez, mi compañero de
vuelo, sin dudarlo asintió con la cabeza y nos ofrecimos como voluntarios.
Elegimos al Cabo Principal Horacio Carmona como mecánico y al Cabo Primero
Sergio Quiñonez como operador de carga (...) La tarea era recuperar y traer a
propias líneas a los integrantes del puesto Biguá de la Red de Observadores del
Aire (ROA) de la BAM Cóndor, integrado por el Alférez Eduardo Daghero y los Soldados
José Luis Morales y Andrés Coronel, que se encontraban aislados en las
proximidades de la Base, ya en poder de los británicos desde el 29 en que se
firmó el acta de rendición.
La noche anterior había nevado y el terreno tenía
un manto blanco de 20 a 30 cm, nuestras referencias visuales se habían
desdibujado (...) La misión implicaba un riesgo adicional, había que rescatar a
los integrantes del puesto Biguá en un punto de recuperación dentro de la zona
donde operaban aeronaves enemigas. En esta operación hubiésemos necesitado, más
que nunca, una cobertura aérea o escolta.
Volamos rasante sobre el agua y al llegar a la otra
orilla, donde debían estar los integrantes del POA, no encontramos nada, la
patrulla no estaba en el punto de recuperación (...) Al cabo de unos minutos
pudimos contactarnos con Daghero, el personal del puesto Biguá escuchaba el
ruido del helicóptero, pero no nos veía. (…) Volábamos muy rasante aguzando la
vista para encontrarlos, y atentos a que apareciera alguna aeronave enemiga.
En cierto momento Daghero nos indicó:
- Pala cada vez los escucho más fuerte. Sigan ese
rumbo que ya están próximos a nosotros.
- Pala lo tengo a la vista!! Están a 100 metros.
-Pala aterrice su frente.
Seguimos sus indicaciones y logramos divisarlos
cuando salieron de un pozo a 30 metros.
Al dejar el puesto atrás, el radar de Malvinas nos
informó la presencia de una Patrulla Aérea de Combate (PAC) a 5 millas de
distancia y a la cola, buscamos un lugar seguro, aterrizamos y evacuamos el
helicóptero con los rotores en marcha. Todos hicimos cubierta completa donde
pudimos. Segundos después una sección de aviones Harrier pasó sobre nuestra
vertical, por fortuna no nos vieron y siguieron rumbo hacia San Carlos (…)
Abordamos el helicóptero y seguimos con destino a Puerto Argentino."
Fuente: Extractos del libro “Malvinas palas al
rescate” del Comodoro Mayor “VGM” (R) Alejandro Vergara.
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