La
cuarentena dispuesta para hacer frente a pandemia del COVID-19 disparó un
aluvión solidario de parte de aquellos que en 1982 combatieron en las islas.
Desde sus respectivos centros y asociaciones, llevan adelante una importante
labor solidaria y asistencial con quienes más lo necesitan
Por
Adrián Pignatelli
Veteranos
en la ciudad de Rosario, en uno de los tantos operativos solidarios.
La
cuarentena no iba a vencerlos. El hecho tan simbólico como el de izar todos los
días la bandera en el histórico monumento en la ciudad de Rosario no podía
interrumpirse solo porque los empleados encargados debían cumplir con el
aislamiento obligatorio. Fue así que veteranos de guerra de Malvinas, luego de
obtener el permiso de las autoridades, se organizaron en turnos rotativos para
izar y arriar todos los días la bandera del mástil mayor del monumento.
Esto
es la punta de un iceberg solidario en el que los veteranos de todo el país se
organizaron para dar una mano a los que más lo necesitan en esta cuarentena.
Adolfo
Schweighofer, que desde enero de este año es el presidente de la Comisión
Nacional de Ex Combatientes de Malvinas del Ministerio del Interior, brindó a
Infobae un panorama de las algunas de las actividades solidarias y sanitarias
ante la emergencia por el COVID-19 que están llevando a cabo en conjunto la
Comisión mencionada, la Confederación de Veteranos de Guerra de Malvinas de la
República Argentina y la Federación Bonaerense de Veteranos de Guerra.
Manos
a la obra
Para
Schweighofer, que en la guerra fue un conscripto clase 62 del Destructor
Piedrabuena, uno de los buques que rescató a los náufragos del Crucero General
Belgrano, habla con pasión y cada tanto mezcla un “cumpa” o un “vago” para
referirse cariñosamente a sus compañeros, donde la guerra selló a fuego lazos
de amistad que hasta hoy perduran. Infobae lo encontró en plena recorrida
callejera, tiene el permiso que le permite circular, aclara. Comprometido con
la labor, aseguró que el secreto estaba en “organizar y planificar la
solidaridad”. Y los veteranos tomaron la consigna al pie de la letra.
El
Centro de Ex Soldados Combatientes de Malvinas en plena tarea.
La
pandemia los sorprendió cuando en todo el país se preparaban para conmemorar
otro 2 de abril. Y a pesar de que son actos que se hacen a pulmón, aquellos que
habían reunido dinero para contrataciones de músicos o equipos, lo donaron para
que fuera usado en esta emergencia.
Pusieron
manos a la obra para obtener alimentos para llevarlos a lugares donde siempre
se necesitan. Contaron con la colaboración desinteresada de los camiones que
llegan al puerto de Rosario a descargar el cereal y que vuelven vacíos a sus
lugares de origen. Ahora lo hacen con mercadería o ropa para los que menos
tienen.
Con
la cocina a cuestas
También
es común ver en ciudades o en barrios alejados, de muchos puntos del país, esas
cocinas de campaña enganchadas a camiones que el Ejército donó a agrupaciones
de veteranos de guerra. Cada cocina, originariamente alimentadas a leña, tienen
la capacidad de brindar 250 raciones, y en su lateral acarrea un recipiente de
73 litros para chocolate, café o mate cocido siempre calientes.
Son
muchos los puntos del país donde los veteranos están trabajando. Por ejemplo,
en Santa Fe, integran el comité de crisis junto al municipio y al gobierno
provincial. En Rosario, los veteranos coordinan la ayuda a indigentes de
diversos barrios de esa ciudad, y la agrupación de Reconquista donó una bomba
de infusión para el área de terapia intensiva del hospital local, valuada en
120 mil pesos.
A
187 kilómetros de la capital, camino al oeste, se encuentra la ciudad de El
Trébol. Allí, los excombatientes, coordinados por Osvaldo Martínez y Oscar
Scaglia, colaboran con el municipio en los controles de vehículos que ingresan.
Para ello, realizan guardias de tres horas rotativas, en los que toman datos
personales y temperatura a los automovilistas.
Veteranos
de la provincia de Santa Fe entregando alimentos no perecederos.
En
otros puntos, como San Javier, Esperanza, San Carlos Centro, San Justo, Gálvez,
Rufino, Villa Ocampo y Laguna Paiva junto a ONG, reparten barbijos. Y en Cañada
de Gómez arman colectas solidarias, consistentes en alimentos, especialmente
leche en polvo, además de agua lavandina, desinfectantes, trapos rejilla,
jabones y papel higiénico.
En
la provincia de Buenos Aires llevan adelante diversas acciones solidarias y de
asistencia, en coordinación con la Federación de Veteranos bonaerense. Como
ejemplo, vale citar el caso de Mar del Plata, la Asociación Veteranos
Defensores de Malvinas entrega alimentos no perecederos a comedores en
distintos barrios, “dada la difícil situación sanitaria del país sumada a las
dificultades económicas que complican día a día a la población marplatense”,
cuentan. También en Tigre, donde es común verlos con la cocina de campaña a
cuestas o en Merlo, asistiendo a escuelas.
En
una escuela en Merlo, agradecen la ayuda de los veteranos.
Son
miles los ex combatientes que se movilizaron para enfrentar la pandemia. Pero,
lo cierto es que muchos de ellos desde hace años trabajan en distintas acciones
en sus comunidades. En Corrientes, confeccionan barbijos en impresoras 3D para
el personal médico, en Paso de la Patria e Ituzaingó reparten gratis los
barbijos artesanales, o en Esquina donde colaboran para que al hospital no le
falten insumos y medicamentos.
Veteranos
del partido de Tigre, en plena tarea.
Los
que tienen mal acostumbrados a la gente son los veteranos de Curuzú Cuatiá, ya
que son memorables los locros que hacen para compartir con la gente. En la
última Pascua, repartieron 150 platos y hacen la vista gorda cuando alguien
vuelve a ponerse en la cola para tener una porción extra.
Del
norte al sur
El
Centro de Ex Soldados Combatientes en el Atlántico Sur de Santiago del Estero
también entrega barbijos confeccionados por veteranos y participan de la
campaña de vacunación antigripal domiciliaria a afiliados del PAMI en situación
de riesgo; de esta manera, personas con diabetes, hipertensión, con afecciones
cardiológicas y discapacitados, sean o no veteranos, están incluidos en esta
asistencia. También son los encargados de llevarles medicamentos a los ex
combatientes en situación de riesgo que no puedan acercarse a las farmacias.
Todos los gastos corren por cuenta del Centro local.
En
el centro de veteranos de Misiones, también se desarrollan acciones de
asistencia.
En
Misiones, los veteranos pusieron a disposición del gobierno las instalaciones
de sus centros, así como 22 vehículos de propiedad de ex combatientes, a fin de
usarlos para traslados de personas, o para llevar medicamentos o alimentos. En
el hospital de Leandro N. Alem tres veteranos son los que preparan el almuerzo
a médicos, enfermeras y personal de seguridad.
Agrupación
2 de abril es el nombre que lleva el Centro de Ex Soldados Combatientes de
Malvinas en Tucumán. Junto al Centro Vecinal Unidos por San Andrés colaboran en
tareas de seguridad, salud, limpieza y recolección de residuos, y además son
los que les acercan barbijos a personas mayores.
Todo
listo para continuar haciendo barbijos, en Tucumán.
En
el mismo sentido, se destaca el reparto diario de bolsones de alimentos que
llevan adelante los veteranos de Neuquén, con productos adquiridos de sus
propios bolsillos.
En
Tierra del Fuego, donde las islas Malvinas se sienten tan cerca, en la ciudad
capital se entregan barbijos junto a diversas ONG. El presidente del Centro y
también de la Fundación Malvinas, Conrado Zamora, cuenta que cedieron sus
instalaciones del centro para que fuera la oficina de coordinación de la línea
107 de las ambulancias de emergencias. Además, en la medida de sus
posibilidades, se adecuaron las instalaciones de la fundación y se les brindó
alojamiento a personas en situaciones de riesgo.
Veteranos
neuquinos, trabajando en los barrios.
Schweighofer
encuentra cierta similitud entre la pandemia y la guerra. “De Malvinas nos
quedan, lamentablemente, las oportunidades perdidas y lo que nos pasa ahora nos
brinda la oportunidad de crecer como sociedad. Y para esto, lo que vivimos en
las islas a nosotros nos sirve”.
Habla
con admiración de sus compañeros y del temple que muchos demuestran. Y
asombrado, advierte: “Ojo que estos vagos no paran, eh”.
Fuente:
https://www.infobae.com
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