Fue el 31 de marzo de 1982. Los informes
confidenciales de los comandantes que revelan cómo se organizó la Operación
Rosario, para recuperar las islas. El acuerdo entre el Almirante Anaya y el Teniente
General Galtieri antes de echar al General Viola de la Casa Rosada. El
"Nunca van a mandar la flota", del canciller Costa Méndez. Y la
reacción de Videla cuando se enteró del plan militar: "Que Dios los
ayude"
Por Juan Bautista Yofre
La Junta Militar que decidió y planeó la
recuperación y posterior guerra de Malvinas: el General Leopoldo Galtieri, el Brigadier
Basilio Lami Dozo y el Almirante Jorge Anaya
Tras la derrota de Malvinas los integrantes de la
Junta Militar, integrada por Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami
Dozo, con el respaldo documental del canciller Nicanor Costa Méndez, hicieron
un largo relato sobre el desarrollo del conflicto que ellos desataron.
Para algunos fue la base sobre la que trabajo la
"Comisión Rattenbach" que los juzgó. No es así, porque su máxima
figura, el Teniente General (RE) Benjamín Rattenbach, les dijo "no lo
vamos a leer".
El relato de los tres ex comandantes se inició en
diciembre de 1981 y se cerró tras la rendición de la Guarnición Militar de
Puerto Argentino, el 14 de junio de 1982.
El Informe de los comandantes está contenido en más
de 1070 páginas y tiene grandes lagunas, especialmente porque no explica por
qué tomaron la decisión de "ocupar" Puerto Stanley.
Por ejemplo, no se dice que el 18 de diciembre de
1981 llegó a Buenos Aires el Contralmirante (R) Luís Pedro Sánchez Moreno, el
embajador argentino en Lima, Perú. Según me relato, se tomaba una corta
licencia porque venía a apadrinar la boda de su hija. Ya que estaba y como
había una nueva Junta Militar fue a visitar a cada uno de los comandantes.
"El proceso se ha deteriorado mucho y tenemos que
buscar un elemento que aglutine a la sociedad. Ese elemento es Malvinas, Almirante
Anaya"
El viernes 19, fue a la audiencia que le fijo su
compañero de la Promoción 75 y comandante de la Armada, Jorge Isaac Anaya. La
entrevista se realizó en el despacho que el jefe naval tenía en el piso 13 del
edificio Libertad. Se saludaron con afecto y Sánchez Moreno comenzó a hablar de
la situación peruana mientras Anaya mostraba una mirada desatenta. Poco rato
después lo interrumpió:
Anaya: El proceso se ha deteriorado mucho y tenemos
que buscar un elemento que aglutine a la sociedad. Ese elemento es Malvinas.
Dicho esto, se quedó mirando, esperando una
respuesta.
Sánchez Moreno: He estudiado varios años en un
colegio inglés. Conozco a los ingleses tanto como vos, Margaret Thatcher no se
va a dejar llevar por delante por un gobierno militar. Los ingleses son como
los bull dog, cuando muerden a la presa no la sueltan…
Al instante, Anaya dio por terminada la reunión.
Asumió su papel de Comandante y con un formal "es todo Sánchez
Moreno" lo despidió. Sin embargo, la cuestión no terminó ahí.
El sábado 20, durante la fiesta de casamiento, el
dueño de casa y el Almirante Carlos Castro Madero, también compañero de
Promoción de Anaya, intentaron disuadirlo al Comandante en Jefe de la Armada,
pero fue imposible.
El 22 martes de diciembre de 1981, tras la asunción
del presidente de facto Leopoldo Fortunato hubo un cambio de
"atmósfera" en la Argentina a partir de la propia personalidad del
jefe militar, a quien comparaban con George C. Patton, el mítico General
norteamericano de la Segunda Guerra Mundial.
“Esto se derrumba”, dijo el embajador Figueroa
sobre el gobierno militar. “No se preocupe, el jefe tiene un plan”, respondió
un hombre de íntima confianza de Galtieri. El plan era Malvinas"
Intentaba reflotar el Proceso, pero pocos le
creían. La indiferencia era evidente. "El efímero gobierno de Viola dejó
una herencia de dificultades", dijo O Globo de Brasil. También afirmó:
"Los signos de agotamiento del régimen discrecional saltan a la
vista". Más contundente fue el corresponsal del Jornal do Brasil al
afirmar que el "ciclo de intervenciones militares se revela agotado".
"Esto se derrumba", palabras más,
palabras menos, dijo el embajador de carrera Gustavo Figueroa a días de
convertirse en jefe de gabinete del nuevo canciller Nicanor Costa Méndez.
"No se preocupe, el jefe tiene un plan",
respondió el Coronel Norberto Ferrero, el hombre de íntima confianza de
Galtieri, durante una cena a solas con Figueroa, el cónsul en Nueva York, en
noviembre de 1981.
“Dígame, ¿cómo no asesoró a los militares?”,
preguntó Martínez de Hoz tiempo después de la guerra. “La condición era tocar,
entrar e irse”, respondió Costa Méndez, el canciller argentino durante el
conflicto armado"
En realidad, Galtieri no tenía un plan sobre las
Malvinas porque el Ejército nunca lo trabajó como hipótesis de conflicto. La
que sí tenía un plan que se actualizaba permanentemente era la Armada.
El desbarajuste del gobierno del General Roberto
Viola, marzo-diciembre de 1981, fue amalgamando la relación personal entre
Galtieri y Anaya y luego vino la conspiración que puso sobre la mesa una simple
ecuación: Viola debe irse; Galtieri lo sucede con retención de la comandancia
en jefe del Ejército, dejando de lado la figura de "cuarto hombre" y
Anaya lleva adelante la ocupación de Malvinas.
En el caso del nuevo canciller Nicanor Costa Méndez
se presentó una situación similar. Bastante tiempo después de la guerra de las
Malvinas, José Alfredo Martínez de Hoz, el hombre más importante del
"establishment" argentino de esa época, le preguntó:
Dígame "Canoro", ¿cómo no los asesoró? a
los militares.
La respuesta fue:
La condición, para aceptar el cargo, era entrar,
tocar e irse" de las Malvinas.
El Vicealmirante Alberto Gabriel Vigo le envió el
documento “Secreto” Nº 326/81 al Vicealmirante Juan José Lombardo con la
instrucción de que “deberá elaborar personalmente y entregarme a la mano, el
Plan actualizado para la recuperación de Malvinas”.
El 22 de diciembre, el mismo día que asumió
Galtieri, el Almirante Anaya le pasó a su jefe de Estado Mayor, Vicealmirante
Alberto Gabriel Vigo, una orden escrita a mano que contenía tres puntos, tal
como se desprenden de su minúscula letra. Fue la primera orden del conflicto
armado que se avecinaba:
"1. MALVINAS
1.1. El CON (Comandante de Operaciones Navales)
presentarme un plan actualizado.
1.2. Enviar personal seleccionado para
reconocimiento.
1.3. Plan después ocupación.
1.3.1. Efectivos para permanecer en STANLEY.
1.3.2. Apoyo a dichos efectivos.
1.3.3. Logística para STANLEY.
1.3.4. Defensa de STANLEY.
2. SUPER ETANDARD
Deben ser traídos al país con todo su armamento a
medida que estén listos. Antes del 01 JUN 82.
3. P-3. Antes 01 JUN 82."
Sobre la base de esa orden, al día siguiente, el Vicealmirante
Alberto Gabriel Vigo le envió el documento "Secreto" Nº 326/81 al Vicealmirante
Juan José Lombardo con la instrucción de que "deberá elaborar
personalmente y entregarme a la mano, el Plan actualizado para la recuperación
de Malvinas".
Los Reyes Magos
Los diarios del martes 5 de enero de 1982
informaron que los tres comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas se reunirían
para analizar distintas cuestiones. Entre otras, "la recomposición del
cuadro de gobernadores" que secundarían la gestión de Galtieri, los
nombramientos de algunos embajadores políticos, la situación de algunos
oficiales de las Fuerzas Armadas que ejercían la presidencia en empresas
estatales y a los que se les había solicitado la renuncia y algunas líneas
generales del plan de austeridad, en particular los gastos de publicidad del
Estado. Nada de todo esto era veraz.
Galtieri en la Casa de Gobierno cuando se estaba
planeando la recuperación de las Malvinas
La reunión se llevó a cabo en el edificio
Libertador, sede del Ejército, a partir de las 9 de la mañana. Previamente, así
me lo relató el jefe aeronáutico, el jefe del Ejército le dijo al Brigadier
Lami Dozo, como al pasar, en un pasillo del tercer piso del edificio Libertador,
antes del inicio formal de la reunión:
"Negro", así lo llamaba Galtieri a veces
al jefe aeronáutico, quiero hablar con vos sobre Malvinas. La cosa no anda
bien", ya se observaban las próximas reuniones de fines de febrero en
Nueva York.
En esa reunión se analizó la cuestión Malvinas en
el contexto de la política exterior y se concluyó que debía adoptarse una
política "agresiva". Según el informe de marras, "en esa reunión
el caso Malvinas fue tratado fuera del temario de la Junta Militar. El análisis
del caso partió de la trayectoria de las negociaciones desde 1965 hasta la
fecha y los sucesos más recientes que hacían al tema". Además, el mismo
día se consideró dar un paso militar en el caso de no progresar la vía
diplomática.
El martes 12 de enero la Junta Militar, reunida en
el edificio Libertador a las 9 de la mañana, terminó de completar "un
análisis político", según La Nación, y analizar las próximas designaciones
de gobernadores y embajadores. Nada era cierto.
Lo que no se dijo al periodismo fue que el 12 de
enero "se trató la planificación militar de Malvinas como acción
alternativa en caso de fracasar la solución negociada con Gran Bretaña y
teniendo siempre el propósito de lograr el objetivo político a través de un
acuerdo. Por Resolución no incorporada al Acta de la Junta Militar, se
designaron, por consiguiente, a los señores General de División García,
Brigadier Mayor Plessl y Vicealmirante Juan José Lombardo para analizar la
previsión del empleo del poder militar para el caso Malvinas con un enfoque
político-militar que especificara los posibles cursos de acción. Se planeó
asimismo que el trabajo sería secreto y manuscrito, eligiendo distintos lugares
de reunión; y que además de los miembros designados tendrían conocimiento del
tema, en el momento oportuno, los jefes del Estado Mayor General de las tres
Fuerzas Armadas y el Sr. Canciller".
“Nunca van a mandar la flota”, dijo el canciller
Costa Méndez. El funcionario pensaba que el Pentágono lo iba a apoyar"
Aprovechando la estadía del embajador argentino en
Londres, Carlos Ortiz de Rozas, en Buenos Aires, Costa Méndez lo hizo dialogar
con el Presidente. Durante la reunión, 20 de enero a las 12.30 horas, se
conversó sobre el diferendo con Chile, pero Galtieri se mostró más interesado
en hablar de Malvinas. Años más tarde, Costa Méndez dirá que Ortiz de Rozas
habló con el presidente sobre la situación interna del gobierno de Margaret
Thatcher y de una eventual reacción británica si la Argentina invadía las Malvinas.
Para la historia, no hubo documentos escritos. Los
hay orales. Hasta ese momento, la evaluación que hacía el embajador Ortiz de
Rozas, sobre la respuesta británica, frente a la posibilidad de ocupar Malvinas
era la siguiente:
·
Ignorar el hecho.
·
Protestar o retirar el embajador.
·
Rompimiento de relaciones y sanciones
diplomáticas.
Costa Méndez se inclinaba por la primera
alternativa. "Nunca van a mandar la flota", le dijo a su secretaria
Laura Ayerza tras el 2 de abril de 1982. "'Canoro' pensó que el Pentágono
lo iba a apoyar", me completo la funcionaria.
El martes 26 de enero la Junta Militar se reunió a
las 9 de la mañana en el edificio Libertad. Durante la reunión se resolvió
"fuera de Acta" que el "Grupo Malvinas" conformado por
Lombardo, García y Plessl "preparara la exposición de los planes de la
alternativa militar a mediados de marzo de 1982".
Los vehículos anfibios en el Ara Cabo San Antonio
A renglón seguido se produjo la nueva Directiva de
Estrategia Nacional (DENAC) 1/82 y el Plan de Campaña Esquemático
correspondiente a la Directiva de Estrategia Militar (DEMIL)1/82.
En la DENAC 1/82 se explicita conceptos referidos
al Poder Nacional:
"a) Objetivo Político: Consolidar la soberanía
argentina en las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y contribuir a
afirmar su pleno ejercicio en el Atlántico Sur;
b) Resolución Estratégica Nacional: El Comité
Militar ante la evidente y reiterada falta de progreso de las negociaciones con
Gran Bretaña para lograr el reconocimiento pleno de nuestra soberanía sobre las
islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y convencido que la prolongación de
esta situación afecta el honor nacional, el pleno ejercicio de nuestra
soberanía en el Atlántico Sur y la explotación de recursos renovables y no
renovables, ha resuelto prever el empleo del poder militar para el logro del
objetivo político. Esta resolución deberá mantenerse en el más estricto secreto
durante el planeamiento y circunscripta exclusivamente a los titulares de las
áreas destinatarias".
Hacia Malvinas con los anfibios para el desembarco
(Foto: Revista Naval)
La Directiva Estratégica Militar 1/82 era más
explícita a los ojos de un lego: "La Operación desde el punto de vista
militar es apta, factible y aceptable", y que "la Fuerza Conjunta
estaría en condiciones de ejecutar la operación a partir del 15 de mayo de
1982".
Lombardo sería el jefe del Teatro de Operaciones
del Atlántico Sur (TOAS). El General de División García desembarcó en Puerto
Stanley el 2 de abril y en los días de la guerra, como jefe del Teatro de
Operaciones Malvinas, desplegó toda su fuerza mirando la frontera con Chile,
porque los chilenos pusieron a sus espaldas más tropas que las que habían
destinado en los días del conflicto del Beagle de 1978. El Almirante Carlos
Busser comandó la fuerza conjunta de desembarco. El Contralmirante Gualter
Allara fue el Comandante de la flota y el Contralmirante Carlos Alfredo García
Boll fue el Comandante de la aviación naval.
"Para los que imaginaron la “Operación Rosario”,
Margaret Thatcher no daría la orden de atacar a un blanco “no rentable”, eso
les enseñaba la historia"
El plan de ocupación establecía un "D+5".
Eso significaba que, una vez cumplida la misión, los buques y las tropas
volvían a sus destinos en el continente, quedando solamente una dotación de
alrededor de 400 efectivos cumpliendo tareas policiales, mientras se abría el
escenario diplomático.
Además de no generar víctimas fatales entre los
británicos debía brindarse un buen trato a los pobladores isleños. Especulaban
con la solución diplomática, pero al mismo tiempo llevaron carteles impresos
con los nuevos nombres de las calles de Puerto Stanley. Eso significaba que
iban para quedarse porque, especulaban, el Reino Unido nunca reaccionaría de la
manera que lo hizo: muy simple, para los que imaginaron la "Operación
Rosario", Margaret Thatcher no daría la orden de atacar a un blanco
"no rentable", eso les enseñaba la historia.
Rumbo al objetivo en Malvinas
La flota de ocupación zarpó de la base naval de
Puerto Belgrano el 28 de marzo y se encontraba navegando rumbo al sur seguida
de cerca, a manera de protección, por el portaviones 25 de Mayo y otros navíos.
Casi al mismo tiempo el clima se descompuso y se hizo necesario postergar el
operativo durante 24 horas.
30 de marzo de 1982: El canciller convocó en el
Salón Verde del Palacio San Martín a la primera línea de la Cancillería. Luego
de tomarles juramento de mantener el secreto, expuso sobre la situación en
Malvinas; recordó las distintas etapas de las negociaciones en los últimos
años; recordó las magníficas relaciones con Sudáfrica; mencionó las excelentes
relaciones con los Estados Unidos "grandes defensores de los pueblos
jóvenes contra los colonizadores y su rol en el mundo contra el
comunismo"; mencionó la decadencia del Reino Unido y del gobierno de la
señora Margaret Thatcher, quien seguramente perdería las próximas elecciones;
la difícil situación económica de su país que lo llevaría a vender su único
portaaviones y otros barcos de guerra por no poder mantenerlos y finalmente, de
que alguien tenía que tener el coraje de hacer algo por la recuperación de las
Malvinas y no olvidó decir que todo esto facilitaría la difícil situación
política con Chile.
Luego de hablar formuló una pregunta:
"Señores, ¿hay alguna pregunta?". El embajador Carlos Keller
Sarmiento, jefe del Departamento Europa Occidental, pidió hacer unos
comentarios, los que no fueron grabados. Aunque lo que pensaba lo volcó en un
memorando titulado: "Malvinas", de cuatro carillas al canciller, con
fecha 14 de abril de 1982.
Carátula del memorándum de Galtieri, Anaya y Lami
Dozo
"Parto de la base, escribió Keller Sarmiento,
que llevar el conflicto a un enfrentamiento militar de resultado dudoso para la
Argentina es nuestra peor opción. Total aislamiento, riesgo de una humillación,
graves consecuencias económicas, institucionales y políticas, destrucción
parcial o total de nuestra Fuerza Aérea, flota y efectivos militares, probable
caída del gobierno, disminución de la capacidad para negociar con el Reino
Unido el futuro status de las Islas, probable creciente intervención de Brasil
o Chile como fuerza de paz y pérdida de credibilidad y prestigio en el ámbito
internacional.
"Ante la eventualidad del ataque, una de las
primeras decisiones de Thatcher fue enviarle un mensaje a su amigo Ronald
Reagan para que intentara convencer a Galtieri de que no invadiera las islas"
31 de marzo: a las 12.57, la flota cortó las
comunicaciones con el continente, cambió el curso de navegación y se dirigió a
Puerto Stanley, cambió el nombre de código: de "Operación Azul" pasó
a "Operación Rosario".
Ante la eventualidad del ataque, una de las
primeras decisiones de Margaret Thatcher fue enviarle un mensaje a su amigo
Ronald Reagan para que intentara convencer a Galtieri de que no invadiera las
islas.
Luego, Gran Bretaña pidió una urgente reunión del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El mismo día, se le envió un largo
cable "S" al embajador Eduardo Roca, instruyéndolo a solicitar el 1°
de abril, "en hora que será determinada a vuestra excelencia telefónicamente",
"a fin de llamar la atención del Consejo de Seguridad la situación de
grave tensión existente entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte".
En el mismo texto "Secreto" y "Muy
Urgente", cable 697, se le ordena a Roca que "simultáneamente con
presentación nota a Consejo de Seguridad, sugiérese a V.E. entrevistar a
representantes permanentes de China y de Unión Soviética fin de imponerlos
situación. V.E. les señalará que la Argentina confía en seguir contando con
tradicional apoyo sus países sobre cuestión Malvinas". China y la URSS no
votaron por la Argentina.
"El 1° de
abril de 1982 los diarios ingleses informaban que dos submarinos británicos
habían recibido la orden de dirigirse a las “Falklands” en estado de alerta"
1º de abril de 1982: La Nación sacó a la calle la
edición N° 39642, tras 113 años de reconocido periodismo. El ejemplar de ese
día costaba 5000 pesos y en la tapa, a cuatro columnas, se leía el título
"Agravóse la crisis con Gran Bretaña" y a dos columnas se mostraba
una foto de los diarios The Guardian, The Daily Telegraph y The Sun de Londres,
en los que se informaba que dos submarinos británicos habían recibido la orden
de dirigirse a las Falklands en estado de alerta.
El "consejo" de Jorge Rafael Videla para
Galtieri
El 1º de abril de 1982, a la mañana, el ex
presidente Jorge Rafael Videla concurrió al Colegio Militar de la Nación del
que había sido su director once años antes. Por invitación del General Alberto
Carlos Lucena inauguraba un ciclo de conferencias para el Cuerpo de Cadetes
sobre las virtudes militares.
Según me confió años más tarde, llevaba un rato
hablando cuando observó que el Director del Colegio se levantaba para atender
una llamada urgente en un despacho cercano. Cuando terminó la conferencia
Videla pasó a otro salón donde se sirvió un "refrigerio", palabra
preferida de los militares, ocasión en la que el General Lucena en voz baja le
preguntó:
Enviaron al General de división Antonio Vaquero a
informarle a Jorge Rafael Videla de la recuperación de las islas
Mi Teniente General ¿usted ha escuchado algo sobre
una invasión?
¿Una invasión? ¿Dónde? No sé nada.
Cuando llegó a su casa tenía un mensaje: El General
de División Antonio Vaquero, Jefe del Estado Mayor del Ejército, vendría a
visitarlo a las 20 horas.
Con puntualidad castrense, Vaquero se presentó en
su living y Videla lo esperaba vestido sobriamente con saco y corbata,
impecable. Tras las palabras de circunstancias, Vaquero le dijo:
Mi general, le vengo a informar de una noticia que
va a salir publicada en los diarios de mañana. Habrá un operativo conjunto
militar y se ocuparán las islas Malvinas. El operativo sufrió un retraso por
razones climáticas, pero mañana a la madrugada se llevará a cabo.
“El Teniente General Galtieri me pide si tiene
alguna sugerencia que hacerle”, le dijo Vaquero a Videla luego de informarle
sobre la “invasión” de las islas. El ex presidente de facto respondió: “Que
Dios los ayude”
Jorge Rafael Videla se quedó helado. Seguramente
habrá recordado cuando en julio de 1978 el Almirante Eduardo Emilio Massera le
propuso a la Junta Militar dar un "paso militar" sobre las islas,
antes de que Videla se convirtiera en el "cuarto hombre". Estaba
claro que el viejo zorro lo hacía para desafiarlos a Videla y Agosti. El Almirante
Massera, "el sonriente", pasaba a retiro y estaba hablando para
"la tribuna". También pidió publicar una lista de desaparecidos.
A renglón seguido y antes de despedirse, Vaquero le
dijo:
El Teniente General Galtieri me pide si tiene
alguna sugerencia que hacerle llegar que me la diga a mí.
En segundos pasaron varios pensamientos por la mente
del primer mandatario de facto del Proceso de Reorganización Nacional.
¿Sugerencia? ¿Ahora cuando todo está decidido?
Fijó su mirada en Vaquero y solo le dijo:
Que Dios los ayude.
Fuente: https://www.infobae.com
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