Pierre Clostermann nació el 28 de febrero de 1921
en Curitiba, Brasil, siendo hijo de un diplomático francés. Residió y estudió
en los EEUU, hasta su ingreso a la Fuerza Aérea Francesa, durante la II Guerra
Mundial. Posteriormente, fue escritor, ingeniero y político. Ya graduado del
Colegio Ryan de Los Ángeles, California, Clostermann, se alistó en la Fuerza
Aérea Libre Francesa en 1942, luego de haber escuchado a Charles De Gaulle, en
su famoso llamado a formar las “Fuerzas Francesas Libres”, para que, junto con
los aliados, contribuyeran a liberar el territorio francés y el europeo de la
invasión nazi.
Ya con un título de Ingeniero Aeronáutico y
residiendo en los Estados Unidos, el 18 de marzo de 1942, con 21 años, se
enroló en las Fuerza Aérea Libre de Francia en el escuadrón de cazas 341
“Alsacia”. “Siento una aguda mezcla de curiosidad y de angustia. El deseo de
saber cómo reaccionaré frente al peligro, el deseo un poco malsano de conocer
el miedo, el verdadero miedo, el del individuo solo frente a la muerte”. Éstos
eran los sentimientos de Pierre Clostermann ante su primera misión como piloto
de guerra, a los mandos de un Spitfire. Así los transcribe en ese inolvidable
libro que es “Le Gran Cirque, souvenirs d’un pilote de chasse français dans la
RAF”, Flammarion, 1948.
Sus primeras victorias las obtuvo el 27 de julio de
1943 sobre Triqueville, en las proximidades del Havre, Francia, contra los
FW-190 A-6 de la escuadrilla Richthofen que comandaba el Mayor Von Graff. El
piloto francés, a los mandos de un aparato Spitfire, de origen inglés,
consiguió aquella jornada dos derribos. Un mes después, Clostermann tuvo
algunos problemas con sus compañeros de escuadrón debido a su implicación en la
muerte del líder de escuadrón y uno de los aviadores más famosos de las fuerzas
gaullistas, René Mouchotte por lo que pidió y obtuvo su transferencia al
escuadrón N° 602 “City of Glasgow”, integrado por aviadores de diferentes
países aliados, y luego voló en los Tempest V, a su aparato, con el que
consiguió 14 de sus derribos, lo bautizó “Le Grand-Charles”. Posteriormente
vendrían las operaciones para neutralizar las bombas volantes V-1.
En octubre de 1943, Clostermann comenzó su exitosa
carrera de as. En ese escuadrón voló numerosas misiones que incluyeron
intercepciones aéreas, escolta de bombarderos, intercepción a gran altura sobre
la base naval de la Marina Británica en Scapa Flow, ametrallamiento o bombardeo
de los sitios de lanzamiento de las V-1. Pierre Clostermann participó en el Día
D y fue uno de los primeros pilotos en aterrizar sobre suelo francés liberado,
el 18 de junio de 1944, exactamente 4 años después del llamado de Charles
pronunciado por la radio instando a los franceses a proseguir la lucha. Un
tiempo después, Clostermann fue condecorado con la Distinguished Flying Cross
(DFC) y luego reasignado al Cuartel General de la Fuerza Aérea Francesa.
En el mes de diciembre de 1944, extrañando la
acción, Clostermann retornó a los escuadrones de primera línea ignorando las
órdenes formales de Charles de Gaulle, que quería preservarlo como un modelo
viviente de la nueva Francia. Voló el nuevo Hawker Tempest Mk. V con el
escuadrón N° 274 de la RAF en misiones de caza y ataque. El 24 de marzo de
1945, Clostermann resultó herido en la pierna alcanzado por el fuego de la
artillería alemana y fue hospitalizado por una semana tras un aterrizaje
forzoso. A partir del 8 de abril de ese mismo año se convirtió en el líder del
escuadrón N° 3 de la RAF, y el 27 de ese mismo mes en el comandante provisorio
del Ala N° 122 de la RAF. El 27 de julio de 1945, Clostermann se retiró de la
RAF. En 432 salidas, Pierre Clostermann derribó 23 aviones enemigos, en su
mayoría cazas, y 5 más probables. Además, él dice haber destruido 225 camiones,
72 locomotoras o vagones, 5 tanques y 2 buques torpederos. Muchas referencias
le acreditan entre 29 y 33 victorias aéreas.
Estos probablemente incluyan sus “victorias en
tierra”, aviones destruidos en los aeródromos, no en vuelo, que no eran
reconocidos por la RAF. Sin embargo, recientes análisis más detallados de sus
reportes de combate y de los registros de su escuadrón indican que su verdadero
record era de 11 destruidos y 7 probables, lo que da un total de entre 15 y 18.
Ya casi sobre el final de la guerra, el 3 de mayo de 1945, sobre el estrecho de
Fenhmarn, logrará diversas victorias. El 27 de abril le nombran comandante de
escuadrilla del ala 122 de cazas. Cuando se recupera la paz, la foja de Pierre
Clostermann indica 2000 horas de vuelo, 600 en misiones de guerra y un total de
420 salidas operacionales.
Luego de la guerra, Clostermann continuó su carrera
como ingeniero, participando en la creación de la empresa francesa
Reims-Aviation, actuando como representante de la firma norteamericana Cessna y
trabajando para las industrias francesas Renault. Paralelamente, Clostermann
tuvo una exitosa carrera política, siendo elegido para la Asamblea Nacional
Francesa durante 8 periodos entre 1946 y 1969. También se re-enlistó nuevamente
en la Armée de l’Air (Fuerza Aérea Francesa) en 1956-57 para volar misiones de
ataque al suelo durante la Guerra de Argelia.
Clostermann escribió “El Gran Circo”, un relato de
sus experiencias en la II Guerra Mundial, y según William Faulkner, el mejor
libro de aviación sobre el conflicto. Otro libro menos conocido de Pierre
Clostermann es “Fuego en el Cielo” que fue editado en 1957 donde incluye una
colección de relatos sobre combates aéreos tanto de los aliados como del eje.
Finalmente, Clostermann falleció el 22 de marzo de 2006, a los 85 años de edad…
MEDALLAS Y HONORES
- Coronel (reserva) de la Fuerza Aérea Francesa
- Gran Cruz de la Legión de Honor Francesa
- Compagnon de la Libération (Compañero de la Liberación)
- Médaille Militaire (Medalla Militar)
- Croix de Guerre 1939-45 con 19 palmas (la mayor cantidad posible) (Cruz de Guerra 1939-45)
- Croix de la Valeur Militaire con 2 citaciones (Cruz al Valor Militar)
- Distinguished Flying Cross de la RAF (Cruz de Vuelo Distinguido)
- Silver Star (Estrella de Plata)
- Air Medal (Medalla Aérea)
…Hasta aquí, estamos mostrando la historia o la biografía
de uno de tantos “ases” que tuvieron las fuerzas aéreas de los países
beligerantes durante la II Guerra Mundial… Pero eso no es todo. Cuando la
República Argentina inició con el operativo “Rosario” la recuperación del
archipiélago de las Islas Malvinas, tras más de un siglo de usurpación inglesa,
los pilotos de la Fuerza Aérea, la Aviación Naval y los del Ejército Argentino,
se desplegaron en misiones de vuelo de todo tipo, sin tener experiencia de
guerra y contando con material de vuelo relativamente antiguo, como
proporcional y cuantitativamente, escaso, en relación al enemigo británico.
Sin embargo, la actuación de todos ellos, resultó
magnífica y tras numerosas acciones exitosas, se convirtieron en el arma más
temida por los ingleses. Debían volar desde territorio continental argentino,
en increíbles vuelos rasantes que dejaban estelas sobre la superficie del mar,
en un intento por no ser detectados por los radares ingleses. Esto demandaba un
gran consumo de combustible para la ida y el eventual retorno, quedando tan
sólo unos pocos minutos para detectar blancos, asestar golpes mortales y
emprender un nuevo y muy riesgoso vuelo, que muchas veces terminaba con la
detección y la pérdida del piloto y la máquina.
Estas técnicas y tácticas desplegadas por nuestros
pilotos, resultaron admirables para todo el “mundo aéreo”, particularmente,
entre aquellos, que en el pasado o contemporáneamente, habían combatido o se
encontraban combatiendo en otros teatros de operaciones. Entre ellos, Pierre
Clostermann, quedó impactado por el valor y audacia demostrada por nuestros
cazadores, transporteros y helicopteristas, entre otros que se “jugaron”
combatiendo a lo criollo. Así, resolvió viajar a Buenos Aires, ya terminado el
conflicto para conocer a quienes, habiendo sobrevivido, podían relatar sus
peripecias y poder felicitar personalmente a nuestros héroes del aire.
Primero, anunció su intención, enviando a las
autoridades militares del momento, la nota que sigue:
TEXTO DE LA CARTA DEL AS DE LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL PIERRE CLOSTERMANN, DIRIGIDA A LOS PILOTOS DE COMBATE ARGENTINOS QUE
PARTICIPARON EN EL CONFLICTO DE 1982
A vosotros, jóvenes argentinos compañeros pilotos
de combate quisiera expresaros toda mi admiración. A la electrónica más
perfeccionada, a los misiles antiaéreos, a los objetivos más peligrosos que
existen, es decir los buques, hiciste frente con éxito. A pesar de las
condiciones atmosféricas más terribles que puedan encontrarse en el planeta,
con una reserva de apenas pocos minutos de combustible en los tanques de nafta,
al límite extremo de vuestros aparatos, habéis partido en medio de la tempestad
en vuestros “Mirage”, vuestros “Etendard”, vuestros “A-4″, vuestros “Pucará”
con escarapelas azules y blancas. A pesar de los dispositivos de defensa
antiaérea y de los SAM de buques de guerra poderosos, alertados con mucha
anticipación por los “AWACS” y los satélites norteamericanos, habéis arremetido
sin vacilar. Nunca en la historia de las guerras desde 1914, tuvieron aviadores
que afrontar una conjunción tan terrorífica de obstáculos mortales, ni aun los
de la RAF sobre Londres en 1940 o los de la Luftwaffe en 1945. Vuestro valor ha
deslumbrado no sólo al pueblo argentino, sino que somos muchos los que en el
mundo estamos orgullosos que seáis nuestros hermanos pilotos. A los padres y a
las madres, a los hermanos y a las hermanas, a las esposas y a los hijos de los
pilotos argentinos que fueron a la muerte con el coraje más fantástico y más
asombroso, les digo que ellos honran a la Argentina y al mundo latino. ¡Ay!: la
verdad vale únicamente por la sangre derramada y el mundo cree solamente en las
causas cuyos testigos se hacen matar por ella.
Pero no fue éste el único reconocimiento obtenido
por nuestros pilotos…
El bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina
ha marcado honrosamente un camino a seguir, y así lo comprenderán las nuevas
generaciones de pilotos argentinos en el devenir del tiempo, porque el ejemplo
de sus caídos en combate perdurará… Luego de las increíbles incursiones aéreas
en las aguas de la Bahía de San Carlos, poco después del 21 de mayo, comenzaron
a aparecer noticias en periódicos de todo el mundo acerca del comportamiento de
los pilotos argentinos. En honor a aquellos que cayeron en la lid, y para
orgullo de sus deudos se reproducen a continuación algunos de esos testimonios:
DEL
ALMIRANTE JOHN FOSTER WOODWARD:
Estamos ya en el límite de nuestras posibilidades,
con sólo tres naves sin mayores defectos, el Hermes, el Yarmouth y el Exeter.
De la fuerza de destructores y fragatas, el cuarenta y cinco por ciento está
reducido a capacidad cero de operar. De los “guardavallas”, el Sea Wolf de la
Andrómeda está inutilizado; todos los sistemas del Brilliant padecen de una
gran variedad de defectos; el Broadsword tiene un sistema y medio de armas,
pero uno de sus ejes de propulsión con daños prácticamente permanentes. Ninguno
del tipo 21 está en condiciones: el Avenger está descompuesto; el Arrow está
roto y tiene una de las turbinas Olimpus inutilizada… y muchas cosas más. Todos
están cayéndose a pedazos.
DEL MINISTRO DE DEFENSA BRITÁNICO JOHN NOTT AL
PARLAMENTO:
Creo que los pilotos argentinos están demostrando
una enorme bravura. Sería tonto de mi parte no reconocerlo.
DEL ALMIRANTE JOHN FOSTER WOODWARD, EN UN REPORTAJE
PUBLICADO POR EL DIARIO LA ESTRELLA DE PANAMÁ, EL 3 DE ENERO DE 1984:
Los pilotos argentinos fueron muy valientes. Me
dieron muchos dolores de cabeza, pero igual los admiro.
Posteriormente, refiriéndose al ataque de Bahía
Agradable, expresó:
Ya antes habíamos recibido suficientes pruebas de
lo que eran capaces de hacer. Los veíamos aparecer a ras del agua. Jamás
hubiéramos imaginado eso.
DECLARACIONES DEL GENERAL JEREMY MOORE:
El cuerpo de oficiales y muchos de sus técnicos
fueron sumamente capaces y esto fue particularmente notorio en el caso de la
Fuerza Aérea Argentina.
DEL GENERAL KELLY AGUILERA NESSI, JEFE DEL ESTADO
MAYOR DE LA FUERZA AÉREA VENEZOLANA, CON MOTIVO DE UN DISCURSO PRONUNCIADO EN
CARACAS, EL 18 DE AGOSTO DE 1982:
El barón Von Richthofen no es un héroe alemán, sino
de la humanidad, particularmente de quienes vestimos el uniforme azul; las
heroicas hazañas de Douglas Bader, el piloto inglés sin piernas, pertenecen al
mundo y cuando se hable del reciente conflicto del Atlántico Sur, cuyos
resultados han sembrado tanto dolor en esta parte de América que rechaza el
colonialismo con todas sus fuerzas, las páginas más vibrantes de esa historia
corresponderán a la gloriosa y heroica Fuerza Aérea Argentina.
“Las tripulaciones aplauden la bravura de los
pilotos enemigos” – Por Gareth Parry con las fuerzas de desembarco en la Bahía
de San Carlos. Artículo aparecido en la primera plana del diario The Guardian.
Londres, 25 de mayo 1982: Son las 2 de la tarde en un día soleado y nos
hallamos bajo el ataque de “Mirage y Skyhawk” de la Fuerza Aérea Argentina. Una
bomba ha levantado una gigantesca columna de agua a sólo 100 m de distancia,
entre nuestros buques y una nave logística cargada con pertrechos. Observarnos
cómo las baterías cesteras y los sistemas misilísticos de los buques abren el
fuego, junto con el ensordecedor ruido de los cañones y ametralladoras de
cubierta. Los tripulantes a nuestro alrededor rinden tributo al coraje de los
pilotos argentinos.
THE MIAMI HERALD, 27 DE MAYO DE 1982:
Los pilotos argentinos se ganan el corazón de sus
compatriotas y la admiración de sus enemigos.
POR
KENNETH FREED, LOS ANGELES TIMES SERVICE.
Casi a diario ellos vuelan hacia la batalla y en
cada oportunidad sólo regresan unos pocos, pero los pilotos argentinos se
transforman en los héroes de la guerra de las Malvinas, admirados por sus
enemigos casi tanto como por sus compatriotas.
“Son los únicos que impiden que esto sea una
derrota total”, dijo un experto militar europeo.
No creo que se pueda encontrar mejores pilotos en
el mundo.
A la fecha, los británicos afirman que los pilotos
argentinos han hundido dos destructores, dos fragatas, un buque logístico y
algunos lanchones de desembarco. Argentina reclama que los ataques aéreos como
mínimo han puesto a otros cinco buques más fuera de servicio, y dañado a otros
cinco.
Pero mientras Gran Bretaña desconoce parte de los
daños sufridos, reconoce la habilidad y el coraje de sus oponentes en el aire.
Este mismo artículo fue reproducido en otros
periódicos bajo el título “Los muchachos de oro de la Argentina” (The golden
boys of argentina) en diversas capitales de habla inglesa del mundo.
En otro artículo, procedente esta vez del diario Journal
do Comercio de Río de Janeiro, Brasil, el analista aeronáutico Milton Loureiro,
elogió, en una nota titulada “la increíble Fuerza Aérea Argentina”, el arrojo y
la valentía demostrados por los aviadores argentinos en el conflicto de las Malvinas:
Sea cual fuere el resultado del conflicto quedará
eternamente marcado en la historia el inquebrantable valor de los pilotos
argentinos. Los principios fundamentales de la guerra aeronaval fueron
ampliamente superados por la audacia y el desarrollo técnico del que hicieron
gala los pilotos argentinos, tanto los de la Aviación Militar como los de la
Naval.
Cuando finalice esta guerra no declarada, las
marinas de todo el mundo tendrán que promover una revisión de sus tácticas, por
cuanto la audacia y el coraje de los aviadores argentinos echaron por tierra
todas las teorías hasta, ahora existentes.
El propio enemigo quedó perplejo ante la técnica y
el arrojo de los pilotos argentinos y reconoció que el conflicto del Atlántico
Sur le parece tan irreal como un cuento fantástico.
BOLETÍN DE RADIO DIEGO PORTALES DE CHILE:
Los aviadores argentinos se han ganado el
reconocimiento mundial, hasta de los propios británicos, por su valentía. Se
observó cómo se lanzaban contra una verdadera muralla de misiles, obuses y
ametralladoras antiaéreas, infligiendo bajas al enemigo.
PALABRAS DEL EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA
EN LA REPÚBLICA ARGENTINA, EN OCASIÓN DE ENTREGAR AL BRIGADIER GENERAL LAMI
DOZO, UNA DISTINCIÓN DE AQUEL PAÍS:
He sido honrado como embajador de Venezuela por
nuestra Fuerza Aérea para hacer entrega a la heroica y gloriosa Fuerza Aérea
Argentina, de la que tan orgullosos nos sentimos justificadamente los
venezolanos en especial y todos los latinoamericanos, por las glorias y los
laureles que nos han dado en esta maravillosa hazaña, por América y por su
dignidad.
Diario La Estrella de Panamá, 10 de agosto de 1984,
en doble página central con la fotografía de los pilotos fallecidos en el
conflicto, al festejar el día de la FAA:
Quiero rendir mi emocionado homenaje a esos héroes
que dieron sus vidas por la Patria en la heroica gesta de Malvinas, a los que
lucharon en pos de un ideal que nadie podrá cambiar y que los panameños
sentimos como propio: Las Islas Malvinas fueron, son y seguirán siendo
argentinas.
Jorge E. Illueca, Presidente de la República de
Panamá.
DECLARACIONES DEL VICEDIRECTOR DEL INSTITUTO
INTERNACIONAL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS DE LONDRES, CORONEL JONATHAN ALFORD, EN
UNA CONFERENCIA CELEBRADA EN LOS EEUU:
En comparación con el nivel de muchos países, la
Argentina desplegó una Fuerza Aérea relativamente modesta y nada moderna, que
la mayor parte del tiempo operaba en el límite de su radio de acción. Y sin
embargo hubo momentos de gran ansiedad por la suerte de la Flota británica.
Quizá con sólo un poco más de fortuna en los momentos críticos, la Fuerza Aérea
Argentina podría haber obligado a Gran Bretaña a abortar su expedición. Lo que
nos produjo una enorme conmoción fue el saber que los argentinos habían volado
con sus “Hércules” a Puerto Stanley hasta el último día del conflicto.
JEAN PIERRE GILLET, EXPERTO FRANCÉS AUTOR DEL LIBRO
LES COMBATTANTS DE MAI, EXPRESÓ EN LA MENCIONADA OBRA (PÁG. 28):
Todo ha sido dicho sobre el coraje argentino.
Agreguemos solamente que desearíamos ser persuadidos que su Patriotismo
encuentra su equivalente en ciertos países de la OTAN.
WEAPONS
OF THE FALKLAND CONFLICT, BRYAN PERRET, BIDDLES OF GUILFORD LTD., SURREY, GRAN
BRETAÑA:
“…La Fuerza Aérea Argentina se halla ahora
altamente considerada en la estimación pública, más de la que poseía antes del
conflicto. Perdió su batalla, pero el coraje de sus pilotos ha redimido la
dignidad nacional. Su comandante, el Brigadier Lami Dozo emergió como un héroe
retirándose de la desacreditada Junta poco después de haber cesado las
hostilidades”.
RESULTÓ IMPACTANTE UN TELEX RECIBIDO POR LA
EMBAJADA ARGENTINA EN PARÍS, EL CUAL EXPRESABA TEXTUALMENTE:
Señor Embajador:
Son muchos los franceses, más de lo que puede
creerse, que están de corazón al lado de la Argentina en la prueba que
atraviesa. Como quizás Ud. lo sepa, soy un viejo amigo de su país. En el
conflicto que enfrenta la Argentina con Inglaterra, mis compañeros aviadores
argentinos han ganado toda mi admiración. Respeto a muchos de ellos, siento que
tengo una responsabilidad moral pues numerosos son los que eligieron esta
carrera un poco a causa de mí y de mi libro “El Gran Circo”. Le agradecería
muchísimo, señor Embajador, si pudiera transmitir al Comandante de la Aviación
argentina el mensaje adjunto, destinado a sus pilotos. Por supuesto que el
Gobierno argentino podrá hacer uso de él como quiera. Pues siempre he asumido
la responsabilidad de lo que escribo. Le ruego, señor Embajador, acepte las
seguridades de mi más alta consideración, como asimismo los votos que formulo
porque se halle la solución menos trágica posible a este terrible conflicto.
Fdo. Pierre Clostermann
AL FINALIZAR EL CONFLICTO BÉLICO, EL BRIGADIER
GENERAL LAMI DOZO, HIZO LLEGAR EN RECUERDO UNA MAQUETA DE UN AVIÓN PUCARÁ AL AS
DE LA AVIACIÓN FRANCESA, MERECIENDO LA SIGUIENTE CONTESTACIÓN DEL SR. PIERRE
CLOSTERMANN:
Mi General:
El Agregado Aeronáutico a la Embajada argentina en
París me hizo llegar la maqueta del Pucará con la placa y la inscripción con
cuyo envío Ud. me honra.
Sepa hasta qué punto estoy impresionado por ese
recuerdo que estará en mi escritorio ante mis ojos, para recordarme, si es que
yo pudiera olvidar algún día, lo que fue el combate de todos los aviadores
argentinos sobre las Malvinas. En efecto, ya sea el piloto del C-130 que
despegó bajo el fuego enemigo con sus heridos, o sean los pilotos de los A-4,
Mirage, Dagger, o helicópteros, todos han hecho esa vez una demostración de sus
sobresalientes cualidades profesionales y de un coraje que despierta la
admiración del mundo entero, incluso entre sus adversarios. En este mundo
occidental donde la cobardía compite con la necedad, el heroísmo de los
aviadores argentinos es como un fanal hacia la luz a la cual se deben dirigir
aquellos que aún creen en las virtudes del patriotismo, en los valores
filosóficos de nuestro mundo latino y el destino del hombre, porque todos los
hombres deberían estar orgullosos de ser de la misma raza que la de vuestros
tripulantes. Con mis mejores votos -el General De Gaulle me ha enseñado que una
batalla perdida no compromete jamás la victoria final- por vuestro país, desde
luego por Ud. mismo y por todos los que están bajo vuestras órdenes, le ruego
que acepte, mi General, la seguridad de mi más alta consideración y mi profundo
respeto.
TAMBIÉN EN LO MÁS ÁLGIDO DE LA BATALLA DE SAN
CARLOS, SE RECIBIÓ LA REPRODUCCIÓN DE UN ARTÍCULO DE NOTABLE IMPACTO EMOTIVO,
PUBLICADO CON EL TÍTULO “LA AUDACIA DE LOS PILOTOS ARGENTINOS EN LOS COMBATES
DEL ATLÁNTICO SUR” POR EL DIARIO ABC DE MADRID, DE SU CORRESPONSAL JOSÉ MARÍA
CARRASCAL, EL CUAL EXPRESABA:
Son sólo unos centenares -o eran- pero llevan sobre
sus hombros el último peso de esta guerra, no menos cruenta por no estar
declarada. Parece, sin embargo, no importarles la muerte de sus camaradas o la
posibilidad de perder la suya en la próxima salida. Pocas veces se ha visto
tanta gallardía ante la vida, tanta responsabilidad ante la muerte, tanta
consideración ante los propios, tanta audacia ante lo ajeno.
Actúan en condiciones extremas con el objetivo a
quinientos kilómetros y el carburante justo para estar sobre él tres o cuatro
minutos y regresar. Un ojo puesto en el blanco, el otro, en la aguja del
depósito, olvidándose de los misiles que llegan por todas partes, de los
barcos, de los aparatos enemigos, de las baterías de tierra.
La mayoría de sus reactores no tienen radar “todo
tiempo”, lo que les obliga a actuar de día, y dejar las nubes, a esquivar la
niebla. Otros como los Súper Etendard, tienen que ser repostados en vuelos, tan
corto es su radio de acción. No importa. Como aquel príncipe de Gracián que
suplía la cortedad de su espada dando un paso adelante, ellos bajan un poco más
hasta rozar los palos de las fragatas inglesas, aunque eso signifique consumir
más combustible. Lo hacen una y otra vez, como si fueran meros ejercicios. Como
si no se jugaran la vida -con bastantes posibilidades de perderla- en cada
misión. En máquinas revisadas por los mecánicos a la carrera. Tras ser
recargadas de bombas, cohetes y combustible. Con el tiempo justo de echar una
cabezada, tomarse un café, examinar las siluetas de los navíos enemigos que aún
quedan. Y salir de nuevo.
Sin alardes, sin hablar siquiera. Dejando a los
ingleses la cuenta de los derribos y de los impactos. Ellos se limitan a
protagonizarlos. Sin aspavientos ni petulancia. Como si fuera la cosa más
natural del mundo. No está de moda en nuestros días el panegírico de las
glorias militares y no estoy nada seguro que esta crónica lo sea; es la calidad
humana de los pilotos argentinos lo que inspira. En un mundo como el nuestro,
donde la norma es exigir, pero no dar, el ejemplo de estos aviadores, dándolo
todo sin pedir nada, ni siquiera un aplauso, es de tal sobria elegancia que
deslumbra en su lucidez. La mente moderna necesita hacer un esfuerzo para
abarcarlos y aun así no lo consiguen. No dan la vida, naturalmente, por la
Junta. Ni siquiera la dan -cree uno- por conceptos abstractos, como el honor o
la patria. La dan por algo muy concreto, muy precioso. Por su comunidad, que
les ha encomendado su defensa, y en último término, por algo tan simple como el
cumplimiento del deber. Individuos así ennoblecen toda especie. En este caso
particular nos ennoblecen sobre todo a los hispanos, a los latinos, a quienes
tan mal nos va en los últimos tiempos. Con qué dolor y orgullo lee uno esos
dobles apellidos españoles e italianos, casi de lápidas antiguas.
No sé si el sacrificio de estos pilotos devolverá
las Malvinas a su país. Pero sé otra cosa, tal vez más importante, porque las
Malvinas tarde o temprano, y el mundo gira hoy muy rápido, serán argentinas. Sé
que cuando en adelante se imagine uno al argentino, ya no pensará en el gaucho
típico, en el engominado cantante de tangos o en la presidente de revista.
Pensará en esos pilotos que han sabido morir por saber por qué vivían,
privilegio hoy al alcance de muy pocos.
Es lugar común decir que Argentina ha sido
bendecida por todos los dones del Cielo y de la Tierra. Pero, sobre todo, ahora
lo vemos, por sus hijos que se hicieron aviadores.
Fdo. José María Carrascal
EXISTEN MUCHAS MÁS CITAS, LA CASI TOTALIDAD
PROVENIENTES DEL EXTRANJERO, MERECIENDO DESTACARSE POR SU PROFUNDO SIGNIFICADO,
LA CARTA DEL CORONEL (USAF) ROBERT W. PITT, AGREGADO AÉREO DE ESA FUERZA EN
BUENOS AIRES, DURANTE EL CONFLICTO:
Buenos Aires, Argentina
25 de junio de 1982
A S.E. el Sr. Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea
Brigadier General D. Basilio A.I. LAMI DOZO
Comando en Jefe de la Fuerza Aérea
S/D De mi más alta consideración:
Desearía expresarle mi estima y respeto personal a
Ud. Y a los miembros de la Fuerza Aérea Argentina en reconocimiento por su
profesionalismo e inquebrantable coraje durante el reciente conflicto armado
con el Reino Unido. Más aún, consideraría un gran honor que Ud., en nombre de
los valientes caídos y de los heridos en acción de la Fuerza Aérea Argentina,
aceptase mi Corazón Púrpura (Purple Heart) como sincera demostración personal
de estima. De todas mis condecoraciones, el Corazón Púrpura, el cual me fue
otorgado por heridas recibidas en acción sobre Vietnam del Norte el 5 de
octubre de 1965, es el que más venero.
La Orden del Corazón Púrpura fue autorizada por
orden del General George Washington, hace casi 200 años atrás, el 7 de agosto
de 1782. Luego de haber sido suspendida por más de un siglo, la Orden del
Corazón Púrpura fue restablecida a principios de la década del treinta por el
General Douglas Mac Arthur. Años más tarde el General MacArthur escribió:
“Ninguna acción llevada a cabo por mí mientras me desempeñé como Jefe del
Estado Mayor me dio más satisfacciones que la de restablecer la Orden del
Corazón Púrpura… Esta condecoración es única en muchos sentidos: Primero: es la
más antigua de la historia norteamericana… Segundo: proviene del más grande de
todos los norteamericanos, George Washington… Tercero: es la única
condecoración completamente intrínseca en el sentido de que no depende de la
aprobación o el favor de nadie. Se la acuerda solamente a aquellos que son
heridos en acción, y solamente la acción del enemigo determina su otorgamiento.
Es un verdadero escudo de coraje y cada pecho que la luce puede latir con
orgullo”.
Es clara pues la razón por la cual el Corazón
Púrpura es la condecoración que más reverencio. De un aviador militar a otro,
le ruego respetuosamente que acepte esta condecoración en nombre de todos los
bravíos oficiales y hombres de la Fuerza Aérea que cayeron o fueron heridos en
acción en este reciente conflicto. Quedando a sus enteras órdenes, hago
propicia la ocasión para reiterarle las seguridades de mi más alta
consideración y estima…
Robert W. Pitt
Coronel, USAF
Agregado Aeronáutico
A no mucho de haber terminado el conflicto del
Atlántico Sur de 1982, Pierre Clostermann posa junto al Primer Teniente Ernesto
Ureta (a la izquierda) y al Alférez Gerardo Isaac (derecha), ambos pilotos
argentinos de la Fuerza Aérea Argentina, sobrevivientes de la Escuadrilla “Zonda”
de A4C Skyhawk, que atacó junto a dos Súper Etendard de la Armada al
portaaviones HMS “Invincible”.
Fuente: http://www.soldadosdigital.com
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