Tal hecho se acentuó luego de la capitulación, aún antes de que la
bandera nacional fuera izada oficialmente en la residencia del gobernador.
Como comentaría luego el Comandante de la fuerza de desembarco: “A estas alturas, prácticamente en todos los mástiles había banderas argentinas; a medidas que nuestros hombres se acercaban y veían un mástil, alguien se destacaba y colocaba una bandera. Creo que casi todos los que conocían el objetivo de la operación deben haber llevado escondida en su pecho alguna bandera argentina, porque la cantidad que apareció en ese momento fue increíble. Después los oficiales me confesarían que habían dejado agotados los depósitos de banderas en la Subintendencia de Puerto Belgrano. Se habían llevado todas las que pudieron conseguir porque estaban seguros de ejecutar la operación con éxito y de poder embanderar a su gusto la localidad de Puerto Stanley, como todavía se llamaba y que luego se modificó”.
Uno de los que pudo registrar tales momentos, fue el soldado Gilli
Fernández, de 20 años, que escondió entre su rústico uniforme de infante de
marina, una pequeña cámara de fotos instantáneas, con las que documentó ese día
del 2 de abril en Malvinas.
Tales fotografías, y sus impresiones, fueron publicadas como parte de
un documento especial en la revista Gente, bajo el título de “Las fotos que
sacó un soldado”.
Allí comenta que la primera bandera argentina que observó izarse y
fotografió, fue en el aeropuerto, puesta por un infante que se subió a la
delgada torre metálica existente en el diminuto edificio de la terminal del
“Stanley Airport”. Al verla flamear, comentó: “Fue uno de los momentos más
emotivos, y algunos hasta lagrimeamos. Pensé en ese momento en todos los
argentinos, en mi familia, en mis amigos, y decidí sacar la foto”.
No fue el único episodio de ese tipo que pudo retratar. Patrullando en
un vehículo por la costanera, registró otro de tales izamientos. Pero se quedó
un poco corto en el enfoque, y el resultado fue “una foto imperfecta”, como la
denominó, pues no alcanzó a tomar la parte superior de la enseña patria, y esta
salió cortada. Explicaría sobre ella: “¡Qué lástima que corté a la Bandera
Argentina! Si hubiera levantado un poco más la cámara, me salía todo. Pero
igual tomé lo que me interesaba: cuando tres compañeros izan la enorme y
hermosa bandera, en el mástil principal, sobre Ross Road, frente al mar, y
también al mundo. ¡Hacía tanto tiempo que esperábamos este momento!”
En tanto, casi sobre el mediodía del 2 de abril, se realizó el
izamiento oficial. También allí se hicieron presentes los gestos de emoción:
“Solemnemente, a las 11:20 hs. La bandera británica fue arriada de su mástil, y
en su lugar se izó la bandera celeste y blanca de la República Argentina ante
conmovidos soldados que con lágrimas en los ojos entonaron las estrofas del
Himno Nacional”, explica en su obra Rubén Moro.
Como comentaría luego uno de los infantes de marina participantes:
“Una de las primeras grandes emociones del grupo fue contemplar la bandera
argentina que ya había reemplazado a la inglesa y luego escuchar por radio por
primera vez, transmitido desde la radio de Stanley, el Himno Nacional
Argentino”.
Fuente: Fundación Malvinas, Malvinas Historias Ocultas de la Guerra,
Ediciones del Boulevard, 2012
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