11 de enero de 2020

CELAC, MERCOSUR Y UNASUR: EL CONFLICTO DE LAS ISLAS MALVINAS COMO UNA CUESTIÓN DE UNIÓN LATINOAMERICANA




Profesor Javier Luchetti. (*)
Profesor Marcelo Troncoso. (**)


Introducción.

Las Islas Malvinas ubicadas al sudeste de la Argentina en el océano Atlántico sudoccidental y pertenecientes a la plataforma continental argentina, ocupan un lugar estratégico geopolíticamente hablando, al encontrarse en las cercanías del continente americano y de la Antártida:

“Este archipiélago está situado en el océano Atlántico, a unos 550 km al este de Río Gallegos. Está formado por dos islas mayores: la Gran Malvina o isla Occidental, y la Soledad o isla Oriental, separadas por el estrecho de San Carlos. Hay, además, numerosas islas menores e islotes. Geográficamente forman parte del territorio argentino por estar asentadas sobre su plataforma submarina. Las islas Malvinas están formadas por rocas de la era Paleozoica, especialmente sedimentos devónicos y pérmicos, estos últimos de origen glaciario. Su relieve es levemente ondulado, con colinas bajas separadas por valles donde se acumulan los escombros procedentes del desgaste, y que a consecuencia de un proceso de descenso epirogénico han sido parcialmente invadidos por el mar, originando una costa de rías. En la isla Occidental o Gran Malvina se elevan el monte Adam (698 m), Beaufort (680 m) y María (669 m), en la parte norte, en tanto que hacia el extremo sur las alturas son mucho menores (monte Young, 338 m). En la isla Oriental o Soledad se levantan las colinas de Wicham, con el cerro Usborne de 684 m. El clima es frío oceánico, y las islas están bañadas por la corriente fría de las Malvinas. La temperatura media anual es de 6° C, y los vientos son muy fuertes, soplando del oeste y sudoeste. Las lluvias son superiores a 500 mm anuales. La vegetación natural se caracteriza por la falta total de árboles; hay solamente arbustos y hierbas”[1].

Los británicos conocedores de esta valiosa ubicación lejana a su país, Londres está a 14.000 kilómetros, han aumentado el presupuesto de defensa de las islas con el pretexto de defender a los kelpers de cualquier ataque argentino. Desde los años ochenta cuando ocurrió la invasión argentina, Gran Bretaña adoptó una política de seguridad para sus intereses y para los isleños:

“La política de seguridad militar para los isleños, adoptada por el Reino Unido, que creó una instancia física de defensa, se concibió como imperiosa en relación con la situación de enfrentamiento y la no declaración del cese de hostilidades por parte de la República Argentina, sino hasta los años noventa. La construcción de esta base requeriría contar con la presencia de personal que fuese acorde a las diversas etapas de construcción y a las cantidades necesitadas; es por ello por lo que el personal que se hallaba como dotación durante su construcción, nunca fue menor a tres mil soldados, sumados a ellos, los que se hallaban enmarcados en las naves que circundaban las aguas de las Islas. De esta manera, la inversión inicial de trescientos millones de libras esterlinas, como índice de la magnitud del esfuerzo presupuestario final para la construcción de esta nueva base aérea, fue estimada por el Gobierno británico”[2].

Brevemente, sin entrar en detalles porque ese no es el objetivo del siguiente trabajo, se puede señalar que existen razones históricas, geográficas y diplomáticas por las cuáles las islas son argentinas. En cuanto a las primeras:

“Las Islas Malvinas estuvieron hasta el proceso político desencadenado por la Revolución de Mayo bajo jurisdicción de la Corona española; La Argentina ejerció sobre las islas diversos actos de soberanía que tuvieron consecuencias políticas, jurídicas, administrativas y económicas. Este proceso se vio interrumpido en 1833 cuando los británicos tomaron las islas Malvinas de manera ilegítima haciendo uso de la fuerza. Por lo tanto lo hecho por Gran Bretaña puede considerarse una usurpación realizada en el marco de la política colonialista que esa nación europea desplegó durante el siglo XIX y que, aún hoy, dos siglos después de la independencia de las naciones suramericanas, hace posible que subsista un enclave colonial en la región”[3].

Las razones geográficas han sido mencionadas anteriormente. Y en cuanto a las diplomáticas, Argentina ha reclamado las islas desde 1833, puesto que las Provincias Unidas del Río de La Plata las heredaron luego de la independencia de 1816, tanto ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte como en diversos organismos multilaterales.

En la actualidad, Latinoamérica es un continente sin conflictos bélicos, cuyos países que lo componen tienen gobiernos democráticos de diversos signos políticos, que buscan relacionarse entre sí y con las grandes potencias en condiciones cada vez más igualitarias. A través de la paz, los gobiernos de Suramérica comprenden que no pueden sustraerse de un gran slogan utilizado por un grupo de ex combatiente de Malvinas: “Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina”. En la actualidad, la política de acompañamiento de los países latinoamericanos queda demostrada por las manifestaciones de apoyo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

La integración con una plataforma autónoma está demostrando que sirve para conseguir objetivos no solamente económicos, sino también sociales, políticos y de seguridad. La falta de integración en este último aspecto justamente quedó de manifiesto con el fracaso del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca firmado en Río de Janeiro, en 1947, por los países del continente americano incluyendo Estados Unidos, en ese entonces previendo un ataque comunista en plena guerra fría. Si hay algo que demostró la Guerra de Malvinas, fue que más allá que quien perdió fue Argentina, los países latinoamericanos eran vulnerables en los aspectos descriptos anteriormente especialmente en cuanto a lo económico y la seguridad.

Por suerte para nuestro país, los países latinoamericanos han recuperado posiciones autónomas en diversas cuestiones nacionales e internacionales lo que nos beneficia en la fuerza que requiere el reclamo por la soberanía argentina de las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Se entiende por autonomía dentro del marco de la globalización y regionalización, “la capacidad de los países para tomar decisiones sin seguir los deseos, preferencias u órdenes de otros”. El concepto de autonomía parte de las siguientes valoraciones:

“Que las referencias que la literatura teórica en relaciones internacionales hace a la reducción creciente de la autonomía estatal parten de una visión convencional de la autonomía y resultan, en consecuencia, anacrónicas. Señalan el impacto negativo de un nuevo contexto mundial sin plantearse que este mismo contexto ofrece otras condiciones de posibilidad y de desarrollo para la autonomía. Que la autonomía como condición guarda una estrecha correlación con la posición de los países en la estructura de poder global y con la forma en que estas mismas naciones utilizan sus recursos de poder. Sin embargo, otros factores afectan en forma progresiva las relaciones entre países; en particular las redes, normas e instituciones que los vinculan y las características de los estados. Que los factores internos desempeñan un papel importante en el mantenimiento y ampliación de los grados de autonomía de cada país (por ejemplo), la capacidad de adaptación a las circunstancias económicas/tecnológicas mundiales, el régimen político, la solidez de las instituciones, la competencia de las elites y la estabilidad política. Que todo lo anterior favorece en América Latina el tránsito de una autonomía que se define por contraste a otra que se construye dentro de un contexto de relaciones y que llamamos ‘autonomía relacional’. Este tipo de autonomía debe entenderse como la capacidad y disposición de un país para tomar decisiones con otros por voluntad propia y para hacer frente en forma conjunta a situaciones y procesos ocurridos dentro y fuera de sus fronteras. Según nuestra perspectiva, la defensa e incremento de los grados de autonomía de nuestros países no puede provenir hoy de política nacionales o subregionales de aislamiento, de autosuficiencia o de oposición”[4].

Justamente, el objetivo del siguiente trabajo es describir el apoyo de organismos que no solamente instan al diálogo entre Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, manifestando su defensa de la postura argentina, sino que también rechazan la continua actitud militarista de la potencia del Atlántico Norte en una zona declarada libre de armas nucleares y el tráfico de navíos con bandera de las Islas Malvinas.

1. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

La CELAC un mecanismo de diálogo y concertación política entre los estados de América Latina y el Caribe, que tratan de aunar posiciones en común a pesar de su diversidad política, económica y demográfica. Se puede decir que la CELAC, “es un mecanismo de diálogo y concertación política. Es un mecanismo articulador, que trabaja sobre la base del consenso. Es un foro que avanza sobre la convergencia de acciones e intereses comunes. Es una plataforma que facilita una mayor presencia de nuestra región en el mundo. Es un espacio para hacer frente a desafíos comunes”[5].

La CELAC tiene como antecedente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CALC), que tiene como valores comunes, “el respeto al derecho internacional. La igualdad soberana de los Estados. El no uso ni la amenaza del uso de la fuerza. La democracia. El respeto a los derechos humanos. El respeto al medio ambiente, tomando en cuenta los pilares ambiental, económico y social para el desarrollo sustentable. La unidad e integración de los Estados de América Latina y el Caribe. Un diálogo permanente que promueva la paz y la seguridad regionales”. Además, se trabaja sobre las bases de “la solidaridad. La inclusión social. La equidad e igualdad de oportunidades. La complementariedad. Flexibilidad. La participación voluntaria. Pluralidad. Diversidad.” La prioridad de la CELAC es:

“impulsar, la integración regional con miras a la promoción de nuestro desarrollo sostenible. Promover la concertación política, el impulso a la agenda latinoamericana y caribeña en foros globales, y un mejor posicionamiento de América Latina y el Caribe ante acontecimientos relevantes del ámbito internacional. Fomentar los procesos de diálogo con otros Estados, grupos de países y organizaciones regionales, para fortalecer la presencia de la región en el escenario internacional. Promover la comunicación, la cooperación, la articulación, la coordinación, la complementariedad y la sinergia entre los organismos e instituciones subregionales. Incrementar nuestra capacidad para desarrollar esquemas concretos de diálogo y cooperación internacional para el desarrollo, tanto dentro de la región, como con otros Estados y actores internacionales. (…) Promover la implementación de mecanismos propios de solución pacífica de controversias”[6].

Los países integrantes son los siguientes: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominicana, Dominica, Ecuador, El Salvador, Grenada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. En la cumbre celebrada en diciembre de 2011 en Caracas, la CELAC en un comunicado especial sobre las Islas Malvinas, señaló:

“su más firme respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, y el permanente interés de los países de la región en que los Gobiernos de la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden las negociaciones a fin de encontrar, a la mayor brevedad posible, una solución pacífica y definitiva a dicha disputa, de conformidad con los pronunciamientos pertinentes de la organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), tal como lo han manifestado en las anteriores Declaraciones del Grupo Río y de la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC), en particular la de la Cumbre de Riviera Maya, México, 23 de febrero de 2010, que integran el acervo histórico de la CELAC”[7].

Por otra parte, otorgaron importancia a “lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por el proceso recomendado por la Asamblea General”[8]. Asimismo, “destacan la permanente actitud constructiva y disposición del gobierno argentino para alcanzar, por la vía de las negociaciones, una solución pacífica y definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano”. De hecho, en esa misma reunión se instruyó a la presidencia pro tempore que realizara:

“una gestión  ante el Señor Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, a fin de solicitarle que renueve sus esfuerzos en el cumplimiento de la misión de buenos oficios que le fuera recomendada por la Asamblea General a través de sucesivas resoluciones a fin de que se reanuden las negociaciones tendientes a encontrar a la mayor brevedad una solución pacífica a la referida disputa y nos haga conocer los avances que se produzcan en el cumplimiento de su misión”[9].

La misma declaración se repite en la Cumbre desarrollada en Santiago de Chile, el 28 de enero de 2013[10]. En la II Cumbre celebrada en enero de 2014 en La Habana, Cuba, la presidencia pro tempore de la CELAC, junto con la presidencia pro tempore de la UNASUR, la presidencia pro tempore de MERCOSUR y el ministro de relaciones exteriores de Argentina, Héctor Timerman, se reunieron con el Presidente del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas y el Secretario General, para discutir el tema Malvinas y buscar nuevos avances al respecto, junto con nuevas gestiones realizadas por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon[11]. Por último, en la III Cumbre realizada este año en Costa Rica, el apoyo se hizo explícito nuevamente en una declaración, recordando en su artículo dos:

“que el 16 de diciembre de 2015 se cumplirá el 50° aniversario de la adopción de la resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de Naciones Unidas, la primera referida específicamente a la Cuestión de las Islas Malvinas, renovada posteriormente a través de sucesivas resoluciones de la Asamblea General y el Comité Especial de Descolonización General de Naciones Unidas hasta nuestros días, y observan con satisfacción la importante contribución hecha por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas en su consideración de la Cuestión durante los cincuenta años desde la adopción de la resolución 2065 (XX)”[12].

Por otra parte, en su artículo cuatro:

“reiteran la importancia de observar lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación, mientras las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes estén atravesando por el proceso recomendado por la Asamblea General”[13].

Por lo que hemos visto en las distintas declaraciones, se puede apreciar el apoyo de los países latinoamericanos y de la zona del Caribe a la causa Malvinas. Inclusive se han realizado gestiones junto con otros organismos de los que nos referiremos posteriormente, MERCOSUR y UNASUR, ante la Organización de las Naciones Unidas para activas y avanzar en la causa por la restitución de las islas a nuestro país. Esto es muy importante teniendo en cuenta la dependencia que tienen algunos de estos países respecto al Reino Unido en el aspecto político, lo que no les ha impedido apoyar los reclamos argentinos.

2. El Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

El MERCOSUR fue creado en 1991 mediante el tratado de Asunción, capital de Paraguay y está integrado actualmente por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Bolivia inició su proceso de adhesión en el 2012. Los países asociados son Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam.

Si bien al comienzo tenía como objetivo una mayor integración económica producto de la globalización, fue cambiando los objetivos a medida que pasaban los años. Sigue teniendo como objetivo el aumento del comercio entre sus miembros, el incremento del nivel de vida de sus habitantes, y una mayor inserción internacional, pero ha adoptado otras decisiones que tienen que ver con la ciencia, la tecnología, la educación e inclusive con política nacional e internacional. Otros temas tienen que ver con la democracia, la defensa y la integración política. Y además en nuestro caso de estudio, las Islas Malvinas también ocupan un lugar importante en la agenda del MERCOSUR.

Se busca, además, una agenda y acuerdos complementarios con organismos como la CELAC y la UNASUR en diversos temas, como las Malvinas, y otros que requieren un esfuerzo mancomunado para poder enfrentar los desafíos internacionales.

En San Luis, el 25 de junio de 1996, los países miembros del MERCOSUR, más Bolivia y Chile, reafirmaron “su respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía referida a la cuestión de las Islas Malvinas. Asimismo, recuerdan el interés hemisférico en que la prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre dichos territorios, alcance una pronta solución de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos”[14].

Tres años después, reiteraron su apoyo a lo mencionado en la anterior declaración, y repitieron “su indeclinable compromiso con la política de asegurar las comunicaciones y el tránsito de personas sin discriminación y de manera fluida y amistosa, exhortando asimismo a consolidar estos principios sin los cuales no será posible superar la situación imperante en el Atlántico Sur en materia de comunicaciones aéreas con las Islas Malvinas”[15].

En Montevideo en el año 2007, el Parlamento del MERCOSUR, no solo abona lo firmado en Potrero de Funes (1996) sino que también “se manifiestan de conformidad con el reiterado interés regional en que la prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, alcance una pronta solución de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas y las declaraciones de la Organización de los Estados Americanos”[16].

Los cancilleres tres años después no solo reafirmaban los derechos argentinos sobre las islas, sino que protestaban “por la decisión adoptada por el Gobierno del Reino Unido de llevar a cabo ejercicios militares, incluyendo disparos de misiles desde las Islas Malvinas. Expresan, asimismo, su rechazo a las declaraciones explicaciones formuladas recientemente por fuentes británicas a la prensa indicando que se trataría de ejercicios rutinarios que el Reino Unido habría llevado a cabo semestralmente durante más de 20 años en las Islas Malvinas”[17]. El MERCOSUR no solo se manifestó en contra de las actividades militares del Reino Unido, sino que también expresó su:

“rechazo a las actividades de exploración de recursos naturales no renovables en la plataforma continental argentina que desarrolla el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Estas actividades están en abierta oposición a lo dispuesto por la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que insta a las dos partes a que se abstengan adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por el proceso recomendado por la Asamblea General”.

En este sentido también coincidieron con la declaración de UNASUR de Los Cardales a la que nos referiremos posteriormente[18]. El mismo año, en la Reunión del Consejo del Mercado Común, los Estados Partes y los Estados Asociados, también repudiaron las actividades de exploración y explotación de recursos naturales, y llamaron a las partes a abstenerse de adoptar decisiones que implicaran la introducción de modificaciones unilaterales a la situación presente. Asimismo, “reafirmaron, en el marco de los acuerdos internacionales vigentes, su compromiso de informar al Gobierno Argentino sobre las embarcaciones o artefactos navales con rutas que incluyan las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur con cargas destinadas a las actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina y, de ese modo, prevenir o evitar que dichas actividades se consoliden”. Por último repudiaron los ejercicios militares y los disparos de misiles desde las Islas Malvinas[19].

Hacia 2011, lamentaban las declaraciones británicas en las que se mencionaba el envío de aviones de combate y barcos a la zona de las islas, a pesar de los llamados internacionales para sentarse a negociar la soberanía, lo que pone de manifiesto:

“una vez más, una actitud que contrasta con la firme decisión de la región de acompañar a la República Argentina en su permanente búsqueda, por la vía del diálogo, de una solución pacífica a la disputa de soberanía. Los Estados partes del MERCOSUR y Estados Asociados reiteraron su respaldo a los legítimos e imprescriptibles derechos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”[20].

Unos meses después, los Estados Partes y los Estados Asociados:

“reiteraron su compromiso oportunamente asumido de adoptar, de conformidad con el Derecho Internacional y sus respectivas legislaciones internas, todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas. Aquellas embarcaciones que hubiesen sido rechazadas previamente en su acceso a algún puerto de la región, evitaran solicitar el ingreso a otros puertos de los demás Estados Parte del MERCOSUR y Estados Asociados mientras sean portadores de dicha bandera”[21].

Un año después, reiteraron su apoyo al reclamo de soberanía argentina sobre las islas, rechazaron la presencia militar en las islas, la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables, y especialmente hicieron hincapié en repudiar que las islas pudiesen ser países o territorios “a los cuales puedan aplicarse la Cuarta Parte del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y las Decisiones de Asociación de Ultramar”[22]. También aprobaron en otra declaración, un artículo en donde señalan:

“su compromiso de intercambiar la información disponible, de conformidad con el Derecho Internacional, los acuerdos internacionales vigentes y las respectivas legislaciones internas, sobre: a) buques o artefactos navales con derroteros que incluyan a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur con cargas destinadas a actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina. b) la adopción de las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de buques o artefactos navales que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas”[23].

Allí mismo, declaran la inviolabilidad del territorio y la independencia política de los estados, recalcando la importancia sobre las consultas entre los estados para el aprovechamiento de los recursos y riquezas naturales, especialmente cuando la explotación de esas riquezas o recursos pueda afectar la soberanía estatal[24]. En ocasión del referéndum que realizaron los kelpers, los presidentes aclararon que la situación no cambiaba, puesto que se reafirmaba la soberanía argentina sobre las islas:

“Asimismo, resulta aplicable la Resolución 31/49 que insta a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso relativo a la disputa de soberanía. Los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados destacan que la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 1985, rechazó por amplia mayoría la incorporación del principio de libre determinación a la resolución relativa a la Cuestión de las Islas Malvinas”[25].

En julio de 2013, los presidentes reafirmaron lo acordado en Potrero de Funes, es decir, el intercambio de información sobre barcos o artefactos navales relacionados con las Islas Malvinas, y que la presencia militar del Reino Unido en la zona es contraria a la búsqueda de una solución pacífica para la soberanía, “en este sentido, reconocieron el derecho que asiste a la República Argentina para adoptar las acciones legales implementadas en el ámbito de su legislación contra las actividades de exploración y explotación no autorizadas de hidrocarburos en dicha área”[26].

Por último, el año pasado en ocasión de la XLVII Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común, los países rechazaron otra vez lo señalado anteriormente en cuanto a lo militar y los recursos y riquezas naturales renovables y no renovables, al mismo tiempo que

“reafirmaron su compromiso de intercambiar la información disponible, de conformidad con el Derecho Internacional, los acuerdos internacionales vigentes y las respectivas legislaciones internas, sobre: a) buques o artefactos navales con derroteros que incluyan a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur con cargas destinadas a actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina. b) la adopción de las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de buques o artefactos navales que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas”[27].

3. La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

Los comienzos de la Unión de Naciones Suramericanas se pueden rastrear hasta la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) que ya en el 2006 en la reunión de Cochabamba apoyó los legítimos derechos argentinos de soberanía sobre las Islas Malvinas y que se produjeran las negociaciones pacíficas para resolver el diferendo[28]. Los miembros de la CSN son los mismos que en el caso de la UNASUR: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Ya con la UNASUR en funcionamiento, las declaraciones se suceden a partir del 2009. Ese año en Quito, reafirman los derechos argentinos esperando que el Reino Unido se siente a las conversaciones y respete las declaraciones de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, destacando al igual que el MERCOSUR, “la permanente actitud constructiva y disposición del Gobierno argentino para alcanzar por la vía de las negociaciones una solución definitiva a esta anacrónica situación colonial en suelo americano”[29].

En el 2010 en tres declaraciones, rechazaron los ejercicios militares británicos junto con el disparo de misiles y las decisiones unilaterales, recordando el interés por la solución del conflicto de forma pacífica tal cual lo dispuesto por la resolución 31/49 de las Naciones Unidas[30]. Además, se dispusieron “a informar al Gobierno Argentino sobre aquellos buques o artefactos navales con derroteros que incluyan las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur con cargas destinadas a las actividades hidrocarburíferas y/o mineras ilegales en la plataforma continental argentina y de este modo, prevenir o evitar que dichas actividades se consoliden”. De la misma forma, “se comprometen a adoptar, de conformidad con el Derecho Internacional y sus respectivas legislaciones internas, todas las medidas susceptibles de ser reglamentadas para impedir el ingreso a sus puertos de los buques que enarbolen la bandera ilegal de las Islas Malvinas”[31].

Un año después, el Reino Unido continuaba con las provocaciones puesto que movilizaron a la fragata HMS Montrose a la zona del Atlántico Sur, supuestamente para tranquilizar la región y proteger los intereses británicos. La UNASUR considera esta acción contraria a lo mencionado en la Resolución de las Naciones Unidas y reiteran su respaldo a la posición argentina y a las negociaciones pacíficas[32].

Ya antes de esa fecha, la UNASUR había enviado una carta al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reiterando “el firme respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”. En esa misma carta se mencionan los documentos que anteriormente habían avalado la posición de la UNASUR con respecto al tema y, además, refrendan “el permanente interés regional en que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se avenga a reanudar las negociaciones con la República Argentina a fin de encontrar, a la mayor brevedad posible, una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía…”. Por lo tanto, le solicitan al Secretario, “que renueve sus esfuerzos en el cumplimiento de la misión de buenos oficios que le fuera encomendada por la Asamblea General a través de sucesivas resoluciones a fin de que se reanuden las negociaciones tendientes a encontrar a la mayor brevedad una solución pacífica a la referida disputa”[33].
En el 2012, la UNASUR ante el referéndum que querían realizar los kelpers al año siguiente, también sacaron una declaración al respecto. Cabe aclarar que los habitantes de las islas convocaron a un referéndum para definir su estatus político a partir de lo decidido en la Asamblea Legislativa de las Islas. Los isleños en el 2013, prefirieron seguir bajo el estatus político de territorio de ultramar de Londres (99,8% a favor). Anticipándose a cualquier resultado, para la UNASUR, “la celebración de un referéndum en las Islas Malvinas en nada altera la esencia de la Cuestión de las Islas Malvinas, y que su eventual resultado no pone fin a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.

Por otra parte, añaden que “los orígenes de dicha disputa y su carácter colonial no pueden ser ignorados, así como tampoco las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas relativas a la Cuestión de las Islas Malvinas, que la encuadran dentro de la Resolución 1514 (XV) y que establecen claramente el modo de solucionarla, cual es, la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido, teniendo debidamente en cuenta los intereses de los habitantes de las Islas”[34].

La Resolución 1514 (XV) ha sido objeto de diversas interpretaciones, pero para el caso de las Islas Malvinas, los gobiernos argentinos la han interpretado como una forma de proteger la integridad territorial de los Estados, aspecto que está reconocido en el derecho internacional, inclusive en la Carta de las Naciones Unidas en su artículo 2.4, que menciona que “los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”[35].

Reafirmando los legítimos derechos de la República Argentina a la soberanía sobre las Islas, de la misma manera, la UNASUR hace hincapié en que “la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 1985, rechazó por amplia mayoría la incorporación del principio de libre determinación a la resolución relativa a la Cuestión de las Islas Malvinas”[36]. Esta iniciativa de incluir el derecho de los pueblos a la libre determinación había sido propuesta por el Reino Unido, pero se la dejó de lado puesto que es más importante la integración territorial y no la división debido a una situación de colonialismo[37]. Para el 2013, en la VII Reunión Ordinaria de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, nuevamente los países respaldan la posición argentina, sus legítimos derechos sobre las islas, el interés regional sobre una resolución pacífica y la buena y constructiva disposición argentina para la resolución del conflicto[38].

Comentarios finales.

Un año después de la guerra de Malvinas, un ex presidente venezolano escribía que dicha guerra había sido “un acontecimiento capital para una redefinición de nuestras relaciones con los Estados Unidos y Europa. Nos enfrenta a una nueva realidad. Su huella será profunda hacia el futuro”. El tiempo ha demostrado no solo la razón de estas afirmaciones sino de otras: “Estamos entendiendo los latinoamericanos ahora que no habrá integración sin política y que ella va más allá del contexto económico en que la habíamos situado. Es posible que el relámpago que alumbró la conciencia latinoamericana en el Atlántico Sur nos dé la clave donde radica la explicación de las fallas, avatares y tropiezos del proceso integracionista latinoamericano”. La vulnerabilidad económica ya había sido demostrada por la crisis de la deuda externa, pero todavía quedaba la cuestión de la seguridad hemisférica que quedó herida con la guerra: “el conflicto de las Malvinas nos dramatizó la vulnerabilidad de nuestros países, no solo en materia económica sino también en cuestiones de seguridad”[39].

La cuestión de las Islas Malvinas es una causa argentina, latinoamericana e internacional, puesto que los gobiernos argentinos han obtenido sucesivos apoyos desde distintas partes del mundo, inclusive de grandes potencias como China y Rusia. Los países latinoamericanos a través de la CELAC, el MERCOSUR, o la UNASUR, han demostrado que apoyan fuertemente la causa argentina por las islas, condenando las acciones unilaterales del Reino Unido, y comprendiendo lo justo del reclamo del diálogo por la soberanía. La cuestión de las Islas Malvinas ha sido un objetivo de la política exterior de todos los gobiernos democráticos desde 1983. Pero hay que reconocer que quienes han realizado una mayor insistencia en el ámbito latinoamericano para conseguir un respaldo contundente ante la negativa al diálogo por parte del Reino Unido, fueron los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

La solidaridad latinoamericana mediante las declaraciones de la CELAC, el MERCOSUR y la UNASUR, ha quedado evidenciada a lo largo del trabajo y, de hecho, todas las fuerzas políticas de las Comisiones de Relaciones Exteriores de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Nación, cuando en el 2012 suscribieron la Declaración de Ushuaia, señalaron en el artículo nueve:

“su profundo agradecimiento a los gobiernos y pueblos hermanos de Chile, Uruguay y Brasil, por sus recientes manifestaciones reiterando el compromiso asumido, de impedir el ingreso a sus puertos de barcos identificados con la bandera ilegal de las Islas Malvinas, apoyando así una vez más la posición argentina respecto de su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. También agradece el apoyo del MERCOSUR y Estados Asociados, la OEA, la UNASUR, la CELAC y el ALBA, así como grupos bi-regionales o regionales como la Cumbre Iberoamericana, la Cumbre América del Sur África (ASA), la Cumbre de países Sudamericanos y países árabes (AFA) y el Grupo de los 77 más China. Al mismo tiempo, manifiesta su respaldo a las gestiones que vienen desarrollando los gobiernos argentinos de la democracia en todos los Foros internacionales con el objetivo de que el conjunto de la comunidad internacional se manifieste a favor del cumplimiento de la Resolución 2065 de Naciones Unidas”[40].

En síntesis, como menciona la página oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina:

“Los esfuerzos proactivos que realiza la República Argentina consistentes en obtener, en los distintos foros y organizaciones internacionales que se pronuncian sobre la cuestión de las Islas Malvinas, un expreso reconocimiento en el sentido de que la disputa de soberanía abarca a los tres archipiélagos, se inscriben también en la ilegítima adopción, por parte del Reino Unido, de medidas respecto de las islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur que revisten una naturaleza y alcance distintos que aquellas, también ilegítimas, que se refieren estrictamente a las Islas Malvinas, no obstante haberse tratado siempre de una única e indivisible disputa sobre los tres archipiélagos. La integridad de la disputa de soberanía sobre los tres archipiélagos ha quedado plasmada en la fórmula de salvaguarda de soberanía bajo la cual la Argentina y el Reino Unido adoptaran entendimientos provisorios sobre cuestiones prácticas relacionadas con el Atlántico Sur, así como en otros acuerdos”[41].


Bibliografía.

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Declaración sobre actividades militares del Reino Unido en las Islas Malvinas. 12 de octubre de 2010.
Declaración del Mercosur sobre actividades militares del Reino Unido en las Islas Malvinas. Montevideo, 18 de octubre de 2010.
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Comunicado de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre las Declaraciones del Gobierno Británico respecto a la cuestión de las Islas Malvinas. Asunción, 29 de junio de 2011.
Declaración sobre el Desplazamiento de la Fragata HMS Montrose a las Islas Malvinas. Asunción, 29 de octubre de 2011.
Comunicado Especial sobre las Islas Malvinas. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Caracas, 3 de diciembre de 2011.
Declaración de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre buques que enarbolan la bandera ilegal de las Islas Malvinas. Montevideo, 20 de diciembre de 2011.
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Declaración de los Presidentes del MERCOSUR sobre el mecanismo de “Intercambio de Información entre los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados sobre Buques o Artefactos Navales vinculados a la Cuestión de las Islas Malvinas. Mendoza, 29 de junio de 2012.
Declaración de Mendoza sobre uso, conservación y aprovechamiento soberano y sustentable de los recursos y riquezas naturales de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados. Mendoza, 29 de junio de 2012.
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. 26 de octubre de 2012.
VI Cumbre UNASUR en Lima 2012. Declaración Especial sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Lima, 30 de noviembre de 2012.
Declaración especial sobre la cuestión de las Islas Malvinas. Brasilia, 7 de diciembre de 2012.
Comunicado Especial sobre las Islas Malvinas. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Santiago, 28 de enero de 2013.
Tercera Cumbre de Países de América del Sur y África. Malabo, Guinea Ecuatorial. 20-22 de febrero de 2013.
Comunicado Conjunto Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados emitido en ocasión de la XLV Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del Mercosur celebradas en la ciudad de Montevideo el 11 y 12 de julio de 2013.
VII Reunión Ordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de UNASUR. Declaración del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de UNASUR sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Paramaribo, Surinam, 30 de agosto de 2013.
Declaración Especial sobre la cuestión de las Islas Malvinas. La Habana, 28 y 29 de enero de 2014.
Exploración de hidrocarburos y pesca en la plataforma continental argentina en proximidad de las Islas Malvinas. Paraná, 17 de diciembre de 2014.
Declaración Especial sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Belén, 29 de enero de 2015.

(*) Licenciatura en Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil. Provincia de Buenos Aires. javiferluche@yahoo.com.ar.
(**) Colegio San Ignacio, Escuela de Educación Agraria N° 1. Tandil. Provincia de Buenos Aires. tandilgeo@gmail.com.

Trabajo presentado en la IV Jornada de la Red Federal de Estudios sobre Malvinas (REFEM 2065); “Malvinas: Oportunidades y desafíos en el pasado, presente y futuro de la cuestión”. Eje temático 4: Malvinas como una cuestión latinoamericana. 7 y 8 de mayo de 2015, San Salvador de Jujuy, Argentina.


Fuente: https://www.academia.edu


[1] Centro de Estudios para el Desarrollo Territorial y la Gestión de las Infraestructuras de la Fundación Hernandarias: La Patagonia, en, Roccatagliata, Juan (coord.), en; Argentina. Una visión actual y prospectiva desde la dimensión territorial. Buenos Aires, Emecé Editores, 2008, p. 810.
[2] Gómez, Federico: LA FALKLANDS FORTRESS. La construcción de la cuestión Malvinas en una cuestión latinoamericana ante el paradigma neocolonial británico en el Atlántico Sur, en; Malvinas en la Universidad. Concursos de ensayos 2012. Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación, Cámara Argentina de Libro, 2013, p. 118.
[3] Flachsland, Cecilia, Adamoli, María y, Farías, Matías; Pensar Malvinas: una selección de fuentes documentales, testimoniales, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula. Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación, 2014, p. 25.
[4] Russell, Roberto y, Tokatlian, Juan; Autonomía y neutralidad en la globalización: una readaptación contemporánea. Buenos Aires, Capital Intelectual, 2010, pp. 129-131.
[5] www.rree.go.cr. Consultado el 25 de febrero de 2015.
[6] Declaración de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe. Riviera Maya, 22 y 23 de febrero de 2010, artículos 2, 3 y 5.
[7] Cabe recordar que la CALC, había manifestado su “compromiso con la construcción de un orden internacional más justo, equitativo y armónico, fundado en el respeto al Derecho Internacional y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, entre ellos la igualdad soberana de los Estados, la solución pacífica de controversias, el respeto a la integridad territorial y la no intervención en los asuntos internos de los Estados. Reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la soberanía y del derecho de todo Estado a construir su propio sistema político, libre de amenazas, agresiones y medidas coercitivas unilaterales en un ambiente de paz, estabilidad, justicia, democracia y respeto a los derechos humanos”. Los principios de solución pacífica de controversias, el respeto a la integridad territorial, la no intervención en los asuntos internos de los Estados, la defensa de la soberanía, son lo que se pueden aplicar justamente a la cuestión de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Ibídem, preámbulo.
[8] En la 85 sesión plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre la cuestión de las Islas Malvinas, la misma “expresa su reconocimiento por los continuos esfuerzos realizados por el Gobierno de la Argentina conforme a las decisiones pertinentes de la Asamblea General, para facilitar el proceso de descolonización y promover el bienestar de la población de las Islas”. Además, “insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación…”. Asamblea General de las Naciones Unidas. Resolución 31/49, 1° de diciembre de 1976.
[9] Comunicado Especial sobre las Islas Malvinas. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Caracas, 3 de diciembre de 2011, artículos 1-4.
[10] Comunicado Especial sobre las Islas Malvinas. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Santiago, 28 de enero de 2013.
[11] Declaración Especial sobre la cuestión de las Islas Malvinas. La Habana, 28 y 29 de enero de 2014.
[12] 25 de febrero de 2012. La Resolución menciona lo siguiente: “1. Invita a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, así como los intereses de la población de las Islas Malvinas (Falkland Islands)”. Asamblea General de las Naciones Unidas. Resolución 2065. 1398a. sesión plenaria, 16 de diciembre de 1965.
[13] Declaración Especial sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Belén, 29 de enero de 2015.
[14] Declaración de los Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y de la República de Bolivia y de la República de Chile “Declaración sobre Malvinas”. Potrero de Funes, 25 de junio de 1996.
[15] Declaración sobre Malvinas. Los Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y los presidentes de Bolivia y de la República de Chile. Asunción, 15 de junio de 1999.
[16] MERCOSUR/PM/DECL.02/2007. Respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía referida a la Cuestión de las Islas Malvinas. Montevideo, 25 de junio de 2007.
[17] Declaración del Mercosur sobre actividades militares del Reino Unido en las Islas Malvinas. Montevideo, 18 de octubre de 2010.
[18] Declaración Especial de los Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre la Exploración de Recursos Naturales no Renovables en la plataforma continental argentina. San Juan, 3 de agosto de 2010.
[19] Declaración Especial de los Presidentes de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre las Malvinas. Foz de Iguazú, 17 de diciembre de 2010.
[20] Comunicado de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre las Declaraciones del Gobierno Británico respecto a la cuestión de las Islas Malvinas. Asunción, 29 de junio de 2011.
[21] Declaración de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre buques que enarbolan la bandera ilegal de las Islas Malvinas. Montevideo, 20 de diciembre de 2011.
[22] Comunicado Conjunto de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados. Mendoza, 29 de junio de 2012.
El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea consta de varias partes y una de ellas es la cuarta que trata sobre asociación de los países y territorios de ultramar. Los artículos importantes son los siguientes:
Los Estados miembros convienen en asociar a la Unión los países y territorios no europeos que mantienen relaciones especiales con Dinamarca, Francia, Países Bajos y Reino Unido. Dichos países y territorios, que en lo sucesivo se denominarán países y territorios, se enumeran en la lista que constituye el anexo II.
El fin de la asociación será la promoción del desarrollo económico y social de los países y territorios, así como el establecimiento de estrechas relaciones económicas entre éstos y la Unión en su conjunto.
De conformidad con los principios enunciados en el preámbulo del presente Tratado, la asociación deberá, en primer lugar, contribuir a favorecer los intereses de los habitantes de dichos países y territorios y su prosperidad, de modo que puedan alcanzar el desarrollo económico, social y cultural al que aspiran.
La asociación perseguirá los siguientes objetivos:
Los Estados miembros aplicarán a sus intercambios comerciales con los países y territorios el régimen que se otorguen entre sí en virtud de los Tratados.
Cada país o territorio aplicará a sus intercambios comerciales con los Estados miembros y con los demás países y territorios el régimen que aplique al Estado europeo con el que mantenga relaciones especiales.
Los Estados miembros contribuirán a las inversiones que requiera el desarrollo progresivo de estos países y territorios.
Para las inversiones financiadas por la Unión, la participación en las convocatorias para la adjudicación de obras, servicios y suministros quedará abierta, en igualdad de condiciones, a todas las personas físicas y jurídicas que tengan la nacionalidad de los Estados miembros o de los países y territorios.
En las relaciones entre los Estados miembros y los países y territorios, el derecho de establecimiento de los nacionales y sociedades se regulará de conformidad con las disposiciones y normas de procedimiento previstas en el capítulo relativo al derecho de establecimiento y sobre una base no discriminatoria, sin perjuicio de las disposiciones especiales que se adopten en virtud del artículo 203.
[23] Declaración de los Presidentes del MERCOSUR sobre el mecanismo de “Intercambio de Información entre los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados sobre Buques o Artefactos Navales vinculados a la Cuestión de las Islas Malvinas. Mendoza, 29 de junio de 2012.
[24] Declaración de Mendoza sobre uso, conservación y aprovechamiento soberano y sustentable de los recursos y riquezas naturales de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados. Mendoza, 29 de junio de 2012.
[25] Declaración especial sobre la cuestión de las Islas Malvinas. Brasilia, 7 de diciembre de 2012.
[26] Comunicado Conjunto Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados emitido en ocasión de la XLV Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del Mercosur celebradas en la ciudad de Montevideo el 11 y 12 de julio de 2013.
[27] Exploración de hidrocarburos y pesca en la plataforma continental argentina en proximidad de las Islas Malvinas. Paraná, 17 de diciembre de 2014.
[28] Comunidad Sudamericana de Naciones. Cuestión de Malvinas. Cochabamba, 9 de diciembre de 2006. En el 2005, los Jefes de Estado y Gobierno de los países Sudamericanos y árabes convocan a la reanudación de las negociaciones y que no se incorporaran a las islas al Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Cabe mencionar en el 2008, igualmente la Declaración de los Ministros de Relaciones Exteriores de los países Sudamericanos y árabes (ASPA), que señalaba lo mismo. Lo mismo ocurre en el 2009. También los países africanos, declararon su apoyo a la posición argentina instando a la continuación de las negociaciones para “una solución justa, pacífica y definitiva a la disputa”. II Cumbre América del Sur-África. Declaración de Nueva Esparta. 26 y 27 de septiembre de 2009. Este mismo apoyo se repitió en la cumbre de Malabo, Guinea Ecuatorial en el año 2013.
[29] UNASUR. Comunicado 10 de agosto de 2009 “Cuestión de las Islas Malvinas”.
[30] Declaración sobre la “Cuestión de las Islas Malvinas”. Los Cardales, 4 de mayo de 2010. Declaración sobre actividades militares del Reino Unido en las Islas Malvinas. 12 de octubre de 2010.
[31] Declaración cooperación de los países miembros de la UNASUR sobre movimientos relevantes de buques cuyo derrotero incluya las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Georgetown, 26 de noviembre de 2010.
[32] Declaración sobre el Desplazamiento de la Fragata HMS Montrose a las Islas Malvinas. Asunción, 29 de octubre de 2011.
[33] UNASUR. Carta al Secretario General de las Naciones Unidas. 2 de abril de 2011.
[34] La Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, aprobada por la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1960, expresa que: “1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales. 2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural. 3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca de pretexto para retrasar la independencia. 4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacífica y libremente su derecho a la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional. 5. En los territorios en fideicomiso y no autónomos y en todos los demás territorios que no han logrado aún sus independencias deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresados, y sin distinción de raza, credo, ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas. 6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. 7. Todos los Estados deberán observar fiel y estrictamente las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la presente Declaración sobre la base de la igualdad, de la no intervención en los asuntos internos de los demás Estados y del respeto de los derechos soberanos de todos los pueblos y de su integridad territorial”. 947a sesión plenaria, 14 de diciembre de 1960.
[35] Carta de las Naciones Unidas. San Francisco, 26 de junio de 1945.
[36] VI Cumbre UNASUR en Lima 2012. Declaración Especial sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Lima, 30 de noviembre de 2012.
[37] La Asamblea General de las Naciones Unidas manifestaba lo siguiente: “1. Pide a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que inicien negociaciones con miras a encontrar los medios de resolver pacífica y definitivamente los problemas pendientes entre los dos países, incluyendo todos los aspectos sobre el futuro de las Islas Malvinas (Falkland) de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas; 2. Pide al Secretario General que continúe su misión renovada de buenos oficios a fin de asistir a las partes en el cumplimiento de lo solicitado en el párrafo 1 supra, adoptando con tal propósito las medidas adecuadas”. Asamblea General de las Naciones Unidas. Cuestión de las Islas Malvinas (Falkland). A/RES/40/21. 95ª. sesión plenaria. 27 de noviembre de 1985.
[38] VII Reunión Ordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de UNASUR. Declaración del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de UNASUR sobre la Cuestión de las Islas Malvinas. Paramaribo, Surinam, 30 de agosto de 2013.
[39] Pérez, Carlos: El SELA como instrumento político para sus estados miembros, en; w. Nueva Sociedad, nro. 65, marzo-abril, 1983, pp. 45-53.
[40] Comisiones de Relaciones Exteriores de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Nación. Declaración de Ushuaia.
[41] www.mrecic.gov.ar. Consultado el 25 de febrero de 2015.

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