14 de febrero de 2011

GURKHAS BRITÁNICOS: “LOS ARGENTINOS SE RINDIERON PORQUE NOS TENÍAN MIEDO”


Por Adrián Sack (*)

LONDRES – Las tropas argentinas se rindieron “anticipadamente” en la Guerra de Malvinas porque les “temían” a los Gurkhas, antes que por deficiencias estratégicas o armamentísticas, como sostienen las teorías más difundidas.

La curiosa e insólita versión sobre el desenlace del conflicto del Atlántico Sur fue explicada a La Nación por un grupo de miembros de ese afamado batallón de origen nepalés que integró la fuerza de tareas enviada por Gran Bretaña en el conflicto armado de 1982, y que organizó recientemente una protesta frente al Parlamento en demanda de un “trato igualitario” con los militares retirados británicos.

Poco antes de cumplirse el 26º aniversario de la operación militar que recuperaría en forma temporaria la soberanía argentina sobre las islas, diversos ex combatientes aseguraron que “la única razón posible” por la que los argentinos se vieron forzados a deponer las armas fue por el “pavor” que les provocaba “la sola idea” de tener que enfrentarse con esta división, célebre por su supuesta conducta impiadosa frente a sus enemigos.

“Lo comentamos siempre con otros británicos, y no se puede explicar de otra manera por qué si nosotros éramos sólo 2500 efectivos en una flota que esperaba en el mar, y ellos cerca de 10.000 bien entrenados y apostados en diferentes partes de la isla, pudimos vencerlos con relativa rapidez”, afirmó Dhan Ghale, un soldado retirado que parecía reiterar con exactitud el mismo argumento de varios de sus antiguos compañeros de armas.

“Nosotros sabemos que comentaban que usábamos el Kukhuri (cuchillo corvo de combate) para matar cruelmente a nuestros enemigos e, incluso, cortarles la cabeza con la intención de desmoralizarlos. Parece que ese estereotipo fue bien explotado por la maquinaria de publicidad británica, porque llegó hasta ellos en el momento justo”, acotó Braham Chantra Gru, quien también cree que la intervención de los Gurkhas “ayudó a acelerar el final de la guerra, y, posiblemente, a ahorrar una mayor pérdida de vidas humanas”.

El día de la manifestación, sin embargo, el orgullo y la arrogancia de sus memorias contrastaban claramente con su realidad: ninguno de los que se jubilaron antes de la devolución de Hong Kong de Gran Bretaña a China, en 1997, percibe haberes similares a sus ex compañeros británicos que lucharon en Malvinas o en guerras anteriores a ese año. “No sólo cobramos la cuarta parte del sueldo de un británico, sino que no nos quieren dar la visa para que podamos vivir hasta el día de nuestra muerte en el país por el que peleamos”, protestó Chantra Gru.

En tanto, medio centenar de Gurkhas colocaron las medallas que algunos de ellos habían recibido por su participación en Malvinas, Afganistán y Kosovo en una caja, para que les fueran “devueltas” al primer ministro Gordon Brown en manos de Nick Clegg, líder del Partido Demócrata Liberal y principal organizador de esta marcha. Mediante un altavoz, uno de ellos manifestó su “tristeza y preocupación” por tener que retornar las condecoraciones, aunque confió en que este acto “le sirviera” de llamado de atención al primer ministro británico.
En la misma línea, otros de los participantes de la protesta criticaban a la administración Brown desde prolijas pancartas. “Los Gurkhas combatimos como soldados de primera clase. Entonces, ¿por qué somos tratados como ciudadanos de segunda y jubilados de tercera?”, se preguntaban en los carteles, sin más respuesta, por el momento, que el esporádico saludo de algún turista que de tanto en tanto buscaba fotografiarse junto a los cerca de 2000 manifestantes.


(*) De la Redacción de LA NACION

Fuente: Diario La Nación (Buenos Aires). Publicada el 09 de febrero de 2011

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