El premier británico la excluyó del plan de recortes en Defensa. Un sitio estratégico.
Paso vedado. Una imagen de las instalaciones en Mount Pleasant.
Las barracas. La base llego a tener unos 7.000 efectivos militares.
Miembros del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata que viajaron a las Malvinas con ex combatientes de dicha ciudad realizaron una producción audiovisual sobre las instalaciones militares que los británicos tienen en su base de Mount Pleasant. Los académicos hicieron llegar a Clarín su material, con la intención de mostrar la base “no en su fase defensiva sino en la de la proyección de su poderío hacia el hemisferio sur”.
Y denuncian, a través de un informe que elaboraron para el IRI bajo el nombre de La Fortaleza Malvinas, que la base es un “paradigma neocolonial” y tiene un evidente “uso como factor de disuasión. Señalan además que todo el complejo militar funciona como “un punto estratégico de control de toda la zona antártica y el Atlántico Sur”. Los miembros del IRI, entre ellos el también secretario del departamento de Islas Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur de la Universidad de La Plata, Federico Gómez, autor de las fotos, viajó a las islas a mediados de marzo junto a un grupo del Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas de dicha ciudad (CECIM), los que elevaron un rechazo formal a la base durante su viaje en entrevistas con integrantes de la comunidad y del gobierno isleño.
En las fotos a las que tuvo acceso Clarín se pueden observar desde los barrios que albergan a la nunca revelada cantidad de tropa estacionada en el Atlántico Sur hasta los enormes hangares rodeados por alambres de púa , y donde se estacionan aviones superveloces, como los Typhon, helicópteros, radares y misiles de acceso más que vedado incluso para los isleños. Y en el puerto militar, también restringido, se estacionan portaaviones y barcos patrulla con que Gran Bretaña vigila la zona.
Precisamente los ejercicios militares que Londres realiza cada año en el archipiélago fueron el eje del último cruce con la Argentina. Fue el año pasado cuando el gobierno protestó duramente ante la embajada británica en Buenos Aires, Cristina Kirchner llegó a decirles “piratas”, por la realización de lanzamiento de misiles tierra agua, los Rapier. Mientras los argentinos denunciaron que estas prácticas se realizaban “por primera vez”, para el Reino Unido eran “sólo una rutina” de los últimos 25 años.
El gobierno presentó su rechazo a los ejercicios en cuanto foro pudo, y en principio recibió el apoyo de la región, que a través de la Unasur los condenó.
En el medio se cruzó la propia interna británica. El Reino Unido está un plan de ajuste del gasto público en todos los ámbitos incluyendo el militar y la reducción de sus bases en todo el mundo. La protesta ante el gobierno de David Cameron de un grupo de militares, y sus advertencias contra el “peligro” que aún entrañaba la Argentina, llevó al gobierno del premier a aclarar rápidamente que la defensa de Malvinas no estaba incluida en los recortes.
Mount Pleasant es un centro militar de interés internacional. A mediados del año pasado, un grupo de expertos que trabajan con el Parlamento Europeo presentó una propuesta para una presencia marítima en las islas para promover la “europeización” de las bases militares que los franceses y británicos tienen en el mundo, entre ellas la de Gibraltar y la de Malvinas. El documento fue encargado por la comisión de Seguridad y Defensa de la Eurocámara, que considera “clave” para la estrategia militar de la UE y para la protección de las rutas comerciales contar con instalaciones en “ultramar”. Y generó un rechazo formal de la Cancillería.
“Los intereses británicos en el Atlántico Sur se ven posicionados en función de la presencia de esta base y de su poderío. Es la mayor base militar del hemisferio sur, enclavada en el Atlántico, señaló a Clarín Federico Gómez, quien también es miembro del Centro de Reflexión en política Internacional.
Fuente: www.clarin.com
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