Por Roberto García Moritán (*)
Michael Gove
La pesca es una cuestión candente que desnuda
agresiones intolerables. El diario The Guardian informó que un euro diputado
del Reino Unido aconseja hundir a los buques pesqueros extranjeros que faenen
en aguas británicas como se hiciera con el ARA Belgrano en la que murieron 323
marinos argentinos. Si bien se trata de una reprochable manifestación
individual, el irresponsable desatino adquiere relevancia ante referencias de
que Londres defenderá la pesca con un considerable aumento de presencia naval,
tanto en Gran Sol como en Malvinas.
El Ministro Michael Gove, responsable de pesca en
el gobierno de la señora May, ha señalado que una vez que se consuma el
divorcio con la Unión Europea fletará una armada, compuesta por cinco buques de
guerra y dotados de helicópteros y drones, para el control de la pesca en
dichas aguas. De acuerdo a informaciones públicas, el buque HMS Forth, con 90
metros de eslora, cañones automáticos de 30 milímetros y 24 nudos de velocidad
crucero, se destinaría a Malvinas.
El tema es desilusionante por cuanto Malvinas,
Georgias del Sur y Sándwich del Sur no enfrentan un problema significativo de
pesca ilegal. De hecho, no se ha producido una situación conocida de
depredación de estas características en las últimas décadas que justifique la
necesidad de una reacción comparable a la que enfrenta la Argentina en la milla
201. Menos aún de pesqueros argentinos. Consecuentemente, la protección
pesquera anunciada por el Ministro Gove sería claramente excesiva en el
Atlántico Sur.
No es la primera vez que el Reino Unido utiliza medios
militares desproporcionados en lo que hace a la pesca. Ya existió un episodio
criminal con el hundimiento por parte de la fuerza aérea británica de un barco
pesquero argentino desarmado en Malvinas, en mayo de 1982. Falleció un pescador
y doce resultaron heridos.
La pesca ilegal, no declarada y no registrada
(INDNR) en las aguas circundantes a Malvinas es muy distinta a la milla 201 por
las características del caladero. Tampoco tiene la amenaza de una masiva presencia
pesquera extranjera. El hecho lo prueba el énfasis de las decisiones de las
autoridades ilegitimas del archipiélago al haber negado licencias de pesca a
buques chinos por no ajustarse con normas sustentables y no por pesca ilegal
pese a reconocer que China no cumple con los estándares internacionales en la
materia.
Tampoco Malvinas es una zona marítima con una
situación de competencia pesquera similar o comprable a Gran Sol en el
Atlántico norte. En este contexto y existiendo una dilatada y sensible disputa
de soberanía por resolver en el marco de las resoluciones pertinentes de las
Naciones Unidas, es hora que el Reino Unido adopte un enfoque de mayor
contención y prudencia y evite caer en medidas irritables, como las anunciadas
por el Ministro Gove, que poco tienen que ver con la protección de intereses
exclusivamente pesqueros.
(*) El autor es ex vicecanciller de la Nación.
Fuente: https://www.infobae.com
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