El 14 de abril de 1982, la Fragata inglesa HMS
Brilliant, recibió la orden de dirigirse a las Malvinas junto a una formación de
barcos, dividiendo así el grupo de batalla ingles que había arribado a la Isla
Ascensión como respuesta militar a la recuperación argentina de la Malvinas el
2 de abril.
Encabezado por la Brilliant, los navíos Arrow,
Coventry, Glasgow y Sheffield se dirigieron al sur, a gran velocidad. El 22 de
abril, la Brilliant se separó del grupo a toda máquina, para apoyar al grupo
del Crucero Antrim en las Islas Georgias del Sur. Navegando como podía en un
agitado Atlántico Sur, se dispuso que se uniera a tiempo al Antrim y la Fragata
Plymouth a 150 millas al norte de Georgias.
La invasión inglesa de Georgias se había fijado
para el 25 de abril, pero surgió una complicación, se sabía de la presencia del
Submarino Argentino Santa Fe, en Grytviken. El Antrim, barco insignia, decidió
que debería posponerse el desembarco hasta haber eliminado la amenaza que
representaba el submarino.
El 25 de abril, helicópteros Wessex del Antrim ven
al submarino saliendo de la bahía a gran velocidad, había desembarcado tropas
de la Infantería de Marina Argentina para reforzar esa posición; el Santa Fe también
sabia del despliegue de buques ingleses a la Isla, por eso realizó su aproximación
de entrada a la Bahía Guardia Nacional de la Isla San Pedro navegado en
superficie muy cerca de la costa para burlar los radares de búsqueda y cumplir
con su misión.
La aeronave inglesa inicio un decidido ataque con
cargas de profundidad, a bordo de la Brilliant, uno de los helicópteros Lynx,
fue enviado para unirse al ataque contra el Santa Fe. El Wessex estaba
suspendido en el aire, tras lanzar dos cargas de profundidad, esperando la
llegada de su relevo aéreo antes de volver al Antrim a rearmarse.
El submarino argentino resistió ese primer ataque y
puso rumbo de regreso a la Bahía de Cumberland en busca de resguardo, desde el
helicóptero se vio que el submarino argentino dejaba un rastro de aceite por la
popa. El Comandante Santa Fe, Capitán de Corbeta Horacio Bicain, al ver por el
periscopio caer el torpedo con su paracaídas, decidió rápidamente quedarse en
la superficie para evitar su impacto, ya que esos torpedos operaban a
profundidades mayores a 9 metros.
El Lynx, dio una pasada rasante con el tableteo de
la ametralladora. La tripulación del submarino se dispersó en el puente del Santa
Fe, para protegerse, luego se armaron con fusiles y comenzaron a repeler la
aproximación de los helicópteros ingleses, en el interior del submarino se
formó rápidamente una cadena de hombres para aprovisionamiento de municiones y
fusiles hacia el puente. El helicóptero pasó una y otra vez, a unos 90 metros y
a 10 metros de altura aproximadamente.
El Lynx se había unido al Wessex, y de repente se
vio la estela de un misil guiado AS-12 disparado por un helicóptero Wasp que
volaba por detrás del Lynx, y que impactó directamente contra la torreta del
submarino traspasándola sin explotar por su estructura de fibra de vidrio. Ese
impacto tendría el primero de los costos de guerra que pagaría el Santa Fe, la
perdida de la pierna de uno de los tripulantes que se encontraba en esa cadena
de amunicionamiento.
Desde tierra los efectivos argentinos, empezaron a
repeler con el armamento disponible la persecución del submarino que retornaba
defendiéndose, averiado y con un herido grave. Momentos más tarde amarraba dificultosamente
en un muelle de madera en la boca de la Caleta. El Comandante ordenó el desembarco de los 76
tripulantes y del herido al muelle, por las condiciones en que se encontraba,
mientras las tropas inglesas desembarcaban en todos los frentes.
Evaluada la situación, a las 17:00 horas del 25 de
abril, se rindió toda la guarnición argentina.
Al día siguiente, el Comandante del Brilliant,
Capitán John Coward, ex-oficial de submarinos, voló a Grytviken para
inspeccionar al Santa Fe, ahora amarrado en el muelle y hundiéndose lentamente.
Estaba inclinado a babor y con la proa levantada, su torreta agujereada y
partes arrancadas por el ataque del misil. La veterana nave exponía innumerables
agujeros de metralla. Dentro, ofrecía un panorama similar estaba averiado,
desolado, y con luces de emergencia.
El estado de la nave decidió a los ingleses a sacar
al submarino del muelle, y ubicarlo en un amarradero vacío de la vieja estación
ballenera, donde pudiera hundirse. Tripulantes argentinos designados por su
Comandante serían los encargados de hacer funcionar los sistemas y mecanismos
para navegar la nave unos 300 metros dentro de la caleta “Capitán Vago” bajo la
supervisión de un oficial británico y la estricta vigilancia de los Royal
Marines; los Comandantes Bicain y Coward estarían en el puente. El submarino
comenzó a moverse lentamente con una grave falta de flotabilidad, el Comandante
argentino dio a toda prisa órdenes por intercomunicador en español a su
reducida tripulación, para estabilizar la nave; esto requirió del Suboficial
Primero Maquinista Félix Oscar Artuso rápidos movimientos para accionar
válvulas neumáticas de la Sala de Control. Por la creencia de que se intentaba
hundir la nave el guardia ingles que lo custodiaba lo hiere de muerte con su
ametralladora.
Durante el desenlace de este trágico incidente, el Santa
Fe llegaba finalmente a su amarradero, horas más tarde comenzó a hundirse
producto de una sutil maniobra de sabotaje de los argentinos, más tarde
aflorando solamente su torreta en la superficie.
El Suboficial Artuso se encuentra sepultado en el
cementerio de Grytviken Islas Georgias del Sur.
En 1971, luego de veinticinco años de servicio en
la Armada norteamericana, fue transferido a la Argentina. Fue desplegado en
1978 junto a otras unidades submarinas en los preliminares del conflicto con Chile,
operando en el Pacifico. Protagonista absoluto de la recuperación de las Islas
Malvinas desembarcando una patrulla de trece hombres de la Agrupación Buzos Tácticos
en las primeras horas del 2 de abril.
El Submarino A.R.A. "Santa Fe" (S-21),
fue merecedor de la condecoración "Operaciones de Combate" y otorgó a
la historia de la Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina su “Bautismo de
Fuego”.
Campaña de Guerra del Submarino A.R.A. “San Luis” -
“David contra Goliat”
El regreso a Mar del Plata del “Santa Fe”, el 7 de
abril, con su primera misión cumplida, motivó aún más a la Base Naval para
lograr el alistamiento del Submarino A.R.A. ”San Luis” (S-32), para una
patrulla de guerra que no olvidarían argentinos e ingleses.
El “San Luis”, de acuerdo a los planes de
mantenimiento previsto para estas naves, esperaba su turno para entrada a dique
seco para distintos trabajos programados, fundamentalmente la limpieza de las
incrustaciones de su casco y conductos de refrigeración.
Esta tarea como así también y la revisación de sus
equipos y sistemas fue cumplido por los buzos, técnicos y tripulantes de la
Base. A través de su escotilla se internaban; víveres, repuestos que
completaron los embarques de gas-oíl y de torpedos para ponerlo en alistamiento
de combate.
A las 18 horas, del domingo 11 de abril, treinta y
cuatro hombres formaron junto a su Comandante Capitán de Fragata Fernando María
Azcueta para escuchar la orden de zarpada en medio de la llovizna. La misión
del San Luis fue la de desgastar a la Fuerza Naval inglesa en proximidades de
Malvinas.
Días más tarde, se ordenó al submarino navegar a un
área de espera al este del Golfo de San Jorge, donde permaneció por diez días.
En esa espera, por problemas técnicos, quedó limitada la capacidad de la
computadora control de armas, siendo imposible su reparación a bordo pese a los
esfuerzos de la tripulación.
El 29 de abril, tras la caída de las negociaciones
diplomáticas, el San Luis fue autorizado a emplear todo su potencial bélico en
su área de patrulla al nordeste de la Isla Soledad. Las Fuerzas Británicas,
alertas por la posible presencia de submarinos argentinos desplegaron toda su
capacidad y prestigio en guerra antisubmarina, en una búsqueda estresante como
costosa, sin obtener el resultado esperado.
El San Luis, ante la detección de tres buques
enemigos se preparó para efectuar un ataque, a pesar de sus limitaciones. El
primer lanzamiento culminó con la desazón de su tripulación al perder control
sobre el torpedo por corte de su cable de guiado.
Delatada su presencia, el San Luis evadió con éxito
un feroz ataque que se prolongó por más de 20 horas, tras una arriesgada
maniobra para asentarse en el fondo marino.
El 8 de mayo detectó un contacto por sonar que se
clasifica como posible “submarino en inmersión”, y en las mismas condiciones
técnicas de su sistema de control tiro, se lanzó un torpedo antisubmarino MK
37, escuchándose una explosión al finalizar la corrida. Nunca se obtuvieron
datos suficientes como para confirmar los resultados de ese lanzamiento.
En la noche del 10 de mayo, luego de haber sido
hundido el transporte argentino “Islas de los Estados”, la Fragata HMS “Alacrity”
sale a toda velocidad del estrecho de San Carlos, buscando el apoyo de otras
unidades en aguas abiertas. El San Luis que se encontraba al acecho en la boca
del estrecho, tuvo en su sonar a los blancos. Luego de ajustar los datos para
el ataque, lanzó dos torpedos en la madrugada del día 11. Uno de los torpedos
no salió del tubo lanzatorpedos y el otro presento la misma falla técnica de
corte de cable que el anterior.
Ante la situación técnica y táctica, horas más
tarde el Comandante rompe su silencio de radio para informar la situación
general de submarino.
Dos días después el San Luis recibió la orden de
regresar al continente entrando para su revisión en la Base Naval Puerto
Belgrano. Todo el esfuerzo puesto para recuperar la operatividad de su sistema
de armas no culminó a tiempo, el 14 de junio finalizó el conflicto.
El empeño de sus acciones le mereció la
condecoración “Honor al Valor en Combate”. El San Luis y su gemelo el Salta, modernas
unidades de diseño alemán, fueron incorporadas a la Armada Argentina en 1974.
Las capacidades técnicas y el adiestramiento de las tripulaciones de ambas
naves fueron probadas en 1975, cuando cumplieron una campaña histórica de 50
días en inmersión ininterrumpida.
En 1997, el Submarino A.R.A. “San Luis”, fue
desafectado del servicio en la Armada. El Salta, no participó en las acciones
de guerra por encontrarse en ese momento en reparaciones y pruebas, en la
actualidad está en servicio.
Fuente: https://podernavalargentino.blogspot.com
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