El ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Solá, exige, ante el Comité de Descolonización, que se cumplan sus resoluciones y el Gobierno británico se siente a negociar
Por Carmen de Carlos
Los secretos de la Guerra de las Malvinas
La Argentina no se rinde. Un año más el Gobierno, todos lo hicieron, insiste en sus demandas al Reino Unido sobre la soberanía del archipiélago del Atlántico Sur. El ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Solá, exige, ante el Comité de Descolonización de la ONU, que se cumplan sus resoluciones y el Gobierno británico se siente a negociar el futuro de los territorios que están bajo su administración y comprenden islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del sur.
Las Malvinas son el eterno caballo de batalla de la Argentina. Quizás éste problema sea de los pocos, por no decir el único, que une a los argentinos. Solá se reunió con Antonio Guterres, secretario general del principal organismo multilateral del mundo, para que interceda ante Boris Johnson con el fin de que "consienta en reanudar las conversaciones sobre la soberanía de las islas".
“El reclamo es hoy más firme que nunca”, declaró el titular de la Cartera de Exteriores, a su llegada a Nueva York. Antes de pronunciar su discurso en la sesión del Comité de Descolonización, que depende la ONU, el Canciller, acompañado de Daniel Filmus, secretario de Estado, con funciones exclusivas sobre este contencioso, mantuvo diferentes reuniones para lograr el mayor respaldo internacional posible. Pero si Malvinas es una cuestión de Estado para la Argentina, también para los británicos, victoriosos de una guerra que supuso el principio del fin de la última dictadura militar argentina.
El asunto, de máxima sensibilidad a un lado y otro del Atlántico, adquiere mayor temperatura con la creciente militarización británica de las islas. Filmus, por su parte, censuró que el archipiélago se esté convirtiendo en un emplazamiento militar británico. “¿Para qué invertiría tanto el Reino Unido en una base desproporcionada (por la base aérea de Mount Pleasant), si no es controlar geopolíticamente una región tan importante”, reflexionó antes de su viaje? Dicho esto, pronosticó: “La Argentina tiene un solo camino para recuperar Malvinas que es el diálogo, la paz y la diplomacia”.
Bajo bandera británica
En el año 2013 las autoridades de las Falkland (como se conocen en el Reino Unido), convocaron un referéndum para que sus habitantes se pronunciaran bajo qué soberanía querían estar. El resultado fue aplastante. El 99 por ciento votó por seguir bajo bandera británica. Dicho de otro modo, únicamente se registraron tres votos en contra. La Argentina consideró inválida la consulta y reprochó que se hacía en una población implantada desde Londres, tras la ocupación de las islas en 1833. David Cameron, por entonces primer ministro, dio por buenos los resultados. Con anterioridad había anunciado que los “defendería y respetaría”, fueren los que fueren.
Malvinas, según datos del 2020, tiene una población de apenas 3.200 habitantes. En abril de 1982, bajo el Gobierno de facto del General Leopoldo Fortunato Galtieri, la Argentina protagonizó un desembarco en las islas desatando una guerra que duró poco más de dos meses. La derrota trató de minimizarse en el continente donde los soldados, que habían sido destacados mal pertrechados y con escasa formación, fueron ocultados y marginados a su regreso. La 'premier' británica Margaret Thatcher, advirtió entonces que mandaría a la flota británica, una decisión que en la Argentina veían poco verosímil pero Thatcher no dudó. Aquella guerra le supuso un balón de oxígeno a 'la dama de hierro' y a su Gobierno cuando atravesaba una severa crisis. “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, la frase desafiante de Galtieri se recuerda hasta la fecha.
La guerra dejó un saldo de 650 muertos argentinos y 255 británicos.
El comité de descolonización, también conocido como C-24, se creó en 1961 para dirimir conflictos relativos a la descolonización de territorios. Integrado por 29 países, el pasado mes de febrero, volvió a ratificar “en forma unánime” su “apoyo a la reanudación de las negociaciones” entre ambos países, “para encontrar una solución pacífica a la controversia de soberanía” de las islas. Gran Bretaña sigue sin acatar sus decisiones.
Fuente:
https://www.abc.es
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