Daniel Oscar Diarte falleció en combate el 3 de
junio de 1982. Hasta poco su identificación era exhibida en el Imperial War
Museum de la capital británica. Hace diez años, el veterano Osvaldo Hillar la
vio y le tomó una foto para emprender una cruzada para devolvérsela a su
familia
Por Walter Darío Vazquez
La cédula de identidad militar de Daniel Oscar
Diarte que fue restituida
Para el veterano Osvaldo Hillar el 2 de abril de
2009, a 27 años de la Guerra de Malvinas, fue un aniversario diferente. No por
el dolor y la tristeza que brotan de sus recuerdos cada vez que llega esa fecha
tan especial, sino por el contexto. En esa ocasión se encontraba en Inglaterra.
Había ido a Londres invitado por el Estado junto a otros cuatro ex
combatientes.
Hillar perteneció al Grupo de Artillería
Aerotransportado N° 4 de la ciudad cordobesa de La Calera. Estuvo en combate 56
días. Dos años después de la guerra se mudó desde Córdoba hacia su ciudad
natal: Ushuaia. Desde allí trabajó y trabaja a diario para reconocer a sus
“hermanos de corazón” y “concientizar” a las generaciones venideras.
En aquel viaje de hace diez años a la capital
británica recuerda que como parte de la iniciativa conmemorativa le dieron a
elegir una salida a un lugar emblemático de la ciudad. Junto a sus compañeros
decidieron visitar el Imperial War Museum. A pesar de que en el museo estaba prohibido
tomar fotos, Hillar llevó su cámara. Esa decisión, sin saberlo, sería el
puntapié de la historia que siguió.
En el centro y tomando la palabra, Osvaldo Hillar.
A sus costados, el embajador del Reino Unido en Argentina, Mark Kent, y el
presidente de la Fundación No Me Olvides, Julio Aro
En la recorrida por un área en la que se exhiben
objetos de soldados argentinos y británico, Hillar se detuvo frente al
muestrario y miró con atención una cédula de identidad militar, el documento
que el Estado le otorgó a cada soldado bajo bandera que viajó a las islas.
La cédula estaba algo alejada, expuesta contra una
pared, por lo cual él no alcanzó a distinguir el nombre y apellido de su dueño.
Lo único que llegó a visualizar fue el número de identificación: 8. Hillar se
acercó lo más que pudo, hasta donde le permitió la mampara de vidrio que los
separaba, y, en su interior, le susurró su pensamiento: “Dentro mío le dije ‘yo
te voy a llevar’”.
Hillar se propuso “agotar todas las municiones a
través de la paz y el diálogo para que esa cédula vuelva a su lugar de origen,
que es con su familia”. Para ello le tomó una foto -"me arriesgué, pude
haber tenido algún inconveniente", cuenta- con la idea de, ya de regreso
en el país, encontrar la manera de “transparentar lo que estaba en esa
fotografía”. Finalmente lo consiguió y en la cédula se pudo leer el nombre del
propietario: Daniel Oscar Diarte.
De izquierda a derecha, en segundo lugar, está
Alberto Llamas; a su lado, Alejandro Dachary junto a (sentado sobre la
escalera) Pascual Blanco; y en séptimo lugar, Daniel Diarte
El soldado clase 62 Oscar Diarte era de Mar del
Plata y había ido a las islas a desempeñarse como radio-operador en el GADA 601
de esa ciudad costera. Falleció el 3 de junio de 1982. Fue una de las víctimas
de un misil lanzado por el avión inglés Vulcan B.2 sobre Puerto Argentino, como
parte de la Operación Black Buck de la Real Fuerza Aérea (RAF).
El ataque fue a las 6.20. Testimonios en el libro
Malvinas, 20 años cuentan que en un amanecer muy frío y con garúa, se escuchó
el ruido de los motores de un avión que sobrevolaba la zona y de pronto, la
explosión retumbó hasta varios kilómetros. El misil impactó en el director de
tiro Skyguard. En esa acción también perdieron la vida el soldado Jorge Alberto
Llamas, el teniente Alejandro Dachary y el sargento Pascual Blanco.
Hoy, los restos de Diarte descansan en el
Cementerio Argentino de Darwin. Y su cédula de identidad ya no se exhibe en el
museo londinense: ahora está en manos de su madre, Dalis Cejas de Diarte.
Dalis Cejas de Diarte recuperó el documento de su
hijo
Tras saber que el documento era de Diarte, Hillar
lo mantuvo conservado en un cofre en el que guarda sus pertenencias de
Malvinas. No se animaba a dar el próximo paso: “Tenía muchas dudas: no sabía si
iba a estar con vida o no, no sabía cómo había llegado hasta el museo, no sabía
cómo enfrentar a su familia en caso de no estar con vida”.
Pasó un tiempo hasta que una noche se decidió a
conocer sobre Diarte. Se sentó frente a la computadora, lo buscó en los
padrones, supo que había muerto y se enteró de su historia. Así, desde hace dos
años, emprendió una cruzada humanitaria y diplomática para poder recuperarla y
devolvérsela a su familia.
No fue una misión sencilla. En el camino se topó
con barreras, porque “podía ser un obstáculo a las relaciones bilaterales que
lleva adelante el país”, explicó. Hasta que se encontró con la ayuda del
embajador británico en la Argentina, Mark Kent, clave para las gestiones que
hicieron posible concretar su cometido. También con la colaboración del
presidente de la Fundación No Me Olvides, Julio Aro. Dalia es parte de esa
organización.
El viernes pasado, en una cálida ceremonia
celebrada en el salón de la Casa del Balcón de la Universidad Nacional de Mar
del Plata, la madre del héroe argentino y otros familiares de Diarte recibieron
el objeto. Del acto participaron el embajador Kent, Aro e Hillar.
El momento en el que Dalia recibe la cédula de su
hijo
Con un sentido abrazo, el diplomático británico y
la mujer dieron por finalizado el emotivo acto. La imagen fue retratada por
todos los presentes con sus cámaras. Una foto significativa, como aquella de
Hillar que motorizó la historia.
Fuente: https://www.infobae.com
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