Las pésimas decisiones de la Junta militar. La
derrota diplomática en las Naciones Unidas. El fracaso del "Plan D+5"
que habían diseñado los comandantes para la recuperación de las islas. Los
testigos que presenciaron el dramático instante en que la Primera Ministro
británica declaró la guerra
Por Juan Bautista Yofre
2 de abril de 1982: la bandera argentina se izó por
primera vez en 149 años en las islas Malvinas
En la madrugada del 2 de abril de 1982 dentro de
las redacciones reinaba el clima de los grandes momentos informativos, aquellos
que marcan un antes y un después. La recuperación de las islas Malvinas era
esperada por el periodismo que ya estaba al tanto a través de sus propios
canales oficiales.
"Con las primeras horas del amanecer, la
Argentina recuperará las islas Malvinas", adelanto en su tapa el matutino Convicción,
tan próximo a la Armada y al Almirante (RE) Emilio Eduardo Massera. En su
segunda edición llevaba como título catástrofe "Reconquista de las
Malvinas" y aportaba detalles de cómo se realizaría la Operación Rosario.
Clarín salió con tres títulos no menos importantes:
"Inminente Recuperación de las Malvinas, comenzaron a medianoche los
operativos navales argentinos; El Consejo de Seguridad reclamó
"moderación" y Preocupa a los EEUU el conflicto". La tapa de
Crónica llevaba en su guarda superior la bandera argentina y el título fue:
"Argentinazo ¡Las Malvinas recuperadas!".
"Se inician operaciones en el Sur para
respaldar la soberanía nacional", fue el título de La Nación en su primera
edición del 2 de abril de 1982. En la segunda, ya llevaba en su portada como
todo título a seis columnas: "Desembarco argentino en el archipiélago de
las Malvinas" y destacaba una foto sonriente del canciller Nicanor Costa
Méndez.
Leopoldo Fortunato Galtieri con los mandos
militares en 1982
A primera hora de la mañana Leopoldo Fortunato
Galtieri presidió una reunión de su gabinete e informó lo necesario ya que sus
ministros, salvo Costa Méndez, desconocían todo, incluido el de Economía.
En esa primera reunión ministerial se dieron
anticipos, todos fallidos, de que el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas respaldaría a la Argentina.
Años más tarde el General Mario Benjamín Menéndez
me rememoró lo hablado en esa reunión de gabinete, recordando que Costa Méndez
dio un panorama optimista sobre el debate que se iba a realizar en el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas: "El canciller dijo que las
posibilidades en la votación eran favorables a la Argentina por nueve a seis y
ocho a siete en el peor de los casos. Agregó que si así no lo fuere se esperaba
el veto de Rusia o China para cualquier resolución que pudiera ser desfavorable
para la Argentina".
En la misma reunión en la Casa Rosada, Galtieri,
con la grandilocuencia que lo caracterizaba, habló sobre la recuperación de las
islas del Atlántico Sur y de su diálogo con Ronald Reagan la noche anterior.
No les contó a sus ministros las partes
sustanciales de ese diálogo con el jefe de la Casa Blanca, que se resume así:
REAGAN: Volvió a señalar que Gran Bretaña estaba
dispuesta a dar una adecuada respuesta militar al desembarco. Que así se lo
había hecho saber el Reino Unido. Que la señora Margaret Thatcher, amiga suya,
era una mujer muy decidida y que ella tampoco tendría otra alternativa que dar
una respuesta militar. Indicó que será un conflicto trágico con graves
consecuencias hemisféricas.
GALTIERI: Indicó que la Argentina no buscó ésta
situación y volvió a referirse a los antecedentes y voluntad negociadora del
gobierno argentino.
REAGAN: Indicó que debía entender que la Argentina
mantendría su posición. Agregó que la relación sufrirá gravemente, que la
opinión pública norteamericana y mundial adoptará una actitud negativa con la
Argentina y el esfuerzo que él mismo había puesto para reconstituir la relación
se vería gravemente afectado. Señaló que Gran Bretaña era un amigo muy
particular de los Estados Unidos y que la nueva relación que mantiene hoy
Washington, con la Argentina, después de un largo esfuerzo ante la opinión
pública norteamericana, se verá perjudicada […]
Galtieri,
Reagan y Thatcher
"Conozco a la Señora Thatcher y sé que es muy
decidida, contestará todo acto de fuerza con más fuerza. Sé que éste es un tema
muy sensible para la Argentina. Nosotros deseamos construir una relación
duradera con la Argentina, Brasil y México y como Usted sabe tenemos una
relación muy cercana con el Reino Unido… estoy también en proceso de acercar
los países de Centro América y esto lo hará fracasar. Sé que ha habido dificultades
entre nuestros países, mi predecesor, James Carter, no manejó bien nuestra
relación con la Argentina, situación que he tratado de cambiar. Si usted
procede en su ataque mañana y Gran Bretaña resiste con fuerza, como sé que lo
hará, no podré evitar que mis conciudadanos no posibiliten el mantenimiento de
nuestras relaciones. Le pediría a mi vicepresidente que viaje y trate de
arreglar esta situación, pero por favor eviten el conflicto", dijo el
presidente de los Estados Unidos.
El "diálogo" de Galtieri con la gente en la Plaza de Mayo
El 2 de abril a la mañana, las radios argentinas
comenzaron a martillar con el texto de un comunicado: "La Junta Militar,
como Órgano Supremo del Estado, comunica al pueblo de la Nación Argentina que
hoy a las 07:00 horas, la República, por intermedio de sus Fuerzas Armadas,
mediante la concreción exitosa de una operación conjunta ha recuperado las
Islas Malvinas y Sandwich del Sur para el patrimonio nacional".
En pocas horas mucha gente se fue agolpando en la
Plaza de Mayo, haciendo recordar a 1978 cuando la selección argentina ganó la
Copa Mundial de Fútbol o septiembre de 1979, el día que la selección juvenil
gano la copa mundial en Japón. Galtieri salió a saludar y se limitó a observar
y escuchar de la multitud los estribillos con tonalidades de cancha de fútbol.
"Que salga el Presidente, lara, lara,
lara".
"Todo el mundo sabe que la Argentina está de
joda, la Reina llora, la Reina llora".
"Ay, ay, que risa que se ve, ahora que se
cuide, que se cuide Pinochet".
Galtieri en el balcón de la casa Rosada luego de la
recuperación de las Malvinas
Con el paso de las horas los reclamos de la
multitud se hicieron más insistentes, resonaban en la plaza y Galtieri se vio
en la necesidad de salir a hablar desde el balcón de la Casa Rosada. Antes
llamó a sus colegas de la Junta Militar. "Vení a acompañarme", le
dijo por teléfono a Anaya, lo mismo que a Lami Dozo pero decidieron dejarlo
solo en la ocasión.
Antes los tres se mantuvieron una conferencia
telefónica:
Anaya le dijo: "Mirá Leo, te quiero recordar
lo que dice el plan. No podemos ir a una guerra, no estamos en
condiciones".
Un testigo de la conversación sostuvo que su
comandante lo prevenía al jefe del Ejército a que no se dejara llevar por el
impulso, el imán, de los aplausos de la Plaza de Mayo. Cuando se habla de
"el plan" se entendía al "D más cinco" que habían escrito
Lombardo, García y Plessl que entendía que tras el día "D", ocupación
militar de Puerto Stanley, y luego de cinco días la Argentina retiraría sus
tropas quedando solamente una recudida guarnición a la espera de una
negociación diplomática con el Reino Unido.
Lami Dozo apoyó las palabras de Anaya: "Mi General
tenemos que atarnos al plan".
Su voz sonaba con extrema cautela. No tenía con
Galtieri ni la misma antigüedad ni la amistad de Anaya, pero se permitió una
graciosa sugerencia: "Leopoldo no levantes los brazos como Perón".
Cuando salió al balcón, porque así lo pedía la
gente, Galtieri intentó no dejarse arrastrar por los vítores y las consignas
que partían de la muchedumbre, algunas con una alta dosis de picardía, otras
inducidas por "infiltrados" de los servicios de inteligencia, tal
como le reconoció al autor uno de los miembros de la Junta Militar.
En Buenos Aires, la plaza de Mayo se llenó para
vivir al presidente de facto Leopoldo Galtieri
Las palabras presidenciales trazaron una línea para
las futuras negociaciones, fallidas, con el Reino Unido, en las que el gobierno
de la Administración Reagan haría de amable componedor:
"Pueblo de la Nación Argentina. Sé que este
día 2 de abril de 1982 marca un jalón trascendente para la historia argentina
del siglo que vivimos. En estos momentos, miles de ciudadanos hombres y mujeres
en todo el país, en todos los pueblos, en las pequeñas granjas, en las ciudades,
y en esta Plaza de Mayo histórica que ha marcado rumbos a través de la historia
nacional, ustedes los argentinos están expresando públicamente el sentimiento y
la emoción retenidas durante 150 años a través de un despojo que hoy hemos
lavado.
El hidalgo pueblo argentino, repito, el hidalgo
pueblo argentino, tiende sus manos al adversario, pero no admite discusión
sobre sus derechos que pacientemente y prudentemente hemos tratado de
reivindicar por las vías diplomáticas […] Hoy 2 de abril recién hemos comenzado
con nuestra actitud de recuperar las Malvinas y toda su zona de
influencia…".
El público respondió:
"Tero, tero, tero, tero, hoy les toca a los
ingleses y mañana a los diplomáticos en las Naciones Unidas".
La batalla diplomática en Naciones Unidas
El viernes 2 de abril por la mañana, el canciller
Costa Méndez llamó al Encargado de Negocios en Londres, ministro Atilio
Molteni, y por el teléfono en clave "Carola" le informó que las
tropas argentinas habían desembarcado exitosamente en las Islas Malvinas.
"Acá estamos muy bien", dijo con la mayor naturalidad en medio de una
conversación de tipo familiar.
Ya las fuerzas conjuntas habían tomado la casa del
gobernador Rex Hunt, después de tres horas de intercambio de disparos. La
Operación Rosario había sido un éxito.
La citación a Moltoni para que fuera al Foreign
Office en carácter de urgente
Ese día, Molteni, por la ausencia del embajador
Carlos Ortiz de Rozas, fue citado a concurrir al Foreign Office a las 17:00
horas. Cuando llegó observó que estaban en la entrada del edificio las cámaras
de las cadenas de televisión y el periodismo escrito y entró por una puerta del
costado. Lo hicieron esperar cerca de media hora en la sala de ceremonias, un
salón con escasa luz adornado por cuadros que reflejaban glorias del pasado del
Reino Unido. Cuando fue invitado a entrar, el subsecretario del Foreign Office,
Michael Palliser, le comunicó la ruptura de relaciones diplomáticas y consulares
entre la Argentina y Gran Bretaña.
Margaret Thatcher decidió a puertas cerradas enviar
la flota al Atlántico Sur
Los detalles de la entrevista el funcionario
argentino los informó por cable Secreto Nº 872 del 6 de abril de 1982. El alto
funcionario inglés le dijo que la medida se había decidido porque la Argentina
había invadido suelo británico. Molteni respondió que la Argentina sólo había
vuelto a lo que era de ella. El funcionario respondió que la cuestión se iba a
discutir en las Naciones Unidas y "elsewhere", cualquier otro lugar.
El otro lugar era el campo de batalla.
Por la tarde, Galtieri pronunció un discurso desde
su despacho por la cadena nacional explicando el hecho bélico, y al atardecer
junto con algunos ministros, Roberto Alemann entre otros, caminó hacia el
centro de la Plaza de Mayo para arriar el pabellón nacional. Cientos de
personas lo vitorearon.
En las horas posteriores a la ocupación de Puerto
Stanley algunos directores de periódicos fueron invitados a conversar en la
Casa Rosada. En la reunión participó el secretario de prensa Rodolfo Baltierrez
un dirigente conservador que había pasado por la diplomacia. Cuando algunos se
retiraban, hizo un aparte para solicitarles "colaboración", al tiempo
que les comentó: "No se preocupen por la reunión de Naciones Unidas. Ya
tenemos asegurado el veto ruso".
El viernes 2 de abril, Costa Méndez partió a Nueva
York para participar en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas del día siguiente. Viajó acompañado por los embajadores Federico Erhart
del Campo y Gustavo Figueroa, más sus secretarios Julio Freyre y Roberto García
Moritán.
Durante el debate del 3 de abril se aprobó la
resolución 502 que manifestaba la primera derrota diplomática argentina:
El Consejo de Seguridad de la ONU
"profundamente preocupado por los informes acerca de una invasión por las
fuerzas armadas de la Argentina el 2 de abril de 1982; declarando que existe un
quebrantamiento de la paz en la región de las Islas Falkland/Malvinas",
dispuso:
"1) exige la cesación inmediata de las
hostilidades;
2) exige la retirada inmediata de todas las fuerzas
argentinas de las Islas Falkland/Malvinas;
3) Exhorta a los gobiernos de la Argentina y del
Reino Unido a que procuren una solución diplomática a sus diferencias y a que
respeten plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas".
El voto favorable a la resolución fue acompañado
por diez países sobre los quince que integran el Consejo, uno más del mínimo
necesario. Panamá votó a favor de la Argentina. La Unión Soviética y China, de
quienes se esperaba un veto que favorecería a la Argentina, España y Polonia se
abstuvieron. Entre los que votaron por Gran Bretaña se destacaban los Estados
Unidos y Francia. También votaron a favor de la Resolución 502, Irlanda y las
ex colonias británicas Guyana y Uganda.
Se derrumba el plan original "D+5"
De acuerdo al cable N° 864, del 3 de abril, el
representante argentino en Londres, ministro Atilio Molteni, informó que la
opinión pública británica se pronunció a favor de la guerra en un sondeo de la
televisión estatal: 79% estaba de acuerdo con la declaración de guerra; 82% a
su vez, opinó que el gobierno de Margaret Thatcher manejó mal el problema con
la Argentina; 70% estimó que debe permitirse a la población de las islas
ejercer la autodeterminación y 20% sostenía que debían usarse armamentos
nucleares contra la Argentina.
Con las iniciales de Anaya, Galtieri y Lami Dozo se
sostiene que comienza a reforzarse la guarnición de Malvinas.
Ante ese cable y otras informaciones, la Junta
Militar emitió la resolución del Comité Militar (Acta 8 "M"/82) y se
"procedió a ordenar no desafectar más medios en las islas Malvinas" y
"retener las tropas necesarias y suspender el regreso de los medios de
Malvinas". Se comenzaba a derrumbar el plan "D+5".
El domingo 4 de abril, la Argentina comenzó a
reforzar las islas, y ese mismo día el Estado Mayor Conjunto, a través del
Mensaje Militar Conjunto N° 48 también informó que Gran Bretaña había sido
autorizada por los Estados Unidos a utilizar la isla Ascensión como base de
operaciones a mitad de camino de Malvinas y el General Mario Benjamín Menéndez
partió hacia Puerto Argentino.
Galtieri en su visita a las islas durante el
conflicto
Antes de que se conociera la partida de la flota
británica hacia el Atlántico Sur, Molteni envió el cable "S" N° 845
del 4 de abril. Manifestaba la primera "luz amarilla" sobre la ayuda
chilena al Reino Unido: "Sunday Times' comenta hoy como noticia de última
hora que Whitehall, Ministerio de Defensa, no efectúa comentarios referentes a
un supuesto ofrecimiento del gobierno chileno de demorar la toma del HMS
Norfolk, ex destroyer de la marina británica que se encuentra en aguas chilenas
y debía ser entregado formalmente mañana a marina chilena".
La Operación Corporate
Tomando como base el relato del libro Señales de
Guerra, escrito por Virgina Gamba-Stonehouse y sir David Lawrence Freedman, el
historiador oficial británico sobre la guerra de las Malvinas (2006), se puede
afirmar que la Operación Rosario tomo por sorpresa al gobierno y las Fuerzas
Armadas del Reino Unido. La orden inicial dada por La Junta Militar, a los que
instrumentaron el desarrollo del desembarco, había sido exitosamente cumplida:
"Debe existir sorpresa en la ejecución de la misión". En los niveles
superiores del Reino Unido no esperaban que se concretara la ocupación.
El ministro Lord Carrington estaba de visita
oficial en Israel; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Almirante Sir
Terence Lewin, en Nueva Zelanda; el jefe del Estado Mayor General, General Sir
Edwin Bramall en Irlanda del Norte y el Almirante Sir John Fielhouse,
comandante en jefe de la flota, el que debería dirigir la operación, navegaba
desde Gibraltar.
El HMS Hermes en ruta hacia las islas Malvinas en
1982
Tras varias horas de indecisión, dudas, análisis, y
debates en el Parlamento y el gobierno británico, un jefe naval pidió entrar al
despacho de Margaret Thatcher, en la Cámara de los Comunes, y le dio los
argumentos que la decidieron a intervenir como lo hizo.
Se trataba del primer lord del almirantazgo Sir
Henry Leach, ex combatiente en la II Guerra Mundial. Su testimonio: "Tuve
una sensación inmediata y aguda. ¿Qué maldito sentido tiene una flota si no voy
a usarla? Entonces corrí para entrar en acción inmediatamente. Me detuvo un
policía en el lobby central de la Cámara Baja, el Secretario de Defensa estaba
reunido con la Primera Ministro y me hicieron entrar. Ella buscaba datos
positivos para tomar una decisión.
“¿Podemos hacerlo a pesar de los riesgos que
discutimos?', preguntó la señora Thatcher.
Y yo le dije que sí. Según mis planes podíamos hacerlo. Estaba en juego
nuestro prestigio. Esto no era un asunto mío, era más bien un asunto político.
Entonces ella preguntó: '¿Por qué dice eso?'.
Respondí: “Bueno, porque si no lo hacemos, o lo
hacemos mal y si no tenemos éxito deberíamos vivir en otro país. No quedaba
otra alternativa".
Fuente: https://www.infobae.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario