Reunidos por la Editorial Taeda, estos son los
registros canónicos del conflicto armado de 1982 tomados por los reporteros
gráficos que cubrieron la contienda del Atlántico sur. Infobae anticipa en
exclusiva la muestra completa que, sin seguir un orden cronológico, se
desplegará mediante gigantografías en Plaza San Martín, en las inmediaciones
del cenotafio a los caídos de la Ciudad. Ese monumento, abrazado por las
imágenes, será el eje de los homenajes el próximo 2 de abril
Por Loreley Gaffoglio
El padre abraza a su hijo pequeño y despide al
mayor que parte hacia las islas Malvinas. Hay una emoción contenida e
incertidumbre por lo que pueda ocurrir.
(Foto: Juan Sandoval)
Todo es expectativa e incertidumbre. En un alto
luego del almuerzo, los soldados palpitan las noticias que preanuncian lo que
vendrá (Foto: Román von Eckstein)
Un picadito en las islas. Por un rato, a nadie le
importó nada más (Foto: Télam)
Es mayo de 1982, apenas unos días antes del
desembarco británico en el estrecho de San Carlos. Una unidad de comandos de la
Compañía 601, al mando del mayor Mario Castagneto, aborda un helicóptero para
controlar los alrededores del estrecho. Uno de los comandos carga en su espalda
un misil tierra-aire Blow Pipe con el que fueron derribados varios aviones y
helicópteros ingleses. (Foto: Eduardo Farré)
Cargado con bombas y cohetes, un Pucará sobrevuela
el malecón de Darwin. Busca a las tropas inglesas en Pradera del Ganso. Algunos
soldados contemplan la maniobra. La bandera argentina también (Foto: Télam)
El helicóptero Sea King de la Armada sobrevuela a
los soldados en el terreno. Sólo falta la orden de avanzar (Foto: Osvaldo
Zurlo)
Está solo y espera. Lo acompañan una ametralladora
antiaérea y un singular paisaje. La bahía está en calma. Los Harrier no
tardarán en llegar. (Foto: Télam)
A la vieja usanza de los pilotos de la Segunda Guerra Mundial, un suboficial pinta en el costado del A4B C-239 la silueta de la fragata Brilliant, atacada el 12 de mayo de 1982 (Foto: Fuerza Aérea Argentina)
Alerta Roja. Dos soldados corren a tomar posición
ante la inminencia de un ataque inglés. “Al principio, cuando anunciaban un
ataque-recordó el autor de la imagen, Eduardo Farré-siempre miraba para arriba
buscando la foto. Pero como los ingleses llegaban al caer la tarde, no captaba
nada. Ese día, miré para abajo y registré esta toma en Ross Road, frente a la
casa donde vivíamos. Me quedó juta, la posición de los pies, la trompa del jeep
con las luces encendidas”. (Foto: Eduardo Farré).
Soldados de todas partes del país combatieron en
Malvinas. Esta patrulla se desplaza por un descampado en Puerto Argentino.
(Telam: Román von Eckstein)
El piloto de este Skyhawk A4B dialoga con sus
auxiliares previa su partida para cumplir con una misión (Foto: Fuerza Aérea
Argentina)
El fuego y el humo caen sobre la bahía. Las bombas
inglesas buscaron destruir la pista del aeródromo. A lo lejos, un Pucará
permanece ileso a sus efectos. La guerra mostraba su peor cara (Foto: Telam /
Román von Eckstein)
Así quedó un Harrier abatido por la artillería
argentina. Un soldado argentino se aleja después de comprobar el derribo (Foto:
Eduardo Farré)
Si bien son soldados que acaban de realizar una
tarea de acción cívica, como mantener limpias las calles, para Eduardo Farré,
el fotógrafo que captó la imagen, la cuestión pasa por otro lado: “Es mi mirada
sobre cualquier guerra. Los vi marchando con los escobillones al hombro como si
fueran armas y me llamó la atención ese contraste con lo que se estaba
viviendo”.
Bien encolumnados, los proyectiles están listos
para abastecer a los cañones que esperan en las trincheras (Foto: Juan
Sandoval).
Con el hospital militar y una serie de contenedores
en primer plano, la columna de humo anuncia el primer bombardeo de los aviones
Vulcan a la pista de Malvinas. La guerra había comenzado.
Un lugareño ayuda a soldados argentinos a revisar
un contenedor en su establecimiento. Sólo contiene pasto y forraje para sus
ovejas (Telam).
Estoico, en soledad, el soldado custodia la entrada
de la Base Militar Malvinas. Los vidrios de las ventanas están hechos añicos o
han desaparecido por los efectos de las bombas. Los tambores de gasolina le
sirven como apoyo (Foto: Eduardo Farré).
Marineros de una fragata inglesa, como espectadores
en un partido de fútbol, acompañan el aterrizaje de un Sea King con heridos a
bordo. Contemplan la escena con tranquilidad e, inclusive, un par de ellos toma
fotografías. El mar permanece planchado (Foto: AFP)
Cepillos en mano, estos marineros del portaaviones
Hermes quitan la sal marina del ala izquierda de una Sea Harrier de la Royal
Navy. En las próximas horas, tendrá dura oposición de aviones y la defensa
antiaérea argentina (Foto: AFP).
No hay tiempo que perder. El quirófano espera a un
soldado herido. La urgencia está marcada por los pasos de los socorristas
(Foto: Télam).
El UH1H ambulancia está a punto de aterrizar en el
rompehielos Irízar convertido en buque hospital. Un auxiliar dirige la maniobra
(Foto: Eduardo Farré).
El frío está pegado en sus rostros. La naturaleza
no ayuda. El clima es implacable. Medio adormilados, inexpresivos, con la nieve
rozando sus botas y en una precaria posición, esperan los combatientes en su
trinchera. (Foto: Telam / Román von Eckstein).
Desde la parte trasera de un helicóptero Chinook,
vigila las posiciones argentinas durante un vuelo entre el estrecho San Carlos
y Pradera del Ganso. El arma permanece fija en sus anclajes (Foto: Eduardo Farré).
Domingo 2 de mayo de 1982, pasadas las 16. Dos
estallidos sacuden al crucero General Belgrano. La mole herida por dos torpedos
lanzados desde un submarino nuclear, comienza a escorar. En minutos se va a
pique. Una cámara capta el momento. En aquellos primeros minutos, más de 300
hombres pierden la vida. El resto escapa en botes inflables. Son más de 700. Un
hecho decisivo para el devenir del conflicto (Foto: archivo privado).
La bruma y la niebla lo envuelven. En soledad, sabe
que sus sufrimientos han terminado. No más bombas, estallidos, ni muerte. La
amargura de la rendición también lo golpeará sin piedad (Foto: archivo privado).
Así llegaban y así se iban, volando a ras del piso
y “besando” los montes cercanos. Las Chanchas estuvieron casi 428 horas en el
aire y transportaron 450.000 toneladas de carga en 60 vuelos (Foto: Eduardo
Farré).
El momento pudo haber sido registrado en cualquier
lugar del país. En la estación de ómnibus de la ciudad de Junín, una madre y su
hija despiden al ser querido. Intuyen que marcha hacia lo desconocido (Foto:
Juan Sandoval).
La emotiva despedida de un soldado que parte hacia
las islas (Foto: Juan Sandoval).
El cartel es claro y visible, para que no queden
dudas. Desde la Base Militar Malvinas, los pilotos de la Fuerza Aérea y de la
Aviación Naval serán guiados al combate (Foto: Telam).
En el Apostadero de Puerto Argentino ya bajaron los
hombres del Batallón de Infantería de Marina 5 y del Regimiento de Infantería
25 del Ejército, que tomaron el aeropuerto y avanzaron sobre la ciudad (Foto:
Telam / Román von Eckstein).
Los últimos retoques para el lugar donde serán
atendidos los heridos en combate. Médicos y enfermeras cumplirán una tarea sin
descansos y contra reloj (Foto: Eduardo Farré).
Los prisioneros británicos son revisados
minuciosamente. En primer plano, parte de sus equipos, armas y municiones. Pese
a lo dramático de la escena, no hay tensiones ni reproches (Foto: Rafael
Wollmann)
Las 10.46 de aquel 2 de abril. El soldado encabeza
una de las tantas patrullas. Atrás, la iglesia católica de Saint Mary.
Adelante, un auto inglés con el volante a la derecha, estacionado sobre la
izquierda para circular en esa dirección. Al fondo, un vehículo anfibio
argentino parece cumplir con las reglas de tránsito de las islas (Foto: Osvaldo
Zurlo).
Se concretó la Operación Rosario. El 2 de abril las
tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Los soldados ingleses son
requisados y mantenidos cuerpo a tierra. Esta fue una de las imágenes que
socavaron el orgullo británico (Foto: Rafael Wollmann).
Una vez recuperadas las islas, un contingente de
soldados se apresta a embarcarse rumbo a Malvinas. Para muchos será su primera
experiencia en avión. El Hércules de la Fuerza Aérea los espera. Bolsones al
hombro y fusiles en bandolera, no falta hasta el balde para el mate cocido
(Telam / Román von Eckstein).
Fuente: https://www.infobae.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario