La flamante Ministro de Defensa del Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Penny Mordaunt, acaba de pronunciar su primer
discurso y los argentinos deberíamos prestarle mucha atención al mismo.
Moundant comenzó su disertación en la Sea Power Conference 2019 (Conferencia
sobre el Poder Naval 2019) honrando a Sir Henry Leach, presentándolo como el
hombre que convenció a Margaret Thatcher de que las Malvinas podían y debían
ser recuperadas. Eso debe ser un llamado de atención para el gobierno de
Mauricio Macri al que respetamos, pero al que percibimos como demasiado
propenso a coquetear con Londres.
"Leach y su primer ministro articularon una
misión nacional arraigada en las almas de su nación y la gente. ¿Cómo pudieron
hacer eso? ¿Para hinchar corazones? ¿Para enfocar las mentes? ¿Para definir qué
es ser patriota? ¿Utilizaron el poder de su filosofía personal para moldear
nuestras grandes instituciones? En realidad, fue todo lo contrario. Sintieron
los valores de las instituciones de nuestra nación con tanta fuerza que sus
personalidades fueron moldeadas por ellas", aseguró la ministro. A veces
los gobernantes británicos infunden algo de envidia. Seguramente sus ministros
de Defensa lo hacen. Penny Mourdant no dijo lo que el argentino Oscar Aguad:
"Queremos retransformar el ejército a uno más liviano. Ya no hay más
tanques y cañones. Se terminó, eso era en la guerra de un estado contra otro
estado, de un ejército contra otro". ¿El ministro olvida que el Reino
Unido ocupa parte del suelo soberano argentino?
Mordaunt no se conformó con un nacionalismo sano.
En la misma tónica de su predecesor habló de la Gran Bretaña Global (con
mayúsculas en el original) e insistimos, empezó hablando de Malvinas.
La ministra que reemplazó al ambicioso Gavin
Williamson parece ser aún más ambiciosa que él o al menos aún más decidida.
"... no puedo decirles que el Tesoro va a recibir con agrado este
mensaje", dijo, "sin embargo, puedo prometer que el Tesoro escuchará
este mensaje". "No seré tímida a la hora de pedir dinero [para las
fuerzas armadas]". No prometió luchar por tanques y cañones, prometió
luchar por portaaviones, fragatas y submarinos con misiles nucleares. Habló de
"cumplir los objetivos globales de Gran Bretaña en todo el mundo".
"Los objetivos globales de Gran Bretaña en todo el mundo", eso
incluye el Atlántico Sur.
El gobierno de Mauricio Macri, en cuyas promesas
muchos hemos querido confiar, está dejando demasiadas cosas sin hacer. La
Constitución Nacional argentina es clara: "La Nación Argentina ratifica su
legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur
y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes por
ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos
territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de
sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional,
constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino."
Cinco aviones Súper Etendard Modernizados son bienvenidos,
pero son totalmente insuficientes. La Argentina no tiene submarinos, no tiene
destructores ni corbetas con misiles modernos, no tiene aviones de combate
suficientes, su artillería antiaérea es casi inexistente, se reduce a algunas
piezas de tubo y a media docena de lanzadores portátiles de misiles. Se podrá
decir que no hay dinero, pero el tiempo pasa y los fondos siguen sin aparecer o
se malgastan. El gobierno argentino tiene por delante unos meses hasta las
próximas elecciones. Aún puede convencer a los argentinos de bien de que
todavía merece algo de confianza. Para el argentino de bien la causa Malvinas
no es una anécdota ni la soberanía nacional una cuestión secundaria. No
caigamos en la malicia de decir que los tanques y cañones son cosa del pasado.
Miremos a nuestros vecinos: se están armando.
Señor Presidente, ya lo dijimos una vez: no
despilfarre nuestros votos, hemos confiado en usted y queremos seguir
haciéndolo, denos una oportunidad. Ponga los intereses de la patria por encima
de especulaciones electoralistas y posiblemente le vaya mejor de lo que pueda
esperar. En el peor de los casos al menos se irá con la conciencia tranquila de
haber cumplido con su deber. La patria no es sólo una cuestión económica, es
principalmente una gran familia con valores, convicciones, principios,
objetivos nobles. La patria es respeto por la vida y por el bien común, es
solidaridad genuina, es amor por lo que representa la insignia celeste y
blanca. Dios lo ilumine y le dé fortalezas para que así lo comprenda y obre en
consecuencia. LAS MALVINAS FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS.
Fuente: https://geoestrategia.webnode.es
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