La presentación de los proyectos de ley del Gobierno para
reforzar el reclamo por las islas generó una reacción de Gran Bretaña y de los
isleños. Felipe Solá dijo que “hay que sacar del confort” a Londres para llevar
el debate a la ONU
Por Martín Dinatale
Entre la estrategia de “sacar a Inglaterra de la zona de
confort”, como dijo el canciller Felipe Solá para referirse al nuevo plan del
Gobierno por recuperar las islas Malvinas, y el planteo de Londres de
profundizar el apoyo económico y diplomático a los isleños, la relación entre
la Argentina y el Reino Unido por la causa del Atlántico Sur volvió a tensarse
al máximo en los últimos días.
La Casa Rosada envió esta semana al Congreso tres proyectos
de ley para reforzar el reclamo de soberanía argentina sobre las islas
Malvinas. Pero casi en paralelo, el “gobernador” impuesto por Londres en las
islas, Nigel Phillips, emitió desde Puerto Argentino un duro mensaje en el que
ratificó que los isleños contarán con el “apoyo eterno” del gobierno británico
incluyendo la defensa de su soberanía y del derecho a la autodeterminación
sumado a un incremento presupuestario.
Para que no quedaran dudas de que la tensión entre la Argentina
y Gran Bretaña por las islas ingresó en una nueva etapa de turbulencias
equiparable a los años de Cristina Kirchner en el poder, ayer el canciller Solá
fue tajante: “El gobierno anterior tuvo una política de baja intensidad
respecto a Malvinas deliberadamente”, dijo. Se refería a la estrategia
dialoguista esgrimida con Londres por Mauricio Macri durante los últimos cuatro
años.
Por el contrario, la “alta intensidad” vendrá ahora. La Casa
Rosada giró a Diputados los proyectos de creación de un Consejo Relativo a
Malvinas y la ley para reglamentar el nuevo mapa de la Argentina con la
extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados de plataforma continental
marítima y al Senado la iniciativa para incrementar las sanciones a la pesca
ilegal en el Atlántico Sur. Estas dos medidas fueron vistas con recelos en
Londres y entre los mismos isleños que ven en ello una nueva embestida de la
Argentina para avanzar con una política activa de recuperación del
archipiélago.
La idea de crear un Consejo Relativo a Malvinas con ex
combatientes, parlamentarios oficialistas y opositores y académicos le
permitirá a la Argentina fijar políticas de Estado a futuro en la causa
Malvinas para no incurrir en vaivenes propias de la política exterior que tenga
cada gobierno nuevo que asuma.
Pero lo que más molesta para la causa Malvinas a los isleños
es el incremento de sanciones de pesca ilegal en aguas aledañas a las islas ya
que esto podría generar un eventual conflicto con los barcos de patrullaje
argentinos y un pasaje de esos buques ilegales a las costas del archipiélago.
Este año hubo un cardumen de calamar al norte de Malvinas y
eso hizo que en determinado momento haya más de 20 pesqueros dentro de la milla
200, es decir en zona económica exclusiva argentina. Para que eso no vuelva a
ocurrir, la Argentina pondrá como valor de la multa para el buque que es capturado
y llevado a tierra un mínimo de 300.000 unidades pesqueras que quiere decir
300.000 litros de gasoil, además del valor total internacional de lo que tiene
en la bodega y de los gastos en los que se incurrió al llevarlo a puerto.
En relación a la actividad ictícola, hay otro tema sensible
que acaba de abordar la Argentina. El Instituto Nacional de investigación y
Desarrollo Pesquero compartía hasta ahora con autoridades científicas inglesas
información sensible de pesca. Pero ahora no lo volverá a hacer por decisión
del presidente Alberto Fernández.
El secretario de Malvinas en Cancillería, Daniel Filmus, se
reunió con los científicos de ese Instituto y les preguntó: “¿Quién cree que
esta información beneficia igual a la Argentina que a los usurpadores?”. Según
la Cancillería, allí se hizo un silencio, y luego todos dijeron: “Beneficia más
a los usurpadores”. Así fue como Filmus anunció que se suspendió todo
intercambio científico. “En uno de los temas soberanos, no podemos entregar
datos estratégicos a quien usurpa”, señaló Solá.
También genera inquietud la decisión de la Argentina de
avanzar con la nueva demarcación limítrofe de la plataforma continental
submarina que avaló en el 2019 la ONU. Es que allí se incluyó el debate del
área marítimo en disputa con Londres y en la Casa Rosada creen, como dijo el
secretario de Malvinas, Filmus, que es “un pasito más” en el camino hacia el
reclamo de la soberanía en las islas por la vía de Naciones Unidas instando al
Reino Unido a sentarse a la mesa de discusiones sin más dilación.
No solo esto. En medio de tanto debate por el caso Vicentin
y la pandemia de COVID-19 el canciller Solá mantuvo esta semana una serie de
conferencias con representantes de los gobiernos de Australia, Irlanda y
Armenia en las cuales se trataron, entre otros temas, la postura de la Unión
Europea respecto de las Islas Malvinas tras el Brexit.
El presidente Alberto Fernández presentó esta semana tres
proyectos de ley por la causa Malvinas
Sin dudas, de todos esos contactos del canciller argentino,
el que más alertó a Londres y a los isleños fue la conversación telefónica con
el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Simon Coveney.
En ese contexto, Solá dijo: “La Argentina desea transmitir su preocupación por
las eventuales implicancias que el acuerdo con la Unión Europea, en el que se
regula la futura asociación entre la UE y el Reino Unido, pudiera tener en
relación con los territorios argentinos de las Islas Malvinas, Georgias del Sur
y Sándwich del Sur que se encuentran bajo una disputa de soberanía con el Reino
Unido”. Y hubo un silencio del otro lado de la línea, lo que en la diplomacia
puede ser visto como un virtual asentimiento. Se sabe que Irlanda apoya la
posición argentina por el reclamo de las islas y ello irrita a Londres.
Toda esta estrategia desplegada en los últimos días por la
Cancillería en torno a la causa Malvinas persigue el único objetivo de emplazar
al Reino Unido a sentarse a dialogar y a conversar por la disputa de soberanía
tal como lo plantea la resolución 2065 de la ONU.
La contraofensiva británica
En paralelo a toda esta estrategia desplegada por la
Argentina en la causa Malvinas, tanto en Londres como en las islas hubo un
fuerte dispositivo que se dio en los últimos días para ratificar su posición
dominante en el archipiélago.
Los legisladores electos de Malvinas emitieron una carta
abierta en la que expresaron su “eterno agradecimiento” a las fuerzas
británicas por “la liberación de las fuerzas invasoras argentinas". El 38ª
aniversario de esa “liberación” de la Argentina se cumple mañana y habrá festejos
en las islas.
El "gobernador" impuesto por Londres en las
Malvinas Nigel Phillips emitió un discurso de fuerte apoyo de Gran Bretaña a
los isleños
También los legisladores de Malvinas resaltaron el
“compromiso del mando de las fuerzas británicas de las Islas del Atlántico Sur,
BFSAI, en asegurar la soberanía de las Falklands (Malvinas) y su deseo de
permanecer como un Territorio Británico de Ultramar”. La carta de los
asambleístas fue remitida también al Comandante de las Fuerzas Británicas de las
Islas del Atlántico Sur, Brigadier Nick Sawyer, que lidera la base militar de
Mount Pleasant con más de 2.500 efectivos británicos para la defensa de las
islas.
En paralelo a la carta de los legisladores isleños el
“gobernador” impuesto por Londres, Nigel Phillips, expresó en su discurso del
Estado de situación del archipiélago que los isleños “cuentan con el apoyo del
gobierno británico incluyendo la defensa de su soberanía y del derecho a la
autodeterminación y continuará a trabajar muy de cerca con Londres en asegurar
los intereses de las Islas en las negociaciones del Brexit”.
Phillips presentó el presupuesto de las islas para el
ejercicio 2020/21, a la vez que rindió cuentas sobre “logros y errores” durante
los últimos 12 meses y adelantó las políticas y metas para este año y 2021.
Entre los proyectos a ejecutar en las islas enumeró la
construcción de un puerto nuevo de aguas profundas, el mejoramiento de los
caminos rurales y muelles en distintas localidades de las islas, un plan para
asfaltar otro tramo de la arteria que conecta el Puerto Argentino con el
aeropuerto internacional, la ampliación del hospital KEMH, proyectos de
viviendas en la capital y adquisición de un par de aviones para el servicio
interno, entre otros puntos.
Todo esto, naturalmente llegará con un refuerzo
presupuestario del Reino Unido para las islas que en medio de la pandemia
quedaron en una situación de quebranto financiero por la caída de venta de la
pesca, una reducción de ingresos del área de turismo, una baja en la producción
de lana y una debacle en los proyectos petroleros.
Para llevar adelante todos los proyectos que anunció el
enviado de Londres a las Malvinas, el próximo ejercicio 2020/21 contará con un
presupuesto operacional de 81.7 millones de libras (unos 100 millones de
dólares) y una transferencia al Fondo de Equiparación Capital de £29.1 millones
(unos USD 50 millones) en apoyo a las inversiones de capital.
Al mismo tiempo, Gran Bretaña anunció por medio del
“gobernador” Phillps que se reforzará en los próximos meses la llamada
“Diplomática Pública Activa” desplegada por los isleños con el propósito de
mejorar y aumentar los contactos con América Latina. Esto implicará nuevos
viajes de legisladores isleños a diferentes países de América del Sur para
reflotar su posición de “Autodeterminación de los pueblos” y contrarrestar la
postura argentina de reclamo de soberanía.
También está prevista la invitación a 100 influencers de
Asia, Europa y las Américas para ayudar a elevar el perfil internacional de las
Malvinas, al igual que la participación activa en reuniones de organizaciones y
foros internacionales.
Más allá de la pandemia y de la caída de la actividad
económica en las islas, hay algo que no ha cambiado. “El apoyo del gobierno del
Reino Unido a las Islas incluyendo la defensa de su soberanía y el derecho a la
auto determinación seguirá firme”, dijo Phillips.
Todo este contexto de posiciones beligerantes hace prever
tiempos más turbulentos y nuevas tensiones entre Buenos Aires y Londres en
adelante alrededor de la causa Malvinas. Peor aún: el embajador británico en la
Argentina, Mark Kent, quien es un hombre dialoguista, muy racional y que ha
cosechado muy buenas relaciones con todo el arco político del país dejará la
embajada el año que viene. Y esta no parece ser una buena noticia en virtud de
contar con un diplomático dispuesto a aquietar los ánimos y generar un mayor
diálogo entre las partes en pugna.
Fuente: https://www.infobae.com
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