La Cancillería enviará en agosto al diplomático de carrera
Javier Figueroa. Tiene la instrucción de profundizar el reclamo de soberanía y
avanzar con las sanciones a la pesca ilegal
Por Martín Dinatale
El designado embajador argentino en Gran Bretaña Javier
Figueroa
En línea con una estrategia de mayor dureza hacia Gran
Bretaña por el reclamo de soberanía de las islas Malvinas que se impuso el
Gobierno, la Cancillería enviará en agosto a Javier Figueroa como embajador en
Londres, un funcionario de carrera diplomática que tiene buena relación con la
vicepresidenta Cristina Kirchner y quiere redefinir el vínculo que había hasta
ahora con el Reino Unido.
Figueroa se encontraba hasta ahora como embajador en Cuba y
durante el mandato de Cristina Kirchner fue designado como subsecretario de la
Secretaría de Malvinas en la Cancillería con Daniel Filmus. Este antecedente
fue central para que el presidente Alberto Fernández decidiera enviarlo a
Londres como embajador ya que ello forma parte de la idea del canciller Felipe
Solá de “sacar del área de confort” a Gran Bretaña en relación al diálogo que
la Argentina exige en la ONU por la soberanía de las islas Malvinas.
Ex alumno del Colegio Cardenal Copello de Villa Devoto,
abogado y diplomático de carrera, Figueroa estuvo destinado en las embajadas de
Sudáfrica y Cuba, en este último destino llegó por designación del entonces
presidente Mauricio Macri. Pero antes de eso, Figueroa había sido Subsecretario
de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas con Filmus entre los años 2012 y
2013.
Fuentes oficiales de la Cancillería dijeron a Infobae que la
instrucción que recibió Figueroa del canciller Solá para su destino en Gran
Bretaña es “mantener firme el reclamo por la soberanía de Malvinas, presionar
por el tema de la pesca ilegal en el Atlántico Sur y generar una agenda
positiva con Londres en temas económicos, culturales y científicos”.
Está claro que el perfil de Figueroa no es el mismo que tuvo
en su momento la embajadora de Cristina Kirchner en Londres, Alicia Castro,
quien mantuvo un discurso duro contra Gran Bretaña. En ese entonces las
relaciones diplomáticas eran muy tensas y se endureció el reclamo por las
Malvinas con el perfil combativo de la sindicalista aeronavegante.
Sin embargo, Figueroa llegará a la embajada en el Reino
Unido precisamente en un momento donde la Argentina decidió reforzar su
política defensiva sobre Malvinas, optó por eliminar la colaboración científica
con Londres en el Atlántico Sur, aumentará las sanciones a la pesca ilegal en
la zona aledaña al archipiélago y se dispone a crear un Comité de expertos,
legisladores y ex combatientes de guerra para fijar políticas de Estado a largo
plazo sobre la causa Malvinas.
En el diálogo que mantuvo con Filmus y Solá para aceptar el
reto de ir como embajador a Londres se supo que Figueroa avaló la idea de
potenciar el reclamo sobre Malvinas, aunque también mencionó la necesidad de
reformular la cooperación y relación con el Reino Unido ya que fue muy crítico
con el trato que tuvo Macri con los ingleses.
El canciller Felipe Solá
En este sentido, recientemente Figueroa publicó un artículo
en la revista Panamá que bajo el título de “Una política oceánica para el
Atlántico Sur”, planteó que “desde la derrota militar de 1982 -y la consecuente
negativa británica a reanudar las negociaciones iniciadas en la década del 70-
nuestras acciones diplomáticas se propusieron como objetivo la reapertura de
tales conversaciones. Para ello oscilamos alternativamente entre un intenso
activismo diplomático (gobiernos de Alfonsín y Néstor y Cristina Kirchner) y
estrategias de cooperación práctica con un nivel menor de confrontación
política (Menem, Macri)”.
De esta manera, el designado embajador en Gran Bretaña
destacó que “el Reino Unido mantiene su cerrada negativa a negociar a la vez
que ha expandido su presencia en el Atlántico Sur en diversos campos (político,
económico, militar y científico). Así, la presión moral o diplomática, por más
intensa y exitosa que fuera, se ha mostrado insuficiente para forzar al Reino
Unido a negociar”.
En términos prácticos Figueroa propone que “el Atlántico Sur
nos debe convocar por lo que es: un espacio de futuro, de potencial desarrollo
económico y científico, de incalculables recursos. Debe ser un espacio de
unidad nacional, que convoque a nuestra creatividad y audacia”. Y recalcó que
“la disputa de soberanía más que un obstáculo para el avance de nuestros
intereses en estos vastos espacios australes, debe ser leída como un
catalizador de nuestras potencialidades, como un llamado a desarrollar políticas
imaginativas y despertar una vocación oceánica en nuestro país”.
A la vez, en otro artículo que publicó en el portal Nodal,
el nuevo embajador argentino en Londres apunta a mantener una política activa
de control y explotación de la pesca en los mares del sur.
“No debemos perder de vista que algunos de los buques que
operan en Malvinas operan posteriormente en alta mar luego de cerrada la
temporada en las Islas. Por otra parte, la cantidad pescada en cada temporada
en Malvinas tiene influencia en la cantidad de pescado disponible en la
Argentina. Estas cuestiones debieran estar presentes en nuestra agenda
bilateral con el Reino Unido”, escribió.
Fuente: https://www.infobae.com
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