El éxito de los misiles Exocet utilizados por la
Armada Argentina en el comienzo de la Guerra de las Malvinas había alarmado al
Reino Unido, que inició una misión secreta para impedir la “triangulación” que les
permitiría a los argentinos hacerse de más misiles comprados por Perú.
Con el uso de cinco misiles Exocet en el comienzo
de la Guerra de las Malvinas de 1982, la Argentina había logrado revertir el
curso del enfrentamiento con las fuerzas británicas, que habían hundido el
buque ARA General Belgrano el 2 de mayo, un mes después del desembarco de las
tropas de Buenos Aires en el archipiélago austral.
Los misiles Exocet fueron elaborados a mediados de
los 1970 por la empresa francesa Aérospatiale. Su principal innovación era su
capacidad de desplazarse a tan solo 10 metros de altitud, logrando volverse
indetectables para el objetivo.
Tras una primera versión destinada a ser lanzada
desde el mar, el modelo AM.39 permitía ser disparado desde un avión. En 1981,
meses antes de que se desatara el conflicto en Malvinas, la Armada Argentina
adquirió en Francia unos 14 misiles del tipo AM.39, además de 14 aviones de
combate Súper Étendard, capaces de dispararlos.
La entrega de los misiles no fue inmediata por lo
que, cuando comenzó la guerra, la Argentina contaba únicamente con cinco. El
primero fue utilizado el 4 de mayo, cuando un avión argentino disparó dos
misiles e impactó al buque inglés HMS Sheffield. La nave británica no explotó,
pero se incendió y acabó hundiéndose horas después.
Otros dos misiles Exocet fueron utilizados por la Argentina
para hundir el portacontenedores “SS Atlantic Conveyor”, utilizado en el
conflicto como un portaviones. El quinto
misil fue utilizado contra el “HMS Invincible”, otro portaviones que resultó
dañado en el ataque.
Convencida de la fortaleza de los misiles, la Argentina
comenzó a hacer rápidas gestiones para obtener nuevos Exocet. Sin embargo, el
apoyo de Francia al Reino Unido hizo que la Argentina no pudiera obtener más
misiles de Aérospatiale.
La Argentina había encomendado a su Capitán de Navío
Carlos Corti, instalado en París, continuar las gestiones para obtener los
misiles de una forma u otra. Ya con la Argentina buscando recurrir al mercado
negro, la afinidad entre los altos rangos militares de la Argentina y Perú
abrió la posibilidad a una operación de “triangulación”.
Perú ya había ordenado a Francia el envío de ocho
misiles Exocet. Por ese motivo, y a partir del apoyo de Perú al reclamo
argentino sobre las islas, el país austral convenció al Gobierno de Fernando
Belaúnde Terry de adelantar la compra de los misiles para derivarlos luego, de
forma secreta, hacia la Argentina.
Un misil Exocet AM 39 en exhibición
En esa operación intervinieron el General José
Espinoza, Agregado Aéreo de la Embajada peruana en los EEUU, y su Agregado Adjunto,
el Coronel Oswaldo Espinoza. Este último fue quien debió viajar a París para,
tras reunirse en forma secreta con emisarios argentinos, inspeccionar los
misiles que presuntamente adquiriría su país.
Sin embargo, los servicios secretos del Reino Unido
y de Francia ya tenían elementos para sospechar que el armamento tenía como
destino final la Guerra de las Malvinas. La inteligencia de ambos países había
logrado establecer que detrás de las negociaciones por los misiles estaba el Capitán
Corti. Así, el precio de los doce misiles se cuadruplicó abruptamente y la
empresa vendedora modificó unilateralmente las condiciones para dilatar la
entrega.
El peruano Espinoza debió regresar a Washington sin
cerrar el negocio. Los misiles nunca llegaron a ser embarcados a Perú, que
tiempo después culparía a sus dos representantes militares en los EEUU por el
fracaso de la operación.
El espionaje británico vinculado a la Guerra de las
Malvinas no se detendría y, tal como recogió el historiador y ex político
británico Rubert Allason en el libro “La guerra secreta por las Malvinas”, editado
en 1997 bajo el seudónimo “Nigel West” incluiría también al traficante Anthony
Divall, cuya misión fue estafar a la Argentina con la compra de otros supuestos
30 misiles Exocet.
Fuente: https://mundo.sputniknews.com
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