Por Mariano Pablo Sciaroni (*)
Corrían los últimos días de marzo de 1982, cuando
fue detectado un submarino nuclear en los accesos noroccidentales, el área
marítima al noroeste de Escocia.
Posiblemente el sistema SOSUS (Sound Surveillance
System – el sistema de hidrófonos en el lecho marino, operados por la OTAN para
la detección de submarinos) haya dado la alerta inicial acerca de un intruso
que pasaba la brecha Groenlandia – Islandia – Reino Unido (el “GIUK gap”) y se
introducía en el Océano Atlántico, para luego virar con rumbo sur.
Junio 1982, otro submarino soviético clase Victor,
el HMS Superb y la probable interceptación del primero en el “Área de Búsqueda
Bravo”. El banco Rockall se encuentra al oeste del área “Bravo” La carta sirve
para ilustrar la zona de operaciones (HMS Courageous Association)
El HMS Superb (comandante James Perowne), un
submarino nuclear de ataque clase Swiftsure, era el buque de alerta, encargado
de lidiar con sumergidos incursores en aguas británicas. El 26 de marzo había
arribado a Gibraltar, donde estaba programado permaneciera cinco días, como un
parate de las ejercitaciones que estaba desarrollando (especialmente
colaborando con los simulacros de guerra antisubmarina) en el marco de
“Springtrain 82”
“Un submarino soviético está tratando de colarse en
nuestra área de ejercicio norte”, se le informó a la tripulación, que tuvo que
cancelar apresuradamente sus reservas en hoteles del área. Horas más tarde, el
Superb zarpaba de Gibraltar.
Desde allí, puso rumbo al norte, hacia el Banco
Rockall. Ajeno a la crisis que se agravaba en las islas Georgias.
Sin embargo, la partida del Superb fue observada
por un periodista de la cadena ITN, llegando este a la errada conclusión que el
submarino se dirigiría al sur, para influir en los sucesos que allí se
desarrollaban.
Luego, es conocido que la noticia no fue desmentida
por el gobierno británico, precipitando el inicio de la argentina “Operación
Rosario”, la recuperación de Malvinas (en tanto se consideraba que, con un
submarino nuclear en zona, el desembarco resultaría imposible).
“Tenemos un problema ruso”. Roger Lane-Nott,
comandante del HMS Splendid (un gemelo del Superb), se sorprendió ligeramente
al escuchar la noticia, apenas había puesto un pie en la Sala de Operaciones.
Otro submarino había sido detectado en los accesos
noroccidentales.
Las órdenes para el HMS Splendid eran las de zarpar
de inmediato desde la base de Faslane, en el Firth de Clyde, encontrar al
enemigo y seguirlo subrepticiamente.
Dos de los siete submarinos nucleares británicos de
ataque disponibles se preparaban para la interceptación. No resultaba cómodo
para la Royal Navy tener un intruso tan cerca de algunas de sus principales
bases navales.
Poco tiempo después, el incómodo visitante había
sido encontrado por el HMS Splendid y, se estimó interpretando su firma
acústica, que se trataba de un submarino soviético clase OTAN Victor III
(Proyecto 671RTM).
Nuclear y de ataque, hacía poco tiempo había sido
introducido en la flota roja, constituyendo uno de los orgullos de su servicio
silencioso.
Sin embargo, el 29 de marzo, en horas de la tarde,
una emisión captada en VLF obligó a Lane-Nott a ir a profundidad periscopio,
para tomar una comunicación en código, que le informaba de la escalada en el
Atlántico Sur y la necesidad de volver a puerto, a avituallarse para un
despliegue operacional hacia aguas de Malvinas.
Con alguna molestia, el HMS Splendid tuvo que
abandonar la persecución de este contacto, al que su comandante consideraba
como “particularmente dificultoso” y volver a Faslane.
Sería tarea de otros medios, pero principalmente de
la Royal Air Force (RAF), retomar la cacería.
No era el primer intruso al que debían perseguir
los Nimrod Mk.2 que operaban desde Kinloss y St Mawgan, enmarcados en el Grupo
18 de la RAF. De hecho, este era la séptima “Operación Edipo” (Oedipus
Operation) que se programaba; por cierto, mucho más interesante para las
tripulaciones que las habituales misiones de la “Operación Tapicería” (Tapestry
Operation), de control de buques pesqueros.
Según doctrina, en interminables vuelos, los
grandes cuatrimotores especializados en guerra antisubmarina comenzaron a
sembrar barreras de sonoboyas pasivas omnidireccionales (LOFAR) que
interceptaban la derrota proyectada del incursor.
El primero de abril la búsqueda dio sus frutos,
obteniéndose un contacto sólido en horas de la madrugada y, sumando más boyas
LOFAR y también DIFAR (direccionales) se consideró que podría tratarse del
mismo submarino acechado por el HMS Splendid.
A las 9 de la mañana, cuando otro Nimrod había
tomado la posta monitoreando el campo de sonoboyas, el incursor expuso
brevemente la vela, elevándose la categoría del contacto a CERTSUB y
aprovechando la tripulación de patrulla para tomar una fotografía del
submarino.
Fotografía tomada el 1º de abril 1982, a las 0952z,
en posición 55º 50`N 09º 00`O del submarino soviético identificado como clase
OTAN Victor III (HQ Group 18 RAF)
El submarino, desde entonces y conociéndose
detectado, puso rumbo norte, manteniéndose en la isobata de 500 brazas. En
horas vespertinas el contacto se perdió definitivamente, no pudiendo ser
retomado por ninguno de los tres vuelos posteriores.
Cabe hacer notar que la aparición del intruso
coincidió con la llegada a las Islas Hébridas (a unas 100 millas náuticas al
noroeste de donde se obtuvo la fotografía) de un buque de inteligencia
soviética de la clase Primorye, el Zaporozhye (CER-501) de 4.500 toneladas de
desplazamiento y cargo del Capitán de Primera Clase P. Zyryanov
El Zaporozhye, razonablemente, habría monitoreado
toda la actividad de la defensa antisubmarina británica, así como ambos buques
soviéticos deberían haber registrado la zarpada del ya reabastecido HMS
Splendid hacia aguas de Malvinas, hecho ocurrido el mismo día 1º de abril.
El buque espía soviético Zaporozhye, camino al
Atlántico Norte, a principios de 1982 (Autor desconocido)
Es innegable que el submarino soviético se
encontraba en inmejorables condiciones para seguir al HMS Splendid rumbo al
Atlántico meridional. No hay constancias que así lo hiciera, pero es un
interesante dato el que el buque espía soviético efectivamente acompañó a la
flota británica con rumbo sur.
A todo evento, el conflicto ni se había desatado y
ya un submarino soviético merodeaba cerca de medios navales que navegaban hacia
las islas.
Por otra parte ¿Fue casualidad que los soviéticos
se encontraran allí en dichas fechas? ¿Sabían algo de lo que ocurriría días
después, y la necesaria actividad de los submarinos británicos?
Dos semanas después, fue detectado otro incursor,
un submarino nuclear soviético posiblemente de la clase OTAN Charlie (Proyecto
670), que navegaba al oeste de las Islas Británicas y con rumbo sur.
El contacto inicial había sido del HMS Superb (que
no había regresado a puerto desde que zarpara de Gibraltar), que pasó la posta
a los Nimrod de la RAF.
El Superb se dirigió a puerto, bromeando su
tripulación que ingresaría como el HMS Surprise (sorpresa): al fin de cuentas,
la prensa mundial lo consideraba en aguas de Malvinas.
Con la crisis de Malvinas en apogeo, se tuvo
especial consideración a este merodeador, a los fines de controlar que no se
dirigiera al sur (donde podría afectar las operaciones británicas) o, por lo
menos, conseguir mantener actualizada su posición en forma permanente.
Se llevaron, entonces, a cabo 7 misiones “Edipo/8”
(entre los días 14 y 15 de abril) donde los Nimrod desarrollaron tácticas
antisubmarinas, hasta que el seguimiento fue pasado en “caliente” (sin haber
perdido jamás el contacto) a los P-3C Orion de la U.S. Navy.
Extraña compañía en la Armada India. El INS Viraat
(ex portaaviones británico HMS Hermes) y el INS Chakra (ex K 43 soviético), un
submarino clase Charlie. (Autor desconocido)
La presencia del Charlie y el rumbo que llevaba
reavivó la discusión acerca de la posibilidad que medios soviéticos se vieran
involucrados en las operaciones de combate.
El mismo 15 de abril a la tarde (mientras el
submarino era ploteado minuciosamente), se llevó a cabo una reunión de
ministros del gabinete británico, donde se discutió acerca de las reglas de
empeñamiento para la “Operación Paraquet” (el ataque a Georgias del Sur) y se
discutió brevemente acerca de la posibilidad de interferencia por fuerzas
comunistas.
En horas de la noche, el Foreign and Commonwealth
Office (equivalente al Ministerio de Relaciones Exteriores), consideró: “sería
prudente acercarse a Moscú para alertarlos de mantener sus buques de superficie
y submarinos bien lejos del Atlántico Sur, y de la Zona de Exclusión Marítima
en particular, a los fines de minimizar el riesgo de encuentros fortuitos en
cualquier acción naval que sea necesaria”
En tanto ello, se envió inmediatamente un telegrama
cifrado el embajador británico en la Unión Soviética (Sir Curtis Keeble),
solicitando se le comunique textualmente al gobierno de la Unión Soviética que:
“El Gobierno de Su Majestad expresa su deseo que el gobierno soviético tome las
medidas necesarias respecto sus navíos en el área sudatlántica, y tome las
precauciones del caso, manteniéndolos alejados, a los fines de evitar errores,
accidentes o malinterpretaciones”
El día 17, el mensaje fue pasado telefónicamente a
las autoridades moscovitas, que no realizaron ninguna manifestación al respecto
(solamente dieron un “recibido”), pero aprovecharon para refrendar su posición
contra lo que consideraban una guerra de agresión británica.
En todo caso, la tensión se diluyó el a la mañana
del día siguiente, cuando un avión norteamericano Orión operando desde Rota
(España) confirmó que el submarino, finalmente, había ingresado por el Estrecho
de Gibraltar al Mediterráneo.
Un P-3C del VP-23 (U.S. Navy), volando desde Rota
(España), es fotografiado sobrevolando un submarino soviético clase Juliett.,
el 1º de septiembre de 1982. A principios de los `80 era común que los
soviéticos operaran un Juliett en el Mediterráneo la mayor parte del año (DoD)
Quizá porque era su misión original, o quizá porque
los soviéticos reconsideraron su posición a la luz de lo informado por el
embajador británico.
Pocas horas más tarde, un vigía del buque auxiliar
RFA Olmeda, en las costas de la Isla Ascensión juntamente con gran parte de la
flota, creyó ver un periscopio, generándose gran alarma.
Y los fantasmas soviéticos comenzaron a
materializarse nuevamente.
Bibliografía.
• Amendolara, Alejandro “El submarino fantasma”, en
Revista "Manual de Informaciones", N°2, Vol. LI, abril de 2009.
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G.A. Chesworth, G. A., Vice Mariscal del Aire (RAF) “Libro de Operaciones del
Grupo 18 Royal Air Force”, National Archives, legajo AIR 25/1908.
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Imperial War Museum “Lane-Nott, Roger – IWM Interview”, número de catálogo
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Perowne, James “The submarine and the operational level”, en The Naval Review,
Vol 84, nº3, Julio 1996.
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Ring, Jim “We come Unseen. The Untold Story of Britain’s Cold War Submariners”,
John Murray Ed, Londres, 2001.
•
Varios, “Presence of Soviet shipping in area of Falkland Islands”, National
Archives, legajo FCO 7/4507.
(*) Abogado y Magister en Estrategia y Geopolítica.
Escribió “Malvinas – Tras los Submarinos Ingleses, así como numerosos artículos
sobre temas navales y de Malvinas.
Fuente: https://www.elsnorkel.com
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