Examinar la temática tan amplia que ofrece la cuestión Malvinas es un verdadero desafío para realizar una síntesis de algunos de los tantos acontecimientos que jalonaron su historia. Empero, es legítimo el trabajo, pues debemos saber de qué hablamos cuando decimos, escuchamos o leemos la expresión: “Las Malvinas son argentinas”.
El tema tiene fundamento desde diferentes enfoques. El nuestro está necesariamente ligado al escenario internacional y nacional y desde una visión, si se quiere, política.
La guerra del Atlántico Sur se manifestó conforme a un mundo bipolar o dentro del ámbito de lo que se llamó Guerra Fría (1945-1989). El hecho tiene una particular relevancia, como advertiremos.
Factores a tener en cuenta
El archipiélago de las Malvinas lo constituyen la Malvina Occidental o Gran Malvina y la Oriental o Soledad junto a una diversidad de islas e islotes menores que se encuentran en la proximidad de aquellas. El conjunto abarca una superficie de 11.718 km 2.
Descubrimiento
Si bien muchos fueron los navegantes que recorrieron el mar del Sur, hay coincidencia en que históricamente las islas fueron avistadas por españoles navegantes de las distintas expediciones de Hernando de Magallanes. Pertenecían pues, a los españoles porque formaban parte del territorio que constituía la antigua gobernación de Buenos Aires, cuya población pertenecía a esa nacionalidad.
Posesión
Fue el francés Louis Antoine de Bougainville el que por primera vez pobló una de las islas (Soledad) en 1764, fundando la colonia Port Louis (Puerto Luis).
Egmont, primer lord del Almirantazgo, dejó documentada la posición inglesa: “Las Malvinas son la llave de todo el Pacífico. Esta isla debe dominar los puertos y el comercio de Chile, Perú, Panamá y, en una palabra, todo el territorio español en el mar”. Fue el comodoro Byron (inglés) el que desembarcó en la isla Saunders (Gran Malvina), fundando Puerto Egmont.
Reconocimiento
Bougainville reconoció los derechos de España y este hecho es de fundamental importancia. Es el reconocimiento de la jurisdicción de la corona española. Abandonó las islas en 1766. El hecho histórico se cierra además, con el abandono que hacen los ingleses que habían ocupado otro sector de la isla Gran Malvina, en base a los reclamos de la corona española. Esto ocurrió en 1774. Después de 1810, las Provincias Unidas del Río de la Plata heredarían todo el territorio que poseía España.
Acciones
Recién en 1820 el coronel Daniel Jewit, a cargo de la fragata La Heroína, tomó posesión efectiva y pública del archipiélago siguiendo instrucciones del gobierno de Buenos Aires. Jewit, al llegar a la isla Soledad, se encontró con numerosos buques de banderas inglesa y norteamericana que se ocupaban de la pesca de anfibios. Jewit les transmitió a estas embarcaciones la prohibición de explotar en la zona de Malvinas, así como sacrificar a los ganados bajo pena de detenerlos y de remitir a los infractores a Buenos Aires.
Reclamo británico
El paso del tiempo...
El representante de Naciones Unidas, que visitó Ushuaia en 2010, afirmó que hay otros 15 casos más en el mundo que son similares a los reclamos de la Argentina Y pidió tener paciencia.
Norma constitucional
Con la reforma de la Constitución nacional en 1994, los convencionales integraron a la Carta política argentina el capítulo: “Disposiciones transitorias”. Allí se afirma que “la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional.
Sin embargo, las relaciones entre las grandes potencias, especialmente entre Estados Unidos y Gran Bretaña impidieron desde una visión realista que las islas se encuentren bajo la jurisdicción nacional.
Desde 1823, Luis Vernet y Jorge Pacheco obtuvieron del gobierno de Buenos Aires el derecho de pesca de anfibios en la zona de Malvinas.
Designación
Luis Vernet, hombre de confianza del gobierno de Buenos Aires, fue designado comandante político y militar de las islas Malvinas el 10 de junio de 1829. El decreto expresaba que: “Cuando por la gloriosa revolución del 25 de mayo de 1810, se separaron estas provincias de la dominación de la metrópoli, España tenía una posesión material de las islas Malvinas y de todas las demás que rodean el cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las principales potencias marítimas de Europa y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno dependían. Por esta razón, habiendo entrado el gobierno de la República en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre estas provincias la antigua metrópoli, y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas.(…) El artículo 1º decía: “Las islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos, en el mar Atlántico, serán regidas por un comandante político y militar, nombrado inmediatamente por el gobierno de la República Argentina. Artículo 2º. La residencia (…) será en la isla Soledad y en ella se establecerá una batería bajo el pabellón de la República. 3º. El comandante político y militar hará observar por la población de dichas islas las leyes de la República y cuidará en sus costas de la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios” (el decreto estaba firmado por Rodríguez y Salvador María del Carril).
Reclamo británico
En respuesta a esta designación del gobierno de Buenos Aires, por primera vez y luego de haber abandonado Puerto Egmont en Gran Malvina en 1774, Gran Bretaña expresó su disconformidad y puso de manifiesto sus pretensiones de soberanía sobre el archipiélago.
El paso del tiempo...
En octubre de 2010, el titular del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas, Donatus Keith Saint Aimee, le pidió paciencia al gobierno argentino advirtiendo que Gran Bretaña “no abandonará las islas de un día para el otro”. Agregó que se trata de un proceso largo.
El representante de Naciones Unidas, que visitó Ushuaia en 2010, afirmó que hay otros 15 casos más en el mundo que son similares a los reclamos de la Argentina Y pidió tener paciencia.
El tanto, el 07 de abril pasado el Secretario General de Naciones Unidas recibió del canciller argentino una nota firmada por los doce mandatarios de la Unasur donde reiteran su “firme respaldo a los derechos legítimos” de la Argentina sobre Malvinas. En idéntico sentido los mandatarios ratificaron el permanente interés regional en que el Reino Unido de Gran Bretaña se avenga a reanudar las negociaciones con la Argentina y solicitaron a Ban Ki-Moon que la ONU renueve esfuerzos en cumplimiento de la misión de buenos oficios que le fue encomendada por la Asamblea General en sucesivas oportunidades.
Norma constitucional
Con la reforma de la Constitución nacional en 1994, los convencionales integraron a la Carta política argentina el capítulo: “Disposiciones transitorias”. Allí se afirma que “la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional.
“La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
Sin dudas, de acuerdo con el régimen internacional, resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y otros foros internacionales, siempre favorecieron los reclamos de la Argentina en cuanto a su justa reivindicación de soberanía.
Sin embargo, las relaciones entre las grandes potencias, especialmente entre Estados Unidos y Gran Bretaña impidieron desde una visión realista que las islas se encuentren bajo la jurisdicción nacional.
De modo que esta disposición constitucional no es solo “retórica ni meramente enunciativa”, tiene la fuerza de la convicción que por historia, geografía y el derecho, las islas Malvinas son parte de la integridad territorial de la Nación.
Fuente: http://www.diariolarepublica.com.ar
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