La
tradicional Institución de Temperley puso una placa en honor al ex alumno
Gustavo García Cuerva, piloto de Mirage que falleció en combate durante la
guerra en las islas.
Patriota.
Garcia Cuerva junto a su avión Mirage, antes de una de las tantas batallas en
que participó en la guerra de las Islas Malvinas
Por
Florencia Saglio
El
12 de abril de 1982 comenzaba la guerra para recuperar las Islas Malvinas. Allí
lucharon cientos de argentinos. Algunos volvieron, otros no. Esta es la
historia de uno de ellos, uno de los que quedaron inmortalizados en el
archipiélago.
Gustavo
García Cuerva estudió en el Colegio Manuel Belgrano de Temperley. En cuarto
año, a uno de terminar la secundaria, decidió abandonar los libros para
iniciarse en lo que era su verdadera pasión: entrar en la Fuerza Aérea
Argentina para ser piloto de aviones de combate.
Acto.
El patio del Manuel Belgrano se llenó de gente para homenajear al ex
combatiente.
En
la guerra, García Cuerva fue tripulante de uno de los aviones más importantes
que el país puso al servicio de las acciones bélicas: un Mirage (M-III). Fueron
muchas las batallas que combatió, pero es la última la que lo llevó a la
gloria. El 1° de mayo de 1982 llegó al continente el alerta de la presencia de
buques enemigos. Desde la Base Aérea Militar de San Julián despegan tres
aviones Mirage con el objetivo de localizar y atacar los buques de la flota
inglesa. A las 15.45 de ese sábado, Gustavo García Cuerva y su compañero Carlos
Perona despegan de la Base Aérea Militar de Río Gallegos en sus respectivos
aviones M-III. Debían llegar al mismo objetivo que sus tres compañeros. Se
trataba del primer combate aire-aire con los aviones de la fuerza inglesa.
Ya
cara a cara con los poderosos Sea Harrier y Vulcan británicos, Carlos Perona
fue alcanzado por un misil enemigo y decidió eyectarse para salvar su vida.
García Cuerva siguió en vuelo a pesar de que su avión se estaba quedando sin
combustible. “Él no quería perder su nave. Tuvo la posibilidad de eyectarse en
las islas y salvarse, pero decidió seguir para salvar su equipo. Entonces optó
por intentar aterrizar”, contó Perona, durante el acto que Manuel Belgrano le
hizo a García Cuerva.
El
piloto quiso entonces llevar su avión a la Base Aérea Militar de Malvinas, pero
trágicamente falló la comunicación directa con tierra, y García Cuerva fue
derribado por error por el fuego antiaéreo del Ejército Argentino cuando estaba
a metros de la pista de Puerto Argentino.
Folleto.
Los alumnos los repartieron antes de comenzar con el acto.
A
37 años de su muerte, los alumnos de 6° año del Colegio Manuel Belgrano de
Temperley decidieron hacerle un homenaje a quien por ley integra una lista de
“Héroes Nacionales” fallecidos en combate, y que recibiera por su acción la
máxima condecoración que puede tener un soldado: la medalla al “Heroico Valor
en Combate”.
“Lo empezamos a organizar en la clase de
Historia con la profesora Elizabeth Rando”, comienza contando Faustina Casaux,
una de las alumnas que organizó el homenaje, y sigue: “Vino Gustavo Funes, un
excombatiente, a darnos una charla sobre la guerra y nos contó la historia de
García Cuerva. Fue ahí cuando decidimos recordarlo”.
En
primera fila, la mamá, la hermana y la esposa de Gustavo García Cuerva.
La
emoción se sentía en el aire, el día estaba soleado. El patio del colegio se
colmó de ex combatientes que lucharon junto a García Cuerva, cantaron el Himno
Nacional Argentino a viva voz y se emocionaron con cada palabra mencionada. Un
momento de mucha sensibilidad fue cuando Perona leyó unas palabras en honor a
Gustavo. El homenaje consistió en la inauguración de tres mástiles y una placa
con el nombre del ex combatiente junto a una frase del himno del colegio.
Los
nuevos mástiles que se inauguraron en honor al excombatiente
El
descubrimiento de la placa homenaje a García Cuerva fue el momento más
emocionante de la ceremonia. La misma reza el nombre del ex combatiente y una
frase que expresa el sentimiento de los soldados de Malvinas: “La bandera
flamea orgullosa porque sabe que en este lugar la custodian valientes corazones
que por ella la vida han de dar”.
Entre
los presentes estuvo Isabel Calabrese de García Curva, la mamá de Gustavo,
quien se acercó a saludar a todos los chicos que formaron parte de la
organización. “Para mí es muy movilizador que reconozcan así a mi hijo. El dio
la vida por este país y nadie nunca lo había homenajeado. Saber que estos
jóvenes lo tienen presente y decidieron armar todo esto me pone muy contenta”,
dijo Isabel. “Yo jamás me olvido de mi hijo, estoy muy orgullosa de él”,
concluyó.
Los
héroes de Malvinas, compañeros de García Cuerva, cantando el Himno Nacional
Argentino durante el homenaje.
Bajo
el lema del colegio, “Dios, Patria, Hogar”, y con la placa como homenaje, ahora
los alumnos tendrán presente al héroe de Malvinas cada vez que caminen por los
mismos patios donde él caminó.
Fuente:
https://www.clarin.com
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