A mediados de abril, con las islas ya recuperadas,
el país pidió, a través de la NASA, que se tomaran imágenes satelitales del
archipiélago. Por qué el gobierno norteamericano finalmente colaboró y para qué
se utilizó el material obtenido
Por Mariano Sciaroni
El día 30 de abril, los Estados Unidos consideró
fracasadas las negociaciones para evitar una guerra, culpó a la Argentina por
ello y, en una conferencia llevada a cabo en Washington a las 11:30, el hasta
entonces mediador estadounidense, General Alexander Haig señaló, entre otras
cosas, que "los Estados Unidos responderá positivamente a los
requerimientos de material para las fuerzas británicas".
Peor aún, para el mismo momento, los Estados Unidos
bloqueaba pedidos argentinos de equipos militares y repuestos por USD 3.209.000
que ya se encontraban pagos.
Esto es, ese día los Estados Unidos dejaba su papel
de aparente mediador imparcial y reconocía en forma abierta su alianza con Gran
Bretaña. Y, al día siguiente, un avión británico Avro Vulcan bombardeaba la
Base Aérea Militar Malvinas.
Sin embargo, es muy poco conocido que, casi sin
quererlo, el gobierno norteamericano ayudó a las fuerzas armadas argentinas.
El programa LANDSAT y la Argentina.
Es que ese país suministró vital información
satelital a la Argentina, principalmente a través del sistema satelital
LANDSAT.
El programa LANDSAT, por LAND=tierra y SAT=satélite,
había sido iniciado en el año 1966 y para 1972 la NASA, el organismo espacial
de los Estados Unidos había ya puesto el primer satélite LANDSAT 1 en órbita
Posteriormente, en el año 1979, el programa pasó al
NOAA, National Oceanic and Atmospheric Administration, una agencia científica
que depende del Departamento de Comercio y, por ende, forma parte del Poder
Ejecutivo del gobierno norteamericano.
La Argentina había ingresado a la tecnología
LANDSAT a través de un memorando de entendimiento de la Comisión Nacional de
Investigaciones Espaciales de Argentina (CNIE) y la NASA, que entró en vigor el
7 de octubre de 1976.
Mediante el mismo, la Argentina se comprometía,
entre otras cosas, a construir y operar la estación terrena de Mar Chiquita, en
la Provincia de Buenos Aires, hoy desactivada, que tendría acceso directo a
imágenes proporcionadas por los sensores satelitales. Sin embargo, quedaba
claro que el control directo de los satélites seguía siendo del gobierno
norteamericano.
Para marzo de 1982, se encontraba activo el LANDSAT
3, ya que el LANDSAT 2 había salido de servicio en febrero de ese año y el 4
recién se lanzaría el 16 de julio
El mismo, a 912 kilómetros de altura y en órbita
heliosincrónica, hacía una pasada por el mismo lugar cada 18 días, con un
movimiento de Este a Oeste y, a la latitud de Malvinas, existía una diferencia
de 100 kilómetros entre pasadas.
A mediados de abril, con las islas ya recuperadas,
llegó a través de la NASA un requerimiento argentino, por los canales de rutina,
para que el satélite tomara imágenes de las Islas Malvinas y el mar circundante
en sus pasadas de los días 21 a 23 de abril, pedido que fue girado al
Departamento de Estado el 15 de abril y rápidamente informado a la embajada
británica, teniendo en cuenta que el satélite debía ser programado para captar
las imágenes. También fue girado a la Casa Blanca, que lo trató el 17, en su
reunión vespertina en la Sala de Situación.
Se dejó constancia que "la Argentina, que es
suscriptor del proyecto LANDSAT ha efectuado un requerimiento a los Estados
Unidos para que el satélite fotográfico LANDSAT cubra a las Islas Malvinas el
21 al 23 de abril. El satélite está diseñado para no proporcionar información
con valor militar y produce fotografías de muy baja resolución, 80 metros… Dudamos
que la Argentina pueda obtener información militar de valor en esta
ocasión".
En efecto, el sensor MSS del satélite estaba
limitado a 80 metros de resolución máxima, lo que proporcionaba imágenes de
baja calidad. Para peor, se encontraba con ciertos problemas luego del
lanzamiento, lo que empobrecía aún más el resultado final. Sin embargo, aún
dichas imágenes difusas preocupaban a los aliados.
Satélite LANDSAT 3 previo al lanzamiento (NASA)
Llamadas nocturnas a la embajada británica
El mismo 17 a la noche, Lawrence Eagleburger, Subsecretario
de Estado para Asuntos Políticos y número tres de la Secretaría de Estado,
llamó por teléfono a Nicholas Henderson, el embajador británico en Washington,
indicándole que era un problema que la noticia se hubiera filtrado a las
cadenas televisivas estadounidenses, y que eso podía afectar las relaciones
entre los países. Es decir, no estaba bien visto que los Estados Unidos ayudara
a la Argentina en sus esfuerzos de reconocimiento.
Por ello, Eagleburger le indicó que se había
convenido que el Departamento de Estado negaría a la prensa cualquier ayuda a la
Argentina y que, si era presionado el vocero con repreguntas, debería decir que
la Argentina, como el Reino Unido, participaban en un programa civil satelital
y que, otras inquietudes deberían ser efectuadas directamente a la NASA.
Cínicamente, ya estaba preparada la respuesta que
la NASA debía dar, la cual consistía en informar: a) Las características del
programa satelital, b) Indicar que se había recibido un requerimiento de la Argentina
y c) Señalar que se cumpliría. Asimismo, debía ponerse énfasis en que era un
programa civil, sin valor militar alguno.
Asimismo, le volvió a indicar que no existiría
información alguna de interés para los argentinos pero que, a todo evento
"a la NASA no se le permitiría cumplir con ningún otro requerimiento
argentino" en dicha área.
Paradójicamente, pocos días antes, Gran Bretaña
había pedido imágenes LANDSAT de toda la costa continental argentina, pedido
que no generó ningún tipo de problema en los norteamericanos.
Finalmente, teniendo en cuenta la baja resolución
del sensor y la demora en la entrega del material tomado, tardaba algunos días
en procesarse, aun cuando era bajado casi inmediatamente, además, que se
consideraba que las imágenes no podrían afectar la seguridad de la Fuerza de
Tareas Británica, que se encontraba a mucha distancia de las islas, el satélite
tomó las nueve imágenes programadas.
Pero, de todas las imágenes tomadas por el
satélite, solo fueron registradas dos por la estación de Mar Chiquita, una para
la pasada del día 22 y otra para el subsiguiente, que tomaban las islas en sí,
lo que indica que no se permitió que se pudiera analizar con el satélite el
Océano Atlántico Sur. Las imágenes "conflictivas", vale decir,
seguían vedadas al público a finales de 1982, como si nunca se hubieran tomado.
Hay que volver a recordar que todo esto sucedió
durante el mes de abril, cuando los Estados Unidos todavía cumplía su rol de
mediador "imparcial".
Islas Malvinas, República Argentina. Imagen de
LANDSAT, pasada del 23 de abril de 1982 (USGS)
Otro nuevo pedido. Hay que decir que el satélite se
rompió
Asimismo, el día 22 de abril a la noche, llegó otro
pedido argentino para obtener, ahora, imágenes LANDSAT de las Georgias del Sur,
del 24 al 25 de abril, así como también su mar circundante el 26.
A poco de ello, Eagleburger habló con la embajada
británica y, con el conocimiento y aprobación de Haig, se decidió que se
negaría a la Argentina el acceso a las imágenes, las cuales el satélite, para
ese momento, ya estaba tomando, invocando "problemas técnicos", más
aún en un momento en que Gran Bretaña se estaba aprestando para re-invadir las
islas, contando ya con presencia naval en sus cercanías. A todo evento, existía
un total cubrimiento de nubes, por lo cual la utilidad de las imágenes habría
sido nula o extremadamente limitada.
El último pedido argentino fue el día 5 de mayo,
para imágenes de las mismas Islas Malvinas del 7 al 12.
Si bien los británicos nuevamente fueron informados
y presionaron para que se les negaran, alegando que los argentinos solamente
querían obtener datos de inteligencia con dichas imágenes las mismas fueron
tomadas y se dejó que fueran bajadas en Mar Chiquita.
Recién el 12 le comunicaron a Henderson "con
cierta vergüenza" que, esta vez, por única y última vez, habían cumplido
en tiempo forma con el memorando de entendimiento. Como una paradoja, la única
vez que cumplieron con la Argentina fue cuando ya se habían volcado
abiertamente hacia Inglaterra.
Lamentablemente, las imágenes mostraban solo una
espesa capa nubosa sobre las islas, como poco después pudieron comprobar los
británicos.
Podría decirse entonces, y con todo lo aquí dicho,
que la NASA ayudó con información satelital a Argentina, aun cuando a
regañadientes y no con el alcance que debía haberlo hecho, amén que informó y
compartió con el Reino Unido todo lo obtenido. Pero es que estaban obligados a
hacerlo.
Islas Georgias del Sur, República Argentina. Imagen
de LANDSAT, pasada del 11 de mayo de 1982. La cobertura de nubes impide ver las
islas. (USGS)
Según el memorando de entendimiento entre la Argentina
y los Estados Unidos, en vigencia para el conflicto de 1982, suscripto en
Buenos Aires el 6 de abril de 1981, la NASA estaba obligada "a
programar" los sensores del satélite para cubrir el área de la estación
terrena, lo cual, para Mar Chiquita implicaba una enorme área de Latinoamérica
y los Océanos Atlántico y Pacífico Sur, así como a transmitir los datos
obtenidos "directamente a la estación", parágrafo 2 a del memorando.
Ello no era gratis, sino que se convino, entre
otras obligaciones para la Argentina, un precio de US$ 200.000 al año, que
podría incrementarse a lo largo de los años.
Más allá de las obligaciones legales, que, como se
vio no se respetaron plenamente, lo cierto es que negar la información
satelital a la Argentina hubiera implicado reconocer que el programa LANDSAT
tenía alguna utilidad militar, lo que podría provocar que los países
prohibieran las fotografías de sus territorios. Por ello los Estados Unidos
permitió que ciertas imágenes fueran obtenidas finalmente por la Argentina.
¿Qué hicimos con las imágenes del satélite?
Es interesante analizar qué información se obtuvo
de dichas imágenes las cuales, hay que repetir, para el sensor MSS implicaban
una resolución máxima de 80 metros.
Si bien, mayormente, se indicó que no tenían valor
para el reconocimiento militar, claramente, por ser las imágenes que tomaba del
espectro visible e infrarrojo de baja resolución geométrica, temporal y
radiométrica, análisis profundos del Ministerio de Defensa británico llegaron a
la conclusión que, en optimas circunstancias, es decir, sin nubosidad, el
sensor MSS, multiespectral, podría llegar a detectar barcos.
Sin embargo, en la Argentina se descartaba "la
posibilidad de ubicar naves individuales, aunque sean de gran tamaño" y
"la posibilidad de ubicar grupos de naves grandes podría haber sido
estudiada" pero "ello no se hizo durante el mes de abril de
1982".
A todo evento, la escasa cantidad de imágenes
útiles finalmente entregadas por el satélite en su paso cada 18 días por el
área, descartan que el mismo pudiera haber influido siquiera mínimamente en las
operaciones militares.
Hay que agregar que la Argentina tampoco había
sacado provecho de las pasadas anteriores de los satélites LANDSAT, para
realizar un plano satelital de las islas, que permitiera establecer playas,
vegetación, etc, tal es así que recién "en trabajos posteriores al
conflicto se construyó un mosaico satelitario de Malvinas"
Pese a todos estos elementos para descartar una
mayor utilidad de LANDSAT, a una científica argentina, la Dra. Cora Sneibrun,
"se le ocurrió que con los 80 metros de rango de definición que nos habían
dejado en el satélite los norteamericanos se podía buscar algo en la zona del
conflicto: podía existir la posibilidad que detectáramos a los barcos ingleses.
La idea era que si mandábamos una onda de rayos infrarrojos al satélite y
rastreábamos la zona alrededor de las islas podíamos localizar la estela de las
naves, porque las turbinas calientan el agua. De acuerdo con el calor que
detectáramos podríamos inferir a qué distancia del lugar estaba el buque que
había pasado por allí, porque relacionándolo con el grado de temperatura que
observáramos, sabríamos cuanto tiempo hacía que había pasado por el lugar. Era
como mirar por el ojo de la cerradura un cuadro de dimensiones fantásticas.
Pero esa genialidad dio resultado…"
Así también, los Estados Unidos también permitió a la
Argentina seguir contando con información proveniente de sus satélites TRANSIT,
de medición de coordenadas por efecto doppler, aun cuando se bloqueó el sistema
para el extremo sur argentino, y los meteorológicos GOES y NOAA, que se seguían
recibiendo, aun cuando con alguna demora.
Con las imágenes suministradas, entonces, puede
decirse que los Estados Unidos apoyó a la la Argentina en el conflicto Malvinas
1982. Algo que no hicieron con ganas.
Fuente: https://www.infobae.com
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