El Capitán del Ejército Argentino Jorge Rodolfo
Svendsen, volando en su helicòptero UH-1H matrícula AE-424 que carecía de
aparatos de rescate, junto al Sargento Primero Miguel Ángel Santana, acudieron
a socorrer al Teniente de Navío César Arca que al límite de su resistencia
flotaba en el helado Atlántico Sur, frente a Puerto Argentino, ya que se había
eyectado de su cazabombardero A-4Q Skyhawk luego de atacar a la fragata Tipo 21
HMS "Ardent", que resultó hundida.
La maniobra estuvo a punto de fracasar y Arca
perder la vida, debido a las deficiencias del UH-1H para rescatar personas en
el agua, pero fue la oportuna el Cabo Primero Martín Héctor San Miguel, quien
sacó su cuerpo fuera del fuselaje y se paró sobre el patín derecho para arrojar
una soga mientras la aeronave se mantenía en vuelo estático, a escasos cuatro
metros de la superficie.
La gente en la costa se hallaba fuera de sí, presa
de viva excitación, sobre todo cuando la soga con la que era izado el aviador,
se cortó. Lanzando gritos intentaban darle ánimo y advertirle que se estaba
aproximando a una zona minada, pero aquel no los oía.
El aviador naval no podía más; estaba extenuado,
tenía las manos congeladas y la falta de fuerzas le estaba haciendo tragar
mucha agua. Entonces Svendsen, con gran habilidad, metió el patín derecho en el
mar y eso le permitió a San Miguel tomar al piloto de los pelos y subirlo hacia
él. Arca se tomó con fuerza del esquí y con San Miguel sujetándolo firme del
brazo, el helicóptero remontó vuelo.
Con Arca colgado, Svendsen le ordenó al Cabo San
Miguel que impidiese por todos los medios que el aviador naval perdiese el
conocimiento. El bravo Suboficial hizo todo lo que estuvo a su alcance para que
Arca se mantuviese despierto: le frotaba las manos, le masajeaba los brazos y
le daba sopapos en el rostro y la cabeza para impedir que se durmiera.
¡¿Usted cómo se llama?!, le preguntaba mientras le
deba un bofetón.
José César Arca, respondía el aviador.
¡¿Qué grado tiene?!, volvía a preguntar el
suboficial mientras le daba un nuevo sopapo.
Teniente de navío
Y así durante todo el trayecto, a muy baja altura,
siguieron hasta alcanzar la costa, sobre la que el aviador fue depositado en la
playa, prácticamente entumecido, donde lo esperaban los integrantes de
diferentes equipos de curación quienes lo cargaron, lo subieron a una
ambulancia y lo condujeron hasta el hospital de Puerto Argentino para
practicarle las primeras curaciones. Fue necesario enyesarle la mano derecha
porque se la había fracturado.
La Compañía de Helicópteros de Asalto
"B", que comandaba por entonces el Capitán Jorge Rodolfo Svendsen,
voló en las islas Malvinas más de 500 horas, en total, los helicópteros de
Ejército en Malvinas volaron 1500 horas de constante peligro, 500 horas
Svendsen. El hoy Teniente Coronel (R) "Picho" Svendsen, desde hace
dos años se desempeña como instructor en la escuela de aviación de Don
Torcuato. Este descendiente de daneses, de rostro rojizo, pocas palabras y
excesiva modestia, tuvo a su cargo, aunque a él sólo se le pueden sacar las
historias con tirabuzón, algunas de las misiones más riesgosas del conflicto,
ejerciendo un liderazgo natural sobre sus hombres.
El día del comienzo de las hostilidades, el 1° de
mayo, lo sorprendió volando su Bell UH-1H de costado. "Durante el vuelo de
ese día, dice Svendsen, pensaron que venía con alguna falla. Al llegar al lugar
y reunirnos con el resto de las tripulaciones, me preguntaron por qué volaba de
esa manera. Les contesté que lo hacía para mostrar la franja amarilla que se
ordenó pintar a toda aeronave argentina para ser reconocida por nuestras
tropas, ya que teníamos que cruzar las posiciones de defensa de Puerto
Argentino y se quería evitar la posibilidad de ser abatidos por nuestras propias
armas."
El 21 de mayo, el campamento argentino apostado al
sur de monte Kent recibió la sorpresiva incursión de dos aviones Harrier que
atacaron esa posición. "Estábamos metidos en nuestras carpas, rememora
Svendsen, porque recién amanecía y hacía mucho frío, cuando sentimos el pasaje
muy bajo de los aviones. La gente ocupó las posiciones construidas cerca de
cada carpa y vimos que se aproximaban para otro pasaje abriendo fuego con
bombas y cañones. Hicieron unos seis pasajes sobre nosotros. Fueron destruidos
un Chinook, un Puma y averiado un Bell UH-1H en la turbina."
Luego del desembarco de las tropas inglesas en San
Carlos comenzó una serie de misiones en las que se transportaba periódicamente
tropas comando hacia distintos puntos de la isla Soledad. Estos vuelos
comenzaron el 22 de mayo y continuaron hasta el 29. "Fueron vuelos de
mucho riesgo, señala Svendsen, realizados a muy baja altura y en total silencio
de radio, dejando a los comandos en alturas dominantes en medio de la isla y en
la zona de Puerto San Carlos, en poder, para entonces, de los británicos."
A partir de la caída de Darwin se ordenó un cambio
de posición defensiva en Puerto Argentino, movimiento en el que intervinieron
todos los helicópteros en servicio. En los últimos días de mayo ya se observaba
mucho movimiento de helicópteros ingleses, además del aumento de los ataques
aéreos, así como se sentía el fuego de la artillería enemiga en las posiciones
defensivas. "Nosotros continuamos los vuelos, señala Svendsen, en apoyo a
las distintas unidades que tenían que moverse para reestructurar el dispositivo
de defensa.
En la noche del 5 de junio realicé una operación de
distracción, vuelos a distintas velocidades y alturas para ser captados por los
radares enemigos, al noroeste de Puerto Argentino para que los ingleses
creyeran que se reforzaba ese lugar. Posados en Puerto Argentino, el jefe del
batallón nos aclaró que había visto en la pantalla del radar dos ecos, aparte
del nuestro, que se dirigían a interceptarnos."
Aún después del 14 de junio, tras la rendición
argentina, a la compañía de Svendsen se la autorizó a seguir volando para
evacuar heridos y recorrer las posiciones defensivas argentinas en busca de
heridos o muertos, misión que cumplieron hasta el 16 de junio.
"Uno de esos vuelos los realicé acompañado por
un oficial inglés en busca del Subteniente Seltzer, que, junto a diez soldados,
ocupaban una altura al norte de Puerto Argentino desconociendo la rendición. Al
llegar al lugar, luego de un vuelo con nevadas, el oficial inglés descendió del
Bell UH-1H para explicarle a Selzter la situación, que él no comprendía. Luego
de algunas palabras mezcladas con lágrimas y abrazos subimos al UH-1H para
regresar a Puerto Argentino", concluyó Svendsen.
Carlos Fernández, apodado el "Gallego"
Fernández por sus camaradas de arma, Teniente Primero en la época de la guerra
y hoy retirado del Ejército, tiene lúcidos y descarnados recuerdos del
conflicto bélico. Una cierta crispación y la melancolía en su mirada delatan
que no pasó en vano por ella.
Consultado sobre las actividades hostiles de los
"kelpers" hacia los argentinos, o la infiltración de comandos
ingleses entre éstos durante las operaciones, Fernández señala: "En un
principio no creo que hubiera infiltrados. Luego, las cosas cambiaron. Después
del ataque inglés del 1° de mayo, en un vuelo de reconocimiento encontramos un
bote inglés de desembarco que debió traer comandos, y una de las cosas que nos
llenó de indignación, una terrible indignación, fue que al dar vuelta el bote, previamente habíamos comprobado que no estuviera
minado, encontramos en su interior sachets de leche chilenos vacíos. Como no
volvieron a usar el bote, que nosotros encontramos, supongo que no habrán
podido regresar al submarino que los había traído y tal vez se quedaron por la
zona de Puerto Argentino".
El oficial recuerda cómo los helicópteros
argentinos, que carecían, por la falta de apoyo aéreo, de una protección contra
las PAC inglesas, podían ser un blanco preferencial para éstas. "Yo creo –afirma,
que cuando los Harrier se encontraron con esa torta de cumpleaños que éramos
nosotros, no lo pudieron creer.
Un piloto inglés que nos atacó, nos terminó tirando
hasta con la cohetera. Primero nos tiró con las municiones, los cohetes, con
todo. El tipo nos miraba, pasaba tan cerca que casi le veíamos el casco y los
ojos y supongo que no lo podía creer. Nosotros sólo podíamos responderle con el
fuego de fusiles de los soldados de la sección de apoyo de vuelo. El Harrier
nos hacía pasadas bien cerca, volando a 40 nudos, y yo creo que el tipo debió
haber pensado: "No puede ser que esta gente esté acá regalada". Finalmente
nos eyectó la cohetera, como para darnos a entender que ya no tenía más nada
con que tirarnos, y casi se fue saludándonos.
"En alguna misión, incluso, agrega el piloto,
tuvimos que usarlo a "Manucho" Sánchez Mariño como un señuelo de
tiro. Mientras otros dos helicópteros íbamos al destino señalado,
"Manucho" tuvo que hacer una maniobra de distracción para Howard,
entrando y saliendo de los radares ingleses para confundirlos y que nos dejaran
llegar a nosotros. En ese plan de vuelo él hacía como una bailarina clásica,
era el tipo que tenía que mostrarse. Una verdadera locura. El tipo iba y se
mostraba como diciendo: "Acá estoy, mírenme".
Teniente Buschiazzo piloto de la Aviación de
Ejército, caído junto a dos de sus camaradas pilotando el helicóptero Puma
AE-505, el 9 de mayo de 1982, cuando iba al rescate de sobrevivientes del
pesquero Narwal, atacado por dos aviones Sea Harrier. En la foto junto a IA-58
Pucará en la BAM Malvinas perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina
Estaba completamente loco. Pero como no teníamos
cobertura aérea propia, no teníamos aviones que nos respaldaran, no nos quedaba
otra. Si no operábamos así, la gente que debíamos rescatar se moría."
Los relatos se suman, se superponen, los recuerdos
y los nombres de los compañeros muertos y de misiones pasadas no se borran, y
vuelven rodeados de velada melancolía. Los pilotos y mecánicos de la Aviación
Militar del Ejército tuvieron que bailar con la más fea durante toda la Guerra
de las Malvinas, y lo hicieron sin pestañar o entre maldiciones, pero lo
hicieron. Levantaron vuelo y salieron en misiones que desafiaban los manuales
de instrucción y los llamados más elementales del instinto de supervivencia.
Si se hubiera tratado de una unidad norteamericana,
ya serían leyenda, recordemos que las guerras que pierde el Pentágono las gana
Hollywood después, y se habrían convertido en tema de innumerables películas,
series de TV y hasta merchandising. Como eran argentinos, y ése es nuestro
estilo, preferimos sepultarlos en el olvido y la indiferencia. Tal vez, ya sea
tiempo de que esto deje de ser así.
BELL UH-1H EN MALVINAS
Misión: las actividades de los helicópteros, muy
riesgosa luego del 1º de mayo, incluyeron vuelos de reconocimiento, transporte
de carga, vuelos sanitarios y transporte de comandos tras las líneas enemigas.
Franja amarilla: todos los helicópteros de Ejército
tenían pintada una franja amarilla que se veía a distancia para evitar el fuego
de la propia tropa.
Clotilde: en una riesgosa misión, el Cabo Primero
San Miguel perdió su ametralladora MAG, llamada Clotilde, que cayó al vacío.
"Lo de ponerles nombre a las ametralladoras venía, recuerda San Miguel, de
la instrucción cuando nos decían que las armas eran nuestras novias."
EL CURIOSO DESTINO DEL UH-1H AE-424
El helicóptero Bell UH-1H-BF Iroquois AE-424 c/n
13934, operó en la USAF matriculado 77-22930. Se incorporó al Ejército
Argentino, 16 de octubre de 1978. El 22 de abril de 1982 fue trasladado a
Malvinas a bordo de un avión C-130H Hércules de la Fuerza Aérea Argentina.
Al finalizar los combates el 14 de junio de 1982 fue capturado por fuerzas británicas en Malvinas. Reparado por personal del 820° Squadron en Malvinas, en 1983, se lo matriculó VP-FBD Figas (Falkland Islands Government Air Services; fotos 13 y 14) extraoficialmente. El 17 de enero de 1986 se lo re matriculó G-BMLA para servir en Grampian helicopters, resultando dañado al desmoronarse un hangar en Headcorn el 14 de enero de 1987. Su registro fue cancelado el 3 de septiembre de 1987.
Pero en septiembre de 1988 reapareció al servicio de B.H. Pacific Pty rematriculado como VH-UHE.
El 27 de julio de 1992 fue dado de alta en la Papua New Guinea Defense Force, matriculado P2-405, donde con el numeral 296 hasta el día de hoy debe aún estar prestando servicio .
Fuente: https://www.facebook.com/
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