Luego del desembarco argentino con el que el 2 de
Abril de 1982 se produjo la recuperación de nuestras islas Malvinas, tras 149
años de ilegal ocupación colonial británica, y 149 años de paciencia e inertes
reclamos argentinos, en esa misma jornada las tropas argentinas desembarcadas
en el archipiélago iniciaron la retirada hacia el continente, quedando un
pequeño contingente de las tres fuerzas que, simbólicamente iban a permanecer
en las islas hasta obtener una resolución internacional, que tal vez hubiese
originado el despliegue de tropas ONU.
Al día siguiente el Consejo de Seguridad de la ONU emitió
la Resolución 502 que instaba a ambas partes a cesar de inmediato las
hostilidades y a retirar las tropas del aérea en conflicto, resolución que ya estaba
siendo acatada por la Argentina que el mismo 2 de Abril había iniciado el
repliegue de tropas, pero que fue violada por el Reino Unido de la Gran Bretaña
e Irlanda del Norte el 5 de abril de 1982, cuando una Task Force naval
conformada por casi 30 naves de combate zarpó desde Portsmouth dando inicio al
ataque sobre la Nación Argentina.
En la Argentina se aguardó 48 horas en la esperanza
de una intervención ONU, o que los británicos desistieran de su actitud, pero
vista la situación, confirmada la entidad del despliegue enemigo, y sin que la
ONU tomara cartas en el asunto, el día 7 de abril se ordenó el despliegue de
tropas argentinas hacia la Patagonia, y de allí iniciar el envío de fuerzas de
combate hacia las islas Malvinas a fin de preparar su defensa. Las primeras
tropas argentinas destinadas a defender el archipiélago tocaron suelo
malvinense el 11 de abril.
Entre las primeras unidades que arribaron, el 12 de
abril partieron del aeropuerto de Comodoro Rivadavia, la 7ª Batería de
Artillería Antiaérea de la Fuerza Aérea Argentina, a bordo de un C-130
Hércules, y con obvio destino en Puerto Argentino.
Arribada al mismo, la unidad antiaérea, que disponía
de 6 modernas piezas bitubo de origen alemán Rheinmetall RH-202 de 20 mm, y una
dotación de 1 oficial, 6 suboficiales y 14 soldados, permanecieron 7 días en la
zona del aeropuerto de la capital malvinense, mientras se planificaba la
defensa de las islas, y se establecían las correspondientes guarniciones y
centros de resistencia, siendo que la 7ª Batería recibió como destino la Base
Aérea Militar Cóndor, en Goose Green, hacia donde partió el 18 de abril, con el
traslado del personal y las piezas, a bordo de helicópteros Boeing CH-47C
Chinook, seguramente de Fuerza Aérea Argentina, con las piezas a la eslinga.
Allí se establecieron, y sus piezas se
distribuyeron de modo estratégico para cubrir la guarnición, siendo luego
reforzadas por una batería dotada con 2 piezas antiaéreas de origen suizo
Oerlikon GDF-003 de 35 mm.
Al final, la dotación de la 7ª Batería quedó
compuesta por su jefe, el Teniente Darío Antonio del Valle Valazza, el Alférez
Arnaldo Hugo Favre, era el jefe original, pero relevado por Valazza, se desempeñó
como auxiliar de batería, el Suboficial auxiliar Miguel Carlos Forni, encargado
de batería, el Cabo Principal Nicolás Dómina, mecánico de piezas, los Cabo 1°
Ricardo Galanti, Diego De Giusti, Raúl Chicone, Elvio Giannini, los Cabo Omar Heredia, Lorenzo
Corradi, tiradores RH-202, los soldados Marcelo Antico, Jorge Atlas, Eduardo
Callao, Hugo Stancatti, Francisco Luna, Hugo Sosa, Héctor Castellano, Mario
Vaucher, Daniel Pinto, Mario Oshiro, Juan Piris, José Serrano Ramòn Garces y Lucio Herra, servidores RH-202.
Allí permanecieron asentando las posiciones,
distribuyendo las municiones, estableciendo esquemas de tiro y demás tareas
para alcanzar el pleno grado de operatividad, recibiendo el bautismo de fuego
el 1 de mayo. A partir de ese momento participaron activamente en la defensa
antiaérea de la posición.
El 21 de mayo el Alférez Favre retoma el mando, ya
que el Teniente Valazza había resultado herido por fuego enemigo durante una misión
de recuperación del radar Elta.
El día 24 de mayo 2 efectivos de la 7ª Batería
participaron del remolque de uno de los cañones Otto Melara Mk-56 de 105/14 mm
del Ejército Argentino que fueron recuperados de la lancha patrullera PNA
"Río Iguazú", puesta fuera de combate en el Seno Choiseul por un
ataque aéreo el 22 de mayo, ocasión en que se derribó un caza naval BAe FRS-1
Sea Harrier.
Cuando finalizó el traslado de la pieza, para lo
que se utilizó un tractor requisado, los 2 efectivos de la 7ª que retornaban a
sus posiciones, soldados Héctor Ricardo Castellanos y Francisco José Luna,
fueron sorprendidos por media docena de comandos ingleses, generándose un
rabioso tiroteo que puso en fuga a los incursores, aunque el tractor resultó
inutilizado.
Pero tres días después se produciría el momento más
crítico, y a la vez glorioso, de la 7ª. En esa jornada se inició el ataque del
2° Regimiento Paracaidista británico, con apoyo naval y aéreo, sobre las
posiciones de Darwin y Goose Green, dando inicio a 2 días de lucha (27 y 28 de
mayo, se produce el primer combate a gran escala de la guerra y en el que todas las unidades de Ejército y
Fuerza Aérea Argentina, y todo el personal, desde el más alto oficial a cargo
de la guarnición, Vicecomodoro Pedrozo, al último de los soldados conscriptos
se vieron involucrados en la desigual lucha.
Al fuego naval enemigo siguió el ataque de unidades
de infantería con fuego de apoyo de morteros y apoyo aéreo cercano, brindado
éste por aviones BAe Hawker Sideley GR. Mk-3 Harrier del 1° Escuadrón RAF,
procedentes del portaaviones HMS Hermes.
A las 13:12 horas 2 cazabombarderos Harrier
llegaron con la misión de ubicar y atacar con bombas a las piezas Otto Melara
Mk-56 del Ejército Argentino, que a las órdenes del sSubteniente Chanampa
estaban diezmando el avance de los paracaidistas británicos.
El Squadron Leader "Big" Bob Iveson había
dejado al HMS Hermes a bordo del Harrier XZ988, c/n/msn 712211, a cargo de la fracción
para realizar el ataque, secundado por el Flt. Lieutenant Mark Hare. Realizaron
un primer pasaje sin poder divisar nada, no tenían OCAA, al no hallar el
objetivo en el segundo pasaje largaron sus bombas CBU sobre una posición del Ejército
Argentino, del tamaño compañía. El Sqn Ldr Iveson decidió hacer un tercer
pasaje de ametrallamiento con sus cañones Aden de 30 mm., momento en que se
puso a tiro de la pieza bitubo RH-202 del Cabo Primero Ricardo Galanti, quien
lo estaba observando desde el mismo momento que se inició el ataque y
aguardando tener a tiro a los incursores, situación que se dio cuando Iveson decidió
realizar esa pasada con ángulo de ingreso al alcance de la pieza argentina.
Una rabiosa ráfaga de 20 mm fue suficiente. Los
proyectiles alcanzaron al Harrier, anularon sus controles y provocaron un
incendio en la cabina del piloto. Los comandos del avión se endurecieron, y
comenzó a perder presión hidráulica; y a pesar del motor seguía funcionando el
fuego creció en intensidad e Ivesson se vio forzado a eyectarse cuarenta
segundos después de recibir el impacto.
A unos 30 metros de altura, Iveson se eyectó. Sólo
tenía unos 30 metros cuando tiró de la palanca de expulsión y abandonó la
cabina mientras el Harrier estaba dando unos 830 kilómetros por hora, su avión
explotó en el aire poco después y cayó a unos 11 kilómetros al oeste de Goose
Green; Iveson golpeó el suelo violentamente después de estar apenas un instante
en paracaídas, unos diez o quince segundos, y sufrió compresión en la columna
vertebral y daños por la explosión del viento en sus ojos, aunque tocó tierra
lo suficientemente lejos de las posiciones argentinas como para permitir una
inmediata evasión, a pesar de sus graves lesiones, manteniéndose oculto durante
dos días, y siendo recogido por un helicóptero de la Royal Navy.
Para el 28 de mayo la posición argentina era
insostenible, y sin posibilidad de recibir refuerzos ya no existía posibilidad
alguna de victoria, razón por la cual se decidió capitular. Los efectivos de la
7ª Batería de la Fuerza Aérea Argentina cayeron prisioneros del enemigo, y
permanecieron en esa condición hasta ser liberados luego de la finalización de
las hostilidades.
Las 6 piezas RH-202 se perdieron en la guerra, pero
por la acción de esos valientes hombres un Harrier había caído, y una incursión
de fuerzas especiales enemigas había sido rechazada a tiro limpio de 9 mm
parabellum de subfusil ML-63 Halcón de dos soldados conscriptos, esos que
algunos incautos o malintencionados con menosprecio suelen llamar
"colimbas" o "chicos"...
Squadron Leader "Big" Bob Iveson rumbo a Malvinas, luego en una foto tomada en la FIDAE 1992 de Chile, conversando con el Capitán de la Fuerza Aérea Argentina Omar Gelardi,
Aviones BAe Hawker Siddeley GR. Mk-3 Harrier de la RAF operando en Malvinas desde el portaaviones HMS Hermes y desde el portaaviones auxiliar Atlantic Conveyor, este fue hundido por aviones Súper Etendard del 25 Mayo de 1982
Restos del XZ988 derribado por Galanti ese 27 de abril de 1982.
Fuente: FuerzaAéreaArgentina
1 comentario:
El avión Harrier de Bob Iveson lo derribó el Soldado Conscripto Ramón Garcés el día 27/05/1982 en la Zona de Darwin y Goose Green. Garcés es quién estaba a cargo del cañón RH de 20mm (Fierro N°1), de la Fuerza Aérea Argentina debido a que el Cabo 1° Galanti no volvió (por miedo) a su cañón después de haberse replegado el día 21/05/82 debido al terrible bombardeo naval británico que sufrió la BAM Cóndor.
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